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Mi pequeño cachorro por Reiga

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Notas del capitulo:

Hola preciosas nuevamente por aquí trayéndoles un nuevo capítulo, espero que les guste.

Les pide perdón por la demora u.u… muchas gracias por sus comentarios me hacen muy feliz, espero que las personitas que lo estén leyendo lo estén disfrutando también :3

“Tratare de no demorarme tanto en la próxima actu”  se les quiere n.n

Ahora si ¡A leer!  

4

 

Con la ida de los tres lobos el silencio se dejó notar y en cosa de segundos tendrían a  los de la manada con ellos. Kagami se levantó.

–Por favor  Imayoshi… san – añadió con los puños agarrados fuertemente y mirando hacia el piso, ocultando su mirada con su cabello – no le digas… – alcanzo a decir antes de que estuvieran rodeados de lobos.   

El lobo comprendía lo que quería kagami pero esa petición era imposible.

Aomine cuando llego estaba asustado y la imagen enfrente era bastante confusa y aterradora, el corazón se le había detenido, kuroko estaba agachando con la mirada  ida y  las manos llenas de sangre, al lado de él un cuerpo en un espantoso estado, apenas y se podía reconocer su rostro, kagami… él estaba parado con un sentimiento que no podía descifrar.

Vio sus manos y por estas también descendía sangre, corrió a su lado.

“¿Qué paso?”  Preguntó,  pero no hubo respuesta se puso a un lado mostrándole su lomo “sube”

–Espera el – apunto al chico inconsciente–  hay que ayudarlo – dijo kagami, saliendo de su trance.

“A él lo llevaran ¡sube!” –le dijo en un tono más fuerte, que hiso tensarse al pelirrojo.

–Pero… – un ladrido tan fuerte como para perforarte los tímpanos se dejó escuchar, por parte del moreno, los centinelas de manera automática retrocedieron unos pasos.

Estaba furioso, kagami tembló y dándole una mirada a su hermano se subió al lomo del lobo negro.

Akashi llego donde kuroko y lamio su cara, el menor al sentir esa cálida lengua en su mejilla lo miro, viendo aquellos ojos tan familiares.

–¿Akashi? –Era él lo sabía lo observo un momento y acaricio su suave pelaje, también era rojizo con reflejos pero su tono era más suave y le daba un toque de delicadeza extrema.

“Sube” le dijo y  kuroko escondió  su mirada, se sintió triste, jamás pensó que esas cuatro letras casi sin significado le dolieran tanto, en el tono de voz no estaba ni el amor ni la gentileza y cariño con la que siempre le hablaba

 Se subió e inmediatamente tuvo que agarrarse de su cuello para no caerse ya que Akashi empezó a correr.

“Encárguense de él y cuando lleguen llamen a Harasawa para que lo revise” les ordeno el alfa a los demás centinelas antes de correr de vuelta a su manada.

 

~*~

 

Aomine ingreso como diablo desesperado, nadie se atrevió a decirle nada. Había vuelto a su forma  humana y nadie presto atención a su piel totalmente desnuda si no a la ira que demostraba en cada paso que daba, llevaba a kagami del brazo ignorando las quejas de este porque lo soltara.

Entro a la casona encontrando a sakurai  y Mayuzumi ni siquiera les miro y se dirigió a su habitación.

– Ja….jamás lo había visto tan enojado –dijo asombrado el peli plateado

–yo tampoco ¿crees que le pegue? –pregunto sakurai con cierto temor, no lo creía capaz, su alfa era gentil aunque no lo aparentara mucho, pero nunca lo había visto de esa manera.

Mayuzumi le sonrió al castaño y desordeno sus cabellos – nuestro alfa no haría eso, pero su pareja necesita una muy buena regañada, el pequeño tiene que entender los peligros que corre estando solo y sobre todo a respetar y confiar en su pareja.

El castaño analizaba cada palabra y asentía, mirando con completa admiración al chico a su lado.

 Aomine entro a la habitación arrojando a kagami en la cama, dejándolo sentado mientras cerraba la puerta.

Kagami lo miraba entre confuso y asustado, no entendía que había hecho tan mal para que el alfa de teiko estuviera en ese estado, el moreno lo miraba  una y otra vez antes de hablar.

–¿Que querías?... ¿irte? –le pregunto en un tono severo, kagami abrió grande sus ojos –¡te di la oportunidad de retractarte antes! –le gritaba.

–Oye…

–Si querías volver tenías que decírmelo ¡no huir!, te pusiste en peligro y  a tu hermano también –le decía dolido, en cierta manera se sentía traicionado, el que su pareja no quisiera estar con el dolía. Kagami no cabía de la impresión.

