Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lobo feroz por Julie_chawn

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Kuroko no Basket y todos sus personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki.

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! 

Por fin, después de mucha indecisión me adentro en este maravilloso fandom. Tenía muchas ganas de escribir un KagaKuro, porque son una pareja adorable n//n Pero al final las cosas se me fueron de las manos y surgió este pequeño one-shot que espero que os guste :3 

 

Kagami no entendía que hacía allí, pero menos aún no entendía porque estaba vestido de aquella manera. Maldición, Kuroko podía ser muy convincente cuando se lo proponía. Miró al chico a su lado que sonreía ligeramente, el muy maldito se estaba divirtiendo con todo aquello. Y pensar que todo había empezado porque Kise había recordado que llegaba el carnaval…

Estaban en mitad de un entrenamiento cuando Kise había interrumpido gritando llamando a Kuroko. Todos se habían alarmado pensado que el rubio necesitaba algo importante de su sombra pero solo estaba allí de visita. Riko apretó el puño enfadada, en ese momento le daba igual que el chico fuera modelo, miembro de la generación de milagros y no fuese parte de su equipo. Como por cosa del destino, Kasamatsu apareció justo en ese momento, pateándole en la espalda a la vez que Riko le daba un puñetazo en el abdomen.

- ¡Kasamatsu-sempai! ¡Rikocchi! –gritó completamente adolorido el rubio agarrándose a su capitán para no caer al suelo. Kasamatsu se dejó agarrar con molestia.

- Te dije bien claro que no vinieras a molestar. Siéntate y espera a que terminen. –ordenó, adivinando lo que quería decir el rubio. Kise obedeció alegremente y se sentó en el banquillo a esperar. Por suerte para él y para todos no quedaba mucho de práctica.

Kagami miraba de vez en cuando a Kise, preguntándose que era lo que quería ahora, su instinto se disparó. Tenía el presentimiento de que nada bueno podía salir de ahí.

- ¿Ahora miras a Kise-kun, Kagami-kun? Vas a hacer que me ponga celoso. –dijo el peliazul saliendo de quien sabe donde y provocándole un mini-infarto al pobre pelirrojo. A pesar de que ya estaba completamente acostumbrado a él, Kuroko aun encontraba oportunidades en las que estaba con la guardia baja.

- Tsk, cállate Kuroko, yo no miro a nadie. –chistó el pelirrojo bastante enfadado. Aquello provocó un ligero puchero en el más bajo. Kagami se sonrojó y se regaño mentalmente por ser tan insensible. –Quiero decir… yo no miro a otros… s-solo a… ti… -farfulló completamente rojo.

A pesar de que llevaban tiempo saliendo aun se sonrojaba por cualquier cosa, Kuroko lo sabía y aprovechaba cada ocasión que encontraba para molestarlo.

-¡Ustedes dos, continúen con el ejercicio o tendrán que correr 20 vueltas más! –gritó la entrenadora, alarmando a los dos muchachos que siguieron rápidamente con el entrenamiento.

- Rikocchi da más miedo que tú, Kasamatsu-sempai –susurró Kise ganándose una mala mirada de su sempai.

- Cállate, Kise –advirtió el mayor. Pero para desgracia del rubio, la entrenadora de Seirin había escuchado perfectamente su comentario. Lo miraba con una sonrisa dulce pero aterradora que le hizo sudar frió.

- Será mejor que hagas caso a Kasamatsu-san, Kise-kun, a no ser que quieras unirte al entrenamiento. –las manos apretadas en su carpeta anunciaban que el entrenamiento sería mortal para él.

Kise negó rápidamente y se escondió tras Yukio, quien lo golpeo e intentó apartar pero al final tuvo que dejarlo ser para no armar más alboroto y ser parte de la furia de la chica también. Algún día tendría que preguntarle como hacía para manejar a esos enormes chicos siendo una chica tan pequeña… aunque sentía que no saldría bien parado en el caso de atreverse.

