POV GRAY (CAPÍTULO 1, PARTE 1)
— ¡Oye neko! ¡Ven aquí, queremos pedir bebida!— Gritó un hombre con una mirada pervertida en su rostro. Yo asentí algo nervioso y con un leve sonrojo, mientras iba hacia la mesa con la bandeja apoyada sobre mi pecho. Cuando me acerqué, uno de los clientes se puso de pie. — Eres muy lindo, ¿Lo sabías? — Preguntó con una sonrisa que no me traía muy buenas vibraciones.
— Yo… Gracias. — Alcancé a decir, nervioso. ¿Cuándo me había metido en este lío? En el momento en el que pude, me escabullí, yendo al baño un momento, limpiando mi cara con cuidado, ya que si no los malditos bigotes se podían desdibujar. En ese momento me miré en el espejo. Me daba vergüenza ajena.
Para empezar, en mi pelo ahora llevaba orejitas de gatito que se veían demasiado. Seguido de mis unos bigotes dibujados en mi rostro. El traje de trabajo, que era parecido a un traje de maid… Y que por alguna razón lo odiaba… Y una cola de gatito. Sí, iba cospleyado de trabajadora de gatito en un maldito bar de ambiente. De pronto, otro de los trabajadores entró y me saludó.
— Oh, Gray-san, alguien te está buscando. — Me comentó con una sonrisa mientras me señalaba fuera. En ese momento, algo nervioso me acerqué fuera sigilosamente. ¿Sería otra vez uno de los clientes pervertidos que me quería declarar su amor? Estaba tan nervioso por si era otro de los clientes pervertidos que de pronto me caí de bruces al suelo cuando sin querer choqué contra alguien.
— ¡Joder, mira por dónde vas! — Chilló la persona indignada. Yo me enfadé. ¡Él tampoco estaba mirando!
— ¿¡Ah!? ¡Tú tampoco estabas mirando! — Grité mientras me levantaba y miraba al hombre poco educado. El hombre se levantó, preparado para pelear cuando entonces le vi. Pelo rosa, bufanda, chaleco con una sola manga. Él también se extrañó al verme.
— ¿¡Gray!? ¿¡Qué estás haciendo!? — Preguntó exaltado. Yo me sonrojé en ese momento, sin saber que decir.
— ¿…Miau…? — Pregunté en voz baja, más avergonzado.
Al final, Natsu acabó sentándose en una de las mesas conmigo, mientras tomaba un pequeño descanso. Él estaba en frente mío y yo ni siquiera era capaz de mirarle a la cara. Desvié la mirada demasiado avergonzado de mí mismo. Esto era demasiado incómodo.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Natsu? —Pregunté en un susurro, aún demasiado nervioso y avergonzado. Él suspiró mientras apoyaba su cabeza en su mano derecha.
— He venido de la misión especial con Erza, y ella me pidió que viniera a echaros un vistazo mientras ella volvía al gremio. — Me explicó. —Sabía que era aquí, pero no sabía lo que estabas haciendo hasta que te he visto… Cospleyado… De gato y… ¿Sirvienta? —Me preguntó aún demasiado extrañado. — En serio… ¿Qué estás haciendo? — Curioseó y yo en ese momento le miré, aún con un sonrojo en mis mejillas bastante visible.
— Me estoy… Infiltrando… — Susurré casi inaudiblemente. En ese momento, comencé a recordar cómo había comenzado esta absurda misión.
— Así que tú eres Gray, ¿Verdad? — Me preguntó aquel hombre, mi cliente, Edward. Yo asentí algo nervioso. — ¿Y la chica que te acompaña…? Creí que solo había puesto tu nombre en el encargo. — Preguntó, con una sonrisa extraña. Yo miré a mi compañera.
— Se llama Lucy y viene a ayudarme en la misión. Ha venido voluntaria. — Expliqué, intentando que no la echaran. Ella saludó y el hombre solo le devolvió el saludo. Por supuesto, Lucy se había unido cuando había sabido que la recompensa era desmesurada y que Natsu no venía. Muy ‘amablemente’ se había presentado voluntaria…
— Bueno… Puede quedarse, aunque no creo que sea muy útil para el encargo. Es algo… Difícil. —Comentó con una pequeña sonrisa, una sonrisa que me hizo estremecer. — Bueno, difícil para una chica. — Añadió, en tono de broma y yo me sorprendí.
