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Soy tu neko, Naruto por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola lectores, no estaba inspirada para seguir otras historias, lo siento :(. Después de haber hecho el Oneshot de “Instinto animal”, me quedé con ganas de hacer algo parecido con Sasuke de gatito, espero les guste.

La continuación la subiré el fin de semana si ningún contratiempo me aparece.

Espero les guste.

(Personajes de Masashi)

 

Se marca tendencia siempre que un nuevo artículo sale a la venta en propagandas de televisión u otro medio, y hablan de él todo el tiempo, ya sea ropa, calzados, maquillaje, un celular o un par de anteojos. La nueva moda de hoy en día era bastante extravagante, y solo gente exclusiva adinerada tenía la oportunidad de obtener uno de ellos. Su precio era bastante exagerado, pero si querías entrar en la alta sociedad, debías obtener uno a como diera lugar.

Había variedad de “Nekos”, los hay de diferentes características y color. Los Nekos eran seres humanos, pero tenían unos rasgos sobresalientes desde su nacimiento (Una raza experimental) nacidos de padres normales y genéticamente mutados con ADN animal, en este caso, el felino conocido como gato. Habían intentado con perros, pero no eran muy queridos y tampoco se veían tan dulce como su otra especie. Para gente que no contaba con un empleo fijo o estaba a punto de caer en la miseria, podían ir a la empresa multimillonaria y a cambio de sus servicios a la comunidad, el dinero les llovía a montones. Tanto mujeres como hombres no se negaron ante la jugosa oportunidad, de ellos, junto a científicos especializados, comenzaron a venderse seres humanos con rasgos animales a todo el mundo. Se subastaban en los barrios más peligrosos y se enviaban por avión o helicóptero a los países extranjeros. No tardó en expandirse, y prácticamente toda persona poseía uno, excepto aquellos que no tenían los medios necesarios para pagarlos.

Los bebés se vendían a partir de los cinco años en adelante. Sus fines se mantenían en secreto, la empresa protegía a sus clientes con sus poderosos contactos fuera de la cuidad. La policía, ni ninguna ley podía entrometerse, ya que según las reglas establecidas, nadie estaba cometiendo un delito contra ellos.

Un error grave que solo le costaba a los nekos e incluso pagaban con su vida. Muchos mantenían silencio y miraban a otro lado ignorando su existencia, si bien, eran la nueva tendencia de los ricos, el día de mañana podrían ser lo contrario. Había tres variedades de nekos, el neko dominador, el neko doncel y el neko hembra. El neko dominador era la cabeza de los tres, él que estaría con su pareja toda su vida y viviría para mantenerla con sus hijos, en otras palabras el macho. El neko doncel era considerado un tesoro de millones, por lo general sabía quedar embarazado de dos bebés nekos; solo podía concebir donceles o machos. El neko hembra era la pareja del dominador, su fiel compañera, y a diferencia del neko doncel, podía concebir ambos sexos. En términos generales, valía lo mismo que un  neko doncel, pero últimamente la mayoría se inclinaba por la otra opción. Las mujeres adineradas eran las que las compraban por mayoría, ya sea como sirvientas, confidentes, o niñera para sus hijos.

Los nekos podían trabajar, siempre y cuando sus amos estuvieran de acuerdo. Hacían todo tipo de trabajos, incluso se prostituían al cumplir los catorce años de edad, sí, no había derechos para ellos. Tenían suerte si les tocaba un amo gentil que solo buscaba compañía, pero si no eran esclavos lastimosamente terminaban en la cama como esclavo sexual por poseer una belleza atractiva que superaba con creces otro individuo. Su vida era servir o servir, no hay nada más, y muy pocos han alcanzado la felicidad.

Tener un neko se volvió una costumbre y una necesidad, con el pasar de los años, eso no cambió y hoy se mantiene exactamente igual, ellos son un artículo costoso que solo pocos podían poseer.