–¿Puedes escucharme? – una súplica, por primera vez de sus labios había salido una especie de súplica,  su mirada se tornó triste, quería aclararle. Aomine lo miro y se quedó en silencio –te equivocas, no estaba huyendo, estaba aburrido y fui a buscar a kuroko para conocer tu manada solo eso, nos alejamos demasiado, fue mi culpa –hablaba tan rápido que ni siquiera enlazaba sus ideas – jamás quise  poner en peligro a kuroko yo… – no sabía que decir su actuar había sido por demás irresponsable, ahora lo entendía, el haberse encontrado con shiro fue algo que jamás espero, no evitaba pensar en que hubiera pasado si los dos centinelas no hubieran aparecido, tembló inconscientemente y se refregó los brazos de manera involuntaria.

Aomine lo miraba atentamente sin perderse ninguna reacción, su corazón había vuelto a funcionar, pues le creía totalmente y quería correr a abrasarlo, había sentido tanto miedo~. Pero aun así tenía muy claro que no debía dejarse llevar por  el sentimentalismos.

Camino hacia un mueble y saco una sudadera negra, con unos pantalones de color beige.

–Kagami – Uso un tono fuerte mientras caminaba hacia la puerta de la habitación, el menor volvió a tensarse  – iré a ver al chico, ¡quédate aquí!  – le dijo sin más dejando a un triste cachorro que por primera vez; estando con él, sentía el vacío en su pecho, era muy parecido al sentimiento de soledad que percibió cuando su mama murió.  

 

~*~

 

–¿Que paso? – pregunto ingresando a su habitación con kuroko a su lado

–Por favor no te enojes Akashi – le dijo con voz lastimera aferrándose a su brazo, un suspiro de dejo escuchar antes de  que Akashi abrasara a su chico, tan fuerte como para quietarle la respiración pero kuroko no se quejó al sentir su confort.

–No estoy enojado, si no preocupado, ¿porque estaban tan lejos? – volvió a preguntarle más serio y separando el abraso. 

–Estábamos jugando – contesto con simpleza pero por su miraba supo que no se conformaría con esa respuesta – a kagami le molesto… no – se corrigió –  a mí también me molesto la verdad. Cuando salimos nos dimos cuenta de que nos seguían tus centinelas, pensé que quizás no confiabas en mí. Y no dude en correr con kagami para alejarnos de ellos.  

Akashi analizaba aquella respuesta y ¿Qué esperaba?, como podía exigirle a un niño que pensara como adulto.

–Tetsu… si puse un centinela no es porque desconfié de ti si no por tu seguridad ya que yo no estaría contigo necesitaba al alguien cuidándote

–Lo sé – el peli celeste se sentó en la cama, amurrado y apenado por su comportamiento –perdóname fuimos imprudentes – le dijo agachando la mirada.

–Muy imprudentes –le recalco haciendo que el cuerpo del menor se tensara, sus ojos se aguaron y se mordió el labio. Sentía que lo había defraudado –Mírame – le dijo  pero no hubo respuesta –Tetsuya mírame – le volvió a decir con un tono más suave, este levanto  su cabecita y Akashi vislumbro esos ojitos cielos brillantemente cristalizados – no tienes prohibido salir – le decía acercándose a él tomando sus mejillas para obligarlo a que lo  mirara –pero si tienes terminante prohibido salir solo, siempre será con migo de no ser así será con los centinelas que yo disponga para resguardar tu seguridad – Akashi secaba pequeñas gotitas que se deslizaban por esos aflijidos ojitos – prométeme que por esa cabecita no saldrá nuevamente la idea de salir solo, menos de que yo desconfió de ti

Kuroko por fin dejo salir sus lágrimas reprimidas al escuchar de nuevo la dulzura en su tono de voz y ver esa sonrisa que le dedicaba.    

–Lo prometo –le dijo abrasándolo fuerte siendo correspondido.

–Ya, será mejor que te vayas a duchar –le menciono acordándose de que estaba sucio y manchado de sangre – ¿qué fue lo que paso?  –pregunto preocupado nuevamente al recordar al chico aún sin nombre y es que su principal preocupación había sido kuroko.

Kuroko se tensó pero trato de Akashi no lo percibiera.

–No lo sé cuándo lo encontramos, caía del cielo muy lastimado.

Akashi se impresiono y preocupo a la vez – bueno ve a ducharte,  bajare a ver qué tal –dejo un tierno beso en sus labios  antes de irse ignorando por completo el temblor que recorrió el cuerpo del peli celeste desplomándose en la cama, en cuanto su pareja se fue. 

 

~*~

 

Aomine había salido de la habitación, pero no se había apartado ni un momento de ella, se quedó en silencio pensando, escuchando atentamente que haría su pequeño, lo atormentaba el no escuchar nada, hasta que de pronto escucho su pasos dirigirse donde él estaba “¿acaso iba a salir?”   Pensó más que enojado, abrió la puerta antes de que kagami llegara siquiera a tocar la perilla.

–¿¡Para donde ibas!?  – le enfrento dejando aun sorprendido pelirrojo.

