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Mi pequeño cachorro por Reiga

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Notas del capitulo:

Hola hermosas y hermosos (?) XD

¡Por favor lean!

Primero que nada pedirle inmensas disculpas por mi retraso para subir el capo, hay un motivo que ya les digo, pero no vayan a pensar que ando en paro o algo así, con suerte y he tenido tiempo de enterarme de eso u.u

Mi justificación es que estoy trabajando y estudiando… de ocho  a seis  de la tarde trabajo y de siete a casi las once de la noche estudio como verán mi tiempo en la semana es limitado, y llegue como tres semanas tarde a la nueva carrera ya que me cambie para poder trabajar y estudiar. Donde llegue tarde tuve que ponerme al día con unos ramos, trabajos, tareas. Etc por eso mi ausencia.

Desde ahora publicare todos los fin de semanas ¿si?

Muchas gracias por leerme y comentar el fics los aprecio y respondo todos! Al menos lo hare siempre antes de subir un nuevo capi.

Espero y les agrade  y que por supuesto pasen un buen momento leyendo *w* (no se vayan a aburrir creo que me quedo bastante largo X´D)

Ali gracias por corregirme el capi anterior <3

Sin mas a leer!

Capítulo 3


Sus pasos eran lentos. ¿Qué estaba haciendo?, eso había sido triste, y duro para él, sentía como si le hubieran arrancado algo del corazón, aun así no entendía porque estaba actuando de esa manera.


Su corazón se había opacado en esa despedida, por más que le había dicho a su hermano que iría solo por un tiempo como el centinela de kuroko, este  no lo había querido escuchar más y prácticamente le había cerrado la puerta en la cara. Al final se fue sin siquiera despedirse de himuro, la mirada de su padre fue aun peor. Una sonrisa que cubría una profunda tristeza, que no pasó desapercibida por él, su manada lo miraba con resignación, asumiendo lo inevitable.


El no sabía las consecuencias de sus actos, pero si de algo estaba totalmente seguro era que no estaba renunciando a su manada y no quería que pensaran eso.    


Aomine, en un principio estaba feliz y lleno de satisfacción, sin embargo a cada paso que daba lejos de la manada, la tristeza de su pequeño aumentaba oprimiéndole el corazón en el trayecto.


Detuvo sus pasos llamando la atención de kagami y los dos lobos que lo rodeaban cuidando su perímetro.


–Ustedes dos sigan adelante – les ordeno a Akashi y midorima, el peliverde antes de retirarse le hablo.


“¿Estás bien?”


“No” – le contesto con una amarga sonrisa a su amigo, kagami los miraba y no entendía el porqué de la detención.


“sé que tomaras la decisión correcta” sin decir nada más se fueron,  ¿decisión correcta?... eso esperaba.


–¿Qué pasa? –pregunto kagami.


–¿Quieres volver? –le dolió, dolió preguntarlo y sabía que le dolería saber más la respuesta, pero tuvo que hacerlo, kagami era un cachorro, su cachorro, no era correcto apartarlo de su manada no aun. Tenerlo para si era lo que más quería, pero si acosta de ello le causaba daño no.


–¿Me dejarías volver? – le pregunto desafiándolo con la mirada, donde quedo la determinación de antes, la seguridad y algo parecido a la pasión en esos ojos. Todo había sido remplazado por la tristeza e inseguridad, se rio al ver  un alfa débil frente a él.


–Si así lo quieres si – kagami pareció pensarlo, ¿de verdad lo iba a dejar?


–¿Qué pasara contigo si digo que sí? –en el fondo estaba preocupado por él, no sabía porque, desconocía la razón pero no quería ver al moreno en frente de él triste y eso fue lo que provoco con su pregunta.


–No te equivoques bebe, me quedo contigo –le dijo con una sonrisa, kagami mantenía sus brazos cruzados contra su pecho y al escucharlo estos cayeron a un lado.


–¿Que no me estoy yendo contigo para evitar eso?


–Lo se, pero yo no pelearía por la posición solo quiero estar contigo, lo dejaría muy claro –mientras hablaba se iba acercando al pelirrojo quien se sentía inquieto desde hace un rato. Se alejó antes de que este le alcanzara y lo miro con el ceño fruncido.


–¿Dejarías a tu manada? –qué clase de alfa era si los dejaba tan fácilmente eso ante sus ojos no estaba bien.


–¿Los dejaría?... no ¿los dejaría por ti?... si. Cachorro quiero que entiendas algo, mi chicos cada uno de los que está a mi lado es impórtate para mí y siempre velare por su seguridad, pero tú eres mi pareja, la persona que amo y amare eternamente, he esperado siglos por ti ¿crees que quisiera estar en alguna parte que no sea contigo?.


  Un leve sonrojo tiño la mejillas del menor, entendió la diferencia. No desmerecía su posición de alfa, pero su persona era lo más importante para el ahora.


–¿Cómo puedes decir eso, me conoces hace un día? –lo dijo en un susurro fue más una pregunta, pensada pero en voz alta. Y Aomine sonrió por eso.


