Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Soñando esta noche contigo por Charly D

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un pequeño One-shot para celebrar el día de los enamorados, espero les guste tanto como a mi.

Notas del capitulo:

Un escrito para enmarca una fecha importante.

Dreaming of you

 

-¿Qué tanto le puedes ver a ese cuadro?- me pregunta Augusto, mi esposo.

-Me encanta, la textura, las imágenes, todo cuanto tiene dibujado… es maravilloso- contesto completamente embelesado. Hoy se abre la exposición artística del pintor Augusto Domínguez.

-Creo que jamás podré hacer que dejes de amar ese dibujo- comenta sonriente. Es verdad, jamás podré dejar de admirar aquella obra de arte.

 

Desde aquel día en el cual la vi por primera vez la amé y hoy a tantos años de distancia la sigo amando como la ocasión en la cual la conocí…

 

 

 01 de Febrero de 1995

 

 

Las ventanas de la Universidad Consorcio Clavijero lucían radiantes gracias a los hermosos rayos del sol que penetraban con suma intensidad. Para algunos estudiantes resultaba incómodo, para otros era un placer contar con aquellos cálidos destellos solares.

 

-¿Tan temprano y ya dibujando Augustito?- le pregunté a mi amigo. Ambos cursábamos el primer año de la carrera de administración.

-Hoy me siento inspirado, el sol me ha tocado- sonrió burlonamente

-¡No me digas!- expresé dramáticamente siguiéndole el juego

-No seas payaso Luis- se rio

-¿Y ahora qué dibujas?- dejé de carcajearme y le pregunté.

-Es un boceto, pero este va a ser un retrato de la naturaleza viva, como poco a poco comienzan a florecer los árboles, las plantas van tornándose fuertes para el inicio de la primavera- con el lápiz comenzaba a vislumbrar un poco de lo que sería aquel dibujo. No es por nada pero Augusto poseía un talento genial para el arte del dibujo.

-No entiendo, si eres tan bueno con esto de la dibujada ¿por qué estás en esta carrera llena de números?- me senté frente a él para saber su respuesta.

-Mis padres quieren que tenga un trabajo real, y pues ser administrador creo que les satisface- soltó un suspiro y siguió dibujando. Sus manos, blancas y suaves se manchaban por culpa del grafito. Cada trazo dejaba en claro su capacidad creativa, lo conocía desde hacía años y había podido ver muchos de sus dibujos, unos a lápiz otros con la acuarela y eran fantásticos. Me encantaban.

-Pues qué desperdicio, eres genial- seguía viéndolo cuando de repente me llamaron.

-Luis, mi vida, vamos a desayunar- mi novia Tania me llamaba.

-Ya voy- giré para verla- ¿Quieres que te traiga algo?- le pregunté a Augusto, el cual se hallaba muy ocupado.

-No, estoy bien así- me miró, esos ojos me hipnotizaban. No entendía por qué, pero nunca antes los ojos de un varón me habían llamado tanto la atención. Había algo en ese par de orbes que me ponían nervioso, ansioso, feliz… no sé, era algo extraño.

-De… de acuerdo- tartamudee

-¿Vamos cariño?- Tania me tomó de la mano y me sacó- Luego nos vemos Augustito- dijo ella con un toque de burla, creo que mi amigo no le cae bien. Él solo asintió y regresó a su dibujo.

 

 

Pasaron unos días y al fin pude ver su dibujo, era hermoso, no sé cómo podía darle esos matices, unos claros otros oscuros y todo con lápiz, pensé que lo pasaría a color, pero él me dijo que lo importante no era transmitir a través de los colores, sino a través de los sentimientos plasmados en ese grabado.

-wow, me dejas siempre sorprendido Augusto, eres genial con el lápiz, sigo creyendo que deberías dejar esta carrera y dedicarte al dibujo, eres un maestro- coloqué el papel en su escritorio, puesto que estábamos en su alcoba, y lo tomé por la cintura.

-No te atrevas a hacer lo que pienso ¡eh!- me miró con algo de miedo.

-Me temo que sí me voy a atrever- me carcajeé y lo levanté por los aires, le daba vueltas y al ser más flacuchento que yo no me costaba gran trabajo, aunque si pesaba un poco como para cansarme luego de unos cuantos giros.

-¡Tarado!- algo mareado mi amigo buscó refugio en su cama- Siento que voy a vomitar-

-No aguantas nada- le dije mientras me hacía el fuerte, aunque yo también estaba mareado.

-Si he sabido que me ibas a dar vueltas no te enseñaba nada- se talló los ojos con las manos.