–yo…

–¡te dije que te quedaras aquí! – volvió a decirle enojado avanzando hacia el haciendo que el menor retrocediera, kagami frunció el ceño  y lo empujo alterado. Aomine quedo de una pieza eso no se lo había esperado.

–¡No iba a salir maldición!, quería cerrar la puerta con seguro para ducharme ¡¿Por qué no confías en mí?! – le dijo alterado y cada vez levantando más la voz, camino hacia un lado y luego sus ojos fuegos con furia se fijaron en los de Aomine –  Te di mi palabra de quedarme, si algún día me quiero ir te lo diré en la cara, no escapare como un vil cobarde!

El silencio inundo  la habitación no sabían cuánto tiempo había pasado pero ninguno decía nada, kagami se dirigió al baño, estaba cansado, tampoco era que  le gustara discutir, llevaba menos de tres días y habían discutido una infinidad de veces, aomine le gustaba no podía negarlo, hacía que su cuerpo sintiera cosas  nuevas con su sola penetrante mirada, pero el moreno a la vez le alteraba hasta la punta de los cabellos y sabía que eso también se debía a su culpa pues estaba consciente de que tenía un genio del demonio.

Lleno la tina con agua helada, se sentía caliente de ira producida por sus mismas confusiones por lo que necesitaba el choque de temperatura.

Aomine suspiraba, había cometido un error  y lo sabía, no,  los dos lo habían cometido, pero él era el mayor… el alfa… él tenía que saber controlar la situación, no haberse alterado y gritarle sin un motivo, dejo salir un largo suspiro, la palabra disculparse rondaba por su cabeza, sonrió ante eso, esperaría a que saliera para hablar mas calmados pero pasaban los minutos y nada. Kagami no salía, media hora más y nada.

–Kagami – le llamo y no hubo respuesta. Entro cautelosamente suspirando al ver a kagami durmiendo en la tina, se podía escuchar sus casi inaudibles ronquidos, se veía tan lindo, que no evito sonreír, se acercó   y acaricio su cara levantándola para que no diera con el agua…

–Con un demonio – protesto Aomine al sentir el agua congelada, la piel de kagami estaba muy fria y pálida, sus labios morados, pero este seguía en su placentero sueño – ¡cómo demonios puedes ser tan irresponsable! –seguía alegando mientras deslizaba una de sus manos por su espalda y la otra la pasaba por debajo de sus rodillas, sacándolo del agua, mojándose todo en el proceso.

Salió del baño y lo sentó en  un pequeño sofá al ver que había despertado. Poniéndole una toalla alrededor de su cintura para tapar su desnudes, no era momento para apreciarla así que fue por otra para secarle el cabello.

–¿En qué pensabas? ¿Cómo te pudiste meter ahí? – le regañaba mientras secaba su cabello, pasando la toalla delicadamente por ellos y descendiendo  por su cuello y detrás de sus orejas.

–Me gusta… aunque quizás no tanto tiempo – dijo apenado pues aquello no estaba planeado y ahora sufría las consecuencias ya que tiritaba de frio.

Aomine lo levanto  y abrazo sin ninguna mala intención, quería darle calor, sus manos viajaban por toda su espalda acariciándolo y refregándose en sus brazos. Kagami se quedó quieto, su cuerpo helado con el cálido de aomine juntos lo había hecho sentir mejor, reconfortado. Cerró los ojos y se entregó al contacto.

Hasta que vinieron a interrumpir, kagami sonrió al escuchar un pequeño gruñido del más alto                                

–¿Qué pasa? – dijo separándose del pelirrojo y caminando a la puerta, kagami fue por sus ropas para vestirse.

–Harasawa y kagetora ya revisaron al chico y lo están esperando para darle el diagnostico – le menciono un chico de cabello azulino.

–Voy enseguida– se dio vuelta y vio a kagami vestido

–¿Puedo ir contigo? – pregunto avergonzado  y aomine sonrió en repuesta

 

~*~

 

Todos se encontraban en una nueva habitación en donde había decidió alojar al nuevo visitante. Unos admiraban con asombro, otros con profunda tristeza al chico dormido en la mullida cama. Lo único visible era su rostro, parte de su cuello y su brazos que reposaban por sobre las frazada que cubría su cuerpo.

Todos y cada uno de los presentes miraba con cierta impotencia al frágil chico, un rostro pálido, con moretones, su labio hinchado y roto en el extremo inferior, su facciones eran de total calma, pues yacía completamente inconsciente. En su cuello podía notarse signos de estrangulamiento, pues la zona roja era notoria y las yemas de algunos dedos estaban marcadas en él. Sus brazos definitivamente eran lo peor.

Kise estaba sentado al lado del chico, apartando  unos cabellos de sus ojos, no dejaba de preguntarse que pudo haber pasado, ¿Cómo alguien sería capaz de provocar tanto daño?. De por si el rubio era alguien bastante sentimental por lo que no evito derramas lágrimas de tristeza.