Tras terminar la práctica todos los jugadores se acercaron al banquillo a beber agua y charlar amenamente. Kuroko se acercó al modelo y esperó que hablara, mirándolo con ojos inexpresivos y sin emoción.

-¡Kurokocchi! –gritó abrazándolo con ganas. Kagami gruñó, sus celos crecían cuando se trataba de un miembro de la generación de milagros, el otro lo ignoró y se separó poco después de su amigo. -¡Tengo algo muy importante que decirte!

Tetsuya esperó sin inmutarse, sus compañeros de equipo dejaron de hablar para escuchar lo que tenía que decir el rubio.

- Voy a celebrar este fin de semana una fiesta de disfraces en mi casa. –Ryota se enfrascó entonces en un profundo monólogo de cómo se le había ocurrido semejante idea y como había recordado que llegaba el carnaval. Kasamatsu, harto de escucharlo (debía ser la tercera o cuarta vez que lo escuchaba repetir la misma historia), le dio un golpe cortando el alegre discurso de su compañero.

- Kise-kun, ve al grano, por favor. –pidió el peliazul apoyando a Kasamatsu con palabras. El rubio hizo un gracioso mohín y asintió.

- El caso es que estáis todos invitados a la fiesta, recordad que debéis ir disfrazados. –se hizo el silencio mientras Ryota miraba a todos con una sonrisa de felicidad en el rostro. Los miembros del equipo se miraron unos a otros hasta que todas las miradas acabaron en el capitán.

- Por mi bien, puede ser divertido. –aceptó Hyuga al ver las caras de suplica de sus compañeros. Miró a Riko. -¿Tú qué opinas, entrenadora?

La chica lo meditó unos segundos.

- ¿Va a ir algún equipo más? –preguntó con curiosidad. El rubio asintió emocionado.

- Todos han confirmado su asistencia, menos Rakuzan...

Tras lanzar una última mirada a su equipo, la entrenadora asintió.

- Iremos.

.

.

.

Por eso ahora se encontraba con Kuroko, ambos disfrazados, delante del instituto esperando a sus demás compañeros para ir juntos a la casa del rubio. Hyuga, Kiyoshi, Izuki y la entrenadora fueron los primeros en llegar y se aguantaron la risa al ver la cara enfurruñada del pelirrojo.

- ¿Qué te pasa, lobo feroz? –preguntó Hyuga. Kagami gruño haciendo que los otros cuatro estallaran a carcajadas. Jamás pensaron encontrar al pelirrojo con un disfraz de lobo de cuerpo entero. Kuroko se adelantó un paso para ver a sus sempais.

- No seáis crueles con él, me ha costado mucho convencerlo. –comentó el chico sin ninguna expresión, pero Kagami, conociéndolo como lo conocía sabía que se estaba divirtiendo incluso más que sus sempais. Los chicos siguieron riendo un rato más, al ver a Kuroko disfrazado de caperucita, ¡ya podían haber elegido disfraces en pareja más normales!

Cuando estuvieron todos y tras bastante burlas al pobre Kagami que no sabía donde meterse y ya planeaba como escapar de la ciudad, fueron juntos en tren a la casa del rubio, llamando la atención de todos. Ellos ajenos a todo hablaban tranquilos y animados.

La casa de Kise era enorme al estilo moderno, con un gran jardín delantero y con toda probabilidad, también trasero. Cuando llamaron a la puerta Kise los recibió con una sonrisa, disfrazado de pollo, un traje amarillo chillón, como solo el rubio podía elegir, amplio que terminaba en patas de pollo y los brazos cubiertos con lo que parecían unas alitas, además de un pequeño picho anaranjado sujeto por una goma elástica.

-¡Bienvenidos, estáis en vuestra casa! –gritó dejándolos pasar, alabando algunos de los disfraces. -¡Kurokocchi! –gritó abrazándolo con fuerza. –Que bien te queda el disfraz de caperucita, ¡estás adorable! –le dedicó una mirada que pretendía ser amenazante a Kagami, aunque con aquel disfraz solo parecía un pollito molesto que necesitaba de su mamá. El pelirrojo alzó una ceja. –Más te vale que no le hagas nada a Kurokocchi, ya sabes a que me refiero.

