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The Snowed Moon por Hando Kurai Tamashi

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Notas del capitulo:

 

Holaaa!! Como prometí aquí les traigo el capitulo, gracias por esperarme n_n ; aquí he incluido un personaje que no es de la serie pero tampoco me pertenece, es una petición de una lectora (Es la primera vez que me piden algo como esto n_n ) Muchas gracias por sus RV los amo :D . Bueno mejor las dejo leer, jiji, ok que ruede el telón!!! xD

Era una mañana fresca, el sol iluminaba a la pequeña aldea que se encontraba cerca de las montañas, y en ella se encontraba un joven monje junto con su hermosa prometida. Ambos habían comido el delicioso desayuno que la joven se había esmerado en preparar y ahora el monje fuia de salida, pues habían solicitado su ayuda para acabar con una criatura que amenazaba a una aldea cercana hace unas semanas y ningún monje que pasaba por allí podía ponerle un alto; Miroku acepto la petición, después de todo le gustaba ayudar a los demás, y ni se diga la idea de conocer a las hermosas jóvenes de la aldea a la que se dirija. Al salir.

-Excelencia, le deseo la mejor de las suertes, cuídese mucho por favor- Dijo haciendo una reverencia su joven prometida.

-No te preocupes Sango, no está en mis planes morir por manos de una criatura malvada, te garantizo que los aldeanos podrán dormir tranquilos desde ahora- Dijo Miroku, a la vez que le dedicaba una cálida y confiable sonrisa a la joven.

-Que bondadoso es excelencia- Sango se abalanzo hacia Miroku el cual la envolvió en sus cálidas manos mientras le dedicaba un tierno beso en la frente de la joven.

-Se una buena chica mientras no estoy, de acuerdo?- Dijo separándose levemente de ella y posando delicadamente su mano sobre el rostro de la joven Sango, la cual asintió

                En la entrada de la aldea se encontraba ella observando cómo su joven prometido se alejaba poco a poco, hasta perderse de sus ojos, ella estaba preocupada pero se reconfortaba pensando en lo realmente fuerte que era el monje, no tenia de que preocuparse.

En el camino, el monje caminaba a un paso lento y elegante, amaba observar la naturaleza, la calma que esta proyectaba; un poco más de tiempo después pudo notar la aldea, apresuro el paso para llegar lo más rápido posible; una vez dentro de esta, los aldeanos suplicantes se acercaban.

-Oh, joven monje, por favor ayúdenos!- Suplicaba un anciano

-Excelencia, detenga a esa terrible criatura que nos amenaza cada día- Sollozaba una joven aldeana

- Tranquilos, primero calmémonos y si serian tan amables de explicarme detenidamente la situación actual de la aldea- Pidió Miroku

-Claro, vera monje, hace unas semanas una criatura con forma de toro entro a estas tierras y cada tarde antes de que los rayos del sol desaparezcan, merodea cerca de la aldea, ha destruido nuestros cultivos, matado nuestros ganados, a este paso no tendremos con que alimentar a la las personas de esta aldea, hemos pedido ayuda a varios monjes y sacerdotes que han pasado por aquí pero ni uno solo ha podido ponerle fin a las fechorías de horrendo monstruo, perdimos la esperanza creímos que no existía salvación para este pequeño pueblo, pero un día apareció un hombre que nos dijo que conocía a un joven monje de alma extraordinaria, que todas las criaturas sucumbían ante su presencia, es por eso que decidimos mandarle llamar- Explico el anciano, líder de la aldea

-Con que eso paso, entonces la criatura se presenta al atardecer, me temo que tendré que esperar a que aparezca. Mientras esperamos, me gustaría recorrer el lugar, claro si les parece- Dijo el monje

-Por supuesto- Autorizo el anciano

El monje dio gracias y salió de entre la multitud, camino, por los caminos de la aldea viendo los diferentes puestos y la mercancía que vendían, pensaba en comprar algo para su prometida, observaba telas, perfumes, maquillajes, quería algo especial, algo que fuera digno de la belleza de la joven. Termino dando en una mercería, y allí encontró lo que buscaba, era un hermoso anillo de plata, fino, con un hermoso rubí incrustado en el centro, al observarlo asintió.