–he tenido parejas antes y lo que sentí por ti ayer no se compara con nada, es como si me llamaras. Es un sentido de atracción inexplicable que me impulsa a querer estar en todo momento contigo  ¿no lo sientes también? –Aomine se acercó a él poniendo sus manos en sus mejilla, levantando su rostro.


–mmm quizá yo igual debería intentar tener otras parejas antes, así puedo saber qué es lo que realmente siento hacia ti ¿no crees?  ­–le dijo picado en lo más profundo, no tenía idea de cuál era el sentimiento que albergaba en su pecho ahora pero en definitiva no le gustaba. Volvió en si cuando la presión en sus  mejillas se hiso más fuerte, y vio los ojos del contrario. Eran de un depredador furioso.


–Escúchame bien taiga, esa ya no es una opción para ti, la única persona que pueda obtener algo de ti soy yo, ¡te queda claro!


Kagami tuvo la insana intención de asentir pero no lo hizo, ¡maldición! Maldijo a su propio lobo por traidor, su lobo había acabado de reconocer  al alfa de teiko como su pareja y estaba seguro de que también había sido su culpa por aceptar inconscientemente que ya sentía algo sin nombre por el hombre en frente.


–ss…será mejor que volvamos – dijo kagami alejándose nuevamente ante el inmenso calor que sentía su cuerpo.


–¿Hacia dónde? –pregunto aomine pues su adorado cachorro aun no le contestaba su pregunta inicial. El pelirrojo le dio la espalda y siguió el camino por donde los lobos anteriormente se habían ido.


–¿Estás seguro? no habrá vuelta atrás eso te lo aseguro


Kagami siguió caminando –quiero ver a kuroko– dijo simple, estaba avergonzado no quería verlo y si quería una respuesta tipo “me voy contigo porque así lo quiero” bien podía joderse.


Aomine sonrió al sentir que algo había cambiado en su pequeño, ya no le era  indiferente y eso era un gran avance, pero él no se conformaría solo con eso, quería más.


Sus ojos se entraron en su cabellos, quería tocarlos, sentir su fina textura, sus azulinos ojos recorrieron ese largo cuello y su boca ardió en deseó por lamerlo como el mejor de los manjares aquella parte  que sería mordida solo por el, con lujuria y deseo en el acto de acoplamiento mientras entraba hasta lo más profundo de sus entrañas. Aquel pensamiento le hiso detener su mirada en aquel bello trasero que se contoneaba mientras caminaba.


¡Mierda! Grito mental ante la retorcida sensación, su pene se había levantado en gloria y majestad apuntando al inocente chico que caminaba sin siquiera imaginarse lo que había detrás de él.


–Me siento como un jodido pedófilo –hablo enojado consigo mismo. Miro a su amigo y este lo saludaba descaradamente, cerró los ojos y respiro hondamente, un trabajo manual ahora era imposible y sabía perfectamente que no se le iba a pasar si no hacía algo.  Su mano iba directamente a su hombría  cuando…


–¿Decías algo?


–¡Nada! sigue caminando – le ordeno con voz autoritaria, mala idea y lo supo al instante, al menos kagami lo miraba enojado a los ojos y no su parte delatora.


–¿Es una orden? – pregunto desafiante el pelirrojo, estaba esperando un si de parte del moreno para demostrarle quien era kagami taiga.


–Para nada bebe, solo decía que siguieras caminando – suavizo la vos a tal tono que dejo a un desconcertado  pelirrojo, lo miro buscando algo raro en su mirada, encontrando nada, al menos nada que pudiera entender, así que lo ignoro y siguió caminando


Daiki suspiro, pidiéndole cooperación a su parte más honesta, prometiéndole que le daría el trabajo manual de su vida si se tranquilizaba,  por dios parecía un reverendo colegial queriendo ocultar su primera involuntaria erección para no ser cacheteado por la chica ofendida por tan bajo acto.


~*~


Los chicos esperaban la llegada de su alfa, Akashi y midorima aún seguían pensativos pues la mirada de su alfa hace un rato atrás los había dejado inseguros del futuro.


Kise los miraba de uno en uno, de apoco iba acabándosele la paciencia, pues lo dos habían llegado en silencio diciendo que solo tenían que esperar.


–Me aburrieron…  me dicen ahora que fue lo que paso 


–Calma kise lo único que ha pasado es que ya estoy aquí con mi pareja Kagami Taiga – anuncio con bombo y platillo ingresando a la casona  donde sus mejores centinelas lo esperaban. Aomine entro con kagami delante de el tomándolo de la cintura, este ignoro el acto, lo primero que hiso fue buscar a kuroko con la vista –preséntense –todos rodearon a la pareja máxima de una manada, felices por su alfa.


–wouu realmente no aparentas ser tan pequeño, será un gusto tenerte aquí kagamicchi, mi nombre es Kise ryouta a tu servicio –le dijo el coqueto chico de ojos dorados guiñándole un ojo, los demás se quedaron de una pieza, kise solo estaba siendo kise, pero más de alguno esperaba que por ser la pareja del alfa este se contuviera un poquito y lo tratara como lo que era. 