Midorima estaba aún extremo de la habitación mirando todo detalladamente, no había expresión en su rostro y no había dicho nada desde que lo habían encontrado.

–¿y bien? – pregunto aomine ingresando en la dichosa habitación junto con su pareja, seguido de Akashi.

Imayoshi, moriyama y Mayuzumi se encontraban al fondo de la habitación junto con sakurai en completo silencio.

Harasawa era el doctor residente de la manada Teiko, junto con su ayudante y pareja kagetora quien además era psicólogo, lo dos había llegado hace trecientos años a la manada, en donde habían encontrado el lugar perfecto para iniciar su vida de pareja, los dos había sido por demás bien recibidos por el nuevo clan que se formaba en ese tiempo.

–Lo que diré es muy delicado y quizá sea mejor que tu pareja no esté presente – dijo totalmente serio, estaba al tanto de que la pareja del alfa era un niño aun.

Aomine miro a kagami y este con la sola mirada le dijo que ni si le ocurriera pensarlo, suspirando se cruzó de brazos y miro a harasawa, indicándole que pasaría por alto su sugerencia.

–Bien –continuo kagetora – La heridas sufridas son extremas sobre todo en sus brazos, ellos… son los que se llevaron la peor parte, puedo deducir que la persona que lo haya lastimado a tal extremo quería causarle un veredero dolor en ellos, si es que no la completa perdida de los mismos.

Todos escuchaban con asombros las palabras del psicólogo, sobre todo en el fondo a un ser que se le estaba desgarrando el alma con cada palabra dicha.

–Eso… –menciono kagami, con temor  no pasando desapercibido por nadie –puede ser por sus alas

–¿a que te refieres? –pregunto harasawa, con un tono conciliador hacia el menor

–Cuando lo encontramos aduras penas y podía volar, es un cambia formas, creo que un halcón no lo pudimos notar hasta que callo y cambio rápidamente ¿Qué es lo más importante para un ave? –menciono dejando la pregunta en el aire con total madurez en su deducción.

“sus alas” pensaron todos      

–Es una lástima…, quizá no pueda volver a volar, aunque no me apresuraría con esa deducción  – hablaba el doctor  – ya que en este rato pudimos notar que sus heridas se regeneran rápidamente lo cual es extraño, porque tengo entendido que los cambia formas aves no tienen poder regenerativo como nosotros –decía contrariado.

–Yo le di de la mía – dijo como si nada, aomine se molestó al escuchar eso –no estaba seguro si surtiría efecto en él, ¿puede ser eso? – pregunto ante su duda, dejando enternecidos al par de doctores por el gesto dulce, con el que había hecho su pregunta.

–Sin duda lo es pequeño, de no haber sido así, de seguro no lo tendríamos ahora aquí – le sonrió con ternura kagetora, en solo un momento el mayor castaño había notado bastante del pelirrojo, un chico, lo suficiente maduro ara su edad, pero sus gestos eran los  innatos de un cachorro.

–¿Algo más que debamos saber?  – pregunto el alfa, serio y con un tono de ultratumba, no le había gustado nada como llamo a su pareja.

–Si, y esto es delicado – dijo harasawa, cambiando totalmente su expresión – mientras limpiábamos su cuerpo, encontramos  signos notorios de chupones y mordidas…

Los demás no cabían de la impresión, Aomine sintió el estremecimiento de su cachorro y avanzo hasta el para rodearlos con su brazos por la espalda, quiso sacarlo pero este se afirmado al piso y solo apoyo su cabeza en el pecho del moreno.

–Creemos que intentaron abusar de él, no hay rastros de semen en su interior, pero sí de que fue preparado, seguramente pudo escapar antes –término de decir

Kise no dejaba de acariciar la mejilla del chico, se veía tan desprotegido. El peliverde no salía de su estupor, su mirada se posaba en el pelinegro durmiente y lágrimas silenciosas salían por sus ojos sin que nadie las notara.

–Por ahora nos retiramos mañana estaremos a primera hora aquí para ver como esta, lo mas probable es que no despierte hasta mañana por la tarde– decía kagetora – Hay que tener mucho cuidado cuando lo haga, su reacción puede no ser la mejor. Si lo hace lo mejor será alejarse y no irrumpir su espacio… – dijo dirigiéndose especialmente a cierto rubio –personal, eso podría asustarlo – aconsejo antes de retirarse junto a su pareja   

–Sakurai quédate con él por favor – le pido el alfa al castaño, el peliverde iba a decir algo pero imayoshi lo interrumpió.

–Alfa necesito hablar con usted –ante esa sola mención kagami lo miro con suplica, no pasando desapercibido por nadie y la molestia del alfa fue evidente.

El moreno pensaba abordar al par de centinelas más tarde una vez todo estuviera en la normalidad, pero algo le decía que las cosas eran mas serias

–Adelante

Imayoshi le conto con pelos y señales, desde la pequeña travesura de los menores, la cual tenía molestos nuevamente a aomine y Akashi hasta la llegada de los tres extraños en sus territorios.  

