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THE BEST BIRTHDAY por traublemaker

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Notas del fanfic:

Este one shot es para Lili Saavedra que lo ganó en el concurso de mi fic I`m going to revenge of you. 

Espero que te guste, Lili!!

Notas del capitulo:

PORTADA

Kim Jonghyun era un niño de diez años, muy alegre y hablador; era uno de los más populares –a su corta edad- entre sus compañeros, pues su habilidad para el canto había logrado cautivar a más de uno. En la escuela resaltaba por sus habilidades en Arte, más no en Matemáticas –cómo odiaba ese curso- Sus padres lo apoyaban mucho, y su hermano mayor Kim Junmyeon lo había instruido en el canto, ya que al parecer el menor de ocho años que se llamaba Jongin se iba más para el baile, al igual que su madre. Jonghyun era un niño muy feliz.

 

Se encontraba en ese momento ingresando a la clase de Matemáticas, con todo el cuerpo pesado sabiendo lo que le esperaba en esa hora, el aburrimiento lo invadiría. Ingreso lento, caminando con desgano, tomó asiento y apoyó la cabeza en la carpeta preguntándose por qué lo torturaban así.

El maestro ingresó, llamó la atención que todos prestaron. Saludó correctamente, luego salió del salón, Jong frunció el ceño, algo pasaba; entonces el maestro ingresó con un niño rubio –obviamente teñido- que parecía que iba a tener un ataque de nervios.

-¡Qué lindo es!-

-Parece una niña-

-Que bonitos ojos-

-Quiero teñirme el cabello también-

Los murmullos entre los compañeros se empezaron a escuchar en el salón.

-Silencio- sentenció el profesor a lo que todos hicieran caso, el maestro tenía cara de malo y era estricto- Bien, él es Kim Kibum, fue transferido de una escuela en Estados, pero es coreano- Jonghyun simplemente moría de aburrimiento, no había prestado nada de atención, seguía con el rostro en la carpeta tratando de desaparecer si era posible.

El resto de la clase, estuvo como siempre, hasta se había quedado dormido; por suerte el maestro no lo había visto … o eso creyó.

-Señorito Jonghyun, ya que está tan atento a la clase ¿podría resolver este ejercicio?- señalaba uno que estaba en la pizarra. Jong entró en pánico, era una ecuación, pero estaba seguro que no lo había visto en clases anteriores ¿lo habían explicado mientras dormía? ¡Rayos!

Con temor agachó la cabeza.

-N-No sé c-como hacerlo- respondió, era extraño ver ese semblante en él. Jonghyun nunca se mostraba nervioso y menos tartamudeaba, pero vamos a cualquier niño le asusta que su maestro le llame la atención.

-¿Alguien más puede hacerlo?- hubo silencio durante un momento, hasta que alguien levantó la mano tímidamente- ¡oh! Kibum ¿Puedes resolverlo?- todos dirigieron a vista al nombrado que se puso colorado por las miradas mientras asentía tímidamente- Bien, acércate- sentenció el mayor.

El niño se puso de pie secando sus manos en su ropa, ahora que Jonghyun lo pensaba no había hablado desde que había llegado, su presentación la hizo el profe ¿sería mudo?

El rubiecito empezó a pintar la pizarra con números y letras, cuando terminó la ecuación volteó dudoso hacia el maestro, quien asintió y sonrió.

-Muy bien Kibum, puedes sentarte- el nombrado se dirigió a la silla sin levantar la mirada. De pronto el profe dirigió la mirada a Jonghyun- Si hubiera estado atendiendo mi clase señorito Jonghyun sabría que ese tipo de ecuaciones no lo resolvíamos aun- sin más siguió con su clase, mientras Jonghyun se sentía totalmente humillado, habían herido su orgullo de niño. Si nadie hubiera resuelto la ecuación el golpe no habría sido tan doloroso. Dirigió la mirada hacia el nuevo, quien la sintió y levantó el rostro encontrándose con el rostro enojado del otro Kim; este último susurró un “nerd” para que el maestro no escuchara, pero que el rubio pudo entender perfectamente.