Kagami le sonrió en contestación, de presencia le había caído bien.


–Midorima shintaro, dime cualquier cosa que necesites –le dijo serio, kagami asintió.


–Akashi seijuro, bienvenido – le dijo obteniendo una mirada seria del pelirrojo iba a decir algo pero…


–¡Taiga! – grito kuroko al fondo de la sala, corriendo al encuentro de su hermano,  ya a poca distancia salto encima del pelirrojo abrasándolo por el cuello –me alegra tanto de que estés aquí – le decía feliz, kagami lo abrazo por la cintura elevándolo un poco, kuroko era un año mayor  pero su relación siempre se dio al revés kagami lo sobreprotegía demasiado  y himuro no se quedaba atrás, ambos sabían del enorme potencial que cargaba el pequeño, pero su apariencia era tan frágil y delicada, que no podían evitar mimarlo y consentirlo, haciendo siempre lo que el menor en porte quería, pues a quien no le gustaba ser consentido.


El peli celeste no podía estar más feliz de estar al lado de su hermano y la persona que robo su corazón, ahora solo faltaba himuro. Y no sabía porque pero algo le decía que no faltaba mucho para eso.


Akashi lo miraba con adoración, aquel pequeño era su vida y que mejor ver a la persona que amas desbordando felicidad por los poros, aomine también miraba una escena por demás conmovedora, fue hijo único por lo que no tenía idea de aquel cariño, sin embargo la escena en frente lo lleno de nostalgia.


Aomine miro a su alrededor y vio a sus centinelas y guardia mirando con rareza al par de menores.


–No se preocupen son hermanos – les aclaro pues no todos sabían del parentesco y era, considerable que no les gustara ves a la pareja de alfa siendo tan cariñoso con una persona que no sea él.


Cuando el par de hermanos se separaron, kagami se dio cuenta del chico que venía con kuroko antes de que este lo abordara, lo miraba con algo de temor, como si quisiera hablar y no supiera que decir, su cabello era castaño y solo quizás unos centímetros más grande que su hermano.


–M…mucho g…gusto kagami-san – el pelirrojo le sonrió con simpatía dio un paso y de la nada todo quedo en un sepulcral silencio.


Kagami no era despistado ni nada que se le parezca pero aquello había sido lo más estúpido y torpe que  en su vida recordaría haber hecho.


Al dar el paso se enredó con sus propios pies, cayendo de lleno y arrastrando con él al joven de cabellos castaños. Su caída la amortiguo aquel pequeño, sus labios dieron contra lo de el de manera bruta siendo la separación al instante, como si el contacto con el otro hubiera sido un golpe eléctrico.


–Lo… lo siento – se disculpó taiga apenado y por demás avergonzado ante su torpeza, el pobre chico quedo helado tirado en el suelo, su rostro no demostraba más que terror,  era su fin, tendría la peor de las muertes ¡oh si! Ya se veía en todos los escenarios. Descuartizado, arrojado por un acantilado, degollado, quemado y un sinfín de cosas más. Aomine lo iba a matar por besar a su pareja.


Los demás quedaron en shock ante la escena, más de alguno esperando atento la reacción del alfa, sin embargo, Daiki no sabía si estar serio y aparentar un poco de molestia o bien explotar en risas, como era que estaba por dentro, de ser otro el caso, cualquiera ya estaría muerto por tocar a su pareja, pero esto había sido un total accidente.


–Taiga si serás torpe ¡levántate! –le regaño kuroko y lo ayudo a levantarse, a ver si de esa manera recuperaban algo del alma del castaño aun en el mundo de sus posibles muertes –sakurai-kun ¿estás bien?.


Este volvió en sí y se levantó a la velocidad de la luz, mirando con miedo a todos por su pecado.


–Lo siento mucho alfa – le dijo caminando al frente del moreno he inclinándose, como quien aceptando el castigo que vendría. Kagami lo quedo mirando ¿Por qué se estaba disculpando?


–No te preocupes sakurai no fue tu culpa – le dijo sonriéndole con tranquilidad –si no de mi pareja por no fijarse – menciono esta vez mirando al pelirrojo con un tono de ultratumba que para nadie paso desapercibido, aquello fue un clara advertencia. El “Que no se vuelva a repetir” estaba gravado en su mirada.


Kagami miro hacia otro lado, ignorando tal advertencia. El castaño fue nuevamente donde kagami y se presentó.


–Mi nombre es Sakurai Ryo  kagami-san –le dijo dándole un leve reverencia.


–ahh dime solo kagami o taiga como prefieras,  si vuelvo a escuchar el san, te voy a golpear Sakurai  – le dijo sonriéndole pero la acotación iba en serio, el chico le había caído bien y no quería los honoríficos, bastante había luchado para quitarlos en su manada cuando se referían a él.


El castaño asintió rápidamente con algo de temor.


