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The Snowed Moon por Hando Kurai Tamashi

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Notas del capitulo:

Ohayo!!! Mina xD gomeen por la tardanza pero han pasado muchas cosas últimamente, que me ha sido casi imposible actualizar, mi compu se descompuso y mi asistente estuvo sin internet y apenas lo arreglaron, además de que la intensidad de los trabajos en la uni han aumentado, los cuales consumen la mayor parte de mi tiempo T_T y el de ella solo que a mi súmenle trabajo; pero gracias a dios el técnico resolvió el problema, ya había escrito una parte pero al enterarme de que mi compu ya estaba, desde la mañana en la ida en el bus a la esc. Me empeñe en hacerlo, uno de mis compañeros universitarios, parecía notar que escribía con esmero xD jaja,  y pues aquí les dejo el cap. Que esperón disfruten como yo disfrute hacerlo n_n , esta humilde obra que os presento…

Era una mañana fresca, el sol se levantaba de entre el horizonte elevándose en el cielo.

-Inuyasha… no corras, no hay prisa, sabes bien- Decía el alvino de mirada frívola, quien caminaba a un paso calmado y elegante

- Lo se Sesh… pero… si no nos apresuramos, posiblemente no lleguemos a tiempo- Respondió el chico

- Sigo sin entender cómo es que accedo a tus caprichos infantiles… - Dijo

-Digamos que eres un buen hermano, no necesitas una razón más- Dijo el moreno, mientras caminaba al lado de su hermano mayor – Keytin se encuentra bien? Es extraño que no te acompañara-

-Ella es demasiado terca, me seguirá a donde valla aunque su cuerpo se lo impida…-

- Jeje entonces vamos apresurando el paso, te digo que lo es un lugar muy hermoso-

- No vamos a admirar un paisaje Inuyasha solo vamos por la planta medicinal para sanar a Keytin-

-No tiene nada de malo, llevarle algún bonito detalle, estoy más que seguro que eso la alegrara- Dijo sonriente

- Quizás tengas razón…- Dijo y sonrió al imaginar la alegría de la pelinegro

Caminaron por varias horas, hasta llegar a un lago.

-Mira! Allí esta! – Dijo energético Inuyasha quien corría hacia las plantas que se encontraban en las orillas del lago, al llegar tomo unas cuantas – Con esto Keytin se pondrá mejor, no es así Seshomaru?- El mayor no respondió solo se acercaba callado hacia él.

-Quienes son ustedes?! Fuera de aquí!- Escucharon los gritos de alguien, esa persona se dirigía hacia ellos hasta estar frente a frente, era un chico como de su edad, alto, musculoso, de cabello negro atado en una coleta alta, de ojos azul profundo, piel morena

-Pero si es el comandante de la tribu de los lobos, Koga- Dijo Seshomaro

-Hu, al parecer saben quién soy, esto hace las cosas fáciles… este territorio me pertenece y no pienso que lleguen otros sujetos a arrebatármelo!- Dijo amenazante

- Pero si este lugar no era habitado que yo recuerde- Protesto Inuyasha, Koga al notar al chico no le aparto los ojos de encima, lo cual puso al peliblanco nervioso

-Tu- Por fin hablo Koga – Nos hemos conocido antes?-

-No que yo recuerde- Respondió Inu

- Escucha lobo, no queremos meternos en tus asuntos de tierras, solo hemos venido aquí por unas hiervas medicinales para una persona- Dijo Seshomaru en un tono serio, Inuyasha sabía que su hermano se estaba irritando, el moreno pareció comprender la situación, y decidió no molestarlos a cambio de que se retiraran lo más rápido posible

Inuyasha corrió hacia el lago, y sumergió sus manos en el agua tratando de pescar algo, al sacarlas, en estas yacían unos pedazos de cristal muy hermosos.

-Mira Sesh, a que no son hermosos? Estoy seguro que con esto le puedo hacer un collar- Dijo Inu – Y tú qué piensas regalarle a Keytin?- Sesh no dijo nada, cualquiera pensaría que era un ser frio y sin emociones, pero Inuyasha, sabía que eso era como un “iré a ver qué encuentro” en la forma amable de su querido hermano mayor.

