-Hola-
-Hola- me miraba con asombro y yo trataba de disimular mi nerviosismo, nunca antes me había sentido así ni siquiera cuando baile por primera vez
-¿Cómo te llamas?-
-Gunsama ¿Y ud?-
-Sukkie-chan-
-Lindo nombre- me sonroje – Vi su presentación- solo recuerdo sus hermosos ojos cuando me miraban embobado
-Y ¿le gusto mi presentación?-
-Fue inspiradora- este hombre me ponía demasiado nervioso
-Me alegro que le gustara- le sonreí -¿Ud trabaja en el teatro?-
-Si- me entristecí porque se hizo un silencio incomodo
-Tengo que irme-
-Espera- me tomo la mano y una descarga eléctrica recorrió desde mi mano a todo mi cuerpo –sus ojos reflejaban necesidad -puedo volver a verte hoy, mañana…- me reí y él se sonrojo
-Claro hoy a las 2 am en las cercanías del templo-
-Es una promesa- Tome su meñique que me mostraba con el mío los uní
-Es una promesa- me reí y me fui con el corazón acelerado de felicidad
Nos sentamos en la mesa del Sr Mithra con mi hermana. Él estaba muy feliz de vernos en especial a mi y yo como me enseño mi onessan fui lo más coqueto que puede ser
La noche transcurría tal cual las otras entre alcohol y baile. Mi onessan quedo con el sr Yunho como otras noches y yo debía volver, pero no podía esperar, quería y tenía que verlo, así que corrí a su encuentro
Lo vi de espaldas a mí esperando, yo trate que mi respiración se escuchara lo más normal que pudiese
-Hola-
Se giró y me regalo una sonrisa –Hola bonito- y yo me sonreí y ya no pude aguantar más solo me acerque y junte nuestros labios en un beso muy tierno, sus labios suaves y carnosos me invitaban a seguir besándolo y así lo hice nuestro movimientos fueron más apasionados y él se aferró más a mi cintura apegándome a él. Su lengua busco la mía y se hicieron una, era una guerra desenfrenada de deseo y pasión que detuvo una vez que nos faltó el aire
Cuando nos miramos me vi reflejado en su mirada, el acariciaba mi cabello y no quitaba su mirada de mi yo mucho menos podía dejar de verlo
-Bonito besas muy bien para ser una meiko-
Me empecé a reír – Y ud para ser un empleado del teatro- juntamos nuestras frentes y nos sonreímos
-Ven sígueme- subimos a lo alto del templo y por la parte de atrás daba a Hanamachi la cual se veía como un mar de luces
-Es hermoso-
-Siempre que quiero estar solo vengo aquí y aclaro mis ideas-
-¿Y qué ideas está aclarando ahora?-
-Lo mucho que me gustas- Me sonreí –Y que quiero sacarte de este mundo- quede pasmado, o sea no es que aquí sea malo, tampoco sé si afuera es mejor además mi sueño siempre fue ser la mejor de las geishas
-Seguir viéndonos aquí sería perfecto- trate de desviar el tema, el solo me sonrió con una mirada triste que pude percibir, así que me acerque a él le tome la mano el me miro y lo bese tan dulce y apasionadamente como nuestro primer beso
-Me gusta besarte- se sonrojo, es hermoso
-Creo que es tarde tienes que volver-
-Pensé que íbamos estar más tiempo-
-En tu mundo necesitas volver a una hora adecuada-
-Tienes razón vamos-
Me dejo lo más cercano a mi okiya y quedamos de vernos al otro día a la misma hora. Pero mi vida cambiaria ese día.
-¿Cuántas llamadas llevas ya?-
-Ya con esta va en decima oferta okassan-
-Si todo sigue así el mizuage de Sukkie-chan será el mejor vendido en Hanamachi-
La escuchaban como hablaban y yo solo pensaba en él, en la hora para volver a verle, cuantos minutos más tendría que pasar antes de besar esos suaves y carnosos labios.
Me tocaba los labios y mi corazón se alborotaba esto es ¿amor?, pero una geisha no tiene permitido amar. Creo que ya no puedo volver atrás mi corazón ha decidido amar
-Hey Sukkie-chan ve arreglarte el precio de tu mizuage ha sido zanjado y debes de estar feliz, porque nadie en la historia ha conseguido un precio tan alto incluso yo tu onessan felicitaciones-
-De que hablas onessan-
-Que su mizuage ha sido vendido- No lo podía creer mi mizuage se vendió, pero no me siento feliz, es más mi corazón se acongoja
-Vamos muestra más felicidad-
-Onessan ¿voy a ser geisha?-
-Alégrate esta noche te convertirás en una geisha-