Había pasado ya varias horas desde que el rey había caído enfermo en sus aposentos, todos habían ido a dar la paz para que pudiera partir sin ningún resentimiento.
Todos menos el pequeño, sinbad.
Era el más despreocupado de todos sus hermanos y por no decir, era el favorito de su padre.
Aunque aun en su inocencia el deseaba poder.
A diferencia de sus hermanos el ansiaba alcanzar la mayoría de edad solo para poder salir a descubrir todos aquellos reinos por visitar, todos los laberintos por conquistar! , la idea siempre le había dado cosquillas en el estomago.
su compañero y mejor amigo de juegos corría a su encuentro tratando de encontrar las palabras adecuadas para poder darle la noticia de su padre.
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-que?? No puede ser! El estaba perfectamente bien hoy!
La mujer de cabellos trenzados se movía de un lado a otro, mientras el doctor trataba de tranquilizarla.
-es algo natural su excelencia, solo que a algunos nos llega la hora mas rápido que a otros.
la mujer le vio con furia contenida, no sabia realmente que pensar de lo que el medico decía
hasta hace unos días el pequeño príncipe estaba bien, había viajado para conocer posibles consortes con los que contraería nupcias, era imposible que la vida le estuviera jugando esas malas pasadas, mas aun cuando el reino se encontraba en tal malas situaciones….
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“Paz antes que justicia, justicia después de una injusticia.”
La oscuridad había caído sobre ese viejo bosque, lo cubría todo, no un alma por el paso.
Sonidos extraños de animales les alertaban de la cercanía del que llaman enemigo, los enormes claros les ayudaban a descansar lentamente quizás el deseo de poder, quizás el dinero pero lo habían logrado, tenían ese deseo desde que eran solo unos niños, sus piernas hábiles les ayudaban a brincar los obstáculos del bosque, los estaba buscando.
No tenia idea de cuantos eran solo sabían que si los encontraban, estaban muertos.
El mas alto era quien encabezaba la huida su largo cabello morado ondeaba al viento, sus orbes color ámbar se confundían con la luz de luna, miraba hacia atrás para poder atajar al que venia mas rezagado por el gran peso del paquete.
-no te quedes atrás!! Vienen por el norte
Los ojos verdes estaban detrás de el estaban expectantes
- No lo creo culpa mía! El que debería regresar esto eres tu!!! Estamos jodidos por culpa de esto.
Dejo caer su cuerpo, el cansancio le volvía loco nunca había tenido una buena condición, aun no sabia como había sido posible que hallan salido vivos del palacio
“lo bueno nunca llega rápido”
Sus ojos se miraron fijamente…habían oído mal?
Voltearon hacia la derecha, una mujer de cabellos celestes les miraba, parecía joven y era realmente hermosa su cuerpo menudo estaba finamente cubierto por un vestido de seda azul marino y sus ojos verdes no dejaba de verlos.
-eh? Perdón…-espeto el mayor de ellos ya cansado de la mirada insistente
- habéis echo algo muy malo…
-sabes llevamos algo de prisa, no te molestaría fingir que no has visto a nadie?
-me pides que mienta??- la joven hablo al fin, melodiosa casi como el silbido del viento
-que?
Ya venían! Estaban cerca, aun no lo suficiente pero ya casi…ya casi
-SINBAD!!! No tenemos tiempo para entretenernos vienen por el norte, el noroeste! Nos están rodeando
Pero sinbad solo podía ver ala joven, por un momento dejo de escuchar de pensar, solo l a miraba sin saber el valioso tiempo que perdían
NOOOOOOO!!!!!
Era tarde… los guardias los tenían, la mirada de la chica se perdió en el bosque, dejaron de escuchar, de ver….estaban inconscientes.
La noche termino allí para ellos, y el alba se asomaba dando final ala huida.
Y entonces sinbad pensó… que siempre fingía ser el mejor.