–¿Pudieron reconocerlos?

–No, jamás los había visto, buscaban al chico pues mencionaron que tenían que acabar con él, también…–miro a kagami fugazmente, aomine ya estaba harto que se traían con tanta miradita –kagami y kuroko parecían conocerlos.

 

Las mirada de aomine se posó en la del pelirrojo queriéndolo perforar con la mirada “¿les estaba ocultando algo?” Akashi se acercó también. Y por primera vez midorima, dejo su puesto acercándose también al pelirrojo.

El alfa volvió a dirigirse a imayoshi pidiéndole que continuara.

 

–kuroko… no, creo que los dos parecían aterrados cuando aparecieron y kagami llamo al sujeto por nombre shiro, estos respondieron de una manera… como decirlo – pensaba tratando de explicarse –prepotente e… intima, no sabría, explicarlo pero les advirtieron que volverían a verse.

 

Y con un demonio esa fue la gota que rebalso el vaso, aomine estaba que se lo llevaba el diablo.

 

–¡me dirás ahora mismo quienes son y de donde los conoces! –Kagami retrocedió un paso ante tal grito pero aun así le mantuvo la mirada y nada salió de su boca –kagami… mi paciencia la estas acabando ¡dime ahora!... ¿es que no ves la gravedad del asunto? son peligrosos mira como esta ese chico  –dijo apuntando la cama – ¿ya los habían visto?...¿les hicieron algo? –Preguntó con miedo en sus voz, la sola idea de que su pequeño hubiera pasado por algo similar lo aterro y las ganas de acabar con aquel tipo aumentaban –Akashi ve a buscar a kuroko – dijo al ver que kagami no tenía intenciones de hablar.

 

El pelirrojo retrocedió aún más impidiéndole a Akashi que saliera para sorpresa de todos.

 

–No… el… yo –titubeaba, agacho la mirada desorientado no sabiendo para donde centrarla

 

–Se acabó–Aomine lo tomo fuerte del brazo con todas las intenciones de sacarlo pero inmediatamente midorima lo detuvo al mismo tiempo en que Akashi tomaba a kagami impidiéndole que se fueran. El moreno ya estaba lo suficientemente molesto –suéltalo – le dijo a Akashi y miro significativamente al peliverde.

 

–Perdóname – le menciono su comandante soltando al menor que miraba a cada uno – pero yo también quiero saber que pasa y algo me dice que no es bueno tocarle el tema a kuroko ¿no es asi kagami? –este solo volteo la mirada.

 

–Por favor daiki – menciono el peliverde que en todo momento había tenido la mirada gacha – yo también necesito saber quién es ese malnacido   –dijo levantando la cabeza y dejando ver un rostro que denotaba tristeza y extrema impotencia, sus ojos estaban completamente irritados debido a las lágrimas contenidas que ahora escapan de ellos sin remedio.

 

Kise se levantó de la cama y fue donde su amigo – no me digas que… – miro al cuerpo durmiente y luego a midorima y este asintió. El rubio se tapó la boca con verdadero horror, para luego abrasar al peliverde, este no lo rechazo agradeciéndole en silencio el apoyo, pero su mirada seguía fija en Aomine.

 

El alfa miro con cierta lastima  y dolor a su amigo de toda la vida, sin duda sería difícil para él. ”¿Por qué había tenido que encontrar a su ser destinado en esas situación?” Volvió a tomar su pose seria –kagami

 

El pelirrojo  tenía la mirada puesta en el peliverde ¿Cómo una mirada podía denotar tanto dolor?, su vista el fijo en el pelinegro al que había ayudado ¿era por él? ¿Su pareja?... suspiro hondamente.

 

–Si, lo conozco, pero no es por gusto –kagami se afirmó en la puerta y miraba con temor a los presentes, no quería revivir todo eso de nuevo, como le hubiera gustado jamás volver a verlos – hace cinco años mi padre fue a una manada nueva que se asentó  cerca de los territorios de seirin, siempre andaban con nosotros  por lo que fue ahí donde conocimos a shiro yamanaka, el líder de su banda. No podría llamarle manada ya que las leyes que ellos tienen no son como las nuestras, no respetan nada, pero en ese momento no lo sabíamos.

 

Mi padre no podía correrlos ya que aunque estaban cerca de nuestros límites. No estaba en él, así que los dejo.   

 

Tiempo des pues fuimos invitados para firmar tratados territoriales y de paz con ellos, mi papa estuvo de acuerdo pues seirin no es una manada que se conozca como conflictiva.