–No seas malo taiga lo estas asustando ­–menciono riéndose el peli celeste, contagiando a varios de los mayores, pues recordaron que kuroko había hecho lo mismo para que no le dijera kuroko-san.


Aomine miraba con adoración a su pequeño,  su mirada paso a Akashi y lo que vio lo dejo casi atónito, el emperador sonreía con amor ante la visión, volvió a verla y dedujo que aquel par de menores traerían  la felicidad a su manada, Kise y midorima, tenían una mirada parecida, el primero ya les había cogido cariño, midorima sentía una paz al verlos, su alfa se notaba feliz y Akashi en poco tiempo había cambiado bastante… la esperanza seguía en su pecho, ¿Cómo sería cuando encontrara a su pareja?.


~*~


Kagami caminaba con aomine delante suyo, pensaba en los nombres de los centinelas y los únicos que recordaba eran, Kise, midorima, Akashi, sakurai y…


–Auch – se quejó al chocar con aomine


–Estate más atento, no aguantare otro accidente como el de la sala –le dijo serio haciéndolo pasar a la habitación.


–Tú mismo lo dijiste acciden… –de la nada cayó encima en lo creía fuera una cama, ni tiempo tuvo de observar bien donde estaba –o…oye qui…. ¡quitate! – le grito al sentir todo el cuerpo del moreno sobre el suyo.


–Lo siento fue un accidente –aomine le sonreía con suficiencia mirando cada detalle en aquel hermoso rostro, para luego detener sus ojos en esos labios levemente separados. Podía sentir su cálida respiración.


Acorto la distancia y poso sus labios sobre los de su cachorro, aquello era la inocencia misma, un simple toque de labios, con la fuerte capacidad de desaparecer todo a su alrededor.


A taiga no le desagradaba el contacto, era cálido, cada acto del moreno hacia él calmaba a su corazón pero a la misma ves aceleraba a su lobo, lo reconocía pero no quería ser dominado, su respiración Se aceleró y sus ojos cambiaron a un rojo tan intenso que podía derretir el mismo sol.


–Tranquilo~ – le susurro, al separarse y sentir al lobo de kagami cerca –Contrólalo bebe  


Kagami cerro lo ojos y respiro hondamente al abrirlos sus ojos habían vuelto a su rojo normal.  


Aomine estaba contento kagami no rechazaba su contacto por completo sin embargo sus dudas hacían que su lobo quisiera salir y defenderse, sonrió ante lo terco y obstinado que podía llegar hacer.


–Quítate– aomine lo hizo y dejo que su pequeño se sentara en la cama.


–Esta es mi habitación desde ahora tuya también, siéntete libre de hacer lo que quieras  –le sonrió cálidamente.  Kagami un seguía sumido en las sensaciones del beso, se preguntaba una y mil veces ¿por qué no lo rechazaba?...


–Espera… dijiste ¿también?  –sus ojos se abrieron como platos ante la horrorosa idea que llegaba a su mente.


–Sip


–Ya ¿los dos?


–Si


–¿Juntos? –preguntaba al no coger la idea “¿hablaban los dos de lo mismo?”


–Si –aomine reía en su interior ante la cara de estupor de su pareja


–A ver déjame ver si entendí… ¿dormiremos aquí lo dos?.


–Por supuesto  


–¡Por supuesto que no! – grito... Es que “¿Cómo se le ocurría semejante estupidez?” –yo dormiré con tetsu


–kuroko duerme con Akashi y tú no dormirás en ninguna otra parte que no se conmigo –contesto como si fuera lo más obvio del mundo.


–Aha y que te hace pensar que te hare caso –sonrió ante lo iluso que era si pensaba  que así seria 


–oh bebe eso no está en discusión


Las chispas salían de sus ojos ante  el reto escrito indirectamente ninguno accedería a lo que el otro quería.


–Por favor no me hagas amarrarte a la cama, porque lo hare no me pruebes – sentencio aomine sabía que no era lo mejor pero ese pequeño enfrente suyo sacaba su lado infantil y competitivo, aunque aquello era muy enserió la idea de dormir en otro lado podía ir olvidándola.  


Kagami tampoco era idiota, sus dieciséis años podían hacerle el peso a los siglos de Aomine, hasta igualarlo quizás ¿pero ganarle?, no estaba muy seguro, ya había sentido la fuerza del lobo negro el día anterior.  


–tks – chasqueo la lengua, dando por perdida esa batalla pero no la guerra ya se las estaba ideando por vengarse del moreno.


–Muy bien ahora la cama – dice con voz tierna, con toda la intención de molestarlo.


–¡Jodete!  –le grito lanzándole lo que encontró en la habitación, vale decir muchas cosas.


 


~*~


El “jodete” se escuchó por toda la casa causando algunas risitas de los residentes.


–Eso va bien al parecer –dijo con sarcasmo el peliverde


–jajaj asi parece ¿no crees que kagamicchi se parece a daiki?


–Ahora que lo mencionas si, y bastante –rieron los dos ante los nuevos improperios que se escuchaban.