Por la cara de desconcierto del pelirrojo estaba más que claro que no tenía ni idea de a que se refería y tampoco quería saberlo. Kuroko se aguantó la risa y el fantasma de una sonrisa asomó en sus labios llamando la atención de su novio.

- Tranquilo, tengo al lobo bien domesticado, Kise-kun.

El rubio observó al par marcharse sin saber muy bien como tomarse esa respuesta por parte de su adorado peliazul, pero justo en ese momento Kasamatsu pasó por su lado y no pudo evitar correr tras él, pidiendo su atención.

El equipo de Too fue el último en llegar, muchos aguardaban con expectativa cual sería el traje que llevaría Momoi, si bien el disfraz de demonio de Riko le iba como anillo al dedo, no era sexy o no lucía sexy en ella. Pero morir jóvenes no estaba entre sus planes, no sin antes ver a la pelirrosa, por lo que no comentaron nada al respecto sobre Riko.

Resulto que Momoi iba de hada, concretamente de Campanilla, con un vestido verde ajustado y corto que era muy revelador, un  par de alas a la espalda, el pelo recogido en un moño y una varita en sus manos, incluso los zapatos eran iguales. Aomine iba de policía, una sola mirada bastó como advertencia para todos de que no debían molestar a Momoi o lo pagarían caro.

A pesar del tamaño de la casa, casi todos se dividían entre la cocina, el salón y el jardín por lo que no fue difícil que los ases de Seirin y Too se encontraran. Aomine intentó aguantar la risa al verlo, pero era jodidamente difícil lograrlo.

- ¿En serio? ¿De lobo? –preguntó burlón, sintiendo que en esa pequeña batalla de “¿quién llevaba el mejor disfraz?” había vuelto a ganar. -¿Dónde te has dejado a caperucita?

Y como si lo hubiesen llamado, Kuroko salió de detrás de Kagami antes de que él pudiera responderle a los insultos.

-Estoy aquí, Aomine-kun.

Daiki se quedó sin palabras por primera vez en su vida y tardó unos segundos en reaccionar. El pelirrojo ya se estaba riendo  de él por ello. Se mordió el labio inferior intentando no reírse, joder, cada vez se lo ponían más complicado. Al final optó por reírse, porque era una ocasión única e irrepetible. El grito estridente de Satsuki acompañó a la risa de su amigo.

- Dai-chan, no te rías, Tetsu-kun  está adorable. –dijo sonrojada abrazando al chico, o mejor dicho aplastándolo contra sus pechos.

Sin saber como Satsuki había provocado con esas palabras una pelea entre el “policía” y el “lobo” que decidieron resolverlo con un 1vs1. Kuroko juró que se vengaría de su novio por abandonarlo a su suerte con la pelirrosa.

La fiesta fue desmadrándose cada vez más y más, música alta, alcohol y más alcohol, competiciones absurdas, vasos rotos y quien sabe que más. A Kise no parecía importarle nada de esto, todos estaban más que pasados de copas y el rubio solo se dedicaba a seguir a Kasamatsu, gritando y pidiendo atención para completa desesperación del chico.

Kuroko se había encontrado con Takao, quien era el que más estragos había hecho ya que había propuesto un juego de beber, incluso había convencido a Midorima para que jugara. Tetsuya se había quedado solo porque quería ver haciendo el ridículo a Midorima, eso no se veía todos los días. Y menos si el peliverde iba vestido de rana, ya que justamente ese era su lucky ítem del día. Todos los presentes jamás olvidarían aquel día y nunca mirarían con los mismos ojos al serio jugador de Shutuko.

Kagami estaba aliviado de  no haberse encontrado a su hermano todavía, no quería que lo viera con esas pintas. Se giró y se lo encontró de frente, sonriéndole con tranquilidad.

- Taiga, te sienta muy bien el disfraz de lobo. –comentó sin burla. Debía ser la primera persona que no se burlaba, casi se le saltan las lágrimas, su hermano era el mejor. – ¿Estás bien?