-Inuyasha- Escucho ser llamado el mencionado por su hermano – Sera mejor que lleves la medicina lo más rápido posible al palacio, no podemos hacerlos esperar más, ve y diles que en un momento mas estaré allí, tengo unos asuntos que tratar con ese lobo- Dijo, Inu solo asintió, tomo la medicina para después dar media vuelta y caminar hacia su destino.

                Una vez en el palacio, Inuyasha le dio la medicina a los curanderos, salió al jardín u con una pequeña daga, se esmeraba en tallar algo en aquel hermoso diamante, se idealizo en su mente solo una cosa, solo eso quería tallar… la media luna. Solo esa figura era digna de tal diamante. Vio a la pequeña niña caminando hacia el

-Hola Inuyasha-san- Saludaba alegremente la pequeña

-Hola Rin, como estas?-  Devolvió el saludo, la niña solo sonrió en señal de bienestar y se retiro dando unos leves brincos, Inu siguió con la labor, mecía sus pies en el agua del estanque dando círculos, cantaba alegre, cuando de repente una imagen dolorosa golpeo su cabeza, aterrado y ante el instinto de protegerse se envolvió en sus propios brazos, sus ojos humedecieron ante la impotencia, los guardias que pasaban por los alrededores acudieron en auxilio al joven pues creyeron que este había sufrido de una herida o algo similar al acercarse preguntaron que si se encontraba bien el chico asintió, Inuyasha vio a los soldados asombrados, mirando detrás del, al no comprenderlo giro viendo una parte del agua del estanque congelada

-Que sucede?- Pregunto Inu no Taisho quien pasaba por allí

-Nieve, señor- Contesto uno a la vez que los que estaban allí se apartaban para que pudiera ver la escena, al observarla, su semblante palideció

-Inuyasha, hablaremos al rato- Dijo el hombre

-Si padre- Dijo el chico con tono serio, Inuyasha salió del palacio quería despejar un poco su mente, camino por varios minutos, hasta dar con aquel pueblo que había salvado el otro día “como estarán las cosas allá” pensó, fue entonces que entre sus ropas, saco una tela color blanca y la ato a su cabeza ocultando las lindas orejas de cachorro que le caracterizaba, sin pensarlo mucho entro a la ciudad, se sentía raro, pues no estaba acostumbrado a estar en un lugar con muchas personas desde hacía un tiempo atrás, observaba los mercados, los niños jugar y demás cosas.

-Disculpe, puede acompañarme un momento?- Pregunto un joven, Inuyasha volteo para ver de quien se trataba, quedo mudo al darse cuenta de que era ni más ni menos que aquel monje con el cual era ya seguido el encontrarse.

-S…Si- Respondió Inu y lo siguió, cuando llegaron a un pequeño estanque de la ciudad, donde parecía no haber nadie, se sentaron en una pequeña banca de madera

-A que has venido?- Pregunto el monje

-N… nada en especial, solo pasaba por aquí- Dijo el chico un tanto nervioso

-Ha si? Pues creí que solo fuias de paso el otro día- Dijo el monje con cara de que había algo mas

-Que tiene de malo, el que vuelva a venir- Alego el otro, definitivamente ambos quien era quien

-jeje que actitud más explosiva posees chico, pero debes aprender a controlarla- Aconsejó Miroku

-Si me controlar bastante bien, y no, me gusta que me digan que hacer- Replico cruzándose de brazos, fastidiado, el monje rio, aquella actitud tan alegadora e infantil le recordaban a una persona en particular, y esto hacia que por dentro sintiera un profundo sentimiento de añorar el pasado. Ambos jóvenes permanecieron callados.

                Mientras en un lugar dentro de un profundo bosque…

-Ahaa- Se escuchaba el gemir ahogado de un chico, este se encontraba jadeante debajo de un hombre de larga y rizada cabellera como la noche, al igual que sus ojos llenos de misterio, pero mantenían una esencia siniestra en su brillo

-Jeje… que sucede… Byakuya?- Decía el hombre a cada bocanada de aire – Acaso no te gusta?- Pregunto con una filosa y burlona sonrisa

-ah… eres… demasiado rudo… Ahhh- Contestaba aquel chico pálido, gimió mas fuerte al sentir otra embestida por parte del atractivo y malicioso hombre encima de el –Ahhh! Duele- Se quejaba retorciéndose debajo de aquel cuerpo bien formado.