Cuando llegamos pudimos notar que no eran muchos, a lo más unos cuarenta lobos, pero lo que más nos sorprendió era que tenían a niños como mascotas de ellos– kagami tembló ante el recuerdo, con solo 11 años, aun recordaba haberse agarrado firmemente de las piernas de su hermano al ver a chicos más o menos de su edad en estados denigrantes. –no se dé donde habrán salido, pues todos eran hombres no se veía ninguna mujer, todos los niños tenían collares en sus cuellos con una cadena, el que estaba en peor estado era el que estaba al lado de shiro

~

–Sean bienvenidos –dijo cínicamente el platinado, sonriendo de una manera falsa que no pasó desapercibida por el alfa de seirin, a manera de protección tomo esas pequeñas manitas de los dos pequeños a su lado.

–Gracias, veo que tiene buena compañía –dijo apretando sus dientes, a ninguno de los de la manda de seirin, le había parecido la manera en la que trataban a los menores, estos tenían la mirada ida, como si les hubiesen arrancado el alma.

–¿Lo cree? – contesto shiro sonriendo y jalando al menor del cabello, el alfa de seirin puso detrás a sus pequeños y rápidamente tres de sus centinelas se ganaron a sus alrededores– se que no le parece nuestra forma de vida – decía dejando nuevamente al menor en el suelo– pero bien sabe que no puede hacer nada – volvió a sonreír – seré claro, sobre nuestro trato de paz, que le perecería darme a uno de sus cachorros y yo prometo jamás atacar su manada – la tensión se sentía en el aire, las sonrisas sardónicas se dejaron escuchar por la nueva tribu

El alfa de seirin apretó sus dientes y gruño – declino la oferta – dijo con diplomacia aun debido a la situación.

–De vería pensarlo

–No tengo nada que pensar que clase de idiota me cree… ¡mis hijos son lo más importante!, es más tienen hasta mañana para abandonar este lugar, ¡esto no lo pasare por alto!

–Este no es su terreno – dijo molesto el peli plateado levantándose de sus asiento

–Ahora lo es – dijo firmemente no quería a esos tipos cerca menos con lo que había visto y demás escuchado, si tenía que tomar más territorio y pelear por la seguridad de sus cachorros lo haría.

El alfa de seirin dio terminada esa conversación agarrando nuevamente a los menores  de la mano,  sus lobos lo rodeaban mientras otros centinelas se quedaban atrás retantemente, esperando cualquier posible ataque.       

–Esto no quedara así – escupió lleno de cólera viendo cómo se retiraban, no era tan estúpidos para atacarlos pues sabía que los superaban en números, no se veían tantos pero habían muchos centinelas rodeando la manada.

~

–Así es como los conocimos – término de relatar. Mirándolos y esperando que se conformaran con eso, los demás recibían toda la información, con cierta rabia, como podía haber gente así de cruel en su actuar.

–¿Eso no es todo verdad? –pregunto Akashi y kagami suspiro

–Esa noche a kuroko y a mí nos secuestraron – contesto dejando a todos de una pieza, confirmando lo que temían –no se cómo pudieron llegar a la casona sin que los notaran, pero nos pusieron un paño en la boca y perdimos el conocimiento. Cuando desperté pude notar que estábamos en un especie de sótano, estaba muy oscuro lo único que alumbraba era la luz  de una vela, divise a kuroko tirado inconsciente en el suelo, cuando trate de llegar hasta él me di cuenta de que tenía un collar de fierro en el cuello y las manos amarradas, ambos sujetados con cadenas  a la pared.

Le gritaba pero no había caso, kuroko no respondía, hasta que entro un tipo, diciendo que aprovecharía su recompensa  un poco antes de llegar shiro

~

El  hombre se puso a horcajadas encima del peli celeste, tomando con brutalidad su rostro, incitándolos a que despertara

–Vamos cariño despierta, tienes que complacerme– le decía con lujuria impregnada en cada palabra, el menor de apoco fue abriendo sus ojos, pero sin reaccionar

–¡Aléjate! No lo toques – gritaba con desesperación el pelirrojo, tratando de soltarse,  ni siquiera podía cambiar debido al collar  –¡por favor! – suplicaba asustado y con lágrimas recorriendo sus mejillas

El hombre ni siquiera lo escuchaba y seguía tratando de desvestir al menor  a la vez que le pegaba cachetadas para que reaccionara.

–Maldición fue mucha droga – grito frustrado –así no tiene chiste, quiero que chilles cuando te esté violando – le decía a kuroko quien tenía los ojos abiertos pero la mirada perdida. Lo dejo y miro con diversión a kagami –quizá tú me entretengas un poco.

Se iba acercar al aterrado menor cuando.

–Ni se te ocurra yura, él es mío ya te di a ese pequeño no te metas con el – le dijo shiro a su mano derecha con tono de ultratumba y se alejó rápidamente.  Se acercó a kagami y lo agarró de la quijada – no llores,  si te portas bien no te hare nada malo – le dijo ganándose una mordida por parte del pequeño guerrero– ¡maldición! – exclamo ante el dolor pegándole una bofetada con tal intensidad que le rompió el labio y lo hiso chocar contra la pared.