 

 

—No otra vez-frunció el seño notablemente molesto, era la quita vez que regresando a casa encontraba la sala hecha un desastre. Su paciencia tenía un límite—¡SASUKE!

—Tks… no seas tan irritante-bostezó. Se asomó por el sofá beige y comenzó a estirarse tal cual lo hacía un gato cuando despertaba de una larga siesta.

—¿Qué carajos has hecho?-no podía mantener la compostura tranquila como normalmente lo hacía—¡Me has rotó contratos, carpetas de trabajo y hasta mi ropa!

Efectivamente en el piso alfombrado en tono azul, se hallaban papeles mordidos, carpetas masticadas y ropa también en las mismas condiciones. Si bien eran en gran parte humanos, podían llegar a tener instintos gatunos incapaces de controlar algo con los que los científicos no pudieron reparar. El neko de dieciocho años le miró molesto por sus gritos, era insoportable, las esponjosas orejas azabaches se levantaron en alerta, mientras su larga cola se mantenía levitando por lo bajo.

—Viene alguien-anunció huraño.

—¡No cambies de tema, Sasuke, tu y yo tendremos una larga charla! ¿Me oyes? ¡Has arruinado un trabajo que me llevó un año de mi vida, jodido neko de mierda!

—Oh, viejo, se te oye desde el segundo piso.

—Shikamaru-miró a su amigo entrar por la puerta con cara somnolienta.—¡Es que este estúpido neko arruinó mis planos de trabajo! ¿Qué escusa le meto a Kakashi? ¡Va a matarme!

—Eso lo estoy viendo-observó el piso repleto de pedazos de papel. Jamás había visto un neko tan problemático como lo era Sasuke—No te preocupes, te ayudaré a rehacerlo otra vez, todavía tengo las memorias que me pasaste en la oficina. Será cosa de acordarse.

—¡Déjenme dormir!-gritó fastidiado aventando un cojín del sofá, el cojín fue a nada menos que al rostro del blondo, la vena se hinchó en su frente.

—¡Hijo de…!

—Te tengo-lo apresó por la espalda—Respira hondo, Naruto.

—¡Suéltame, Shikamaru, voy a matarlo! ¡Voy a matar a ese neko maleducado! ¡Sasuke, ven aquí, desgraciado!-intentaba zafarse, pero su compañero de trabajo era más fuerte en ese momento.

—Vas explotar con tanto estrés, creo que deberías pedir vacaciones.

—¡No las necesito, lo que necesito es matar a Sasuke!

—Eso tampoco ayudará-suspiró—Creo que sé lo que le está pasando, por eso te diré a donde debes llevarlo.

—¿De qué hablas?-dejó de forcejear.

—¿Alguna vez has llevado a tu neko a un especialista? ¿Sabes qué tipo de neko es al menos?

—No, yo… yo nunca tuve tiempo de ocuparme de esas cosas-murmuró más tranquilo.

Shikamaru lo soltó y observó como el neko negro descansaba a sus anchas estirado a lo largo sobre el sofá. Su intuición no podía fallar, Sasuke estaba…

—Ten-el blondo miró la tarjeta en su mano y la tomó, “Tsunade Senju, especialista en nekos” —Llévalo a esta dirección, estoy seguro que ahí te diran el porqué del comportamiento de Sasuke.

—Bien, voy a hacerlo. Solo espero que mis problemas acaben, gracias, Shikamaru. A propósito… ¿Necesitabas algo que has venido?

—¿Eh? Oh, sí, pero… me olvidé de que era.

—Ja, ja, ja, ¿en serio? Hombre, me haces reír tanto, ja, ja, ja.

—Eres problemático, ¿lo sabías?

