El clima estaba frio, aunque bastante templado para la temperatura usual. Eran las dos de la tarde y Nezumi recién estaba bañándose mientras Shion apenas se levantaba. ¿Qué mas daba? Ambos tenían el día libre y no había razón para despertar temprano, menos aun con todo el cansancio que juntaban a lo largo de las semanas.
Shion permanecía sentado en el sillón mirando el techo a la espera que su compañero de cuarto saliera del baño de una vez. Había despertado hacia mas de media hora y en ese momento Nezumi ya estaba allí, estaba tardando demasiado.
-Hey Nezumi, ¿Cuánto mas piensas tardar ahí dentro? -Pregunto aun algo dormido revolviendo su blanco cabello.
-Lo suficiente para reafirmar que estas en mi casa y este es mi baño. -Soltó bromeando en voz alta.
El albino suspiro cerrando los ojos, volviendo a caer dormido sobre el respaldo del sillón cuando apareció Nezumi largando olor a jabón de su piel con una toalla sobre la cabeza. Shion lo miró fijamente por unos segundos hasta darse cuenta.
-Nezumi… esa es mi camisa. -Señaló confundido. Él nunca había usado su ropa antes, no era algo propio de Nezumi andar compartiendo ropa.
-Ah, sí. Por cierto, es muy pequeña. -Respondió serio sacando la toalla de su cabeza para sacudir la melena, sentándose encorvado sobre el borde de la cama.
-Sácatela entonces que la estás mojando toda con tu pelo largo. -Dijo en forma de protesta pero fue completamente ignorado por su compañero. -Nezumi la necesito, ¿O quieres que me ponga algo tuyo?
-Claro que no, de todos modos mi ropa es muy grande para un cuerpo tan flaco como el que tienes. -Rió burlándose del albino.
-Entonces quítate mi camisa. -Se acercó frente a él cruzándose de brazos para parecer imponente.
-Oblígame. -Soltó después de una pequeña risa, reclinándose hacia atrás apoyado en sus manos mientras le echaba una mirada de pies a cabeza a Shion. Éste se ruborizó levemente al sentir la mirada de Nezumi sobre él.
-¿Eh? Solo quítatela. Iré a bañarme, déjala por ahí para cuando salga. -Giró rápidamente para ocultar el color de sus mejillas, pero antes de lograr dar mas de dos pasos, la rata abrió su boca nuevamente.
-Shion, tendrás que sacármela tú si la quieres de vuelta. Decide. -Se quedó quieto en su lugar de espaldas a Nezumi para seguir ocultando su rubor, el cual había aumentado notablemente al oír tales palabras.
-Qué pesado eres. -Nervioso logró decir imitando a Nezumi luego de unos cuantos segundos. Tomó aire y se dio la vuelta acercándose a él para quedar de frente. Levantó la pierna derecha, apoyando su rodilla entre las piernas de su compañero para así poder inclinarse y comenzar a desabrochar torpemente los botones de su camisa.
-Pero que idiota eres, Shion. -Lo tomo de la ropa dejándolo debajo con las piernas colgando de la cama.
-Nezumi… ¿Qué haces?
-Te enseñaré a quitarle la ropa a alguien correctamente, mocoso. -Respondió con la voz grave a la vez que ubicaba una pierna entre las de Shion y tiraba de los botones de su pantalón.
El albino se quedó observándolo sorprendido mientras las gotas de agua del pelo de Nezumi caían sobre su remera. Al reaccionar sobre lo que estaba pasando, un calor de nerviosismo y vergüenza le subió por el cuello. Se inclinó hacia adelante sosteniéndose en sus manos para poder ver mas de cerca lo que hacía el de cabellos azules para luego mirarlo fijamente a los ojos.
-Relájate o me pondrás nervioso y no podré ser un buen maestro. -Volvió a hablar al ver la expresión de confusión decorada de un rojo intenso que tenía Shion, tomando su mentón con los dedos, depositando un corto beso en sus labios. Éste permaneció estático por unos segundos, hasta que finalmente tomó a Nezumi del cuello de la camisa acercándolo a su rostro.
-Quiero mi camisa de vuelta, Nezumi, así que enséñame bien. -Dijo con firmeza, dándole un torpe e inexperto beso en los labios a su compañero.
El de cabellos azules largó una pequeña risa al ver el cambio de Shion. Asintió y empujándolo rápidamente contra el colchón, empezó a introducir sus manos debajo de la ropa del albino.