~


–Luego de eso no pasaron ni dos minutos cuando llego mi padre, con la manada completa, la pelea que se desato fue a muerte por parte de seirin, venían a matar por lo que habían hecho, shiro y yura escaparon  con  la cola entre las piernas y bastante lastimados, de ahí jamás volvimos a verlos hasta ahora.

Aomine desde hace un rato que  cobijaba en sus brazos al menor mientras relataba la historia.

Akashi  caminaba de una lado hacia otro como animal enjaulado y la verdad es que ninguno de los presentes estaba mejor, imayoshi y moriyama estaban que echaban humo de la furia.

–Akashi – le llamo kagami –kuroko estaba tan drogado, que no recuerda con detalle lo que ocurrió, pero su cuerpo al juzgar por su reacción de hoy sí, al menos eso es lo que creo

–Sei ve con kuroko, midorima… –vio al peliverde y este estaba sentado en la cama, acariciando con extrema delicadeza la mejilla de su recién descubierta pareja, mientras que con su otra mano tenia tomada fuertemente la del contrario –quédate con el , imayoshi, quiero a diez de los centinelas cubriendo el perímetro de la cosana, los demás por los alrededores, que la guardia se divida y  haga un completo reconocimiento del perímetro en nuestros territorios  y la otra  que salgan he investiguen por fuera, busquen cualquier rastro  tu iras con ellos, moriyama avísale a mura que vuelva ya encontramos lo que buscábamos – le dijo. Al escuchar los nombres shiro y yura  se acordó inmediatamente de que estos venían en el informe enviado por su centinela murasakibara – ¡¿entendido?!

–si – dijeron los dos al unísono

 

~*~

 

Akashi ingreso a la habitación  con cautela, su mente se había  perdido en alguna parte de aquella habitación anterior, agradecía al cielo que a su pequeño no le hubiera pasado nada en aquel incidente.  Pero aún así no podía evitar apretar sus dientes con rabia al recodar todo lo dicho por kagami, “hace cinco años” suspiraba. Hace cinco años kuroko tenía doce un niño con todas las de la ley, en mente y apariencia, pensaba.

Busco por la habitación al ser que ocupada cada rincón de su mente, encontrándolo recostado en la cama en posición fetal abrasado a una cabecera, sonrió feliz y a la ves con tristeza, era un ángel, su ángel. “como alguien pudo a ver pensado siquiera en hacerle daño”.

El menor despertó al sentirse observado, abriendo el cielo delante de Akashi, le sonrió y se hiso aun  lado, el mayor no dudo  ni un segundo en acostarse a su lado, rodeándolo inmediatamente con sus brazos y dando y pequeño beso en su frente.

–¿Como esta? – pregunto refiriéndose al  pelinegro

–Se va a recuperar, el que creo que le va a costar será a midorima

–¿A midorima?... ¿Por qué ? – no entendía

–El chico es su pareja – el entendimiento llego a kuroko y se acurruco más a su pareja –ni siquiera me imagino como debe sentirse. Jamás creí que llegaría a verlo llorar siquiera, para nosotros ustedes se vuelven nuestro todo, mataría a cualquiera que quisiera hacerte daño o tuviera   la intención de apartarte de mí –le decía apretando el cuerpo del menor contra el suyo – menos podría perdonarme el no haberte podio proteger de ser así.

Kuroko, encontraba raro su comportamiento, como si tuviera miedo de que algo le pasara, logro separarse un poco del fuerte abraso y le hablo.

–Oye… sei~ – acaricio su mejilla –yo estoy bien – no sabía porque estaba diciendo aquello –no me pasara nada  tranquilo, te prometí que jamás volvería a salir solo – le decía pensando, que Akashi aun seguía preocupado por su salida.

–Lo se y creo en tu promesa, se inclinó un poco y tomo sus labios, con delicadeza –vamos a dormir hoy te libraste de tu entrenamiento, pero mañana si que no pasa ¿eh? – le sonrió     

 –Tu color es hermoso – le menciono recordando que había visto en su forma de lobo a Akashi – los lobos rojos son escasos y el tuyo es aún más bonito que el de mi hermano –ese pequeño cumplido lo lleno de emoción, y es que kuroko parecía ser muy apegado a kagami. Aun nivel que llegaba a ser molesto para él, por lo que aquello lo había llenado de satisfacción. Kuroko rio bajito.

–¿De qué te ríes?

–¿Sabes?... nuestra conexión es cada vez más fuerte y puedo notar que sei está celoso de kagami- el pelirrojo miro hacia otro lado. Ya era malo  sentir celos de su hermano, como para que ahora el menor se diera cuenta y más encima se burlara de él – no tienes que estarlo, yo soy tuyo… no como quisiera, pero lo soy.

Akashi casi se atraganta con su propia saliva ante esa declaración – ¿así? Y ¿cómo quisieras? – le siguió la corriente sabiendo que estaba tocando un capo minado.

