POV NATSU (CAPÍTULO 2, PARTE 1)
— Así que vas a ayudarnos a capturar a ese asesino. ¡Qué alegría! — Me comentó uno de los trabajadores con una gran sonrisa. —Seguro que entre tú y Gray-san conseguís capturarle. —
— Sí… — Dije sin más, ya que estaba pendiente de si aparecía alguien sospechoso o algo así. En ese momento, me fijé en Gray. Ese maldito idiota… Mira que ir vestido de esa forma… ¿¡Es que no sabe qué así en vez de atraer al asesino va a atraer a un montón de maromos solteros!? De pronto vi como un tipo le tocaba el culo así porque sí. — ¿¡Qué hace ese tipo tocando al cerebro de hielo!? — Pregunté exaltado molesto.
En ese momento, observé como Gray con una agradable sonrisa y un leve sonrojo le decía que no estaba interesado, ¡Pero el tipo se abalanzó hacia él y le besó en los labios, para después irse!
— ¿¡ES QUE ESE TIPO NO HA ENTENDIDO LO QUE GRAY LE HA DICHO!? — Grité, asustando a la clientela. El chico el cual me estaba hablando sonrió levemente, poniendo una mano en el hombro.
— Natsu-san, cálmate. Es parte del trabajo. — Me explicó en un tono de voz baja. Yo le miré enfadado.
— ¿¡Cómo quieres tranquilizarme cuándo le están acosando!? — Cuestioné cada vez más enfadado, sintiendo como una vena de hinchaba. Él me miró extrañado.
— Natsu-san… ¿Acaso Gray-san es…? —
— ¿Es…? —
— ¿…Tu novio? — Me preguntó en un susurro. En ese momento, sentí como subían todos los colores a mi rostro, demasiado nervioso y avergonzado.
— ¡POR SUPUESTO QUE NO!
POV GRAY (CAPÍTULO 2, PARTE 2)
¿Qué demonios le ocurría al cerebro de llama? No paraba de gritar y de decir cosas sin sentido. ¡Me espantaba a la clientela! No es que quisiera trabajar o algo así, pero así podía intentar conseguir algo de información sobre el maldito asesino.
De pronto noté como un tipo me tocaba el culo y se acercaba a mí y yo al momento sonreí con un ligero sonrojo, dándole las gracias, diciéndole que no estaba interesado. Sin embargo, me pilló de improviso cuando de pronto se abalanzó sobre mí y me besó en los labios de golpe. Me sonrojé y avergoncé, pero pronto me sonrojé más por otra cosa. ¡Natsu no paraba de gritar y me estaba dejando en ridículo!
— Oye, tu amigo… — Me dijo uno de los trabajadores. Yo le miré avergonzado y con un poco de sudor.
— Es hiperactivo. Por eso grita. Es un poco tonto, también. — Le excusé, intentando que no me salpicara a mí las tonterías que hacía. Me estaba poniendo de los nervios. Él solo rió. — Por otra parte… Parece que los clientes no están muy al tanto de lo que pasa aquí. — Comenté, recordando mi conversación con los clientes. Él se puso tenso en ese momento.
— Todas las veces que ha desaparecido alguien ha sido los sábados por la madrugada, a la hora de cerrar… — Me explicó nervioso. — Es por eso que todo el mundo quiere plegar antes, y ahora los clientes se van pasadas las doce de la noche… — Acabó de explicar con algo de temblor. Él en ese momento puso una mano en mi hombro. — Ten mucho cuidado, Gray-kun… Podrías ser la siguiente víctima. —Me dijo con mucha sinceridad. Yo me puse bastante tenso.
— No… No habrá problema. — Dije intentando auto convencerme. — Tam… ¡También tengo a Natsu! — Chillé más auto convencido. — Detrás de esa hiperactividad es un gran mago, ¿Sabes? Me ha defendido varias veces… — Expliqué con algo de nerviosismo. Él me miró extrañado.
— Vaya, no lo sabía…—
— ¿Uh? —
— Obviamente, que Natsu-san sea tu novio… — En ese momento, noté como mis mejillas se ponían completamente enrojecidas.
— Natsu no… No es… — Comencé, algo nervioso y sonrojado. En ese momento noté como el cerebro de llama se acercaba corriendo a mí.
— ¡Gray! ¡Tengo valiosa información! — Me dijo, de pronto. Aún seguía completamente sonrojado, algo que le extrañó, y colocó una mano en mi frente. — ¿Estás bien? ¿No tendrás fiebre? — Me preguntó algo preocupado. No pude evitar ponerme aún más rojo.
— ¡ESTOY BIEN! —Grité, mientras intentaba separarle, golpeando mi frente con su frente.
