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Fue un placer conocerte. [HUNHAN] por Val_HH

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Notas del capitulo:

SI YA LEYERON EL SHOT ANTES, DEJENME DECIRLE QUE SOY YO MIJITOS RICOLINOS, Pandicornio_Anonimo en todo su esplendor ;3;

AYUDENME (?) Si alguien sabe cómo eliminar cuentas, dígame. Me quiero librar de culpas y matar esa cuenta (?)

FUE UN PLACER CONOCERTE

 

 

 

Sehun se encontraba fuera de una sala de operaciones con el corazón en la garganta; sentado con los codos apoyados en sus rodillas en un fallido intento de retener las lágrimas que, sin su consentimiento, se habían formado en sus hermosos ojos cafés, tratando de entender como una persona como el chico dentro de esa sala merecía esto después de todo lo que había hecho por todos, por él.

Se encontraba con una camisa a cuadros remangada hasta los antebrazos con manchas de sangre esparcidas en ella, unos pantalones jean rasgador gracias al impacto del golpe y sus infaltables zapatillas blancas que ahora se encontraban con sutiles gotas de sangre. Había estado esperando más de tres horas, sentado y empezaba a entrar enun estado de desesperación, ya que cada minuto que pasaba era como un puñal más enterrándose en su corazón.

Escucho las puertas abrirse de la sala de emergencias y se levantó rápidamente dirigiendo toda su atención al hombre de uniforme que se despojaba de su mascarilla mientras secaba rastros de sudor que despendían de su frente. Sehun observo con ojos esperanzados al hombre mayor, pero desgracia el cirujano bajo la mirada y negó lentamente con la cabeza y fue cuando todo el mundo de Sehun se desvaneció. Todo a su alrededor pasaba rápido, pero él seguía parado en un total estado de shock tratando de asimilar la fuerte noticia que acababa de recibir.

Segundos…

Minutos…

O hasta horas pasaron, para que Sehun reaccione y vuelva a observar al doctor con una mirada de total desolación y desesperación, soltando las palabras más dolorosas que pudo haber soltado en su vida.

—¿Cuánto le queda de vida? —cuestiono, sintiendo como las lágrimas que estuvo tratando de retener salían a la luz con tanta naturalidad.

—Lo siento mucho, joven; lamentablemente solo le damos unas horas. —Respondía con pena el doctor, dirigiendo su vista al chico abatido que tenía al frente. —Su enfermedad no lo está ayudando.

El joven soltó un fuerte suspiro, cerrando y tratando de prepararse mentalmente para lo que sea que viniese a continuación después de hacer la pregunta que quiso hacer desde que piso ese hospital y se llevaron a Luhan tras esas blancas puertas que decían “SALA DE EMERGENCIA”

—P-podría pasar a verlo ¿Por favor? —pregunto con ojos suplicantes, tratando de causarle lastima y poder entrar; y aunque no lo hiciera no pensaba irse de ese hospital hasta lograrlo y armaría un escándalo de ser necesario.

El doctor se quedó observando la mirada del joven frente a él, tratando de encontrar algún indicio de malicia en su mirada o en su forma de actuar, pero no encontró nada. Soltó un suspiro cansado mientras se despojaba de sus guantes quirúrgicos y asentía con la cabeza.

—Está bien, puedes pasar a verlo, pero tienes que tener la vestimenta adecuada. —y dicho esto Sehun fue dirigido a una sala especial, donde lo vistieron con ropa totalmente esterilizada y de un color verde.

Estaba listo para entrar, físicamente, pero su mente era un caudal de temores, preocupaciones y pesadillas ¿Qué tan mal se vería Luhan? ¿Lo culparía de lo que paso? ¿Viviría con la culpa por siempre? ¿Podría pasar un milagro y Luhan viviría?

 
Observo como muchos doctores y enfermeras salían del cuarto de su querido amigo; algunos con miradas de total devastadoras y otros con lágrimas bañando sus mejillas ya que él sabía el chico era muy querido en el hospital.

Ante esa imagen le aterrorizo entrar a la habitación, pero luego de unos segundos más tomo una decisión. Se acercó a la puerta, sujeta la perilla con su temblorosa diestra, le dio vuelta con lentitud hasta escuchar el “Click” que le hacía saber que la puerta estaba abierta y la empuja con suavidad asomando su cabeza por la pequeña ranura, encontrándose con una imagen devastadora. Luhan estaba totalmente pálido, ayudándose con un respirador artificial y muchos cables conectados a él, específicamente a su corazón y pulmones, sus muñecas estaban inyectadas con sueros, y la mitad superior de su cabeza estaba cubierta con una venda. 

Sehun se acercó inconscientemente a la camilla y de desplomo de rodillas al borde de esta, sujetando una de las heladas manos de su amigo con ambas manos tratando de transmitirle su calor y apoyo, soltando todo el llanto contenido; un llanto desgarrador que término por conmover a los doctores, que después de ver al joven entrar y desplomarse en el suelo tratando de aferrarse a su amigo, sintieron una contracción en el corazón y sus ojos comenzaron a arder. Sehun seguía en la misma posición, pudieron haber pasado días pero él seguía llorando por Luhan, su mejor amigo que le regalo mil y un sonrisas, al cual despreció estúpidamente ocasionándole el estado en el cual se encontraba.

 

~◈~


Luhan se sentía desfallecer, sus parpados se sentían tan pesados como un yunque y estaba muy cansado; lo único que quería era en esos momentos era descansar pero sabía que si lo hacía no despertaría nunca más. Algo detuvo que siguiera descansando sus ojos mientras cavilaba en sus pensamientos, un fuerte y doloroso llanto que sabía muy bien a quien pertenecía. Sintió la calidez de las manos ajenas sobre su surda y junto toda la fuerza que tenía en esos momentos para darle un ligero apretón a estas y haciendo un esfuerzo sobre humano para poder abrir sus ojos.

