Mientras Minho dormía, Taemin no podía dejar de mirarlo.
Observaba su rostro en plena tranquilidad, miraba los parpados cerrados y el entrecejo que se contraía en milisegundos, tampoco podía dejar de mirar los labios, esos que a veces se juntaban y movían cuando Minho pasaba saliva.
¿Cómo podía resistir las ganas de besarlo?
Taemin se había prometido no interrumpir los sueños de Minho, ¡es más! quería procurarlos y cuidar de él mientras descansaba.
Ahora que estaba siendo Entrenador en la escuela y el Diplomado de Animación, las noches eran sólo para dormir. Algo que a veces le molestaba porque él quería sentir a Minho, sentir sus manos tocando su cuerpo y sobre todo, sentir como se hundía en su cuerpo.
Pero se tragaba todas las ganas de hacerlo con Minho para dejarlo dormir.
Ahora le había preparado una cena tranquila después del Diplomado.
Había cocinado un par de hot cackes y un licuado de plátano con leche. Sabía que últimamente Minho hacía un sobreesfuerzo para mantenerse atento y alerta, lo había visto tomar café en la escuela, comprar golosinas en las maquinas expendedoras y cómo olvidar el helado de vainilla que compraba siempre después de regresar del Diplomado.
Minho últimamente había descuidado su comida, por arte de papas le habían salido cachetitos. Y eso no le gustaba a Taemin, porque, principalmente, Minho estaba perdiendo su estado saludable.
Así que seguirá el consejo que siempre le daba antes de mandarlos a las duchas en la escuela “Coman bien” le llevaba ensaladas a la escuela y le ponía comida sana para llevar al diplomado “Manténganse hidratados” por eso había eliminado las sodas y no le permitía tomar alcohol “Duerman sus horas correspondientes” por eso, hacia que Minho durmiera una hora después de cenar.
Sin hacer cositas sexys de por medio.
Y ahora, después de lavar los platos sucios y de apagar las luces en casa de Minho, además de cerrar las puertas con seguro, había subido sólo a observar cómo dormía.
Como esos labios con forma de gomita sobresalían.
¡Querían ser besados!
Pero Taemin era fuerte, así que los ignoró levantándose de la silla que había colocado para mirarlo, así lo pudo cobijar mejor y posteriormente fue a cerrar la maldita ventana que siempre abría antes de dormir.
Suspiró, le gustaría estar hablado con Minho sobre lo que hizo en el Diplomado, sobre lo que pasó ese día en la escuela, en los entrenamientos, ¡quería hablarle de lo que hizo en CoffeFriend con sus amigos!
Pero tenía que dejarlo dormir.
Así que suspirando se dispuso a cambiarse de ropa, se acostó a un lado de Minho sin moverlo.
Lo miró de nuevo, sonrió mientras se acercaba a sus labios y le dio un sutil beso.
-Buenas noches.- sonrió.
-¿Muñeco?- susurró Minho somnoliento, entreabriendo los ojos.
-Nuuu, vuelve a dormir.- pidió Taemin, cubriéndole con la cobija. –Soy débil, no resistí darte un beso, lo siento.-
-Muñeco.- susurró girándose para mirarlo, luego lo abrazó. –Me encantas.- sonrió, Taemin asintió feliz, pegándose a su pecho.