— ¡JODER, ¿A QUÉ HA VENIDO ESO!? —
— ¡A NADA! — Grité aun enfadado. En ese momento, escuché el susurro de mi compañero de trabajo.
— Vaya, realmente no son novios. —Susurró y no pude evitar sonrojarme más.
— Tsk, ¿¡Por qué eres tan idiota!? — Grité aún sonrojado. Creo que él me iba a responder, cuando de pronto salió mi cliente.
— Chicos, ¿Podríais bajar la voz? Estáis asustando a la clientela. — Ordenó suave y gentilmente con una sonrisa. Me avergoncé de mi propio comportamiento, pero creo que Natsu no.
Al final, acabamos los dos sentados en una mesa otra vez, para hablar de la información recolectada.
— ¿Y bien…? ¿Cuál es esa gran información que has conseguido? —Pregunté con sarcasmo. Él me miró con recelo.
— Dicen que sólo atacan a los tipos guapos como tú, Gray. — Me explicó. Yo entonces me sorprendí. ¿Natsu seriamente acababa de llamarme guapo? — ¡Y que aparece siempre en la madrugada del domingo! — Yo asentí en ese momento.
— Sí, yo también he escuchado lo mismo… Así que esta noche se supone que tiene que aparecer… Dentro de dos horas. — Expliqué, algo nervioso. De pronto, escuchamos un grito y tanto Natsu como yo fuimos a ver qué ocurría. Encontramos en ese momento un mensaje en la pared del restaurante, y parecía escrito con… ¿¡Sangre!? Me tensé cuando leí lo que ponía.
Ya eres mío…
— ¡Es Jack The Ripper! ¡Seguro que atrapará a alguno de nosotros! — Gritó el trabajador con pánico. Temblé levemente por un momento, cuando sentí la mano de Natsu sobre mi hombro. Le miré, y él me estaba sonriendo.
— Vamos a atraparle y acabar esto. — Comentó muy convencido. Yo sonreí mientras asentía. — Quédate por la zona del bar para protegerles, yo iré a mirar en el exterior. — Ordenó con convicción.
— De acuerdo… ¡Ocúpate de tus asuntos, yo buscaré por aquí! — Grité seriamente. En ese momento, Natsu se quedó mirándome. — ¿Qué ocurre? — Pregunté extrañado.
— Nada, que con ese traje y esos bigotitos no hay quien te tome en serio. —Bromeó, mientras se iba. No pude hacer otra maldita cosa que sonrojarme mientras gritaba su nombre.
Pasó un rato, cuando por fin conseguí reunir a todos los trabajadores en un mismo lugar, intentando evitar que se fueran. Creía que gracias a Natsu, al menos no secuestrarían a nadie más, pero de pronto vi una sombra y escuché un ruido, que rápidamente noté. Al instante fruncí el ceño.
—No os mováis de aquí. — Ordené mientras salía corriendo.
— ¡Gray-san, es peligroso! — Me intentó advertir uno de mis compañeros de trabajo pero lo ignoré. Ese maldito asesino estaba consiguiendo ponerme nervioso y no quería seguir trabajando en ese sitio.
Comencé a alejarme del bar y comencé a perseguir a un tipo que iba cubierto por una capucha. ¡Era él, tendría que serlo! Estaba a punto de atraparle cuando sin querer tropecé con mi falda del traje, dándole una ligera ventaja y perdiéndole de vista unos segundos. Maldita sea, se supone que tendría que esperar a Natsu… ¡Pero no había tiempo que perder!
Me pareció verle otra vez y comencé a seguirle de nuevo. Empecé a buscar de manera exagerada al supuesto asesino en serie. ¡Le había tenido tan cerca y había fallado miserablemente! Cuanto antes acabara, antes cobraría y dejaría a los pobres trabajadores tranquilos. De pronto me pareció escuchar ruidos sospechosos y me acerqué sigilosamente a lo que parecía una esquina que no daba a ningún lugar. Me pareció ver a alguien entre las sombras e intenté acercarme para saber quién demonios era. Había dos hombres hablando, e intenté poner mi sentido del oído al máximo para escucharles.
— ¿Va a venir? — Preguntó uno de los hombres.
—No va a venir. Ya ha llegado. —Dijo otro, mientras de pronto me miró y me sonrió. ¡Mierda, me habían pillado!
— Así la pequeña rata ha intentado llegar hasta el gran Jack The Ripper…—Susurró una voz a mi espalda. En aquel momento me asusté y de pronto algo tapó mi boca y mi nariz, e intenté quitarlo agitándome rápidamente, siendo peor para mí. Mis sentidos cada vez se estaban durmiendo más y comencé cada vez a ver peor, hasta que finalmente caí al suelo. —Una vez más, Jack The Ripper se adelanta a cualquier movimiento…—Eso fue lo último que escuché antes de perder completamente mi consciencia.