 

 

Durante las siguientes semanas la presencia de Kibum seguía sin notarse, a pesar que varias niñas habían intentado hablarle -ya q–e ciertamente decían que se podían llevar bien con el nuevo ya que parecía una niña por sus rasgos femeninos, además de su cuaderno rosa- Kibum simplemente asentía o decía frases cortas, con lo que Jonghyn descubrió que si hablaba.

Todo seguía igual hasta que un día el maestro llegó con unos sobres celestes y rosados.

- Niños, les tengo una buena noticia- todos prestaron atención- el cumpleaños de Kibum se acerca y se realizará una fiesta en su casa, que amablemente su madre vino a dejar las invitaciones para todos- empezó a llamar y repartir los sobres. Jonghyun dirigió la mirada hacia el rubio quien estaba completamente rojo y parecía que quería fusionarse con la silla, ya que se estaba hundiendo mucho en ella; dejó se mirarlo cuando el maestro le entregó el sobre celeste que decía su nombre.

Pasó la vista por todo el salón y veía como algunos abrían el sobre curioso y otros simplemente lo guardaban, algunos y decían si irían o no la fiesta; Jong observó la invitación y la guardó, no tenía interés en asistir a dicha fiesta, además gracias al futuro cumpleañero había sido humillado en clase.

 

La movilidad escolar lo devolvió a casa, saludó a su madre, sus hermanos y su pequeña perrita Roo –su padre estaba trabajando- tiró su mochila al sillón que rebotó y cayó al suelo, y se dirigió a su habitación a cambiarse para asistir a sus clases de guitarra, claro que primero almorzó.

Al salir se do cuenta que la mochila se había abierto al tirarla  y todo había quedado en el suelo, su madre le dijo que ella lo recogería y que se diera prisa.

Al llegar a casa se puso a hacer la tarea, iba a pedir ayuda en Matemáticas a Junmyeon –como simpre- pero fue llamado a cenar.

La cena empezó ya con su padre que había llegado del trabajo, Jongin contaba sobre una niña que le había dicho que era lindo, mientras que Junmyeon reía y lo molestaba haciendo que el menor se pusiera rojo. Hasta que llegó una noticia que no le gustó nada.

-Jjong, vi que te invitaron a una fiesta- dijo su madre feliz, claro cuando arregló la mochila tirada de Jonghyun vi la invitación.

-Sí, no pienso ir- cortó rápidamente Jonghyun

-¿Por qué, amor?- preguntó comprensiva la madre del pequeño

-Porque Kibum es nuevo y raro, no hablo con él- trato de sonar comprensivo.

-¡Oh! Pero la madre de Kibum, me dijo que estaba entusiasmado por la fiesta y ella es muy amable y le dije que te convencería para que vayas-

-¿Conoces a su madre? ¿Cuándo sucedió eso?- preguntó Kim incrédulo.

-Hablamos un par de veces en la escuela, cuando iba a recoger a Jongin- la mayor se encogió de hombros

-Jong sería muy amable de tu parte si vas la fiesta- habló ahora su padre ¿acaso ahora sus padres estaban en su contra?

-Me traerás caramelos ¿cierto?- habló el menor de los Kim

-No, Jongin, porque no iré- sentenció Jonghyun

-Jonghyun, anda… Young Mi me dijo que a Kibum le costaba hacer amigos, sé buen niño- ¿Buen niño? ¡¿Buen niño?! Kibum hubiera sido buen niño si no lo hubiera humillado, estaba a punto de protestar cuando vio a su padre con cara de enfado, no era buena idea negarse. ¡Rayos! Tendría que asistir a la dichosa fiesta, al menos cumpliría el deseo de Jongin y robaría todos los dulces que pudiera.

-Está bien- dijo derrotado- ¡pero solo un rato!-

 

 

El día viernes de la fiesta había llegado, ahora Jonghyun se arrepentía de su decisión, dos de sus amigos aseguraron no ir a la fiesta y los demás estaban en duda, se moriría de aburrimiento en ese lugar.

Junmyeon le arreglaba el cabello, él le dejaría en la fiesta y su madre lo recogería luego del trabajo. Una vez listo salieron rumbo a la dirección de la invitación; al llegar Jonghyun se sorprendió, al parecer el rubio tenía dinero, la casa era muy bonita, eso explicaba su estancia en Estados Unidos. Tocó el timbre y abrió una señora con una sonrisa muy amplia dejando pasar al menor, este se despidió de su hermano y entró.