— ¿Para qué me quería? En el encargo no ponía ninguna explicación de qué era lo que quería. —Recalqué. Él entonces me pasó la foto de cinco personas, que Lucy los catalogó como guapísimos.
— Estos son trabajadores de mi bar. —
— Ah… Bien. — Susurré, sin saber que decir. En ese momento, me pasó una cinco cartas de lo que parecía una bajara de póker.
— Y esto son las cartas que había encima de la mesa… Cada vez que ha desaparecido alguno de los trabajadores. — Explicó. Yo me sorprendí en ese momento y Lucy también.
— ¿El trabajo consiste en qué busquemos a estas personas? —Preguntó Lucy, algo atemorizada. Él negó con la cabeza.
— No… Puesto a que ya los encontramos. Cinco días después de la desaparición de cada uno… Aparecieron los cadáveres. — Recordó, con un semblante de tristeza.
— ¿¡Cadáveres!? — Pregunté, demasiado sorprendido. Edward asintió.
—Se trata de un asesino, y por alguna razón se está dedicando a asesinar a mis trabajadores… Más bellos. — Explicó con nerviosismo. — Los trabajadores empiezan a tener miedo, incluso los clientes. Yo también. No podemos seguir así. —Explicó, algo molesto. Yo le miré sorprendido y me fijé en que Lucy estaba temblando. — Se hace llamar… Jack The Ripper. —
— ¿Y qué quiere que haga yo? — Pregunté nervioso.
— Tú, que eres un mago joven y guapo, tienes que infiltrarte como trabajador y cazar al asesino. No podemos dejar que haya más asesinatos. — Estaba a punto de asentir, cuando sentí la mano temblorosa de Lucy sobre mi hombro.
—Gray… Esto es peligroso… ¿Por qué no esperamos a que vengan Erza y Natsu? No quiero que estés en peligro… —Murmuró e incluso me pareció ver sus ojos acuosos. En ese momento le miré y le sonreí cariñosamente.
— Estaré bien, Lucy. Fairy Tail no puede permitirse que un asesino ande suelto. — Ella en ese momento asintió, aunque no parecía muy convencida. Aquel hombre me sonrió mientras me tendía una mano.
— Espero mucho de ti, Gray-kun. — Comentó. En ese momento le acepté el apretón de manos.
—…Y para infiltrarme como trabajador tengo que ir vestido de esta forma…—Le expliqué aún algo avergonzado. Él me miró sorprendido. — ¿Qué ocurre? — Le pregunté con un tono cortante.
— Nada… que es bastante valiente la decisión que has tomado. Quiero decir, ese tal destripador no parece moco de pavo… — Explicó, mientras tomaba un sorbo de su bebida. Yo sentí mis mejillas enrojecidas aún de la vergüenza.
— ¡Ca… Cállate! — Le ordené nervioso. Él solo se comenzó a reír por un momento, pero después de calló de golpe. — ¿…Natsu…? — Pregunté, extrañado. Él me tendió la mano en ese momento.
— Voy a ayudarte, de momento. Tiene que ser realmente vergonzoso para ti ir vestido de gata sirvienta. — Dijo convencido. Yo me sorprendí. — Además, si fallas serás la deshonra de Fairy Tail. —
— Obviamente no voy a fallar, cerebro de llama. — Debatí convencido de mi capacidad. Él sonrió con aires de superioridad.
— ¡No fallarás si colaboramos juntos, princesa de hielo! — Mientras miraba mi mano. Suspiré en ese momento, mientras apretaba su mano. — ¡Bien! ¡La alianza neko-dragón está hecha! — Gritó feliz.
— Sólo por el momento. ¡No quiero preocupar a Lucy! — Dije en un tono alto. — ¡Atrapemos a Jack The Ripper y volvamos a casa!