-Ay ya, no te quejes que bien que te gusta- le sonreí, di un paso y por estar un poco mareado no pude coordinar bien y me fui de bruces sobre él. Mi corazón se aceleró, podía sentir su respirar, podía ver como un leve rubor se formaba en sus pómulos. Nos miramos unos segundos…

 

-Hijo ya está…- su madre abrió la puerta y sin pensarlo mucho mi amigo me dio un empujón que me tumbó de la cama- ¿Ocurre algo?- la señora nos miró acusadoramente.

-Nada mamá, este torpe que se tropezó y cayó- dijo sonriente

-Ah…- dijo no muy convencida- Les vine a avisar que ya está la comida, bajen por favor y no tarden-

-Enseguida estamos allá- la mujer se fue y él me tendió la mano para levantarme, en todo ese rato no pude decir nada, estaba algo aturdido, lo tuve tan cerca… ¡Tan cerca! No sé por qué me pongo nervioso con él, si lo conocía desde mucho tiempo, no entendía qué me pasaba.- Este… será mejor que bajemos, mamá se molesta si no voy cuando me llama- solo asentí, esa señora sí que imponía.

 

 

En la mesa, degustábamos un delicioso guisado de pollo. Lo que sea de cada quién la mamá de mi amigo cocinaba de maravilla…

-¿Y qué tal van muchachos?-  preguntó don Mario, padre de mi amigo, un hombre robusto, barbón y muy serio.

-Pues a veces se complica un poco la situación, me cuesta un poco la materia de cálculo, no me gustan las matemáticas- dijo Augusto para después dar un bocado a su ración.

-Es lógico, te la pasas con tus dibujitos en lugar de ponerte a estudiar como se debe- lo reprendió- ¿Y tú que tal Luis? ¿También se te dificulta?- me miró, si la señora me imponía, don Mario lo hacía más.

-Pues a mí no tanto, pero a veces si nos ponen unos problemas algo complicados, como somos de primero y es tronco común piensan que todos hemos visto lo mismo y pues nos ponen ejercicios algo difíciles- quise defender a mi amigo, el cual ya había cambiado su semblante a uno serio. Él me lo decía, y a veces, como en esta ocasión me quedaba claro que para sus padres su talento para el dibujo no importaba, querían a un administrador fuera como fuera.

No quise hacer más problemas y por ello preferí callar y seguí comiendo.

 

 

Mi vida se complicaba más, no tanto por los estudios, mi cabeza estaba hecha un enredo, Tania ya no me atraía como antes, mi mente comenzaba a divagar trayendo la cara de una sola persona… Augusto. Esto es sumamente extraño, me molesta, me agrada, me todo… ¿Por qué pienso tanto en mi amigo? No creo que esté bien, ambos somos hombres, un hombre no debía pensar tanto en otro. Me sentía muy confundido.

Caminé por los pasillos en búsqueda de mi tormento mental y lo ví en una de las bancas con su inseparable aguilucho, dibujando sabía qué cosa, pero algo que me llamó la atención de más y que de alguna forma me irritó fue ver a un sujeto junto a él.

 

-Vaya Gus, pareciera como si le estuvieras sacando una foto- el muchacho, un cerebrito cualquiera adulaba a mi mejor amigo. Ese chico con suéter de rombos, gafas y pantalones anticuados estaba muy cerca de él y eso me molestaba en demasía.

-No es para tanto- se apenó

-En verdad, nunca había conocido a alguien que dibujara tan bien como tú, eres maravilloso con el lápiz- Augusto comenzó a sonrojarse y yo a enfadarme más.

-Hola- dije secamente y logré que esos ojitos marrón me vieran. El otro tipo me miró con desdén, al menos en algo coincidimos, no nos caíamos bien.

-Hola Luis, estoy haciendo otro dibujo-

-Y le está quedando genial- dijo el chico sin mirarme y se acercó más a Augusto.

-No es necesario que lo digas, yo sé que mi amigo dibuja fantástico- enfaticé la parte MI.

-No es para tanto, ambos exageran- dijo él sin mirarnos a ninguno.

-Si es para tanto, te conozco desde hace años y puedo asegurar que eres genial haciendo esto- decidí marcar mi territorio.

-Creo que mejor me voy, debo ir a la biblioteca- pon fin ese tipo había entendido que estaba de más.

-De acuerdo, que te vaya bien Yael- se despidió mi amigo del nerd aquel. Cuando pasó junto de mí aprovechó para darme un empujón.

-¿Sabes? Deberías considerar con quién te juntas, ese chavo se ve que es un pesado- comenté

-No te preocupes, es un buen amigo, no es pesado- me sonrió, por inercia yo también le sonreí. Nos miramos unos segundos, hasta que salí de mi estado de ensoñación y hablé…

-¿Ahora qué dibujas?-

-Una máscara- vi el nuevo trabajo y noté un rostro cubierto por la mitad con una máscara, no podía negar que efectivamente parecía como si le estuviera sacando una foto a una persona.

