LuHan está recostado en el sofá, descansa su cabeza sobre las piernas de YiXing, mientras este le acaricia el cabello dulcemente. Sus ojos cerrados, disfrutando de los mimos del otro. Todo parece perfecto cuando están de esa manera, solo ellos dos, sin nadie de por medio.
Están perdidos en su mundo, la escuela es pesada, la vida es dura, pero no le reniegan a nada, bueno YiXing sí, aunque sea solo una cosa; el haberse enamorado de su mejor amigo sabiendo que este nunca le corresponderá por completo. Aunque LuHan sea egoísta y lo retenga a su lado, dañándolo, pero curándolo al mismo tiempo.
Porque eso era lo que sucedía, ambos chicos se querían profundamente, siempre estaban el uno para el otro. Riendo, llorando, soñando, jugando, luchando, viviendo en un mundo juntos… pero eso cambio hace algunos días, cuando apareció Oh SeHun, aquel chico que le robo el corazón de LuHan.
Pues aunque LuHan le ame, parece que ama más al pequeño castaño claro de al lado, aquel de ojos inocentes y apariencia adorable, sonrisa dulce y comportamiento infantil. Porque LuHan era débil ante las cosas dulces, lindas y delicadas, tal era el caso de Zhang YiXing, su mejor amigo.
—Hey, te amo—. Tanto amor puesto en aquellas palabras y LuHan no lo entendía, simplemente dañaba más al menor, sonriendo y contestando con un “Yo también te amo”, pero bueno, es normal entre los amigos decirse que se aman, tan normal como respirar o así lo veía LuHan.
Sus respiraciones están sincronizadas, sus corazones laten al mismo compás…
Decirse te amo entre amigos es tan normal como besarse, claro LuHan tenía su idea de amistad. Unos cuantos besos y palabras de amor no dañarían a nadie, bueno, no matarían a nadie. Porque YiXing estaba por romperse, tampoco estaba mal que se acariciaran y compartieran momentos íntimos, es tan común, tan normal…
Solo un simple roce de labios, nada del otro mundo. Por lo regular, según las especulaciones de LuHan, los mejores amigos son como la clave de la experimentación, son tan importantes e indispensables que no quieres dañarlos, pero siempre terminas compartiendo tus primeras experiencias con ellos… así como el primer beso, el primer te amo, la primera muestra de afecto hacia una persona e inclusive tu castidad…
Acariciar y contornear las facciones del rostro de LuHan era la sensación más hermosa del mundo, apreciar y memorizar su belleza sin igual, jugar con sus labios, contorneándolos con su dedo era maravilloso, por eso YiXing no se limitaba cuando tenía oportunidad.
Para LuHan sentir las frías manos de YiXing recorrer su piel era encantador, magnifico e indescriptible, por eso se dejaba consentir por el menor, le encantaba obtener sus mimos… sentirlo.
Entonces helos aquí, uno disfrutando del otro. YiXing inclinándose para besar los labios de LuHan, de manera casta y delicada, mientras acaricia su cuello, por su parte el mayor comienza a levantarse lentamente, enderezando a YiXing en el proceso.
LuHan se posó sobre YiXing, separándole lentamente las piernas, colocando una de las suyas entre ellas, entonces sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo del menor, repartiendo caricias por toda su extensión, sus labios atacaron los del contrario, besándolo con deseo y pasión, arrancándole algunos jadeos.
Las manos de YiXing no se podían mantener quietas, por lo que comenzaron a explorar el abdomen del mayor. Palpando, acariciando, contorneando por debajo de su playera, sintiendo su piel suave. Por su parte, el otro ya comenzaba a deslizar sus dedos con maestría sobre la piel del menor.
LuHan fue descendiendo por la mandíbula del menor, repartiendo besos húmedos sobre su piel lechosa, mientras sus manos llegaban por debajo de la tela hasta los pezones de YiXing, comenzando a estimularlos con tranquilidad, arrancándole suspiros y jadeos a este.