-Oh, Byakuya… ah, sigues siendo asi de sensible?- Dijo casi en burla – Ni pensar que ya lo hemos hecho incontables veces y aun sigues asi de sensible? Casi como una virgen… jeje-

-Es imposible acostumbrarse a semejante pedazo de carne metido en mi trasero!!- Dijo fastidiado

-Ah? Debería tomarlo como un cumplido? Haha, no tenias que ser así de directo, sabes- Dijo el gran hombre

-Pues esa es la única manera de que entiendas! Además si te lo dijera de la forma más educada posible, aunque lo hayas entendido, buscarías la manera de decírtelo asi, tan vulgar- Dijo sonrojado el chico, sentía vergüenza tanto de sus palabras como de sus acciones

-Vamos no te pongas así… ha… porque mejor no terminamos lo que empezamos- Sugirió, y sin darle tiempo a decir palabra alguna a aquel chico debajo suyo lo giro , quedando ahora entre los delgados pies del chico, comenzó embistiéndolo lento, a la vez que tomaba el miembro del chico entre sus manos y lo masturbaba, Byakuya no dejaba de gemir, eran suaves sus gemidos, dulces al oído, pero aquel hombre quería algo mas, quería escucharlo gritar de desesperación, de completo placer; fue entonces que comenzó a embestirlo cada vez mas fuerte y rápido, esto hizo que el chico enterrara sus uñas en la piel del hombre malicioso el cual sonrió al haber logrado su objetivo – Ah, Byakuya… di mi nombre…- No pidió, exigió, con una voz apagada, llena de necesidad, que gritaba ser amada.

-N…Na…raku- Dijo el chico complaciendo al hombre arriba de el

-Di que eres mío… Ah… solo… mío…- Exigía unas nuevas palabras

-Porque? Ah- Pregunto el chico, pues siempre que hacían su “rutina”, el hombre le exigía decir tales palabras  –Porque me haces jurar… ah, algo que solo el destino sabe?... Ahhh!!- Fue callado e interrumpido por un fuerte pinchazo en su entre pierna, Naraku apretó fuertemente aquel miembro lleno de vida entre su mano

-Solo…dilo- Dijo jadeante a la vez que lamio uno de los pezones del chico el cual se estremeció, viendo como poco a poco Naraku lo castigaba; ante no articular palabra alguna Naraku mordisqueo con saña aquel suave botón

-Soy tuyo!- Exclamo el chico

-Solo mío?- Volvió a preguntar Naraku, a la vez lamiendo el pecho del chico

-S…Si ah, solo tuyo…- Dijo el chico lleno de vergüenza e ira, no sabía cómo era que aquel sujeto siempre lograba someterlo a tales actos y decir lo que le placiera;, siempre en la cama. Pronto sintió como el hombre daba un beso en sus labios rojos pasión, primero fue uno donde rozaban, para después convertirse en uno más demandante, robándole el poco aire que lo mantenía consiente; al separarse, Naraku lamio el cuello de Byakuya

-Me voy a correr… ah, por ser obediente… esta ves te dejare elegir donde lo quieres- Susurro en el oído del chico, este no dijo nada estaba mudo de la vergüenza… nunca antes le había hecho escoger y ahora que lo hacía eso le provocaba gran pudor –No vas a escoger?-

-D…Den…tro- Dijo tartamudeando Byakuya, de las veces que lo hacían por alguna razón prefería que se corriera dentro de el a que en otro lugar

-Como ordenes- Respondió con voz de mando con una sonrisa ladeada y empezó a embestir con furia, siguió con el mismo ritmo hasta que vacio su ser dentro de Byakuya, que se encontraba ruborizado, con la respiración exaltada, aquella mirada brillante, dilatada, llena de lujuria y al no poder con aquel éxtasis que el cuerpo del otro le emanaba exploto sobre el vientre de los dos, bañándolos con aquel liquido blanco, Naraku saco el miembro dentro del chico, hizo que se recostara mas cómodo, mientras, el lamia el esperma del chico, saboreándolo, todo lentamente.