~*~


Kuroko reía en su habitación al escuchar la voz de su hermanito.


–¿Estas feliz? –apareció por la habitación Akashi quien fue por una malteada para su vida.


–Muy feliz, con taiga cerca me siento seguro –dijo sin medir sus palabras


–¿Conmigo no? –pregunto dolido, su mirada lo denoto y kuroko camino a su lado para abrasarlo.


–No lo malentiendas  por favor – le  pidió mirándolo a los ojos.


–¿Qué quisiste decir con eso? – pregunto deshaciendo el abrazo.


–Sei~ – como decirlo sin que su pareja se sintiera defraudado de él –es por mi lobo –  susurro


Akashi sintió su incomodidad y trato de relajar su malestar, escucharía lo que su menor tenía para decirle, lo tomo de la mano y lo guio al cama recostándose junto a él.


–¿Qué pasa con tu lobo? – Pregunto cariñosamente – a todo esto nunca te he visto ¿ya puedes cambiar? – Pregunto ansioso ¿Cómo sería kuroko en su forma de lobo?


–si, sobre eso veras… – dudo – yo no tengo control total de mi bestia – contesto apenado, quizás Akashi merecía a alguien mejor, no a alguien defectuoso como él.


Akashi comprendió su malestar y le sonrió con ternura, pero quería que continuara –¿y eso tiene que ver con taiga?   


–Tuve mi primera transformación cuando tenía nueve años –Akashi se impactó ante eso él y aomine habían cambiado a los diecisiete como mucho –mi madre tenía el cabello como kagami y himuro saco el parecido a mi padre, pero yo como veras no me parezco a ninguno, sin embargo la hermana de mi madre era igual a mí, en mi caso los genes son más fuertes por el lado humano – Akashi lo escuchaba atento mientras con su mano le daba leves caricias por la cintura y espalda –el punto es que un amigo me dijo que mi madre le había sido infiel a mi papá, estaba tan enojado y no por mi sino por que hablara mal de mi mamá, me enoje tanto que cambie y herí a mi amigo, himuro aprecio para detenerme pero yo no escuchaba, no escuchaba a nadie estaba cegado, debido a eso como un acto de protección hacia a mi kagami fue forzado a cambiar también, solo  a él pude escucharlo y solte a mi amigo, después de eso he tenido miedo de liberar a mi lobo. –decía triste.


Akashi analizaba la información de que había una anomalía la había pero no era malo.


–¿Has vuelto a cambiar luego de eso?  


–Solo tres veces y todas a base de enojo y sin mi consentimiento la última vez mordí a mi padre, jamás me perdonare aquello, kagami tuvo que pegarme para que lo soltara, pero estaba tan triste que me negué volver a mi forma original y escape – Akashi se les estaba estrujando el corazón al sentir la tristeza del menor y lo abrazo más contra su cuerpo.


El pelirrojo pensaba y pensaba, porque atacar a su padre y alfa, y sin embargo ser obediente con kagami, algo le decía que faltaba algo en la historia para armar el crucigrama.


–¿Hay algo que kagami haya hecho por el que te sientas muy agradecido? –el peli celeste lo pensó y realmente no entendía.


–No lo sé es mi hermano, y siempre esta cuidándome 


–si, pero no se… algo por lo que sientas que le debes tu incondicionalidad por así decirlo –kuroko volvió a sumergirse en sus pensamientos    


–mm hay algo…  cuando mama murió fue en un accidente el día que salieron a un festival con mi padre, kagami ni himuro querían ir pero yo quería estar con mama, siempre fui muy apegado a ella, ya estaba en el auto cuando apareció kagami gritando para que la camioneta no partiera aun.


 


–¡Esperen! – grito el pequeño pelirrojo


–¿Qué pasa cariño? –pregunto la mayor pelirroja con una hermosa voz dulce y cálida.


–Mamá no te vayas ¿Por qué no se quedan? – decía con cierta angustia


–Cariño solo vamos por un rato ¿seguro que no quieres venir con nosotros? –el menor negó con la cabeza.


–kuroko quédate conmigo – le dijo en una súplica que el otro ignoro olímpicamente.


–No, quiero ir al festival – dijo todo berrinchudo en el asiento de atrás.


–Por favor tetsu, quédate conmigo y jugamos a lo que tú quieras – kuroko no pudo ignorar aquella tierna vocecita, menos la mirada insegura y temerosa de su hermano menor, en aquel tiempo kagami era menor hasta en porte.


–Está bien, está bien, mamá iremos otro día – la mujer le sonrió a los menores


–ya se cuidan, los amo – les dijo tirándoles un beso –himuro cuida a tus hermanito – le dijo al pelinegro que estaba serio detrás de kagami.


 


“Eso era entonces” pensó Akashi, su cuerpo se había tensado ante la idea de que kuroko no se hubiera bajado lo más que probable era que hubiera muerto también en ese accidente.