 

Nunca pensó que sería un trabajo de los mil demonios sacar a Sasuke de su departamento de lujo. Tuvo que arrastrarlo al auto, en el proceso había sido arañado con sus pequeñas garritas, debía cortarles las uñas cuanto antes, se quejó en todo el recorrido y luego parecía distraerse mirando por la ventana a otros nekos cargar las compras de sus dueños, sus ojos ónix se nublaron y eso no pasó desapercibido por el rubio que pudo captarlo claramente por el espejo. Ser neko era duro, y él lo sabía más que nadie, Sasuke sabía que Naruto era su ángel guardián, él lo sabía, pero nunca había podido expresarlo.

—Así que tú eres Sasuke, él que hace desastres en casa-sonrió la rubia de ojos color almendra, le miró de arriba abajo analizando su figura—Luces bien alimentado para tu edad, eso es muy importante, ahora sígueme.-abrió la puerta del consultorio—Voy a revisarte.

Sasuke bajó las orejas y enroscó su cola en su pierna derecha, estaba nervioso y algo asustado, odiaba los médicos. Miró a Naruto con una mirada de suplica en sus hermosos ojos, el blondo sonrió con ternura, su neko podía ser un canalla pero había veces que era totalmente adorable.

Este acercamiento íntimo no pasó desapercibido por la doctora.

—No te harán nada que te desagrade, te lo prometo-lo tomó de las mejillas suavemente, el moreno cerró sus ojos gravando las palabras de su dueño en su mente, un pequeño ronroneo escapó de sus labios ante la tierna caricia—Yo estaré aquí esperándote, volveremos a casa en cuanto todo esto pase ¿de acuerdo?

El abrió los ojos y le miró con una pasiva expresión.

—De acuerdo-susurró a su dueño.

Siguió a la mujer y la puerta se cerró. El oji-azul se sentó al lado y tomó su móvil para mandar unos mensajes ya que llegaría retrasado a la empresa. Los minutos pasaban, pasó hora y media cuando vio salir a Sasuke, se puso de pie esperado que la especialista le dijera su problema.

—¿Sasuke, está bien?

—Está perfecto, he hecho el chequeo y lo he revisado de pies a cabeza.

—¿Entonces a que se debe su comportamiento?

—Venga conmigo-hizo seña con la mano al consultorio.

—Sasuke, quédate aquí sentado y espérame-cerró la puerta y observó la pequeña habitación. Una camilla, varios aparatos tecnológicos, y el típico escritorio con una ventanal dando una hermosa vista a la cuidad.

—Siéntese, por favor-ella se acomodó en su lugar y procedió a darle detalles en cuanto lo vio relajado—Señor Naruto, su comportamiento en casa tiene una perfecta explicación.

—Soy todo oídos.

—Su Neko está en celo.

—¿Q-que?-la mandíbula se le desencajó.

—En otras palabras, está preparado para hacer una familia. A los dieciocho años ya es normal en el neko que despierte sus instintos de reproducción, Sasuke tampoco sabía con certeza porque le causaba tantos daños a su morada, cuando se lo expliqué no sabía qué clase de actitud iba a tomar usted. Tengo una lista de nekos que serán una perfecta pareja para Sasuke, sus dueños buscan un neko de carácter fuerte e indomable. Quieren preñar a sus hembras y donceles.

—Espere, espere un minuto-era demasiada información para procesar—Eso significa que Sasuke es…

—Su neko, señor Namikaze, es un neko dominador. En otras palabras, el macho de un doncel o una hembra. Dígame, ¿tiene planeado que su neko se aparee para dejar descendencia?

—¡¿Qué?! No, yo… yo no sé…

—Todo depende de usted, ya que es el propietario y puede hacer con él lo que desee.

—¿Qué ha dicho, Sasuke?

—Él dijo, que haría lo que usted quisiera, porque es su neko. Lo elogio por tener alguien tan bueno como él, Sasuke es muy devoto a usted. ¿Quiere elegir su pareja ahora? Tengo nekos hembras y nekos donceles que están en celo y esperan por un macho como el suyo.

—Yo…

(Continuará)

 


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