Al sentir aquel débil apretón, Sehun levanto aceleradamente la cabeza encontrándose con los ojos, que ahora carecían de brillo, de Luhan  junto con una apagada sonrisa que sabía que le costaba mucho esfuerzo.

—Luhan, no te esfuerces. —le reprendió con una voz irreconocible sorprendiéndose a sí mismo de lo roto e inconsolable que se escuchaba.

Luhan fue apagando, lentamente, su sonrisa hasta que quedo con un semblante de completa tristeza mientras tenía la mirada perdida en la blanca pared que se encontraba detrás de Sehun, pensando seriamente en su condición y soltó la oración más larga que sus degradados pulmones pudieron permitirle, logrando que Sehun se hundiera en un llanto mucho más fuerte y desgarrador y que los doctores que aún se encontraban fuera se sintieran impotentes.

 —Sehun... No quiero morir. —murmuro con lágrimas en los rabillos de sus ojos y una mirada perdida en algún lugar del techo de la habitación. 

—N-no morirás Luhan... No dejare que lo hagas. —dijo con un pequeño atisbo de esperanza, tratando de mostrarle una sonrisa que más salió como una mueca lamentable.

Luhan soltó una pequeña y sumamente dolorosa risilla antes de hablar con mucho esfuerzo mientras tomaba pausas para respirar. —Recuerdo cuando te conocí... Tú apenas me volteaste a ver y me trataste con desprecio, pero no me arrepiento de haberme esforzado para entrar en tu corazón.

Ante tal afirmación, Sehun soltó una nostálgica risa. Claro que nunca olvidaría el día en que conoció a su pequeño XiaoLu, el día en que su vida dio un giro de 180°

 

 

Sehun estaba sentado al fondo de la clase como lo hacía siempre, tratando de prestarle atención a la aburrida clase de biología dictadas por el profesor extranjero, Kim Anthony. Después de lo que pareció años, la campana de la libertad que hizo a Sehun soltar un suspiro de alivio y que escondiese su rostro entre sus brazos. 

Luhan había salido de su salón de clase hace unos 30 minutos, pero como un profesor lo necesitaba para dejarle unos encargos ya que era el presidente estudiantil tuvo que quedarse. Paso frente a uno de los salones de sus superiores y diviso a un chico en una de las sillas del fondo que al parecer se había quedado dormido. Se adentró en el amplio salón y camino a paso dudoso hacia el chico de cabellera rubia.

 —Oiga, su clase ya finalizo, despierte. informaba el castaño con un volumen de voz un poco alta para lograr ser escuchado mientras zarandeaba con delicadeza el hombro de su mayor, observando como despertaba con el ceño fruncido.

Sehun observo a Luhan de arriba hacia abajo con el ceño aun fruncido y con voz adormilada y despectiva preguntó.  —¿Quién eres tú?

Luhan ignoro olímpicamente el tono en el que su mayor formulo la pregunta y esbozo una amplia y encantadora sonrisa. 

—Hola, un placer conocerlo. Soy Xi Luhan. se presentó mientras extendía su mano hacia el contrario en forma de saludo.

Sehun acepto el apretón de manos con mucha desconfianza. Obviamente el encantador rostro de ese chiquillo lo había visto en algún otro lado y fue cuando lo recordó.

Xi Luhan, hermanastro de Kim JongDae. El culpable de que uno de sus mejores amigos haya decidido abandonar esa escuela por culpa de sus sucias apuestas que hacía con sus amigotes y de las cuales, suponía, Luhan era participe.

Extrañaba mucho a Suho, pero el daño que hizo el bastardo de JongDae ya estaba hecho.

—Soy Oh Sehun... espero no nos volvamos a ver nunca más. advirtió Sehun antes de soltar con dureza la pequeña mano de Luhan. Tomo sus cosas mientras apartaba a Luhan de su camino con un fuerte empujón que hizo caer al menor y  desaparecio del salón de clase mientras que Luhan, que aun yacía en el suelo sobando su ahora lastimada muñeca, miraba en dirección hacia la puerta y es que extrañamente le había gradado la brusca actitud de su mayor.

 

Luhan soltó un entrecortado suspiro, totalmente cansado, pero no iba a dejar de interactuar con Sehun.

—Y el día en el que por fin aceptaste que sea tu amigo aunque se notaba a leguas que te irritaba mi personalidad. —recordó tratando de mostrar una pequeña sonrisa, volviendo a ver a Sehun.

 —Como no recordar el mejor día de mi vida. —pensó Sehun mientras que solo negaba con la cabeza hacia Luhan mientras retiraba una de sus manos de la surda de este y la dirigía a la opaca cabellera del menor, acomodando unos mechones rebeldes.

 


Luhan se encontraba sentado en la cafetería  con un semblante de tristeza ya que era la veinteava vez que Sehun rechazaba ser su amigo y le pedía que lo dejase en paz. Después de ir a la cafetería y beber su leche chocolate como si fuese alcohol, ante la mirada divertida de sus amigos, decidió aceptar la petición del chico, ahora cabeza de arcoíris, de dejarlo en paz ya que no importaba cuanto tratara de encontrar su amistad, este simplemente se la negaría.

Paso una semana y Luhan dejo de acosar a Sehun para que sea su amigo, lo que dejo extrañado al segundo ya que siempre acostumbraba a ver a ese niño parado fuera de su salón tratando de convencerlo de ser su amigo pero él siempre se lo denegaba, decidió no tomarle importancia y seguir con su vida normal y despreocupada. Pero seguían pasando los día y el menor no hacia acto de presencia.

