2. Dios, ¿qué te hice?
*Gumball POV*
Al salir de clases me fui a la ciudad debía encontrar un trabajo cuanto antes.
Busque por muchas tiendas, pero ninguna era adecuada. Luego de mucho rato encontré una bonita cafetería llamada “Sweet Dreams”, en la parte norte de la ciudad. Al parecer era nueva y había un rotulo que decía: “Se busca personal”.
-¡Perfecto!- dije, de verdad esperaba poder encontrar empleo aquí ya que no veía otro lugar en el cual preguntar.
-¡Bienvenido!- me saludo al entrar una linda chica vestida de maid, ¿Qué acaso era un café cosplay?
-Amm… ¡H-hola! Y-yo vengo por la solicitud de empleo- dije un poco avergonzado.
-¿Por el empleo?- me dijo un poco sorprendida, aunque luego se le forma una sonrisa maliciosa- Jejeje claro ven conmigo. Mi nombre es Scarlet, te llevaré con Adriana es la gerente.
-Gracias, yo me llamo Gumball, es un gusto- le respondí.
Ella me guio hasta una puerta con un rotulo que decía: “Gerente: Adriana Quiroz”. Luego toco la puerta.
“Pase” se escuchó desde adentro. Ella me hizo una seña de que esperara y se asoma en la puerta- Hola Adriana, hay alguien que vino por el trabajo- dijo Scarlet y me dijo que pasara.
-¿Él?- preguntó Adriana y Scarlet le guiño un ojo- Bueno es un gusto conocerte, puedes decirme Adriana si gustas- dijo contenta y me tendió la mano. Adriana era una mujer como de veinticinco años con el pelo negro al igual que sus ojos era muy bonita y lucia muy madura.
-Yo soy Gumball- le respondí estrechando su mano, luego nos pusimos a discutir todo lo relacionado con mi contratación. Cuando acabamos pensé que no pude haber encontrado mejor lugar pues el horario era compatible con mis clases, había un autobús que pasaba por la universidad y quedaba cerca de mi casa. Aparte siempre quise saber que se siente ser camarero.
-Bien, ya está todo solo hay un pequeño detalle…
-¿Cuál?- Pregunté nervioso.
-Bueno habrás notado que es un café cosplay y el uniforme es un traje de maid por lo que… amm…solo acepto ch-chicas- dijo lentamente. Yo quede en shock, ¡¿solo chicas?!- Pero me agradas, además de que es increíble que te hayas graduado tan joven de secundaria.
-¡¿Y eso qué?! ¡No soy una chica!
-Sí, pero creo que si te pones el uniforme se te vería bien.- ¿Cómo que bien? No sé si tomar eso como una ofensa.
-P-pero me pena vestirme así y que la gente me vea.
-Nadie sabría aparte de Scarlet y yo- intento convencerme- Y usarías una linda peluca. Nadie sabrá.
¿Por qué me pasa esto? Dios, ¿qué te hice? No quiero vestirme así, pero no puedo decir que no porque de verdad necesito el trabajo y le prometí a Bublegum que sería responsable. No tenía opción solo tragarme mi orgullo. Suspire, de verdad la vida me odia (Nota: ¡Ya me lo agradecerás, cariño!)
-B-b-bueno, acepto el empleo- dije cabizbajo y un poco sonrojado.
-Yeii!!- Gritó Scarlet- Sabia que aceptarías, ¡te verás hermoso con vestido!-dijeron Adriana y Scarlet al mismo tiempo mientras brincaban por toda la habitación.
Luego de eso Scarlet me llevo hacia el almacén de la tienda y me entrego el uniforme, un lindo vestido negro con encaje blanco y me dijo que podía ir a cambiarme. Fui a los vestidores y me lo puse (aunque con un poco de ayuda). Me quedaba bien debo decir, aparte de que era cómodo, y cuando me pusieron una peluca rosa no se notaba para nada que antes era un chico.
-Oye, ¿por qué mi traje es más corto?- le dije a Scarlet al percatarme de ese detalle.
-No es más corto, es solo que tú eres un poco más alto que yo- dijo. Cierto no lo había notado pero Scarlet era muy bajita. Parecía una muñeca con su largo cabello castaño y sus ojos morados más oscuros que los míos- Bueno, dejemos mi falta de centímetros y vamos a trabajar.
Scarlet me enseño lo que debía hacer. Al principio solo me pusieron a atender en el mostrador pues no había mucha gente a esta hora. También me presento al resto de los empleados de la cafetería, aunque no les podía decir mi verdadero nombre así que se inventó que me llamaba “Gumi”.
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Ya era como las tres de la tarde cuando empezó a llegar un poco más de gente por lo que tuve que ayudar con algunos clientes. Todo iba bien hasta que vi una cabellera negra asomarse por la puerta de entrada. No, no, no. No puede ser, ¡era Marshall! Dios espero que no me haya visto y es que, ¡¿Dónde hay un buen escondite cuando lo necesitas?!
Estaba a punto de meterme debajo de una mesa cuando Adriana me llamo:
-Gumi, ¿podrías atender al chico de haya?
-Cl-claro- le dije muy nervioso, ¡¿y si me reconocía?! No, no me pueden pasar tantas cosas malas en un día, ¿verdad?
*Marshall POV*
-¿Qué fue lo que me pasó?- susurré a nadie en particular. Me encontraba en el parque en este momento, había venido hace como dos horas ya que no tenía ganas de ir a casa y me había sentado en una banca desde entonces. No podía sacarme a Gumball de la cabeza y estaba muy confundido.
Decidí ir a algún lugar para comer algo ya que no había almorzado y tenía un poco de hambre. Camine por un rato hasta que encontré una bonita cafetería llamada “Sweet Dreams”. Nunca fui muy fan de lo dulce, pero las cafeterías casi siempre son sinónimo de chicas lindas. Cuando entre esta parecía un poco llena así que fui a sentarme en una de las mesas del fondo a esperar que me atendieran.
-B-bienvenido, ¿puedo tomar su orden?- me preguntó una bonita camera pelirosada. Iba vestida de maid, al parecer era la temática del lugar y tenía unos hermosos ojos violetas. Me recordaba a Gumball, de hecho se parecía bastante. ¡Espera! Deja de pensar en él y concéntrate en la muchacha.
-Amm… Quiero una rebanada de pastel de chocolate y un batido de frambuesa.- le respondí- Y una cosa más.
-D-dime.
-¿Podrías decirme tu nombre?- me miro un poco sorprendida, luego se sonrojo y bajo la mirada al suelo.
-G-gumi.
-Es un gusto, Gumi. Mi nombre es Marshall- esa chica era muy hermosa, de hecho creo que me gusta, pero ¿por qué no puedo sacarme a cierto pelirosa de la mente?