- Sí, ¡gracias Tatsuya! –dijo abrazándolo con fuerza. Definitivamente se había pasado con la bebida. Himuro le palmeó la espalda, confundido pero disfrutando del abrazo de todas formas, después de todo hacía mucho no veía a su hermano.

- Kagami-kun. –una voz los sobresaltó a ambos, el nombrado se separó rápidamente del jugador de Yosen para enfrentarse a su novio.

- Con que disfraces en pareja, buena elección. –sonrió amablemente Tatsuya. El peliazul lo miró seriamente, sabía que no había pasado nada, pero no podía evitar sentirse celoso cuando su novio estaba con él.

- Gracias Himuro-kun. –contestó lo más educado posible, pero un leve tinte de molestia se dejó entrever en su voz. Kagami no lo notó, pero su hermano si.

Kagami se sentía desde hacía rato mareado y bastante alegre producto de la enorme cantidad de alcohol que tenía en el cuerpo. Se había pasado, si, mañana se arrepentiría, posiblemente, pero ni loco dejaba que Ahomine le ganara en una competición fuese cual fuese. (Aunque la idea de competir para ver cual de los dos aguantaba más bebiendo no había sido ni de lejos la mejor que habían tenido.) Sintió que algo se agarraba con fuerza a su mano y tiraba de él, alejándole lentamente de la fiesta.

- ¿Qué…? –preguntó confundido hasta que se percató de la presencia de Tetsuya (que borracho se le hacía casi imposible de notar) y la dirección que estaban tomando. – Oi, Kuroko, ¿dónde vamos?

Taiga sabía que no era buena idea que subieran a la parte de arriba, aunque hacía rato la fiesta se había trasladado también arriba y ahora ocupaba toda la casa. No sabía porque pero su instinto, que parecía no haberse atrofiado aún, le decía que estaba siendo acorralado.

Kuroko ignoró las protestas, demasiado molesto todavía con el abrazo que había visto. Abrió la primera puerta que encontró, que por suerte era una habitación de invitados. Empujó al pelirrojo dentro de la estancia y tras una leve ojeada al pasillo cerró la puerta cerrando con pestillo.

Kagami saltó al escuchar el “click” de puerta al cerrarse totalmente y frunció el ceño, cada vez más confundido. Kuroko lo miró y sonrió casi imperceptiblemente, se veía completamente adorable con su disfraz de lobo, levemente sonrojado y con el ceño fruncido por la confusión. A pesar de todas las indirectas que le habían hecho a lo largo de la noche, Kagami no había pillado ninguna, seguía siendo muy inocentón para esas cosas, pero así era como le gustaba.

Tetsuya se acercó a él y tiró de su disfraz para bajarlo a su altura y así depositar un beso suave en sus labios. No lo dejó ir y profundizó el beso, pidiendo más, fue correspondido por la desbordante pasión del pelirrojo, quien lo acercó a él levantándolo ligeramente del suelo. Sus labios se acomodaban a la perfección, saboreándose a conciencia y rozando sus lenguas con movimientos que ya tenían más que practicados. Kuroko rodeó el cuello de su pareja, quitándole la capucha de lobo para poder acariciar las suaves hebras rojas. Sus piernas acompañando al movimiento de sus brazos rodearon la cadera del otro.

Kagami gruñó satisfecho de sentirlo tan cerca, sujetándolo por el trasero y sin separar sus labios, volviendo el beso cada vez más demandante. Se estaba dejando llevar y cada vez le importaba menos que estuvieran en casa de Kise, con sus compañeros de equipo y los de la generación de milagros a pocos metros de ellos. En aquella habitación solo estaban ellos dos y podían demostrarse todo el amor que quisieran. Tumbó al peliazul en la cama, que no lo soltó por lo que tuvo que sostener su peso con los antebrazos para no aplastar al menor.

