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El misterio de las rosas... por zadhiel

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Notas del fanfic:

Los personajes de One Piece son propiedad del grandioso mangaka Eichiiro Oda sama, yo sólo tomo prestado sus personajes para la creación de este fic.

Notas del capitulo:

Hola!!, hace muuuuucho que no me aparezco por este lugar, casi un año si no me equivoco, en fin ustedes (al menos los que me recuerden) saben que amo el LawLu y muchas otras parejas más, así que decidí volver con un One Shot que tenía escrito ya desde hace mucho.

Existen dos cosas importantes en mi vida, dos cosas que jamás olvidaré, la primera es una persona que quise mucho y la segunda es simplemente un objeto, ambos aportaron mucho a mi vida y desarrollo.

Recuerdo que Law llego a trabajar a mi casa hace 15 años, aunque en realidad yo no lo recuerdo debido a que era bastante pequeño, en ese entonces tendría apenas unos cuatro años, y la verdad, es que no recuerdo mucho de mí en ese entonces, la llegada de Law me fue relatada por mi tío Rayleigh quien dijo que Law llego a casa teniendo apenas once años, según Rayleigh en ese entonces Law tenía un aspecto más desconfiado, con unos ojos muy locos y todo, le costó tiempo adaptarse a la vida que llevábamos, él era huérfano y Rayleigh decidió hacerse cargo.

Recuerdo que dos años después él era un chico muy atractivo, yo tenía 6 años y puedo recordar mejor desde esa edad, él siempre era bueno conmigo, cada vez que yo hacia algún tipo de travesura él no me delataba, cuando destrozaba algo él siempre lo arreglaba, si algún niño mayor a mi e incluso adultos trataban de golpearme él siempre me defendía, aunque a veces terminaba muy mal, yo le respetaba mucho y le tenía bastante aprecio, era mi mejor amigo, claro que en ese entonces yo no conocía más que amistad, me enseño muchas cosas y respondió muchas de mis preguntas, aunque ahora que lo pienso algunas de mis preguntas eran muy estúpidas.


Recuerdo también que él era muy inteligente, a pesar de no asistir a una escuela él siempre fue más inteligente que yo, me preguntaba cómo alguien podía aprender tanto con leer solo libros, él siempre quiso ser médico y estoy seguro que si él hubiese estudiado definitivamente lo hubiese conseguido, pero no era culpa del tío Rayleigh, de hecho él quiso mandarlo a la escuela pero Law insistió en encargarse de la casa para pagar de alguna forma la deuda de que lo hayamos salvado, yo no entendía bien eso puesto que era el quien siempre me salvaba.

Cuando fui creciendo le tome más cariño y le contaba muchas de mis cosas, yo quería estar siempre con él, recuerdo haberle dicho tantas cosas y lo que más le decía era:

-Cuando crezca, seré tu novia Law.

-Luffy, un hombre no puede ser la novia de otro,-- me respondió el.

-¿Y porque no?, yo quiero serlo.

-Porque la palabra novia solo se utiliza con las chicas, para un chico sería mejor la palabra novio.

-Bueno… entonces seré tu novio,-- conteste.
El simplemente sonrió, de manera tan cálida como siempre, ahora que lo pienso mejor; a mí también me causa algo de risa recordar las cosas que yo decía.

Pero en aquel entonces eso a mí que me importaba, yo quería estar a su lado siempre. Recuerdo también que siempre venía a recogerme a la escuela, algunas chicas le miraban mucho y cuchicheaban entre ellas pero yo no entendía porque, hasta ahora claro, después de todo Law siempre fue atractivo.

También solía ayudarme en mis tareas y en todo lo que pudiese, probablemente fue bueno que el entrase a nuestras vidas, Rayleigh siempre decía que estaba orgulloso de nosotros, Rayleigh siempre trabajaba y a menudo llegaba muy tarde así que yo no lo veía mucho, pero a cambio era Law quien permanecía conmigo hasta que me durmiera.

