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Nuestra historia de amor. por Misaki Eiko

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Notas del capitulo:

Mi primer escrito de Takano y Onodera uvu ¿Quisieran que fuera continuado? Si dejan reviews lo sabre :'3

Este no es un songfic, es el primer fanfic que hago sin que lo sea :'D aunque me inspire en la canción que cantaron para escribir.

Este escrito va dedicado a alguien muy importante(? Mei/Melocoton, this is for you uvu

Espero y disfruten de mi trabajo, ahora a leer.

 

Era un día normal para el castaño que caminaba con rostro serio en el instituto, portaba el uniforme de la escuela color negro con un maletín del mismo color colgando del hombro. Llego a su destino, el salón de ensayo de baile donde ya le esperaba un chico, extrañándose ante esto se dirigió hasta el azabache de orbes avellanas para hablarle.

-¿Y Ana? Hoy es el último ensayo y más tarde el evento. No me digas que ha llegado tarde de nue…-Fue interrumpido por el chico más alto que tenia frente a él, comenzando a hablar este con tono serio-.

-Ella no vendrá, está enferma de la garganta. Hable ya con el director y dijo que tu ocuparías su lugar.-El castaño quedo prácticamente en shock, su boca y orbes esmeraldas se abrieron en señal de sorpresa, cuando después de unos segundos logro pronunciar palabra se aclaro un poco la garganta-.

-¿Yo? Solo soy el coreógrafo y un alumno mas, no puedo cantar ni nada parecido-Trato de excusarse para logar librarse, pero el azabache ni se inmuto y le miro directo a los ojos-.

-Un alumno que es coreógrafo por lo cual se sabe a la perfección los pasos, y que tiene una excelente voz. Onodera, deja de excusarte, ensayemos un par de veces y vamos a los vestidores, debemos cambiarnos de ropa para después arreglarnos. Además, ya hemos cantado una vez juntos y sabes que hay chicas que incluso si nos vemos como pareja cantando este tipo de canciones van a hacer lo contrario a molestarse.-Explico para después agregar con una sonrisa  burlona-Se supone tu me debes enseñar y rogar a mí, no yo a ti.-Rio el azabache y se voltio, el castaño con un sonrojo de vergüenza en las mejillas dejo su maletín en una mesa negra y prendió una grabadora, metió el disco para después dar en reproducir.

-Mira, me se la canción y tu también, en estos momentos no quiero cantar porque se me pondré nervioso, solo cantaremos en el evento. Ahora solo ensayemos una vez como debemos movernos y en qué lugar, para no tropezar con alguien. –El castaño hablaba de espaldas al contrario, los dos estaban solos en un salón grande con espejos y piso de madera, en el cuál las voces hacían eco. El azabache aprovecho de la desprevención del más bajo y se le acerco por detrás abrazándole por la espalda.

El castaño al sentir la respiración del chico en su cuello se estremeció, le dio casi al instante un codazo en el estomago logrando se separara para después voltearse sonrojado.

-¡Idiota! No hagas cosas así.-Le regaño el castaño “enojado”  y acomodo unos discos de manera rápida para volver a voltearse- Bien, ensayemos como nos moveremos.

Atraso la canción hasta dar con el principio y los dos se colocaron en sus respectivos puestos.

Después de dos veces de ensayar, cada quien se dirigió al vestidor que le correspondía. Después de dos horas en las que cada quien por su lado fue arreglado mientras ensayaban la canción, la hora del evento escolar llego.

¿Se preguntan de qué evento se hablaba? Bueno, era de caridad, con el dinero que se recaudara por los distintos números de cada grupo se ayudaría a niños pobres de la comunidad.

Ambos salieron de manera separada, Takano en coche y Onodera en autobús, los dos acompañados con los representantes de sus grupos escolares, con caminos distintos pero el mismo destino.

El primero en llegar fue el azabache de dos grupos mayor al contrario, busco con la vista a este pero sabiendo no le iba a ver se fue a su camerino junto a sus compañeros para beber algo. Minutos después entro el castaño nervioso por cómo se vería, para su suerte su acompañante al parecer ya estaba en su camerino por lo cual se dirigió también al suyo junto a sus compañeros, para ensayar su canción y tomar un poco de agua.

Las personas iban llegando a aquel salón de tamaño regular, tenía de dos pisos y el escenario se ubicaba en la parte de en medio para que desde ahí se pudiera ver en ambos pisos. El lugar quedo lleno, en la entrada se encontraba un chico cobrando por las entradas y después de unos minutos entro cerrando las puertas del salón, pues ya no había más lugares.

La primera, segunda y tercera llamada pasaron lo que hizo el castaño después de unos minutos ya estuviera en escena, con unos jeans negros pegados y unas converse blancas, una chamarra abierta negra y una playera rayada blanco con negro. La música de los diversos instrumentos tras él comenzó a sonar, algo nervioso encendió el micrófono y comenzó a cantar, impresionando al público con que el chico tuviera una voz suave pero melodiosa.

“El amor que una vez colgó de la pared como un cuadro,
solía significar algo.
Pero ahora no significa nada.
Los ecos de la pelea se han marchado de la entrada,
pero todavía recuerdo el dolor de diciembre.

Oh, no queda una sola cosa que podrías decir,
lo siento, es demasiado tarde.”

Cantaba el castaño, después de eso el azabache entro comenzando a cantar junto a el:

“Me estoy liberando de estos recuerdos,
tengo que dejarlo ir , simplemente, dejarlo ir.
He dicho adiós, le he prendido fuego a todo,
tengo que dejarlo ir, simplemente, dejarlo ir.”