—Yo…v-vamos a la hab-bitación—. Pronuncio con dificultad el menor, por lo que el mayor sin despegarse se puso en pie, arrastrando al otro con él, yendo al lugar mencionado como pudieron, tropezando en cualquier lugar, golpeándose contra la pared, pero lograron llegar.
Una vez en la habitación LuHan recostó a YiXing cuidadosamente sobre la cama, quedando de nueva cuenta sobre él. Un notorio sonrojo adornaba las mejillas del menor, dándole un toque adorable, inocente, aunque quizás no lo fuera.
Besos furtivos, caricias magistrales, roces inocentes, todo estaba en perfecta sincronización. LuHan paseaba sus manos por el torso del menor, acariciaba, palpaba, arañaba, sentía su piel suave y tersa, mientras sus labios devoraban los de YiXing, besándolo con pasión y desenfreno.
Los dedos de YiXing jugaban con el borde de la playera de LuHan, levantándola poco a poco, guiándose con sus instintos, su lengua y la del mayor mantenían un pequeño juego erótico de roces contra la contraria y el paladar del otro. Pronto la playera del menos salió volando, para que LuHan tuviera piel a su merced, descendiendo por su cuello hasta sus clavículas, aquellas que tanto amaba.
Repartió besos por todo el hombro de YiXing, al tiempo que jugaba con el botón de su pantalón, LuHan estaba disfrutando aquello en demasía, más cuando el menor gimió su nombre de manera delicada, casi hipnotizante, dulce… suave.
Pero las cosas no pueden ser tan perfectas, no sería común ver tanta felicidad porque es necesario terminarla. Como si ese fuera el caso, tocaron a la puerta, sin embargo, ellos no estaban dispuestos a separarse. A dar por terminado aquello. Así que continuaron acariciando el cuerpo del contrario, embriagándose con el aroma ajeno.
Pero parecía que quien fuera que tocara a la puerta, no planeaba rendirse, Pues siguió tocando con más fuerza. Más pareciera que no escuchaban, pues continuaron con las caricias, los besos, ese juego erótico de provocarle cosquillas al contrario, solo simulando mordidas con sus labios. A pesar de los fuertes sonidos ellos seguían en su mundo, entregándose el uno al otro, dedicándose por completo a complacer y mimar al contrario.
El teléfono de LuHan comenzó a sonar, planeaba ignorarlo pero YiXing se detuvo, entregándole el aparato al otro, diciéndole que conteste.
—Contesta—. Ordeno con voz aguda el menor.
—Vamos, Yi— protesto el mayor, al tiempo que hacia un puchero.
—Solo hazlo— espeto YiXing, comenzando a ponerse de nueva cuenta su playera, mientras tanto LuHan bufo y tomo el aparato atendiendo.
—Diga— escruto un LuHan fastidiado, pero al escuchar el sonido proveniente del otro lado del auricular, se sintió estúpido.
—LuHan, por favor abre— se escuchó un quebrado SeHun del otro lado de la línea.
—Espera un momento— pidió al tiempo que colgaba, apresurándose a acomodarse la ropa, salió corriendo de la habitación, corrió escaleras abajo, directo a la puerta, aun despeinado, con los labios hinchados y rojos, jadeando le abrió al hombre tras la puerta. Encontrándose con un SeHun bañado en lágrimas, gimoteando y con la ropa hecha añicos, con algunos golpes sobre su delicado rostro…
— ¿Hunnie que te paso?— cuestiono, pero inmediatamente el otro se abalanzo sobre él, sollozando sin consuelo. Apretándolo fuertemente, LuHan lo atrapo, envolviéndolo con sus brazos, protegiéndolo.
—LuHan tengo miedo— susurro SeHun, hipeando mientras el mayor lo sostenía firmemente, dándole confianza, brindándole protección, de esa manera beso su cabello.
—No temas, ya estas a mi lado, yo te protegeré lo prometo— prometió mientras acariciaba su cabello castaño, reconfortándolo.