Los años pasan sin que uno se dé cuenta, pero si han sido buenos tiempos los recordaras por siempre.

Definitivamente es Law esa persona importante para mí de la que hable al comienzo, pero aún falta hablar del objeto, aquel objeto importante para mí.

Recuerdo que por los 12 años comenzaron a llegarme unas rosas, a veces variaban de color, pero siempre llegaba una todos los días, jamás llegaba escrito el nombre del remitente, casi siempre decían “Para Luffy”, al principio no le tome mucha importancia pero debido a que eran muy hermosas siempre las puse en agua.

No fue hasta más tarde que me entro la curiosidad, las rosas siempre llegaban, casi nunca faltaban, cada mañana había una nueva, decidí que tal vez debía preguntarle a Law si sabía quién era la persona  que me las enviaba, sin embargo él no tenía idea, solo dijo que cuando el despertaba ya había alguna allí, esperándome…, si Law no lo sabía entonces tal vez debía preguntarle a Rayleigh, tampoco obtuve la respuesta que quería, él tampoco lo sabía.

 

Así que decidí aventurarme y averiguar quién era aquel o aquella persona que me enviaba flores, de pronto un día me levante a las 6 de la mañana, tal y como sospechaba la rosa aún no estaba allí, me quede tras la puerta, esperando, pero la  rosa jamás llego, sin embargo tuve que irme después a estudiar.

Y así pasaron los días, cada mañana me levantaba a las 6 y las rosas no llegaban, pero un día, me levanté a la misma hora y al abrir la puerta había una rosa allí, esperándome.

-Rayos, me han ganado,-- fue lo único que dije, la persona se había adelantado en dejar la rosa antes de lo que comúnmente yo salía, pero allí había una nota, supuse que la misma de siempre, sin embargo esta era diferente.

--“No trates de descubrirme, solo perderás tu tiempo”.

Y en efecto, no importaba que los demás días me levantase muy temprano, las rosas siempre estaban allí esperándome.

Hasta que un día simplemente decidí no dormir, estaría a la espera, esa era mi meta, sin embargo no tarde mucho en quedarme dormido, sentado frente a la puerta, aunque al día siguiente desperté en mi cama, baje rápidamente y la rosa ya estaba allí.

-misión fallida,-- dije para mí mismo.

-¿de qué misión hablas?,-- me pregunto Law quien bajaba las escaleras mientras se tallaba los ojos, - ¿acaso Rayleigh te ordeno algo?

-No nada.
Respondí, no iba a involucrarle en esto.

Decidí rendirme y así pasaron algunos años, ya no era exactamente un niño, había cumplido catorce, recuerdo que Law entonces ya tenía unos 21 años y realmente era muy guapo, él ya trabajaba y siempre se daba tiempo para nosotros.

Por esa edad entonces comencé a imaginarme como seria la persona que siempre enviaba flores, tal vez era algún admirador secreto, dejaba volar mi imaginación pensando en ello y Law alimentaba aún más mis ideas, me preguntaba si había alguien con quien yo hubiese sido amable, o si hubiese alguien a quien yo ayudase, y tal vez esa era la manera en que esa persona me lo agradecía, yo lo pensaba mucho pero aun así no se me ocurría quien pudiese ser, a veces pensaba que si era una mujer ojala fuese como me la imaginaba.

Pensaba en ella según mi imaginación, me gustaría que fuese de pelo largo y negro, con un hermoso cuerpo y apariencia en general, y sobre todo que fuese una buena persona conmigo, pero… si fuese un hombre no solía imaginarlo mucho, mayormente quería que fuese alguien como Law.

Y los días continuaban pasando, recuerdo que una vez conocí a un chico y comencé a salir con él, era más alto que yo y con una cabellera un tanto extraña, de color verde, le gustaba mucho el kendo y era bueno conmigo, cuando Law se enteró no le agrado mucho la noticia pero aun así me apoyo.