-Quisiera llevar este- Dijo a la encargada, ella le indico el precio, y el monje pago por el anillo, la mujer le dijo que si quería podía gravarle al anillo lo que gustara sin costo alguno, Miroku pensó que sería una buena idea y acepto. En el interior del anillo gravo las iniciales del nombre de su prometida y el de él, con un te amo; era perfecto. Salió de la tienda y siguió recorriendo el lugar, vago durante horas, hasta que el brillante astro comenzó a ocultarse, al notar esto Miroku se dirigió a la entrada de la aldea, según el anciano la criatura recurría llegar en ese lugar, una vez llego se alejo lo suficiente de la entrada, pues no quería que alguien saliera herido por un mal cálculo, espero por varios minutos hasta que un estruendo a lo lejos apareció.

-Excelencia, la bestia apareció en el este de la ciudad, deprisa!- Un joven aldeano corrió a avisarlo

-Que?!- Exclamo el monje, y salió disparado hacia donde se escuchaban los gritos de la bestia, al llegar al lugar, quedo sorprendido, pues una persona ya se estaba haciendo cargo del monstruo, veía como un chico alto, de piel bronceada, y una larga cabellera color plata doblegaba a la bestia con una gran espada que parecía pesar como plomo pero que el chico la balanceaba como si no pesara lo que aparentaba.

-Como te atreves a intervenir en mis tierras- Decía encolerizada la bestia

-Ya te lo dije estorbabas en mi camino- Decía fríamente el joven peli plata

-Ahora que te veo bien, creo entender… ahórrate el teatrito y acepta que quieres ayudar a esos miserables humanos, hanyou!- Acusaba la criatura

-ja! No me involucres con ellos! Además… esa boca charlatana tuya está empezando a colmarme la paciencia…- Dijo el joven mientras dirigía  su sable hacia el gran monstruo. El cual amenazo con atacar acción que el joven tomo como invitación para acabar con él; con un solo movimiento de su espada corto a la bestia a la mitad; los aldeanos miraban atónitos lo que pasaba frente a sus ojos. Una vez acabo la batalla en chico envaino su espada, dio un rápido vistazo a los aldeanos y giro para seguir su camino.

-Espera!- Escucho la voz de un hombre, al girarse vio al joven monje. Rápidamente lo reconoció, era aquel sujeto que ayudo la noche anterior. Pero ahora que recordaba, el monje lo había visto con su forma humana, lógicamente el monje no sabía que era aquel chico de cabello negro que conoció esa noche. De golpe recordó a su hermano, y como no quería que asesinara a los lugareños por alguna acción equivocada, decidió fingir no conocerlo

-Que quieres?- Dijo el hanyou con tono irritante

-Porque nos ayudas- Dijo el monje

-Ayudarlos? No malinterpretes las cosas, esa criatura me ataco yo solo me defendí-

-Entonces tu también planeas atacar esta aldea?!- Acuso el monje

-No levantes afirmaciones sin conocer que sucede monje! Y no, no planeo hacer nada con esta aldea, pero si insistes en atacar… - Dijo a la vez que mostro el filo de su espada aun en la vaina, como una advertencia.

-Entiendo, no es necesario que desenvaines, si es eso lo que ocurrió no necesitamos agradecerte, después de todo no lo hiciste para asegurar la vida de las personas de esta aldea- Dijo

-Hmmp… así es- Dijo dando media vuelta y comenzando a caminar, hasta perderse de vista

Miroku respiro profundo, agradeció que no se haya provocado una pelea absurda.

-Excelencia, estamos agradecidos que esa criatura haya sido derrotada, si es posible, para que el viaje que recorrió no sea en vano, podría purificar la zona para evitar que mas criaturas aparezcan- Dijo el líder de la aldea

Miroku dio un suspiro, era verdad que parecía que fue dioquis a la aldea, así que acepto purificar el lugar.