Dos semanas: Todo bien.

Tres semanas: Ña~.

Cuatro semanas: Una etapa de negación.

Un mes: DESESPERACIÓN

Sehun empezó a desesperarse al no tener la fastidiosa presencia del menor junto a él por lo que decidió que ese día acabaría con todo eso.

Un día salió de clase un poco más temprano de lo usual con la excusa de que no se sentía muy bien y que iría a la enfermería.

Avanzó a paso rápido hacia el salón del menor y una vez fuera comenzó a esperarlo mientras que uno que otro estudiante que pasaba por esos desolados pasillos se le quedaba mirando raro.

Sonó el timbre que anunciaba el primer receso y todos los alumnos de grados menores comenzaron a salir como si su vida dependiera de eso. Muchos de ellos examinaban con la mirada al ahora peligris, ya que no era normal ver a uno de grados superior rondando por esos pasillos, y otros se sonrojaban al ver lo guapo que se veía.

El mayor se paró de puntas para poder ver sobre todas esas personas a la irritante cabecita que tanto estaba buscando y cuando por fin salió por esa pequeña puerta, le sorprendió de sobremanera la reacción con la que lo “recibió”

¿El chico lo vio? ¡Sí!

¿Lo recibió con una sonrisa? ¡No!

¿Un abrazo? ¡No!

¿El típico “Sehunnie”? ¡Menos!

¿Si quiera lo saludo? ¡No!

¡Exactamente! Luhan simplemente lo había visto de reojo, pero siguió con la plática que mantenía con un chico alto, moreno, de ojos saltones y sonrisa carismática que se reusaba a sacar su brazo de encima de los hombros del aludido.

Algo en el interior de Sehun dio un vuelco. Se acercó a paso firme, y el ceño fuertemente fruncido,  a la parejita  y sujeto con fiereza la muñeca del más pequeño arrastrándolo fuera de la vista de todos los estudiantes menores y de uno que otro maestro que los veía, pero milagrosamente ningún maestro los detuvo y nadie acudió a los gritillos de dolor que soltaba Luhan.

Una vez en el patio trasero, lo soltó y vio al menor con sus clásicos pucheros y el ceño fruncido. 

— ¡Oye! ¿Pero qué te sucede?
cuestionó  un desconcertado Luhan, sobando su roja muñeca donde antes había estado la fuerte mano del ahora peligris.

Sehun se acercó más al menor y lo tomo de los hombros mientras lo veía directamente a los ojos.

—Acepto ser tu amigo, Xi. No sé qué me pasa pero en este mes extrañe tu fastidiosa presencia. confesó con derrota y frustración mesclada sin apartar sus ojos de los ojos avellanados del otro.

Y eso fue suficiente para que el estómago de Luhan diera un vuelco y sus ojos se agrandaran mucho más de lo normal dando una tenue sonrisa de satisfacción.

De haber sabido que solo tenía que dejarlo en “paz”, lo hubiese hecho hace mucho tiempo atrás.

 

—Nuestro primer abrazo sincero ¿Lo recuerdas? —recordó Sehun mientras observaba cada acción del su pequeño con nuevas lagrimas aglomeradas en sus ojos.

Luhan suspiro pesadamente tratando de retener las lágrimas y sintiendo como su corazón comenzaba a latir con menos frecuencia y su vista comenzaba a nublarse no solo por las lágrimas. 

—No podría olvidarlo.  —murmuró de forma entrecortada

 



Sehun se encontraba corriendo con todas sus fuerzas a la casa de Luhan, rogando internamente porque el chico se encuentre ahí.

 

 

Eran las 1:24 de la madrugada cuando el celular de Sehun resonó en la tranquilidad de su habitación y grande fue su sorpresa al ver el número de Luhan en la pantalla, frunció el ceño y contesto de mala manera.

—¿Qué quieres ahora, Luhan? pregunto demasiado cansado para razonar.

Sehun hacia cada vez más sobre esfuerzo para llegar a la casa de Luhan.

—¿Usted es el joven Sehun? pregunto una joven al otro lado de la línea.

Sehun logro divisar la casa del menor a lo lejos y dio un último esfuerzo para llegar.

—Si ¿Quién es usted? pregunto con brusquedad ¿Por qué esa chica tenía el teléfono de Luhan?

Aporreaba la puerta de esa casa mientras gritaba el nombre de Luhan con desesperación y panico

—Lo llamo desde el Hospital Nacional de Seoul, el joven Xi dejo su teléfono celular aquí. informó la señorita y puede que en ese momento la sangre se hubiese drenado del cuerpo de Sehun, ya que se sentó bruscamente en su cama, completamente pálido.

JongDae fue quien abrió la puerta y su aspecto era totalmente desastroso, pero eso era lo que menos le importaba.

—¿Qué le paso a Luhan, señorita? pregunto mientras todos los músculos de su cuerpo se tensaban y le daba una rápida mirada a la puerta.

Tomo a JongDae fuertemente de las solapas de su pijama y lo zarandeo violentamente mientras preguntaba por el paradero de Luhan.

—No lo sabemos, joven. El joven Xi salió corriendo del hospital minutos después de enterarse de la muerte de su abuela, creemos que sin la compañía de alguien pueda hacer algo imprudente informo la uniformada y fue cuando todo tuvo sentido.

JongDae rompió en llanto mientras que le informaba a Sehun que no sabía dónde estaba y era verdad; JongDae había estado buscando a su hermano desde que desapareció y eso fue cerca de la media noche.