Recuerdo también que este chico me rompió el corazón, pero Law nunca soltó un: “te lo dije”, prefirió no decirme nada.
Aquella noche llore bastante, a la mañana siguiente habían rosas allí esperándome como siempre pero esta vez era un ramo, nuevamente llevaba una tarjeta escrita, cosa que muy pocas veces solía pasar.

--“No te preocupes, cuando los semidioses se van, llegan los verdaderos dioses”.

Limpie mis lágrimas al leer eso y puse las flores en agua, Law estaba en la cocina y al verme supo que yo ya estaba mejor.

No sabía cómo ni porque pero siempre que necesitaba ánimos aquellas rosas me las daban, aquella persona que me las enviase debía ser un brujo por saber cuáles eran las veces que necesitaba palabras de aliento, y así el tiempo volvió a pasar.

Recuerdo también que un día Law salió a una fiesta, cosa que raras veces hacía, yo le dije que no bebiera y manejara y el prometió hacerme caso, me gustaba mucho lo consciente que él era. Me prometí a mí mismo que al volver le confesaría lo mucho que lo quería, y así el partió sin más, pasaron las horas y me encontraba en la sala, Rayleigh ya había llegado, paso un tiempo hasta que recibimos una llamada, era la policía.

Nos informaron que Law había sufrido un accidente, un choque automovilístico y que lo estaban llevando a un hospital, obviamente nos preocupamos y Rayleigh me llevo hacia el hospital, debo admitir que estaba molesto, el prometió no beber, definitivamente iba a regañarlo, fui pensando eso todo el camino, iba a gritarle, eso era seguro; sin embargo mis pensamientos se desvanecieron cual polvo alejado por el viento:

--El falleció mientras era trasladado a este hospital,-- dijo el doctor con sinceridad, Rayleigh derramo unas lágrimas, después de todo Law era como su hijo, pero yo… yo no dije nada, me senté en la banca agachando la cabeza, probablemente aun no quería creerlo, yo se lo había advertido, que no bebiera y manejara, sentí odio y cólera porque me había traicionado, ahora no podría decirle mis sentimientos, mordí mis labios fuertemente.

Pasado un rato llego la policía y nos dio más detalles, además un hombre algo herido y golpeado estaba con ellos, los oficiales dijeron que Law no presentaba signos de haber ingerido alcohol cuando lo encontraron, abrí los ojos, entonces no era el, el cumplió con lo prometido y yo desconfié de él, unas lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas, los oficiales continuaron hablando, era ese tipo, el que estaba con ellos, el causo el accidente, estaba tomado y jamás vio el auto de Law, ese hombre tenía la culpa, él bebió y está vivo, nadie le advirtió de lo que podía ocurrir, él era el culpable y aun así Law había muerto y el solo estaba con algunas heridas, era injusto, comencé a gritar y amenazarlo, quería golpearlo y acabar con él, el debió morir no Law, Rayleigh me sujeto fuerte de los brazos y me atrajo a su pecho para que yo no cometiera alguna locura, en ese momento rompí en llanto.

A la mañana siguiente esperaba encontrar algunas rosas con algún mensaje alentador como aquellas veces que las necesitaba, realmente quería encontrarlas y que me ayudasen a soportar este dolor, pero… al abrir la puerta no encontré nada, y así paso una semana y la rosa jamás llego.

Creo que empezaba a comprender las cosas.

Recuerdo muchas cosas de Law, y lo que más me duele es que se fuera sin saber lo que iba a decirle, en todo el tiempo que lo conocí jamás pude sentir sus labios y saber que jamás podre sentirlos me causa aún más dolor.

Pero al menos logre descubrir quién era aquel que enviaba las rosas, por fin lo he descubierto y creo que me hace algo feliz.

Law murió cuando yo aún tenía 19 años, hace un mes que el murió, y desde ese entonces… dejaron de llegar las rosas…

Notas finales:

Y eso es todo, ¿que les pareció?, espero que al menos les haya distraido.


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