***

                Mientras, el chico de pelo plata se adentraba en el bosque.

-Te das cuenta de lo que acabas de hacer?- Escucho la voz de una mujer, una mujer que conocía; dirigió su mirada hacia las ramas de un árbol y allí se encontraba la chica sentada en una de estas. Tenía el pelo lacio y largo color negro, dos mechones de este adornaban su rostro, su cabello estaba sujeto en una alta coleta, de piel nívea, expresión amable, y unos  expresivos ojos del color de los pétalos del sakura, vestía un kimono corto, color rosado y adornando este en su espalda un majestuoso dragón color oro, una cinta dorada en la cintura mantenía el quimono sujeto a su cuerpo, y también usaba un short color negro, además era una youkai neko poseía unas orejas y cola de minino. La chica al tener la atención del peli plata baja de las ramas donde se encontraba sentada, al estar frente al joven, este le dice.

-De que hablas?-

-Me refiero a que sentiste compasión por el sufrimiento de esos humanos que decidiste ayudarlos, no es así?- Dijo la joven sonriendo

-Hmmp… piensa lo que quieras, no voy a discutir sobre algo sin sentido- Dijo Inuyasha desviando la mirada, la chica solo rio., pues sabía que había dado en el clavo.

-Solo espero que el Señor Seshomaru no se entere-

-Le vas a decir?!- Pregunto alterado

-No saldrá de mi boca a menos que el pregunte, después de todo le jure lealtad al joven maestro- Dijo

-Keityn! Por lo que más quieras, no le digas- Imploraba Inuyasha

-Tranquilízate Inu-san no creo que pregunte, el joven maestro no suele hacer preguntas sobre usted- trataba de tranquilizarlo

-Eso espero- Decía dando un respiro de alivio

-Bueno, ya es tarde será mejor que nos vayamos Inuyasha-san- Dijo a la vez que se desvanecía en el aire, definitivamente era rápida, Inuyasha respiro cansado y camino por el bosque dirigiéndose a su hogar.

***

En tanto, el joven monje había decidido quedarse a dormir en la aldea, pues ya era muy tarde, y el camino de vuelta a su hogar sería peligroso de noche.

-Sango, de solo imaginar tu cara cuando recibas este presente- Sonreirá viendo la joya, pero después vino a su mente aquel misterioso chico que conoció la noche pasada, al ver aun el pedazo de tela cubriendo su mano de la picadura que recibió, sonrió suavemente perdido en aquellos recuerdos, no sabía realmente que tenia aquel chico que le atraía tanto, deseaba volver a verlo. Aquel chico tan peculiar, le atraía todo, sus labios, sus ojos, su sonrisa; después sintió un retorcijón en su estomago, “como puedo estar pensando en aquel desconocido, de esa forma, que no estoy comprometido? Piensa por una vez Miroku, tienes a la jovencita mas encantadora del mundo a tu lado y te ama! No caigas tan bajo, y le destroces el alma y el corazón en mil pedazos!” Pensaba “Pero, que es lo que realmente siento? Porque a pesar de amarla pienso lujurias y no es con ella? Sandeces las mías, debería de poner mis sentimientos en claro pero, estoy tan confundido que no se qué hacer” Se cubría con las sabanas y se acomodaba para dormir tratando de olvidar por completo aquel garabato de sentimientos. Pronto quedo sumido en un profundo sueño.

***

-Buenas noches, Joven maestro- Dijo Keityn haciendo una reverencia ante la presencia del joven youkai.

-Buenas noches- Devolvió el saludo el joven, permaneció un momento en silencio y pregunto-Como se encuentra Rin?-

-La señorita se encuentra descansando en su habitación, mi señor- dijo serenamente la joven , el chico volteo serenamente para decir

-Ya veo- y darse media para seguir caminando, cuando de pronto un youkai de forma de serpiente aparece tras de el

-El hijo de Inu no Taisho, me pregunto qué tan bien sabrá- decía maliciosamente, Seshomaru giro levemente  para ver de quien se trataba.