-Observa Byakuya… te prohíbo parpadear… o te castigare…- Dijo el hombre mientras lamia la punta del miembro de su amante

-Ahhh… ah- Callaba sus gemidos el chico con sus manos, Naraku comenzó a lamer el vientre del chico, bajando poco a poco, quitando aquel recubrimiento de nieve de la piel del chico, al terminar, metió el pene del chico a su boca empezando a succionar, Byakuya sentía como sus lagrimas se agolpaban en sus ojos, no podía mas con aquel placer que le brindaba aquel malévolamente sexy hombre; era demasiado que pronto termino por colapsar, perdiendo la conciencia, fecha, año, hora, todo… no supo de él… Después de un rato, el chico despertó, había colapsado de tanta emoción, su corazón corría acelerado que no lo pudo soportar, se encontraba tendido en aquella cama blanca, aquella donde todas las noches descansaba su amo y señor “estamos siendo cómplices en algo de gozo para los dos… pero mi señor, compartiendo su cama con un simple sirviente como yo, eso sería mal visto… aunque somos demonios, no hay mucha diferencia con la maldad que hacen los humanos… pero me pregunto si mi amo realmente siente algo por mi o solo me ve como un objeto para satisfacerle sus fantasías…” entristecía en sus pensamientos, aunque él debía de permanecer con la cabeza fría, no podía demostrar tales inseguridades frente al amo, solo lo estaría engrandeciendo, diciendo que él sentía algo por él y que quería ser correspondido de la misma manera; pero ese razonamiento era el más cercano a la realidad, pues pensaba según la experiencia tras los años de conocerlo.

Mientras en la aldea Miroku se encontraba con Inuyasha, caminaron por los alrededores de la aldea

-Por cierto, cuál es tu nombre?- Pregunto el monje

-Soy Inuyasha- Respondió el chico, al parecer hablar un poco le había ayudado a quitar sus ansias de agredir a cada pregunta

-Con que Inu, he lindo nombre… yo soy Miroku- Se presento el monje

-Um… entonces eres un Monje Miroku?- Dijo Inu pues llevaba rato observando la vestimenta de este

-Si, lo soy-

-Entonces no deberíamos de llevarnos bien… después de todo eres una persona que se encuentra dentro de lo espiritual y divino; y yo, una criatura maligna… es lógico que choquemos- Dijo el peli plata

-Pero porque dices eso? No ves lo perfecto que nos llevamos, no creo que la cuestión de especies importe mucho en esto… Tienes un lindo trasero Inuyasha- Dijo sin pensarlo, pues sin darse cuenta, ya era instinto, su mano por inercia se poso en la retaguardia del chico frotando lentamente

-Kyaa! P..pero que haces?!- Dijo a la vez que propinaba un buen golpe dejando en el suelo al monje – Y dije que eras lo mas allegado a un ser espiritual? Retiro lo dicho! Eres un hombre pervertido”- Decía furioso

-No… no es lo que parece… permíteme explicarte… por favor- Pedía el monje

-Hmmp… no tienes que darme explicaciones baratas- Dijo dando media vuelta el chico, con intención de retirarse y dejar atrás al monje

-Espera por favor!- Pidió a gritos el joven quien se abalanzo sobre el chico peli plata, que al no saber cómo detenerlo, le jalo del kimono, haciendo que se abriera, mostrando la piel bronceada del chico

-Eres un pervertido! Y para colmo lo niegas!- Dijo nuevamente golpeándolo

-Espera… que es eso?- Dijo el monje a la vez que se acercaba para ver más de cerca una pequeña marca en la piel del chico, al observarla detenidamente palideció

-Que sucede?- Pregunto Inu – Esa marca la tengo de nacimiento, no es nada de que sorprenderse- Dijo señalando aquella marca ubicada intermedio del hombro y el final del cuello iniciando la espalda

-La luna creciente…- Dijo Miroku – Tu…- Dijo a la vez que tomaba el rostro del chico entre sus manos, Inu se resistió pero al ver que la terquedad del monje decidió quedarse quieto