–ya veo… creo que con el pasar del tiempo hubieras sido un lobo solitario, tranquilo, pero reaccionarias a cualquier cosa que te hiciera enojar o  alterara tu soledad, lo lobos solitarios por lo general, nacen en una manada, pero no se sienten totalmente cómodos, por lo que se van cuando se sienten seguros de que puede sobrevivir, pero en tu caso viste a kagami como alguien a quien seguir.


Kuroko lo miraba atentamente.


–Ese es el porque te sientes seguro con kagami. Aunque no te hayas dado cuenta tu lobo lo ve como alguien a quien le debe la vida y sientes la necesidad de seguirlo  o hacerle caso, es lo que creo, lo lobos podemos ser muy fieles, independientemente de que en este caso sea tu hermano –y eso era algo que agradecía, de haber sido otra persona por la que kuroko se sintiera de esa manera lo más seguro es que para él sería más difícil –ahora hay otra cosa que me esta molestando tienes que superar ese miedo amor – estaba casi seguro de que solo era miedo, kuroko no tenía nada de agresivo, por lo que estaba seguro que si cambiaba nada malo pasaría, pero el miedo de no lastimar nadie era el que no lo dejaba liberarse


Kuroko lo miro con terror ante la idea.


–No – dijo hundiendo su cabeza en el pecho del pelirrojo.


–Vamos tetsu, no podrás reprimirlo tanto tiempo, a la larga te hará daño a ti, ¿te parece si empezamos a practicar mañana?... con kagami presente si así lo quieres –dijo entre medio de los dientes. Está bien lo reconocía estaba por demás celoso, la sensación de que  su pareja no se sintiera seguro con él no  le agradaba para nada.


Kuroko sonrió ante ese gesto.


–Sei esta celoso –dijo riéndose el pequeño – No tienes por qué estarlo yo te amo a ti.


El pecho de Akashi se inundó de felicidad y ternura, de la nada rodo encima de kuroko besándolo con absoluto amor y devoción, las manos del menor de manera autómata rodearon su cuello atrayéndolo más a su cuerpo.


Akashi se deleitaba con esa pequeña boca, saboreándola succionando su lengua en ocasiones causando pequeños gemiditos de su peli azul ante el pequeño dolor y no solo eso.


–¿No…no hagas eso? –le dijo sonrojado separándose del beso.


–¿Qué?... ¿no te gusta? –pregunto mientras descendía por su cuello y lo besaba con ambrosia.


–No es eso – cerro los ojos al sentir la lengua de Sei lamer su oreja y meterla  traviesamente en su oído –es… es que ng… se siente raro.


–Vaya Vaya,  mi pequeño le gusta lo que le hago – dijo lo que era evidente a manera de burla, causando y notorio sonrojo en kuroko.


–Idiota


Akashi sonrió clamándose un poco, le dio un pequeño besito en su frente y volvió acostarse a su lado sin separar el abrazo.


–Sei yo también quiero verte – le menciono y Akashi comprendió que se refería a su forma de lobo.


–De seguro mañana, ahora ya es tarde, será mejor dormir.


 


~*~


 


La mañana llego, la mayoría de los holgazanes, digo los residentes de la casa se levantaban tipo doce del mediodía, pero esta mañana se despertaban con la batalla campal en la cocina, Akashi fue el primero en despertar y no ver a su hermosa sombra a lado suyo.


El siguiente fue   aomine al escuchar  los gritos


 


–¡Déjame hacerlo sakurai!


–¡No kagami –san me matarán si lo dejo!


–¡quita el san!


–kagami vaya a sentarse por favor


 


–Qué demonios–dijo el alfa levantándose,  en el pasillo se encontró con un somnoliento Kise


–¿Que paso aominecchi, midorimacchi?– el peliverde también se levantaba al escuchar el alboroto y apresuraron el paso al escuchar algo quebrándose


 


La escena era de admirar, sakurai estaba tratando de acaparar la mesa en donde estaban las cosas esenciales para preparar un sándwich, mientras kagami estaba intentando por todos los medios de agarrar el jamón para colocarlo en el pan que llevaba en la mano, kuroko estaba a un lado sentado mirando tan divertida discusión con una bombilla en su boca, saboreando la malteada que el mismo se había hecho.


–¿A tetsu lo dejaste porque a mí no? – dijo ya cansado se había despertado con el apetito de un león y aun no podía comer


–¿Que paso?  – pregunto Akashi caminando hasta kuroko abrasándolo por la espalda besando su mejilla en buenos días.


–Taiga se estaba preparando un sándwich, cuando apareció sakurai-kun lo miro como si estuviera cometiendo sacrilegio y le quito el pan, lo parto de la mesa y le dijo que esperara, que el se lo iba a preparar, a  mi hermano no le gusto eso y empezaron una discusión.


Aomine suspiro – taiga por que no esperas en la habitación sakurai te traerá el desayuno ¿si?


–Ni hablar, tengo mis manos bien sanitas puedo hacerlo yo solo –iba a acercarse y sakurai se interpuso.