—Gracias por informarme del asunto. finalizo y antes de que la señorita respondiera, colgó. Tomo sus zapatillas colocándoselas a la velocidad de la luz mientras cogía una polera y se la colocaba rápidamente y cogía otra para Luhan. Salió de su casa y comenzó su búsqueda sin mucho éxito.

 

 

Sehun estaba en total estado de pánico, después de que JongDae informo la hora de desaparición de Luhan él no había hecho más que correr por las calles mientras gritaba el nombre Luhan desesperadamente y no ayudaba mucho estar solo en pijama ya que el frio era abrazador y las nubes amenazaban con una tormenta.

Se detuvo frente a un parque, suspiro frustrado y estaba a punto de darse por vencido y mandar todo a la mierda para llamar a la policía hasta que diviso un pequeño bulto en una de las bancas cercanas. Troto con lentitud hacia el pequeño bulto y encontró al chico, ahora rubio, llorando desamparado mientras abrazaba sus piernas cerca de su pecho.

Sehun se sentó a su lado haciendo sobresaltar al menor que le importo muy poco quien fuese la persona que se sentó a su lado, el solo quería morir.

El mayor tomo una de las manos del menor haciendo que voltee a verlo, totalmente sobresaltado, pero logro ver el rostro de Sehun detrás de esas capas de lágrimas que le nublaban la vista. El mayor levanto los brazos del menor y le coloco la polera mientras secaba con delicadeza las gotas de sufrimiento que estaban esparcidas por sus mejillas, sintiendo un golpe certero en su corazón al verlo con las mejillas rozadas por el esfuerzo al llorar, los ojos rojos totalmente irritados y sentirlo totalmente helado al tacto con su piel, sin dejar pasar que estaba muy pálido.

Luhan desvió la mirada hacia el suelo tratando de no romper a llorar frente al mayor, él sabe que debía de verse muy lamentable y patético y lo menos que quería es que este le tuviese lastima pero lo que paso después lo tomo por sorpresa…

Sehun lo estaba abrazando fuertemente, dejando el mentón de Luhan reposando en su hombro mientras le acariciaba desde el cabello hasta el punto medio de la espalda.

—No llores Hannie, nunca estarás solo, me tienes a mí.

Esas palabras llenas de sinceridad fueron suficientes para que un nuevo conjunto de lágrimas se formaran en los orbes de Luhan y volviese a llorar mientras se aferraba a la polera del mayor como si fuese la cuerda que lo sacaría de ese pozo de sufrimiento.

Sehun sintió su corazón doler al escuchar los desgarradores sollozos de Luhan, abrazándolo lo más fuerte posible y fue cuando lo que se predijo que pasaría, paso.

El primer trueno.

Segundos después, ambos jóvenes estaban empapados de pies a cabeza, uno camuflando sus lágrimas con la lluvia y el otro haciéndose una promesa que esperaba poder cumplir al pie de la letra.

“No dañar a Luhan y evitar que alguien más lo dañe”

Y así se quedaron hasta que Sehun cargo a Luhan hasta su departamento. El menor se quedaría con él esa noche y no asistiría a la escuela por la mañana. Luhan necesita reposo y apoyo, y el esperaba poder ser su apoyo.


 

—¿Aun recuerdas tu cara en la foto de esa montaña rusa? —pregunto Luhan con una sonrisa divertida que se notaba a leguas que le era muy dolorosa.

 —Cómo olvidar el día que encontré tu mayor virtud, que te guste el Bubble Tea. —trato de bromear Sehun mientras los recuerdos de ese día especial comenzaban a inundar su mente.

El día en el que los sentimientos de ambos chicos comenzaron a avanzar mucho más.

 



Luhan le había ofrecido a Sehun ir al parque de diversiones a pasar el rato, a lo que Sehun no tuvo más remedio que aceptar ya que cuando el menor hacia su carita del gato con botas tenías que ser un ser humano sin corazón para decirle que no.

Una vez que llegaron, Luhan arrastro a Sehun a todas las atracciones, primero a la montaña rusa donde las fotos salieron realmente graciosas haciendo reír a ambos jóvenes, luego al carrusel  donde Luhan se subió a un unicornio y Sehun a un dragón y comenzaron a bromear de cómo un poco más y una señora le daba u sermón al vendedor de dulces durante todo ese recorrido, y así sucesivamente fueron subiendo a muchas atracciones. Comieron helados y demás comida chatarra que vendían en ese lugar sacándole risas a Sehun cada vez que el menor se manchaba el rostro con algún alimento, luego de su receso de almuerzo fueron a una gaveta fotográfica —a petición y chantaje de Luhan— a inmortalizar ese momento tan especial como su primera salida de mejores amigos, aunque a todo el mundo más bien le parecía una cita entre un chico muy lindo y extrovertido, y otro que hacia su esfuerzo por no irse corriendo. 

Terminaron con la divertida y extraña sesión fotográfica, llevándose cada uno copias de las fotos y luego de unas atracciones más, Sehun llevo a Luhan a su respectiva casa —tomando un taxi esta vez, no se arriesgaría a dejar quemanosearan al menor en un bus repleto— y una vez que llegaron al frente de esta Sehun abrazo sorpresivamente a Luhan, haciendo que este abriera lo más que podía sus ojos y entreabrir su boca totalmente y es que este sentía que era el mejor día de toda su jodida existencia, y las palabras del mayor solo pudieron hacerlo mucho más feliz. 