La falta de aire se hizo presente y a regañadientes se separó de él. Antes de que pudiera reaccionar Kuroko tomó impulso y lo tumbó en la cama quedando sobre él. Era una ventaja que Kagami no estuviese al cien por cien de sus capacidades, sino no podría controlarlo de esa forma. El pelirrojo lo miraba a penas sin enfocar, sabía que se estaba moviendo por instinto, su movimiento de cadera provocó que sus hombrías se rozaran sobre la ropa. Kuroko jadeó y permitió el movimiento inclinándose buscando los labios del otro.

Tetsuya buscó casi con desesperación el cierre del disfraz, consiguiendo dejar al descubierto el pecho del pelirrojo. Se dedicó a morder y besar el cuello mientras sus manos se paseaban por el cálido pecho. Taiga sacó los brazos rápidamente del disfraz, se sentía arder por las atenciones de su novio y aquel traje solo le daba más calor. Una vez libre comenzó a deshacerse de la ropa de Kuroko con torpeza, gruñó molesto, el nudo de la capucha se lo estaba poniendo difícil. El peliceleste lo ayudó a desvestirse para poder volver a besarlo cuanto antes. Kagami aprovechó el movimiento para deshacerse de una vez del maldito disfraz de lobo.

Una vez completamente desnudo, Kagami lo contemplo como si de una obra de arte se tratase, y es que para él (aunque probablemente no lo diría) su sombra era el ser más perfecto de la creación. Saboreó la piel cremosa del cuello, mientras sus dedos jugaban con los rosados botones. Kuroko jadeó, pero no se iba a quedar atrás.

Tomó la erección de su novio, acariciando suavemente primero, la reacción por parte del pelirrojo fue inmediata, un ronroneo escapó de sus labios y sus besos se volvieron más insistentes. La agarró con suavidad, moviendo la mano por su longitud a un ritmo lento y pausado. Kagami movió la cadera, buscando más velocidad, aquel ritmo lo estaba volviendo loco. Sin embargo, Kuroko lo soltó ganándose una protesta que fue callada en seguida.

Taiga tragó saliva al ver lo que el menor hacía, estaba lamiendo sus dedos como si de un manjar se tratase, los ojos levemente entornados cargados de lujuria y un ligero sonrojo en sus mejillas a causa del calor. Se tumbó para observarlo más cómodamente. Su erección palpitó al verlo introducirse unos de los dedos ya humedecidos en la pequeña entrada. Tragó duro observando como Tetsuya se preparaba para él. Acarició las suaves piernas, hasta llegar a su trasero donde agarró con fuerza. Otro dedo acompañó al primero, haciéndolo temblar.

Kuroko miró a Kagami y se relamió, quería prepararse cuanto antes para sentirlo dentro, ser uno solo con él. Cuando introdujo el tercer dedo no fue capaz de callar los gemidos.

- T-taiga…

Kuroko no solía llamarlo por su nombre, solo cuando estaban solos. Pero cuando lo gemía, dios, eso era el paraíso. Kagami lo besó con ganas, sus erecciones se frotaban haciendo que el menor temblara aun más.

Retirándolos dedos de su interior y con un fluido movimiento, se sentó a horcajadas sobre el miembro del pelirrojo. Kagami gruño, aquello le había pillado desprevenido, se dejó caer en el colchón, saboreando la sensación de estar dentro de él. Era tan cálido y estrecho que sentía que no podría soportarlo más. Cuando Kuroko comenzó su vaivén a su ritmo tuvo que contenerse para no gimotear de placer.

Kuroko había tardado unos segundos en acostumbrase a la intromisión, pero la expresión de pura felicidad de su pareja había ayudado, le gustaba ver a Taiga así. Normalmente se controlaba y era más serio pero cuando el alcohol entraba en juego la vergüenza desaparecía y si algo le gustaba se lo hacia saber por medio de expresiones y gruñidos. Comenzó a moverse al ritmo que le pareció más cómodo, hasta que el miembro del pelirrojo rozó su próstata.