–kagami­–san…


–Me canse, se me quito el hambre – dijo molesto retirándose de la cocina.


–Wouu esto fue entretenido, pero  creo que de verdad se enojó – dijo kise


–Era obvio aomine-san, entiendo que hay algunas manadas donde lo lógico es que  al alfa y su pareja se les prepare la comida y no hay nada de malo en ello, pero nosotros perdimos a nuestra madre siendo muy pequeños, somos bastante independientes kagami sobre todo, es el quien siempre cocinaba para nosotros además es algo que le gusta – le decía el peli celeste. Dando otra sorbida a su malteada.


–Gracias kuroko –  le dijo tomando la bandeja en sonde sakurai le había preparado un  café con dos sándwich.


–Espera sakurai-kun, has una diez come mucho –comento dejando a todo boquiabiertos 


~*~


 


Aomine había llegado a la habitación con el desayuno para un ejército y encontró a cachorro mirando por el gran ventanal.


–Acá está el desayuno – no hubo respuesta – por favor bebe estoy tratado de entenderte, todo esto también en nuevo para mí – se acercó con cuidado y lo abrazo por la espalda atento a cualquier movimiento del menor pero este no se movió –Taiga, si te gusta cocinar puedes hacerlo, hablare con sakurai y –un retorcijón de tripas se dejó escuchar.


–Lo siento no quiero ser una molestia, pero no me gusta que me traten como si fuera de cristal – dijo el pelirrojo –mírame ¿crees que soy así? – aomine sonrió.


–De cristal, la porcelana más pura y delicada, la misma creación de dios


–¡Ca… cállate! – se alejó del abrazo – soy un imbécil por preguntártelo a ti – camino hasta la cama y sus ojos brillaron ante tanta comida. Y empezó a devorar. Aomine lo miraba atento ya en sexta hamburguesa le quedo claro el inmenso apetito que tenía su cachorro.


–Otra cosa y espero que cooperes –kagami iba por la octava y escuchaba atento – el trato familiar o cercano solo se aguantare a tu familia  y Akashi entra en eso, Kise porque aunque le pidiera lo contrario no me haría caso, a sakurai porque se lo pediste y es de mi entera confianza, a shintaro lo conozco demasiado para saber que no se tomara confianzas contigo ya que es igual de posesivo que yo   y no haría algo que le  molestaría que le hicieran a él. ¿Te queda claro?


Kagami lo miraba con la ceja alzada.


–Hablo enserio  taiga, sé que cualquiera de mi manada te tratara como lo que eres MI pareja, por lo tanto con respeto al igual que a mí, no quiero que les pidas otro trato… vuelvo a preguntar ¿te queda claro?


–uhi si – le dijo rodando los ojos, Aomine se molestó y lo estampo en la cama derramando el café en la bandeja y el suelo.


–¿¡Te queda claro!?– volvió a preguntar apresando las manos de Kagami sobre su cabeza.


–Te dije que si –le grito enojado 


–Bien bebe, ahora quiero mi beso de buenos días – su rostro lo puso muy cerca esperando el beso pero este no llegaba, se quedó embobado por la fiereza en la mirada de menor – ¿no me lo vas a dar? Me quedare todo el día encima de ti.


–Tampoco es como si tuviera algo interesante que hacer – respondió con simplicidad, sentadito podía seguir esperando su beso el moreno encima de él.


¿Aquello era otro reto? Aomine podía ver la sonrisa en kagami esta vez no cedería lo tuvo claro, el tampoco lo haría, estaba bastante cómodo. Que equivocado estaba, kagami se removió debajo acomodándose mejor rosando en ocasiones su pelvis con la del mayor, él fue inocente de tal acto, pero aomine estaba que se lo llevaba el tren y todos los transportes.


¿Cuánto llevaba? ¿Diez o quince minutos?  No podría soportar un minuto más en aquella posición, beso a kagami con brutalidad antes de levantarse.


–Voy a ducharme – dijo antes de meterse al baño y solucionar cierto problema que iba en aumento.


Kagami sonrió con socarronería una porque había ganado y otra porque no era santo y pudo sentir claramente, lo duro que estaba el chico, con aquel nuevo pensamiento y algunas  unas ideas locas se agacho para limpiar el desastre.


 


~*~


 


Ya habían pasado unas horas  y aomine estaba en su despacho junto con sus centinelas, escucho que un tal murasakibara había mandado un informe y al parecer el tema era serio.


–¿qué pasa taiga? –pregunto kuroko  al ver a su hermano ingresando a su habitación.


–Salgamos a dar una vuelta, quiero conocer los alrededores


–No podemos salir sin escolta.


–Maldición kuroko, no estamos en una cárcel – dijo en un berrinche


–Está bien, ya ya no te enojes – le contesto riéndose, estaba seguro de que la idea no le gustaría a Akashi pero si volvía antes de que su pelirrojo no habría problema.    


Caminaban por los alrededores, no podía negar que era un territorio bello y lleno de verde, arboles por donde quiera que se viera, las personas los miraban deleitándose con su belleza, algunos se atrevían a saludarlos con la cabeza inclinada.