—Gracias por lo de hoy, Hannie. Me divertí. susurro Sehun en el oído contrario para luego separarse y mostrarle una amplia y sincera sonrisa, dejando a Luhan petrificado en su lugar sintiendo como sus pulmones fallaban mientras veía a Sehun irse. Entro corriendo a su casa a buscar los medicamentos ya que no sabía si su corazón latía así de rápido por Sehun o porque le iba a dar un ataque.

 

—¿Recuerdas el día en el que me entere de tu enfermedad? —pregunto Sehun mientras hacia un poco más de presión sobre su diestra y con su mano sobrante acariciaba la pálida mejilla del enfermo.

Y contra todo pronóstico, Luhan se sonrojo notoriamente al recordar ese día tan vergonzoso. Él nunca olvidaría el día el cual bautizo “El día en el cual perdí la poca dignidad que me quedaba” 

 



Se encontraban en las olimpiadas escolares. Es en ese momento donde todos los salones se enfrentaban  sin excepción de edades dejando todas sus esperanzas en los competidores. Luhan era uno de los más rápidos en el agua al igual que Sehun así que quedaron enfrentados por una simple medalla y por la dignidad propia y la de su salón.

Claro, no se sentía la presión.

Luhan y Sehun se colocaron en las posiciones  iniciales y una vez que escucharon el disparo se lanzaron al agua con una destreza sorprendente, Luhan iba en la delantera y pisándole los talones iba Sehun, todos alentaban a su salón correspondiente hasta que ocurrido algo que le helo la sangre a todos los presentes incluido a Sehun que en toda la carrera no dejaba de admirar a Luhan aún bajo el agua.

Luhan había dejado de respirar.

El esfuerzo, combinado con el estrés y los nervios le hicieron una mala pasada ocasionando que sus pulmones dejen de retener el aire necesario y que su corazón bombeara sangre con dificultad a su cuerpo, dejándolo prácticamente flotando. Al verlo en ese estado, Sehun se detuvo de golpe y le importo muy poco lo que los demás pensaran o la carrera, saco a Luhan del agua. Intento hacerle RPC pero nada, gritaba su nombre mientras daba unas cuantas palmadas fuertes en el rostro del chico inconsciente per nada. Muchos profesores quisieron ayudar pero Sehun, en estado de pánico, cargo el inconsciente cuerpo de Luhan y lo llevo a los vestidores en donde le coloco solo la camisa escolar mientras que el solo recogió su casaca deportiva y unas toallas para Luhan y salió volando de la institución, alarmándose al sentir que el calor corporal del menor iba bajando drásticamente. Tomo el primer taxi que pasó frente a él y subió a Luhan con mucha delicadeza mientras que lo arropaba con las toallas y le indico el chofer a donde debía ir. 

Una vez llegados ahí, Sehun le arrojo la cantidad exacta al chofer y salió del taxi hecho un manojo de desesperación mientras cargaba nuevamente a Luhan y entraba corriendo al hospital. Muchos se lo quedaron mirando pero solo un doctor en especial grito un código que el no llego a entender y le arrebato a Luhan para irse rápidamente a una sala titulada “SALA DE EMERGENCIAS”, quiso entrar pero una enfermera de mirada siniestra se lo prohibió, desatando la furia de Sehun que golpeo una de las paredes con furia. Rezo internamente porque nada malo suceda en esa sala y se sentó en una de las sillas que había en ese pasillo.

Pasaron minutos y horas, pero el doctor no salía. Estaba a punto de quedarse dormido cuando el doctor salió de la sala con un portapapeles y una pequeña sonrisa impregnada en sus labios haciendo levantar a Sehun con su sola presencia.

—Usted trajo al joven Xi ¿Verdad? pregunto el doctor con total calma.

—S-si... ¿Cómo está el? pregunto rápidamente y con mucha preocupación ya que empezaba a temer lo peor desde que paso la primera hora.

El hombre mayor soltó una risa al ver las expresiones asustadas del joven frente suyo.

—Tranquilo, hijo. Lo trajiste justo a tiempo. Soy el doctor Cho, especialista en la complicada enfermedad del joven Xi que en estos momentos se encuentra estable. informo el diplomado.

—¿Enfermedad? pregunto Sehun un poco confundido y desconcertado.

—El joven Luhan sufre de deficiencia en el corazón y pulmones, por lo que no se sabe en qué momento dejaran de funcionar ya que de pequeño al momento en el que nació su madre falleció por lo que sufre de bajas defensas al no haber recibido los anticuerpos de la leche materna y además de su complicada salud, su padre nunca hizo acto de presencia  causándole un fuerte shock emocional cuando tuvo la edad de enterarse y solo se pudo quedar con su abuela materna ya que es la única que se mostraba interesada en el niño. informo el medico con una seriedad increíble, dándole escalofríos a Sehun.

Al escuchar toda esa historia, Sehun quedo totalmente impactado. Juraba que Luhan era una de las personas más saludables e irritantemente risueña que conoció y además se veía muy feliz todo el tiempo, nunca pudo imaginar que detrás de esa sonría se escondiera una historia tan trágica, y eso que él sabía muy bien que era perder a los seres que te dieron la vida.

—¿Podría entrar a verlo? —pregunto un poco anonado por la cantidad de información recibida.                                                  

—Claro, pero nada de peleas, por favor.
—pidió el doctor antes de que le ordenara a una enfermera que lo guiase al cuarto del menor.

Iba tan sumido en sus pensamientos que no noto cuando la enfermera se había retirado, dejándolo solo frente a una puerta color blanco que llevaba adherida una placa dorada con el número “224”.