-Tsuki?- Pronuncio el monje, Inuyasha quedo asombrado ante las palabras del chico,  quien ante las expresiones delatantes del chico, parecía entender y a la vez confundirse; Inu dio unos pasos hacia atrás queriéndose alejar de el –Pero cómo es posible? Tienen el mismo rostro, pero Tsuky tenía el pelo negro no plata… y además es una chica, como puede estar pasando esto? No logro comprenderlo?- Decía con la mirada baja sobando su cabeza

-Había sospechado de ti desde el inicio…. Pero creí que todo era coincidencia, Miroku… ha pasado mucho tiempo…- Dijo el chico con los ojos brillantes lleno de miedo

-Entonces…. Realmente eres Tsuki? Eso quiere decir que mi primer amor, mi primer inocente amor de pequeños fuiste tú…. Un hombre hanyou….- Dijo sin esconder su enfado

-Lo siento… creo que será  mejor que me vaya y no vuelva más- Dijo con la cabeza inclinada girando, dando la espalda al monje, antes de que diese el primer paso fue tomado por un brazo obligándole a mirar –Se que debes de sentir asco, debes sentirte ofendido…. Pero nunca quise hacerte daño- Dijo mirándolo a aquellos ojos azul profundo

-No me molesta eso… me molesta que me hayas mentido! Que te hayas marchado sin decir adiós, sabes lo doloroso que fue enterarme de que te marchaste?- Decía, aquellas palabras no eran de enojo más bien de arrepentimiento, de angustia

-No me mientas! Deja de querer engañarme, ambos sabemos que sentiste un gran alivio al liberarte de mí- Dijo el joven peli plata liberándose del agarre del monje, Miroku levanto la mano iba a bofetearlo, pero se detuvo

-Realmente crees eso? Realmente crees que yo sería capaz de eso? … puede que quizás, antes de que te marcharas hubiera pensado que sería mejor que te fueras, pero una vez eso sucedió… no fue el sentí miento que había imaginado, solo un gran vacío dentro de mi- Dijo llevándose las manos a la cara

-y porque no lo llenaste con las demás chicas que se te insinuaban?- Dijo indignado Inu

-Trate, trate de olvidarte, trate de convencerme de que solo habas sido una de tantas, pero…  con el paso del tiempo me di cuenta de  que no servirían tales esfuerzos y…. la afirmación de los sentimientos que tengo por ti- Dijo

-Pero lo has aprendido a superar no es así? Después de casi una década de no vernos, es lógico que poco a poco se hayan borrado-

-No lo acabas de escuchar? dije que todavía tengo…. Ni el tiempo ha sido suficiente para borrar siquiera un poco  estos sentimientos…- Dijo mirándolo a la cara, Inu se hizo para atrás, como queriendo escapar “aléjate mentiroso…. No quiero sentir de nuevo. Solo sufrí ”

-Mentiroso- Dijo Inu dando la vuelta caminando, pero fue tomado por el brazo obligándole a girar, siendo envuelto den los brazos del monje, obligándolo a verle a la cara

-No miento, no de estos sentimientos…. Jamás, ni un solo instante he dudado de ellos y no  lo hare… en aquel día no pude evitar que te marcharas, pero ahora,, no te dejare escapar… no huyas de mi Inuyasha- Dijo el monje acercando lentamente su rostro al del chico en sus brazos

-E… espera… que haces?- Dijo el chico tratando de alejarse

-Hacer lo que debí haber hecho hace tiempo- Dijo a la vez que le plantaba un pasional beso al chico, que poco a poco dejaba de resistirse; después de todo, en su infancia nunca llegaron a besarse, aun siendo novios, solo se tomaban de las manos o uno que otro beso en la mejilla, pues el monje no quería faltarle el respeto a aquella “pequeña” que llenaba de regocijo su solitario corazón. Inu estaba asombrado de aquello, tratando de resistirse, pero brotaban aquellos sentimientos pasados enterrados en el olvido, saliendo a flote, exclamando que aun sentían, aun añoraban, aun Vivian, aun amaban; pero que el chico quería olvidar, les dio la espalda y los abandono, y ahora estos volvían…

Notas finales:

Hallo!! Que les pareció el cap? Si me van a matar por dejarlo allí n_n pero es la única forma de  atrapar su atención jeje, ;) espero seguir contando con su invaluable apoyo, aeigato!!

Psd. Déjenme un review ;)

Y nos leemos pronto!!!


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