Ya en la sala vio que todo estaba decorado con muchos colores, adelante había una mesa con muchos bocaditos y caramelos, una sonrisa se dibujó en su rostro, a Jongin le dolería el estómago por comer mucho azúcar. Además había un televisor muy grande con dos micrófonos al costado, Jonghyun supuso que era para karaoke. Sobre todo los bocaditos, le llamó la atención el pastel de tres pisos que estaba en la mesa, se veía delicioso.

Pasó la mirada por todo el lugar, al parecer había sido el primero en llegar, maldecía la puntualidad de su hermano, siguió mirando todo hasta que vio salir a Kibum del que seguro era su habitación; estaba vestido de azul y rosa –cosa que hizo reír por dentro a Jong- su cabello rubio estaba pulcramente peinado y se veía sorprendido, el menor se acercó al moreno.

-Hola- saludó muy bajito

-Hola- respondió Jonghyun, de pronto se dio cuenta del regalo que llevaba en la mano y l extendió bruscamente hacia el cumpleañero- mi madre te envía esto- dijo, no pensaba en decir que era de su parte, su madre le había obligado a gastar sus ahorros en ese regalo.

-¡Oh! ¡Gracias!- exclamó el rubio, abriendo el regalo, descubriendo que era un libro “El niño de pijama a rayas” se leía en la portada-

-Te vi leyendo en clase, supuse que te gustaría- habló Jonghyun algo avergonzado

-¡Gracias!- gritó el rubio abrazando al moreno, este se quedó estático, luego el menor se separó muy sonrojado- L-Lo siento- bajó la cabeza

-¡Oh! Veo que se están llevando bien- habló la madre de Kibum, este fue corriendo enseñándole el regalo a su progenitora, luego la mayor los dejó para que se divirtieran.

Jonghyun y Kibum empezaron a comer los dulces y bocaditos, hablaban muy poco; entonces Jong miró el reloj de la sala y ya había pasado una hora desde la hora indicada en la invitación.

-Siempre sucede lo mismo- susurró el menor.

-¿Qué?- preguntó confundido el moreno

El rubio miró hacia la puerta seguido del moreno, entonces Jonghyun entendió… nadie más asistiría a la fiesta.

Al pasar el tiempo Jonghyun se dio cuenta que cuando Kibum entraba en confianza era realmente agradable, salieron al patio de la casa encontrando a dos perros pequeños.

-¡Que lindos!- exclamó Jong

-Son Commedes y Garcons- el mayor soltó una risita por los nombres.

-Yo tengo una perrita, se llama Roo-

Ahí empezaron a contarse algunas cosas, Jong descubrió que Kibum vivía solo con su madre y que era hijo único, mientras que el rubio dijo que quería conocer a los hermanos de su acompañante, ya que el mayor había escogido el libro que recibió de regalo y el menor… simplemente le gustaban los niños.

Pasaron toda la tarde juntos, además tenían cosas en común, a Kibum le gustaba tocar guitarra al igual que Jonghyun, incluso sabía tocar piano. Se pusieron a cantar en un concurso de karaoke, Young Mi estaba contentísima de ver a su hijo tan feliz. Los niños escogieron la canción Dang Dang Dang de Supreme Team para hacer un dúo; Jonghyun descubrió que Kibum también sabía cantar y bailar, mientras que el rubio quedó asombrado por la voz del mayor.

El tiempo había pasado demasiado rápido, Kibum dejó que el moreno se llevara una torta entera y muchísimos dulces para su pequeño hermano. Young Mi tomó una foto de los pequeños.

Jonghyun se arrepentía por haber pensado en no ir a la fiesta, no se quería ir, incluso le dijo a su madre que se quedara conversando con la madre de Kibum, mientras ellos jugaban Tekken.

Al salir de la casa del rubio, se despidieron y Jonghyun prometió a Kibumm sentarse a su costado en clases. Mientras se iba despidiéndose con la mano decidió que contaría el lunes a todos lo bien que lo pasó en la fiesta y de lo que se habían perdido los tontos de sus compañeros.       

Notas finales:

¿Les gustó? 

Gracias por leer! 

traublemaker 


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