Estaba a punto de tocar la puerta cuando esta se abrió dejando ver a un sonriente Luhan, que ahora llevaba el cabello color rosado, que formo una pequeña “O” con sus labios para luego sonreír ampliamente a “Sehunnie”

—¡Oh! Sehunnie. Hola. —canturreo el menor, y Sehun pudo jurar ver muchos brillos rosas y demás alrededor de él.

El más alto miro a ambos lados del pasillo antes de colocar al menor sobre su hombro, teniendo mucho cuidado con el suero conectado a su brazo, y entro a la habitación de este antes de cerrar la puerta lo más sutilmente posible.

—¿Se puede saber por qué estas fuera de tu cama? —pregunto enojado/preocupado el mayor mientras lo devolvía a su cama y apreciaba como el menor había un puchero y cruzaba sus brazos como un infante.

—Detesto los hospitales, me hacen pensar que en cualquier momento moriré. —murmuro el menor con tono cansino antes de soltar un pequeño suspiro mientras bajaba la mirada.

 —No pienses así. —dijo Sehun antes de darle un zape en la frente.

—¡¿Y eso como por qué fue?! —pregunto desconcertado el menor tocando la zona agredida.

—Eso fue por casi matarme del susto. —dijo neutral para luego de unos segundos abrazar con fuerza el menudo cuerpo del menor. — esto es por estar bien.

—Y-yo-oo… gracias por salvarme, Sehunnie. —dijo totalmente sonrojado el menor antes de devolver el abrazo.

—No es nada, Hannie, no es nada…

 

~◈~

 

El electrocardiograma comenzó a sonar cada vez más rápido y fuerte, haciendo a Sehun sobresaltarse al notar los ojos de Luhan un poco más hundidos, su tono de piel mucho más pálida de lo que estaba cuando entro a la habitación y su calor corporal prácticamente inexistente. Vio como el menor le dedicaba una sonrisa nostálgica y dirigía su mirada al frente.

—Nunca olvidare mi fallida confesión y este accidente. —susurro, antes de que la máquina comenzara a sonar cada vez más rápido haciendo los enfermeros que se encontraban fuera salieran corriendo en busca del doctor Cho y que Sehun cerrara los ojos sintiéndose terriblemente culpable.

Luhan estaba prácticamente agonizando.

 

  H A C E   U NA S   H O R A S 

Seoul / 7:43 p.m / Parada de autobús

Ambos jóvenes se encontraban sentados en la banca de la parada de autobuses muy cómodos con la compañía del otro sin emitir ni una sola palabra, sumidos en un silencio agradable para ambas partes.

Sehun se encontraba mirando fijamente a Luhan sin disimulo alguno, mientras que el aludido sentía la potente mirada sobre y decidió confesarle lo que comenzó a sentir desde hace unos meses antes de explotar. 

—S-Sehun. llamó el menor con sumo nerviosismo sin desviar su mirada del asfalto.

—¿Qué ocurre XiaoLu, te sientes mal? —Preguntó Sehun mientras sujetaba ambas manos del más bajo y lo observaba con preocupación.

—N-no me siento m-mal. —tartamudeó mientras veía las manos del mayor envolviendo las suyas.

—¿Entonces? —preguntó Sehun sin aparta su mirada.

—¿Me prometes que si te lo digo, no me vas a odiar?  —preguntó levantando su vista con temor, encontrándose con los preocupados ojos de su mayor.

—No podría odiarte nunca, Luhan. —confesó el mayor con vergüenza mientras que Luhan solo daba un sonrisa nerviosa.

—Está bien. —murmuró antes de cerrar los ojos y recoger una gran cantidad de aire.

—¿Que pasa Luhan? Me estoy preocup– 

—¡OH SEHUN ME GUSTAS! –gritó Luhan con los ojos fuertemente cerrados interrumpiendo las palabras de Sehun.

Un silencio abrumador se hizo presente en el ambiente antes de que la incomodidad y la tensión dieran acto de presencia.

—¿Qu-que dijiste? —susurró Sehun totalmente nervioso. Sentía una calidez en el pecho, pero también una mezcla de confusión y rabia, después de todo era el hermano de JongDae, por lo que deducía que el también jugaba con las personas.

—Que me gustas Sehun. —murmuró Luhan volviendo a posicionar su vista en el asfaltado como si fuese la cosa más interesante del mundo.

Sehun no salía de su asombro ¿En serio le gustaba a Luhan? ¿No era una broma? Estaba tan feliz que no sabía qué hacer, pero luego recordó un pequeño detalle:

“Es el hermanastro de Kim JongDae”

Y fue cuando toda la dicha que sentía en esos momentos se transformó en inseguridad, duda y odio de solo pensar en la posibilidad de una apuesta entre él y JongDae. Su rostro se tornó rojo de la ira al pensar que solo lo decía para que pudiera llegar al  instituto y presumir que tuvo al frio Oh Sehun al cual nadie nunca pudo lograr corroer y que cuando lo tuviese estúpido de amor, lo desecharía como si fuese un pañuelo. 

—Ya entendí, sabía que nadie en su sano juicio dejaría su dignidad para hacer un amigo. —comento con brusquedad mientras se levantaba violentamente, dejando a Luhan con la palabra en la boca. Sehun nunca caería en esos jueguitos.

—Sehun hablo enserio, yo no soy como mi hermano, no juego con las personas. informo Luhan con brusquedad queriendo ser escuchado, no dejaría que Sehun tuviese una imagen errónea de él. 

—¡¿Crees que me creeré esa mentira barata?! ¡¿Con quién apostaste, Luhan?! ¡¿Tu hermano?! ¡No me digas! ¡LA APUESTA CONSISTIA EN HACER QUE OH SEHUN CAYERA RENDIDO A LOS PIES DEL MAGNIFICO XI LUHAN PARA LUEGO AVANDONARLO COMO CUALQUIER COSA! Eres igual de basura que tu hermano. —murmuro lo último con asco y resentimiento.