-Parece tan real…- comenté mientras miraba

-Es real- me aseguró- es la realidad de muchas personas que cubrimos aquello que no deseamos con una máscara. Una cruel máscara- su rostro se tornó un tanto triste cuando mencionó eso último.

-¿Todo bien?- me preocupó lo que decía

-Sí, todo bien- sonrió, lo conocía y no era verdad, él no estaba bien.

 

 

Ya no pude más, no podía seguir abrazando a Tania sin pensar en él, sabía que estaba loco, tal vez desviado o pervertido, pero no podía hacer otra cosa, no quería a mi novia, terminé con ella en víspera del día de los enamorados. Me abofeteó, insultó y marchó haciendo un terrible espectáculo. No podía seguir así, me estaba interesando demasiado en el flacucho, castaño y talentoso de mi amigo.

-¿Por qué terminaste con ella?- se sorprendió al enterarse

-No era mi tipo, creo que estoy interesado en alguien más- le dije, él bajó su cara para continuar con el nuevo dibujo.

-Ah, me alegro por ti, espero que todo vaya bien- no me miró cuando lo dijo.

-Pues ojalá esa persona pueda verme pronto, si no me tendré que desnudar para que me note- bromeé y él sonrió…

-Estás demente Luis… completamente demente.

-Algo que sí es demente es que desperdicies todas estas obras de arte en un cajón polvoriento de tu escritorio… ¿No has pensado en mostrar tu talento a los demás? Somos muy contados los que conocemos tu arte-

-No lo sé, por ahora  no puedo pensar en eso, dibujar solo debe ser un pasatiempo, me debo enfocar en la carrera- mencionó con desgano.

-¿Eso lo dijeron tus papás verdad?- yo conocía la respuesta.

-Es lo correcto, ellos saben lo que es mejor- seguía hablando sin mucha convicción.

-Lo correcto es que hagas tus sueños realidad y que no escondas esa virtud que tienes con los lápices y los pinceles detrás de una calculadora-

-No puedo, lo mejor es estudiar lo que mi papá y mi abuelo, eso es lo correcto- su agarre con el lápiz comenzó a flaquear.

-No, no lo es y lo sabes, a veces da miedo enfrentarse a lo que uno quiere porque puede ser diferente a lo que los demás esperan, pero quiero que sepas que es de valientes enfrentar esos deseos aunque vayan contra el mundo entero- temblé, pero así lo sentía, así lo quería.

Lo abracé y pude sentir como una lágrima caía sobre mi playera y la humedecía. No era necesario verlo para saber que lloraba. Y era un llanto plagado de frustración, de coraje… de miedo.

-Gracias Luis… gracias por ser mi…- trago un poco de saliva- mi amigo- dijo casi como un suspiro.

 

 

14 de Febrero de 1995

 

San Valentín llegó y por todos lados se respiraba el ambiente festivo, las parejas aprovechaban para darse las atenciones que probablemente no se darían en resto del año. Yo había decidido hacer algo especial, tenía miedo pero valía la pena.

Estábamos en un parque, eran cerca de las seis de la tarde, pese a la fecha el lugar estaba poco concurrido, lo más seguro es que los enamorados anduvieran en el cinema, restaurantes o los más atrevidos en algún hotel.

 

-Mira…- Augusto me entregó un gran paquete envuelto en papel de regalo- espero que te guste, no sabía que regalarte y pues pensé que esto sería bueno- sonreí. Pesaba, no sabía de qué se trataba pero viniendo de él, por solo ese hecho ya me encantaba.

-A ver…- sin cuidado alguno me deshice del envoltorio y pude ver mi obsequio. Eran todos los dibujos, en lápiz y acuarela que él había hecho en los últimos años- ¡Augusto! ¡Esto es maravilloso!- sonreí emocionado, todos los dibujos eran míos, todos.

-Ojalá te gusten- me miró, una vez más esa mirada me atrapaba, amaba esa mirada.

-Yo… yo quiero darte esto…- con miedo saqué una pequeña cajita. Era color verde, se la di y él la miró expectante…

-¿Qué es?- preguntó algo sorprendido

-Es un regalo muy especial, prueba de que voy detrás de mis sueños, que tengo miedo pero nada pierdo con intentarlo- sin perder tiempo él la abrió y miró el contenido

-Es un…- levantó la vista para observarme

-¿Quiero saber si quisieras ser mi pareja?…- avergonzado y temeroso pregunté mientras veía la argolla plateada.

-Luis…- susurró, mi cuerpo temblaba, mucho miedo a perder hasta su amistad me invadió.