De apoco en poco se iban alejando, kagami se había dado cuenta de que los seguían, suspiro hondamente.


–¿Te diste cuenta?  –pregunto kuroko en un susurro


–Si son dos – efectivamente dos centinelas no les perdían el  paso, Moriyama e Imayoshi, guardias colocados por aomine y Akashi para cuidarlos mientras estaban ocupados.


–¿Quieres correr? – pregunto kagami divertido, mientras se sacaba la chaqueta, polera, y los pantalones, pasándoselos a kuroko.


En cosa de segundo el lobo rojo estaba enfrente de el


“súbete” kuroko se subió en su lomo sujetándose rápidamente de su pelaje para comenzar con la huida


“mierda” dijeron los centinelas    transformándose, y comenzando a correr, antes de perderles el paso por completo.


Kagami era veloz, se detuvo en cuanto sintió a los lobos lo bastante lejos y volvió a cambiar colocándose la ropa nuevamente.


–¿Qué es eso? –  dijo kuroko mirando el cielo, kagami también miro y aterrado vieron la imagen de lo que podía ser una ave rodeada de fuego, se estaba quemando, dejo de aletear y cayó al suelo.


Los chicos corrieron junto a él viendo con asombro como este cambiaba a su forma humana


–¡Es un cambia formas halcón kagami debemos ayudarlo! – este se había quedado helado ante el daño en el cuerpo del chico, su cabeza estaba manchada de sangre, sus brazos, por dios, muchas heridas y quemaduras, tenía moretones por todo el cuerpo. 


Kuroko intento tomarlo pero este se quejó.


–¡Aléjense malditos lobos! – dijo en defensa apenas y podía hablar tosió y escupió sangre


–Oye no te haremos daño – le dijo kagami saliendo de su trance, el chico en el suelo tocia y se retorcía de dolor, sus brazos eran inútiles, ni siquiera podía moverlos.


–kagami ¡no le queda mucho tiempo! – decía el peli celeste desesperado, kagami dejo crecer sus colmillos y se cortó la muñeca, llevándola a la boca del desconocido obligándolo a que bebiera su sangre, la sangre de los lobos tenía el poder de regeneración y la suya era fuerte pero no estaba seguro si surtiría efecto en él ya que era de otra especie y estaba muy dañado.


Kagami se sacó la chaqueta y lo cubrió con ella.


–Tenemos que llevarlo a la manada de seguro ahí un doctor tienen que revisarlo.


–vaya vaya, pero quien se alejó mucho de su manada –dijo alguien acercándose detrás de un árbol


–Si son los cachorros de seirin – dijo otro tipo acercándose, acechando a los menores.


Kagami se puso en posición de defensa  al reconocer la voz.


–¿Shiro? – pronuncio con temor, en eso aparecieron los dos centinelas que lo seguían, el recién nombrado  ignoro a los lobos. 


–No te has olvidado de mi cariño – a tal tono imayoshi le gruño poniéndose enfrente de kagami y moriyama a lado de kuroko


“será mejor que te vayas este es territorio de teiko” le dijo  el lobo negro con gris imayoshi


–Claro que me iré, pero antes debo acabar con ese halcón, jamás dejo un trabajo a medias – el chico de cabello largo platino y ojos marrones intento acercarse pero fue detenido por moriyama


–Inténtalo imbécil – le grito kagami con los ojos en llamas   


–oh cariño sabes que me gusta verte enojado –dijo sensualmente


Imayoshi se estaba controlando para no saltar y arrancarle la cabeza, esto  estaba mal, podía sentir el cuerpo de kuroko vibrar de miedo y kagami estaba igual pero lo disfrazaba. Vio a los  lobos ajenos y solo eran dos pero podía sentir un tercero escondido, una pelea así no era conveniente, si se lanzaban en contra de ellos dejarían a las parejas desprotegidas “maldición” aulló con desespero el verse arrinconado esperaba no estar tan lejos y pudieran escucharlo.


 


~


En la casona aomine estaba en su escritorio, mientras que con los demás analizaban el documento enviado por murasakibara cuando escucharon el aullido de Imayoshi. El miedo y susto le llego con todo ante eso. Algo pasaba con sus parejas.


Salieron de la casona lanzándose del quinto escalón cambiando en el aire, aomine, seguido de un desesperado Akashi, mido, Kise y siete centinelas más.


~


 


El de cabello platinado chasqueo la legua, pronto llegarían los refuerzos y ellos solo eran tres.


–Supongo que es hora de irme, pero esto no quedara así par de hermanitos nos veremos más adelante de eso seguro – sonrió antes de correr seguido por el otro que no le quietaba la mirada de encima al peli celeste.


 


Continuara…    


   


       

Notas finales:

¿les gusto? Espera que si jejej

 Acá en mi país fue el día del trabajador. Reiga les desea un “feliz dia a las/los  que trabajen” y un hermoso fin de semana a cada lector!!

Bye bye~   


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