Él no iba a ser tan ingenuo cono lo fue Suho, nadie se burlaría de Oh Sehun.

—¡NO APOSTE CON NADIE! ¡ES LA PRIMERA VEZ QUE SIÉNTO ESTO POR ALGUIEN! —grito totalmente enfadado y herido el menor. No le habida dado razones a Sehun de desconfiar de él. 

—¡Por Dios, Xi, eres un gran actor! —grito Sehun lleno de sarcasmo.

—¡Te estoy confesando mis sentimientos! —grito el menor sintiendo sus ojos arder.

—¡Por favor! ¡Tienes a toda la puta escuela a tus pies! ¡Debes haber tenido centenares de novias, Xi! ¡No voy a caer en ese jueguito tuyo y del bastardo al que llamas hermano! —gritó nuevamente, solo que esta vez era su inseguridad la que hablaba.

—¡Por qué dices eso! ¿Qué hice para que pienses eso? ¡¿A caso no demostré lo mucho que me importas!? ¡¿AH?! ¡Yo no sé qué te habrá hecho mi hermano, pero no soy como el! —gritó ofendido. Claro que estaba al tanto de todas las maldades hechas por su hermano y claro que siempre tarto de haberlo cambiar, pero este nunca lo escuchaba así que dejo de insistir… pero nunca pensó que eso le afectaría algún día.

Ambos estaban totalmente iracundos gritándose groserías, maldiciones y demás, pero hubo una cosa que hizo que el corazón de Luhan fallara nuevamente, que sus piernas flaquearan y que las lágrimas salieran a la luz.

—¡A  partir de ahora no te quiero volver a sentir cerca de mí, no te quiero volver a ver nunca más en mí vida! ¡A partir de hoy, tu, Xi Luhan, estas MUERTO.PARA.MI! —gritó sin pensar para nada en las consecuencias, dándose media la vuelta y cruzando la pista totalmente furioso sin percatarse de que un automóvil iba a toda velocidad contra él.

Luhan dejo que sus lágrimas retenidas salieran a la luz al escuchar las dolorosas palabras del mayor dándole también la bienvenida a un ataque de hiperventilación, pero dejo de lado su dolor cardiaco al ver como un auto iba a embestir al cuerpo de Sehun. Reunió todas sus fuerzas antes de correr contra el cuerpo del más alto y empujo a Sehun con una fuerza descomunal lejos del campo del auto recibiendo el toda la colisión sobre su cuerpo, volando unos metros antes de caer fuertemente sobre la carretera, con un charco de sangre comenzando a formarse debajo de su sien.

Sehun sintió el fuerte empujón que lo dejo recostado sobre el asfaltado y con los pantalones rasgados  por el impacto, iba a reclamar a quien fuera que lo empujo pero al ver el cuerpo de Luhan inerte en un inmenso charco de sangre bajo su hermosa cabellera castaña totalmente pálido e inconsciente lo dejo inerte, no pensó ni dos veces en lo que hacía y se levantó bruscamente, corrió hacia él colocándose en cuclillas antes de cargar el inconsciente cuerpo de Luhan y haciendo presión con su mano sobre la gran abertura en su cráneo en un intento de detener la hemorragia, hecho la carrera de su vida hacia el hospital.

En menos de 10 minutos estaba parado frente a la puerta por la cual había llevado a Luhan junto con un numeroso grupo de médicos, se sintió sumamente devastado e impotente al haber ocasionado que eso la haya pasado a una de las mejores cosas que le pasaron en la vida.

“—Prometiste que no me odiarías…”

Fue lo último que escucho de Luhan antes de que entrase a esa sala.

 

 

Luhan levanto lo más que pudo su mano logrando rozar la mejilla del mayor, tomando su atención y frunciendo el ceño al ver que este no paraba de llorar.

—Oye, aquí todavía no ha muerto nadie así que deja de llorar. No es tu culpa…

¿Cómo podía decirle eso si él sabía que la culpa era totalmente suya?

Si tan solo él no se hubiese precipitado de esa manera nunca le hubiese gritado cosas tan horribles.

Si tan solo él no tuviese miedo a pasar por lo mismo que Suho nunca hubiese reaccionado de esa manera.

Si tan solo él hubiese dicho lo que sentía no estarías en esa lamentable situación.

Si tan solo no le temiese a sus sentimientos, tal vez hubiese podido cumplir la promesa que se hizo.

Pero lo hecho, hecho esta. Y ahora Sehun estaba aguantando las ganas de gritar de la frustración. Todo SÍ era su culpa.

—Si lo es, Luhan. No lo niegues. –murmuró Sehun con los dientes fuertemente apretados.

—Sehun…

—¡Si fue mi culpa, maldita sea! –gritó histérico mientras se alejaba rápidamente de la camilla y caminaba alrededor de la habitación. ¡Si no hubiese actuado así no estarías en esa cama en estos momentos! ¡Si no hubiese cruzado sin mirar antes no estarías al borde de la muerte! –se desahogó Sehun mientras volvía a caer de rodillas frente a la camilla, solo que esta vez se enderezo y abrazo delicadamente a Luhan mientras lo bañaba en sus lágrimas.

—Él hubiera no existe, Hun. –murmuró Luhan dejándose abrazar por Sehun, sintiéndose muy mal por hacerlo sufrir de esa manera.

—Perdóname. Perdóname, Luhan ¡Lo siento mucho! –gritó realmente arrepentido mientras se desplomaba lentamente, quedando con la cabeza recostada en el regazo de Luhan, sacando unas lágrimas de los espectadores detrás de la puerta.