-Disculpe mi atrevimiento señor, pero me temo que el joven maestro no puede atenderlo- Dijo Keytin mientras se paraba en medio del camino de la gran serpiente.

-Aparta! mi asunto es con aquel youkai detrás de ti- Dijo molesto el youkai para atacarla con la larga cola que poseía

-Insolente- Dijo la chica mientras esquivaba el golpe y saltaba por los aires; de la manga del kimono saco una daga que mantenía oculta en este, al caer al suelo con la intención de brincar nuevamente, ahora con la intención de atacar, sintió un fuerte dolor en el pie. Un día antes se había falseado el tobillo izquierdo en el entrenamiento, ella quería ser toda una guerrera. Al caer al suelo, solo vio la gran serpiente que se dirigía hacia ella posiblemente para devorarla; para su sorpresa, cuando cerró los ojos, solo escucho que el youkai se detuvo, al abrirlos, la gran serpiente se encontraba sin vida a unos metros, y Seshomaru frente a ella, acaso la había protegido?

-No pelees, te lo había dicho anteriormente, si sigues brin coteando, cuando vas a sanar?- Dijo aun dándole la espalda a la joven peli negro, la cual sonrió y con cuidado se puso de pie, para después  posar la rodilla derecha en el suelo, su brazo derecho reposando en el suelo, con la mano haciendo un puño  y el izquierdo  descansando sobre su pierna izquierda flexionada; doblego su cabeza y dijo.

-Como prometí aquel día… su vida es mi vida, sus sueños son los míos, estaré a su lado sin importar que, le juro lealtad y pongo mi vida a su servicio- Decía la chica mientras el viento soplaba suavemente, haciendo danzar en el aire los pétalos que se desprendían de los arboles de sakura. Permanecieron un momento en silencio, sin verse a los ojos.

-No es necesario que arriesgues tu vida por mi- dijo el peli plata mientras se daba vuelta para estar frente a ella y pasarle por un lado dirigiéndose a donde su destino antes de la intervención del otro youkai. La chica permaneció en esa posición por varios minutos, después dirigió su mirada hacia el horizonte, donde el sol dedicaba sus últimos rayos acariciando el cielo y las nubes. Keytin sonrió, se puso de pie y se dirigió dentro del palacio.

Mientras dentro del palacio, Seshomaru hablaba con su Padre.

-Los poderes sobrenaturales de Inuyasha, cada vez son más difíciles de retener; no creo que el collar que le asentaron dure por más tiempo- Decía seriamente

-Eso lo sé, el collar ha perdido su fuerza con el pasar del tiempo e Inuyasha se ha vuelto cada vez más fuerte, era lógico que esto sucedería algún día- Decía el gran youkai

-Que deberíamos hacer?- Pregunto el joven

-Deberíamos ir con algún monje o sacerdotisa para que refuerce el poder que tenía hace años- Dijo no muy convencido

-Eso no es posible y lo sabes, los humanos y los youkai no entablamos relación alguna-Dijo molesto Seshomaru

-Lo sé, de no ser por Isayoi, no sabría que deberíamos hacer con los poderes de Inuyasha, no se a que monje o sacerdotisa pidió hacerle el collar- Decía pensativo

-Que sucedería si el collar no soportara más?- Pregunto

-Posiblemente, crearía una gran tormenta invernal, es obvio que no sabe controlar sus poderes-Decía.

Ambos pasaron la noche hablando del tema, pero no sabían que detrás de esa gran puerta de madera se encontraba el joven de su conversación, escuchando atento lo que decían sus dos parientes.  

Notas finales:

Que les parecio :) , Arigato, mina!!!! nos leemos en el proximo cap. ;) 

Pd. Envien muchos Reviews ;) los acepto con gusto n_n

Matta ne!! ;)


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