Taiga se dio cuenta de que el último gemido había aumentado de volumen y se movió también, acompañando los movimientos de su pareja, tocando siempre ese punto. Kuroko le arañó el pecho, seguramente le quedarían marcas pero en ese momento no podía importarle menos. Siguió mirando las expresiones que solo él tenía derecho a ver y se relamió, Tetsuya era muy sexy si se lo proponía.

- T-taiga… m-más… -pidió gimiendo el menor sin detener sus movimientos, que cada vez aumentaban más el ritmo.

Kagami tuvo que utilizar todo su autocontrol para no correrse ante esa petición. ¿Cómo lo hacía para verse tan deseable cuando normalmente su rostro estaba completamente inexpresivo?

El ritmo aumentó y ambos sentían el final cerca. Tetsuya tomó la mano de Kagami enredando sus dedos con los de él y apretando con fuerza, una costumbre que habían mantenido a pesar del tiempo porque le parecía romántico. Mordió con fuerza el cuello del pelirrojo, dejándose arrastrar por las oleadas de placer que le provocó su orgasmo, corriéndose entre ambos. Taiga no aguantó mucho más al sentir las estrechas paredes apretarle aún más, corriéndose en su interior con un gruñido de placer. 

Se quedaron quietos, respirando agitadamente sin separar aun sus manos. Taiga parpadeó, intentando ver a través de la neblina que le había provocado el placer. Kuroko ronroneó satisfecho y se acurrucó sobre él para dormir, importándole muy poco que estuviese manchado de semen. En otra ocasión, Kagami le habría obligado a limpiarse para dormir, pero aquel día hizo una excepción, demasiado cansado como para hilar dos pensamientos coherentes.

Kagami cerró los ojos y Kuroko lo contempló con tranquilidad. La respiración del pelirrojo se hizo más pesada, indicándole que se había quedado completamente dormido. Depositó un suave beso en sus labios y se volvió a acurrucar.

- Buenas noches, Taiga-kun. –susurró cerrando los ojos y cayendo en seguida en los brazos de Morfeo.

.

.

.

A la mañana siguiente, la casa de Kise era un completo caos. Muchos habían decidido quedarse o no habían podido moverse tras caer KO en cualquier rincón. Kise hablaba tranquilamente (o todo lo tranquilo que podía hablar el rubio) con Kasamatsu, quien apenas le prestaba atención y se dedicaba a comer los bollitos que su kohai le había entregado.

Kuroko apareció de la nada, tomando uno de los bollitos sin pedir permiso. Su disfraz como el de todos estaba bastante desarreglado (más de uno tendría problemas con el traje alquilado) y su pelo todo despeinado como era normal en él.

- ¡Buenos días, Kurokocchi! –gritó con entusiasmo el rubio ganándose un escueto “buenos días” de Kuroko que apenas le prestaba atención, la comida delante de él era mucho mejor.

- Agg, no grites, Kise –se quejó el as de Too entrando en ese momento a la cocina frotándose la cabeza con desgano. Se sentía fatal, solo quería comer y volver a dormir. Kise iba a replicar pero algo calló sus quejas.

- Buenos días –bostezó Kagami entrando en la cocina todavía medio dormido. Los presentes (menos Kuroko que solo tenía ojos para los bollitos) se quedaron mirándolo en silencio.

Taiga se olvidó de todo lo demás al ver la comida sobre la mesa y se acercó a comer. Los otros tres lo siguieron con la mirada. La cremallera de su disfraz estaba a medio subir, dejando al descubierto parte de su pecho donde se veían claras marcas rojizas, un arañazo. En su cuello también había una marca rojiza con algunas más suaves, mordiscos.

- Je, creo que nos equivocamos al elegir al lobo… -comentó el rubio con una sonrisa divertida. Aomine reacciono en ese momento gritándole a Kagami por haber hecho eso con su antigua sombra.

Y así fue como todos descubrieron que Kuroko era el lobo a pesar de llevar su traje de inocente caperucita. 

Notas finales:

Y eso es todo ewe 

Acepto criticas, sugerencias, tomatazos... ;3 Espero volver pronto con más historias (algunas se me están resistiendo pero lo lograré TwT). 

¡Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).