—No tengo nada que perdonarte, Sehun. Es más, perdóname tú a mí. Por mi culpa estas sufriendo mucho. se sinceró Luhan mientras se enderezaba, recostando su espalda contra el respaldar de la cama con dificultad y soltado uno que otro gemido de dolor.

—Te dije que no te esforzaras. volvió a reprender Sehun sin quitar su cabeza del regazo de Luhan. 

Sehun sostenía la mano del menor con fuerza tratando de que así la poca vida que le quedaba se quedara con él, pero no todo es como uno desea. Cada vez el pitillo de la maquina era más rápido y fuerte, sintió una lagrima caer sobre su mano y levanto la vista encontrándose con su lindo peli castaño mirándolo con dulzura y tristeza mientras con mucho esfuerzo depositaba un beso en sus nudillos.

—Lamento haber sido un estorbo, Hunnie. Pero se feliz, no volveré a molestarte nunca más. decía Luhan con mucho esfuerzo, ya que con cada palabra su aire se iba  mucho más rápido y era consciente de que esas serian unas de sus últimas palabras.

Sehun miro al menor con los ojos llenos de lágrimas con varias de ellas deslizándose por sus mejillas perdiéndose o en su ropa o en el rostro y mano del pequeño. Hacia no mucho que se había enderezado sin soltar la mono del menor, besándola una y otra vez rogándole que no lo dejase.

—No me dejes Luhan, nunca fuiste ni serás un estorbo. Lamento haber dicho lo que dije, lo lamento mucho. Eres lo más importante de mi vida, mi mejor amigo, mi hermano, mi mano derecha... Eres la persona que amo. –confesó con la voz totalmente irreconocible por el llanto y la desesperación.  Por favor, no me dejes Luhan. No me dejes.   

—P-pórtate bien Sehun. Se… una gran persona..., sonríe siempre y ten una… novia hermosa, por favor pidió Luhan sin dejar de observar los ojos de la persona a la que consideraba su primer amor verdadero.

—¡No Luhan, seremos grandes personas, iremos juntos a la universidad, nos casaremos, adoptaremos un hermoso bebe, trabajaremos y moriremos juntos pero por favor Luhan, no me dejes! grito sintiéndose preso del miedo.

Fue un placer conocerte, Oh Sehun. finalizo en un espiro inaudible, cerrando sus ojos totalmente y dejando de hacer fuerzas.

Dejando que la poca vida a la que se aferraba se valla. 

 

~◈~

 

Sehun escucho como la maquina emitía un sonido único, lo que solo significaba una cosa. 

Luhan se había ido.

Su Luhan.

Su bello y amado Luhan.

Escucho como la puerta se abría bruscamente dando a lugar a todo el equipo médico con caras de total preocupación, sacaron a Sehun de la habitación pero, él sabía que era muy tarde.

Luhan ya no estaba con ellos.

Se había ido completamente.

No había logrado conservarlo a su lado.

Abandono el hospital tan pálido como un fantasma, con los ojos rojos e hinchados y con las marcas de las lágrimas en su rostro. Se veía totalmente enfermo y según él, patético.

No deseaba ver a JongDae, o escuchar la hora de la muerte de la persona que más quiso en el mundo.

El viento comenzó a solar con mucha fuerza y de la noche comenzaba a calar entre su liguera vestimenta.

Pero no le importaba, lo único que él quería era poder estar más tiempo con lugar, poder escuchar su risa, oírlo cantar, verlo bailar y escuchar su extraño acento al hablar coreano.

Pero eso no se podría más.

Y por eso solo quería olvidar.

Quería olvidar que estaba vivo…

 

~◈~


Iba caminando por sobres las vías del tren siendo muy consciente de que este se acercaba a máxima velocidad, escuchaba como la gente le gritaba que saliera de ahí inmediatamente, como otros llamaban a la policía y otros simplemente se quedaban parados observando cuál sería su siguiente movimiento como si de una película se tratase.

Esas voces eran cada vez más distantes, los sonidos habían dejado de existir cuando el ensordecedor sonido del tren tratando de detenerse había llegado a los oídos de todos los presentes. Se detuvo en medio de las vías con los brazos extendidos a ambos lados y miro en dirección al tren. Las luces eran enceguecedoras dado a que le daban directamente en los ojos, pero a Sehun parecía no importarle en lo absoluto.

Cerró los ojos con una pequeña sonrisa impregnada en sus labios, mientras una última lágrima se deslizaba por su mejilla derecha, perdiéndose en la tierra.

—Luhan. susurro por última vez, y lo inevitable ocurrió.

Un fuerte impacto.

 

Un cuerpo totalmente arrollado.

 

Mucha gente impactada y unas gritando del susto o por lo terrorífica que resultaba la imagen.

 

Sirenas de policías, bomberos y ambulancias sonando por todo el lugar.

 

Pero eso, al alma de Sehun, le importaba muy poco.

 

Lo que realmente importaba es que iba a juntarse con SU Luhan

 

Para siempre.

 

“Tú también me gustas, XiaoLu”

Fin

Notas finales:

Dejen sus comentarios para saber si les gusto uwu

Sé que deben de estar hartos de todas las autoras pidiendo reviews, pero sino pedimos ¿Cómo sabemos que les gusto nuestro trabajo? >:c

 PDT: Para los que no lo leyeron antes, este es un trabajo que le entregue a mi profesor de teatro y ¿Adivien que? Reprove :vv Ahké

PDT2: Si llegaron a leerlo antes, ahora si esta entendible.

 

ValKiss :*


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