Fueron unos segundos de silencio que parecieron años. No podía creer que era él frente a mí, mis ojos llenos de lágrimas trataba de vestirme y no podía tiritaba mis músculos no me funcionaban, era lo peor que me había ocurrido
-Hasta luego bonito cuando quieras juntarte conmigo me buscas como ahora- Que!! De qué habla ese asqueroso, mi voz no sale para defenderme
Él se tapó la cara creo que está llorando, levanto su rostro, me miro con mucho odio, serio sin una pisca de pena –No tengo nada más que hacer aquí- se giró para irse
-No espera Gunsama- corrí hasta él desesperado y tome su mano, pero el quito inmediatamente la suya
-¿Qué quieres?-
-De…deja que te..te ex…explique no es es lo que pa…pare…rece- tartamudeaba entre el llanto y el solo se rio sarcásticamente
-¿No lo es? Explícate por qué yo te encuentro aquí con otro hombre desnudo después de tener sexo con él, no sé que más me puedes explicar lo que ya vi-
-No fue así, o sea sí, pero tengo una razón- llorando solo rogaba al cielo me escuchara
-Cállate!!- me grito -Eres lo peor que existe, el peor ser que pude conocer, no quiero que me expliques tus asquerosidades, sal de mi vida no quiero volver a verte jamás- trate de tocarlo y él se corrió y levanto su mano para golpearme yo cerré mis ojos esperando que ese golpe viniera para curar en algo mi alma –Me dijeron que estarías aquí, me negué a creerlo pero vine- tenía los ojos aguados –Mi peor error fue conocerte aléjate de mí te lo pido como favor después de todo el daño que me hiciste por favor adiós Sukkie-Chan-
No pude pararlo no tenía perdón, no tenía derecho de hacerle más daño, caí al suelo a medio vestir y llore hasta que mis lágrimas se me secaron
Camine por las calles de Hanamachi como un alma en pena, se habían robado mi corazón por segunda vez y ahora para siempre, ya ni siquiera sentía dolor, porque lo que sentía estaba más allá del dolor, era el mismo vacío
Abrí la puerta y mi okassan me abrazo –shhhhh ya pasara- me entregue a sus cariños y consuelo, llore incluso más que la primera vez hasta que me fui llevando por el sueño.
Estaba en una casa en medio de un jardín de flores muy hermosas recogía esas flores, era un día soleado y el calor acariciaba mi piel, cuando veo a Gunsama venia hacia mí. Mis latidos se desbordaron, estaba muy feliz de verlo corrí hasta llegar a sus brazos y lo abrace con fuerza que me hizo girar en sus brazos, éramos tan felices yo era feliz, tomo mi rostro entre sus manos y e miro como si no creyese lo que estaba viendo y unió nuestros labios en un beso que cada vez fue más profundo e intenso
-Despierta Sukkie-chan tenemos que irnos- abrí mis ojos sin muchas ganas quería seguir en ese hermoso sueño, además tenía unas lágrimas aun bajando desde mis ojos
-¿Qué sucede okassan?-
-Heechul ha pedido que vayas a su okiya así que vamos-
Entramos, había muchos rostros que guardaban una pena enorme me hizo pensar lo peor camine hasta su habitación y ahí estaba más lúgubre que nunca me eche a sus brazos
-Eres aun un niño- lo apreté contra mí y solté mis lágrimas -Pueden dejarnos solos- todos los que estaban ahí se retiraron –Cariño no espere vivir para verte convertido en toda una geisha, eres mi orgullo- me miro de forma maternal –Cuando no este..-
-No no te iras- interrumpí pero me pidió con una señal que lo dejara hablar
-Cuando no este por favor cuida de G-Dragón él heredara la okiya, pero necesitara de un amigo que lo guie y espero que puedas ser tú- asentí llorando –Siempre tuve fe en ti y quiero seguir teniéndola- el dolor que sentía ahora parecía que me partía mi alma, mi onessan que me había enseñado tantas cosas, que había ayudado en mi crianza se moría ante mis ojos
-así será onessan-
-por favor no cometas mis errores, no te niegues el amor, abre tu corazón y ama hasta mas no poder, si tienes la oportunidad de salir de este lugar y ser feliz hazlo no solo por ti, sino por mí también vive lo que yo no pude pero sobre todo se feliz-
-Onessan tú también puedes vamos los dos juntos-
-Ya es tarde para mí, pero tú puedes ser feliz por todos nosotros, prométeme que lucharas por tú amor me lo prometes- no le podía decir que mi amor ya no existía
-Lo hare onessan- se acercó y beso mis cabellos
-Siempre serás un niño para mí-
-Te quiero onessan- le dije sinceramente, mientras lloraba no podía dejar de hacerlo
-Yo también- despeino mis cabellos –Gracias por todo-
-No te despidas- me sonrió
-Estoy un poco cansado-
Salí de la habitación dejándolo arropado y busque a G-Dragón me debía algunas respuestas
-¿Por qué no me buscaste antes?-
-No lo hice porque hace nada que se puso así y te mando a buscar no creerás que te estoy negando-
-Perdón-
-¿Y el antídoto?-
-Pensé que ya estaba aquí, hice todo lo que me pidieron-
Puso cara de preocupación, eso me dio a entender que él también estaba cayendo en la desesperación toque su hombro tratando de decirle que yo también sentía lo mismo, que también era mi dolor –Gracias por estar aquí- lo abrace
Nos sentamos en la entrada de la habitación de Heechul-onessan a velar su sueño parecía que dormía plácidamente, nadie podría creer que los brazos de la muerte ya lo tocaban, pero era como que si esperará algo, un milagro quizás que lo sacara de ese estado.