Oh si, desde un tiempo ambos cantantes sabían lo que pasaba, sabían sobre el amor que se tuvieron en su anterior vida que por un tiempo se separo pero en un tiempo el mayor había logrado unir. Aquellos recuerdos se dispersaban en las mentes de los dos como bombas, haciendo estos no dejaran de cantar si no que lo hicieran con más sentimiento que antes. Sus miradas de diversos colores estaban conectadas, así como el hilo rojo que, atado a sus meñiques, les unía en señal que el destino les decía debían estar juntos.

Sus pies se movían por el escenario, sin apartar sus miradas, tan coordinados como si aquel momento lo hubiesen ensayado toda su vida.

El castaño dejo de cantar apartando su mirada haciéndose algo atrás, sin dejar de pensar en aquellas imágenes de su trabajo en la Editorial Marukawa, y en las cosas que compartió anteriormente con la persona que había comenzado a cantar con una voz más madura que la propia:

“Volviste para darte cuenta de que me había marchado,
y que el lugar está vacío,
como el agujero que quedaba en mí.
Como si no fuéramos nada de nada.
No es lo que significas para mí,
aunque estuviéramos hechos el uno para el otro.

Oh, no queda una sola cosa que podrías decir,
lo siento, es demasiado tarde.”

Aquellas palabras cantadas por el azabache le hicieron reaccionar, volteo a verle notando el sentimiento de nostalgia que invadía a los orbes avellanas de este. Recordó como por un mal entendido el castaño le había herido, “Fui un idiota” pensó y se acerco al lado del dueño de sus pensamientos, comenzando a cantar junto a él.

“Me estoy liberando de estos recuerdos,
tengo que dejarlo ir, simplemente, dejarlo ir.
He dicho adiós, le he prendido fuego a todo,
tengo que dejarlo ir, simplemente, dejarlo ir.”

De un momento a otro la mirada de ambos de nueva cuenta se unió, esta vez el castaño le sonrió con verdadera confianza haciendo sorprender al azabache, al darse cuenta de sus acciones el menor aparto sus orbes esmeraldas con un ligero sonrojo. Sus corazones en ese momento tenían la misma coordinación tan perfecta como sus cuerpos que se movían con sentimientos mezclados por aquel piso de madera.

“Y lo dejo ir”-canto solo el castaño-.

“Y ahora lo sé”-le siguió el azabache-.

“Una nueva vida…”-siguió con el canto el menor, con el viento que se colaba por las ventanas golpeando en su pelo-.

 “…está ahí bajando la carretera”-Le continuaba el mayor, sus voces parecían unidas por el perfecto tiempo que tenían sin haber ensayado al menos-.

“¿Y cuándo estaría bien?”-El castaño le miro, tratando de no apartar la vista al ser así los movimientos-.

“Tú siempre lo has sabido.”-Respondió el azabache mirándole con cierto cariño.

“Entonces esta vez, no lo dejaré pasar.”El castaño siguió con la canción, pensando en que también relataba su anterior historia. Pero algo estaba aprendiendo, y era que la vida le había dado una nueva oportunidad y tal como decía en la melodía, no la dejaría pasar.

“Solo queda una cosa aquí que decir. Para el amor nunca es demasiado tarde”-Alargo la última palabra el castaño con mas sentimiento que antes en su voz con un tono elevado-.

“Me he liberado de estos recuerdos,
lo he dejado marchar, lo he dejado marchar.
Y "dos adioses" condujeron a esta nueva vida,
no me dejes marchar, no me dejes marchar.

No me dejes marchar,
no me dejes marchar,
no me dejes marchar,
no me dejes marchar.

No te dejaré marchar,
no me dejes marchar.”

Y de nuevo sus voces se unieron, la canción término y los aplausos les recibieron.

Después de los agradecimientos los dos se retiraron por el mismo camino, cada quien callado tratando de decir algo de lo que estuvieron pensando durante la canción. Ninguno de los dos se atrevió por un tiempo, normalmente hubiera sido el azabache el que hubiera roto el silenció pero esta vez lo hizo el castaño en un intento por tomar la iniciativa.

-Takano-san, ¿sabías de ello desde hace tiempo, cierto?-pregunto alzando el rostro para verle-.

El azabache sonrió sabiendo perfectamente a que se refería- Tu igual, pero ninguno de los dos dijo nada-suspiro para después mirarle- Dime, ¿quieres que dejemos pasar la oportunidad de nuevo?

El silencio inundo durante unos minutos en los que siguieron caminando por los pasillos que guiaban al camerino.

-No...

Y esa respuesta cambio sus destinos, porque aunque no fuera fácil tratar de enmendar sus errores, ambos estaban dispuestos a crear el “Felices por siempre” en el final de su historia de amor.

Notas finales:

¿Les gusto?ovo Creo que es un escrito de los mas largos que hecho(? Con 6 hojas en word.

Pronto subire los capitulos de mis fanfics asi como el pedido de Isabel Castro y la continuación del fanfic de Liziz Vazques.


Me despido, recuerden me pueden agregar a mi facebook "Misaki Eiko".

Saludos a:

Dulce Zapata, Haruka Eastwood, Laura Elena Torres Enriquez, Valeria Fuentes Rioja, Liily Carlos, Isabel Castro y Liziz Vazques.

PD: MELOCOTON, CUANDO VEAS ESTO QUIERO QUE SEPAS ERES DE LO PEOR(? Bromi, Pan de Anis te ama y te esperara :'3 

Adios~

 


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