-Sé que es atrevido, y tal vez anormal, pero me gustas y quisiera que fueras mi novio- lo miré puesto que no contestaba nada. Él continuaba pensando y vi como derramó una lágrima…

-Pensé que yo era el único anormal… el único al que le gustaba un hombre- nos miramos fijamente- Sí quiero, si deseo ser tu novio y sí deseo mostrar mis dibujos a muchas personas- nos acercamos y abrazamos. Fue un contacto tan cálido que no podía dejar de pensar que era el mejor día de mi vida… ¡El mejor!

-Puedo… ¿puedo darte un beso?- sentía la cara arder, pero me atreví, si ya éramos novios lo más correcto era besarnos.

-No- respondió y yo me quedé helado- No puedes besarme porque yo lo haré antes- y sin esperarlo me tomó de las mejillas y nos besamos- Sé que esto sonará poco varonil, pero te amo… te amo con todo mi ser, desde hace tiempo lo siento, te amo y tenía miedo de decirlo por temor a perderte…- me abrazó

-Yo también tenía miedo, pero contigo a mi lado no importa nada, seré valiente y lucharemos juntos… Te amo Augus…-

-Yo solo puedo ser valiente contigo… solo contigo puedo enfrentar al mundo… vamos a ser valientes juntos- me separó de él un poco- Hoy por la mañana Yael me pidió lo mismo, que fuéramos novios pero no pude, aun cuando tú nunca me hicieras caso yo no hubiera podido estar con un chico que no fueras tu… simplemente porque a ti te amo, contigo es con quien sueño todas las noches, tu rostro es lo único que imagino cuando dibujo…  y seguramente esta noche soñaré contigo de nuevo- se acercó y me besó en los labios de nuevo, era mi gran historia de amor…

 

 

15 de Febrero de 1995

 

Llegué a la Universidad muy animado, eran cerca de las 11 de la mañana, la tarde anterior luego de nuestras confesiones pasamos un rato juntos y fui a dejar a Augusto a su casa. Esa noche pensé en todo lo que haríamos para que los dibujos de mi novio se hicieran conocidos. Sin embargo la escuela estaba hecha un caos. Murmullos, caras de susto y sorpresa se hicieron presentes. El rector mando a reunir a todo el colegiado en el auditorio. Todo era raro.

 

-Alumnos y alumnas, maestros, es muy terrible para mí tener que dar esta noticia, pero como varios de ustedes se habrán enterado ya por el periódico, ayer por la noche uno de sus compañeros fue baleado en la puerta de su casa. El joven Yael Caballero dio muerte con un tiro en el pecho a su compañero Augusto Domínguez- mi corazón se detuvo, mi mente se nubló… la mitad de mi alma se escapó de mi cuerpo…

-¡No!- horrorizado y sin pensarlo salí corriendo. No lo creía, no lo deseaba, no era justo… no y mil veces no, no mi Augusto, no mi amor. Mientras corría mi mente repasaba la hermosa tarde anterior, mi novio, mi amigo, mi talentoso artista. Llegué y pude ver la casa de mi amado, era casi la una de la tarde. Mi amado, mi tesoro ya no estaba. Un talentoso chico amoroso me fue arrancado. Me tiré en la puerta de su hogar y solo pude recordar lo último que habíamos prometido: ser valientes.

-Te lo juro mi amor… te lo juro que yo haré que el mundo conozca tus dibujos y no tengas miedo, sé que los amarán tanto como yo-

 

 

15 de febrero de 2015

 

Hace veinte años que esa noticia me marcó. Con el paso de los años pude seguir mi vida. Nunca olvidé nuestra promesa de ser valientes. Unos años más tarde conocí a un hombre maravilloso, el cual curiosamente también se llamaba Augusto. Luego de un par de años de noviazgo decidimos casarnos y hoy llevamos dos juntos. Hoy inauguré la exposición de mi amado Augusto, ese que siempre vivirá en mi corazón, en mis sueños, porque al igual que él sueño con su rostro en las noches, pero ya no con dolor, sino con la añoranza de que algún día nos volveremos a ver.

 

-Naturaleza viva- dijo mi esposo- Ese dibujo lo has atesorado mucho, no sé qué hay detrás de él, pero debe existir una gran historia-

-Te puedo asegurar que sí-

-Lo sigues queriendo ¿verdad?- me preguntó

-Sí, pero con un cariño lleno de respeto, pues a quien amo es a mi compañero de vida, a ti mi amor, y esto que hago es para honrar un sueño que en su momento no pudo ser cumplido- se le llenaron los ojos de lágrimas.

-Lo sé, y por eso te amo, por ser un gran hombre, un valiente hombre que no se ha detenido por nada del mundo- lo abracé. Miré nuevamente ese cuadro “Naturaleza viva” y en mi corazón sentí un cálido “Gracias”…

 

 

 

 

 

Cuando el amor es verdadero ni siquiera una barrera tan grande como la muerte podrá aniquilarlo…

 

 

 

FIN

Notas finales:

Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).