Mientras tanto YiXing estaba aún sentado sobre la cama de LuHan, sus ojos picaban, ardían. Se mordió el labio inferior, no quería llorar. Se había prometido no hacerlo más. Pero eso no evitaba que justo ahora apretara las sabanas con fuerza, mientras las lágrimas corrían silenciosas por sus mejillas, su playera mal acomodada, arrugada, su cuerpo lleno de marcas hechas por LuHan al igual que su alma.
Después de llorar unos minutos en silencio, decidió acomodarse la ropa, limpiarse las lágrimas e irse a casa, por más trabajo que eso le costara, aún tenía ganas de estar con LuHan.
Al descender por las escaleras se encontró con una escena digna de película romántica, pero aun así no se sintió conmovido, solo le causo una fuerte punzada en el pecho. Porque ver a la persona que amas besar a otra no era nada agradable. Mentalmente estaba hecho añicos, pero por fuera era inexpresivo, con la mirada más fría antes vista, rostro sin emociones, era una maquina fría, pero por dentro era un chico frágil e infantil.
Camino despacio con rumbo a la salida, suplicando porque LuHan no le notara, pero fue en vano, pues justo en ese momento termino de besar al otro, más no de acariciar su mejilla, ni de chocar su frente con la del chico. Eso solo lo dañaba, apretó los ojos por un momento antes de continuar con su huida.
Ni siquiera se dieron cuenta de cuando se fue YiXing, así siguieron con las frentes unidas, los dedos entrelazados y con los ojos cerrados, respirando contra la cara del contrario, susurrando te amo incontables veces con sumo cariño.
♥♥♥♥♥
Los días pasaron, pero nada cambiaba, ni la relación entre LuHan y YiXing, ni la de LuHan y SeHun. YiXing seguía siendo el mejor amigo sin el que no puedes vivir, ni siquiera respirar, mientras que SeHun seguía siendo el novio perfecto, dulce, delicado, amable, romántico del cual es fácil enamorarse.
Justo ahora se repite la rutina, YiXing y LuHan en casa del segundo, viendo una película, sentados en el sofá, abrazados, la cabeza del menor descansando sobre el hombro del mayor. Sus respiraciones acompasadas, sus corazones latiendo al mismo ritmo, bailando el mismo vals.
Pero alguien toco la puerta, era SeHun, YiXing lo sabía y no pudo evitar pensar en irse. LuHan se levantó y dirigió hacia la puerta, abriéndola, para después atrapar en un abrazo a SeHun, besando sus labios dulcemente, regalándole una sonrisa sincera.
YiXing de nuevo se sentía desplazado, por lo que se levando también del sofá, dispuesto a marcharse y no detenerse, se reusaba a seguir con aquella toxica amistad, aquella relación poco sana.
LuHan entrelazo sus dedos con los de SeHun, caminando hacia el sofá, pasando justo a un lado de YiXing a quien tomo de la muñeca con su mano libre, deteniendo o truncando su huida triunfal…
—No te vallas, quédate, te necesito— susurro LuHan contra el oído de YiXing.
Aunque YiXing se hubiese prometido no pertenecer más a aquello, no pudo evitar quedarse, permaneciendo sentado en el sofá, a un costado de LuHan, mientras observaban la televisión, los tres, el rubio perdido en la película, pero SeHun y YiXing perdidos en LuHan, aspirando fuertemente su perfume, embriagándose de su aroma.
Cada una de las manos de LuHan estaba ocupada, a cada lado de su cuerpo, reposando sobre la pierna de cada uno de esos dos chicos, entrelazando sus dedos con los de ellos. Los otros dos se quedaron dormidos, entonces LuHan aprovecho para besar la frente de SeHun y la de YiXing, luego sus labios y al final quedarse dormido con su cabeza descansando sobre la del castaño.
La de YiXing sobre su hombro, al igual que la de SeHun, era una escena extremadamente tierna, si no sabías el tipo de relación que compartían estos chicos con el rubio. Pues el amor de LuHan era toxico, adictivo.
Una vez que lo pruebas, te vuelves dependiente, tanto así que no puedes vivir sin él…