–Tienes mi alma por completa, mas no mi cuerpo aun – el miembro de Akashi estaba tan duro como la roca – ansió tenerte dentro de mi~ – le dijo en su oído

–Dios~ – jadeo también ante esas provocativas palabras, su pequeño lo que tenía de ángel en apariencia, lo tenía de demonio con la boca.

 

 

~*~

 

“Perdóname”

 

Esa palabra… perdió la cuenta de cuantas veces la había repetido en todo este rato, con esa simple palabra quería llegar a lo más profundo del chico a su lado, sus manos no había dejado de acariciarlo y su verde mirada no se apartaba de aquel pálido rostro.

–Tienes que  despertar – decía –no puedes dejarme, no ahora que te he encontrado– estaba comenzando hacer frio por lo que midorima se levantó un  poco y con mucho cuidado lo tapo dejando sus brazos debajo de las frazadas –la persona que te hiso esto se arrepentirá  cada segundo el siquiera haberte mirado.

Su mirada delineaba su rostro y con sus dedos hacia contacto desde  sus labios hasta el maltratado cuello, como queriendo borrar con las yemas de sus dedos  las marcas en su cuerpo. Una melancólica sonrisa apareció por su rostro al apartar por décima vez aquel rebelde cabello que osaba con ponerse enfrente se su rostro. Quería tener despejada su mirada para cuando abriera sus ojos, porque los iba abrir de eso estaba seguro, harasawa lo había dicho y confiaría en ello.   

Con esa esperanza se acomodó en una silla muy cerca de la cama y sin soltar su mano logro conciliar el sueño.

 

~*~

 

En la habitación del alfa  las cosas iban de mal a peor, pero esta vez no había discusión, el ambiente estaba tenso, se podía cortar con un cuchillo, kagami no sabía que decir pero sabía que si lo hacía haría explotar el volcán que aomine caminando de una lado a otro estaba tratando de retener.

Estaba enojado… ¡no! Furioso  era la palabra correcta, pero hablarle con rabia no estaba en los palnes de la poca racionalidad que le quedaba.

–Acuéstate – aquel tono hacia que kagami sintiera esa soledad de nuevo, ¿Dónde había quedado ese cálido abraso de hace unos momentos antes?, le levanto de la cama pasando por el lado de aomine para buscar su ropa de dormir. Lo que consistía en una sudadera y unos shorts, una vez listo se dirigió a la cama dándole la espalda al moreno.

A los minutos después vio que apagaba las luces y un momento después un peso extra en la cama, kagami esperaba ese abraso protector de la noche anterior que a duras penas y lo había dejado respirar, pero aquello nunca llego y le dolía.

Habían pasado solo una anoche y ya extraña el calor del otro, su cálida respiración en su nuca y esas manos recorriendo su torso, con caricias contenidas.

Una larga hora había pasado, Aomine podía escuchar la apacible respiración de su pareja signo inequívoco de que se había quedado dormido. Dio un largo suspiro antes de acurrucarse junto a el abrasándolo con fuerza queriendo ser uno con él, inhalo fuerte ese delicioso aroma y no se resistió mas.

Se levantó un poco de la cama y lo puso boca arriba quedando el encima del pelirrojo, pero sin llegar aplastarlo con su cuerpo, vio con detenimiento como ese ojos se abrían y lo miraban somnoliento y confundido.

El moreno acerco su rostro al de kagami paseándolo por sobre el de él, rosando mejillas con mejillas, mientras sus manos levantaban su polera y se paseaban por todo su torso, queriendo tapizar con ellas ese bien formado cuerpo.

–O… oye… ¿qué haces? –preguntó llevando sus manos a los hombros de aomine  pero sin llegar a apartarlo.

Aomine ignoro la pregunta y siguió con lo suyo, arrancando por completo la polera.

–¡Oye! …auch– quiso protestar pero fue agarrado del cabello, he impulsado de esa manera a ladearse y exponer su cuello del lado izquierdo –aomine – decía ahora si haciendo presión en sus brazos.

Sin esperar más  daiki dejo crecer sus colmillos y los incrusto en el zona expuesta, entre su cuello y muy cerca de su hombro, succionando en sus proceder, aquello causó un dolor casi insoportable en el pelirrojo pero a la ves bastante placentero, y eso lo hiso notar en el jadeo que dejo escapar.

Aomine retiro sus colmillos y lamio la zona dañada, sellándose al instante. Kagami se recuperaba de aquella sensación que le recorrió desde la punta de sus pies a la punta de sus cabellos. Que ¿había sido  eso?

–¡¿qué te pasa, porque hiciste eso?! – preguntó llevándose una mano a su cuello, molestó  observo esas  orbes azulinas casi desconcertantes  –¡¿no piensas hablarme?!

–Te marque, no es como el enlace pero cualquiera que te vea ahora sabrá que tienes dueño y para cualquiera que me conozca o me vea sabrá que soy yo, ya que en la mordida deje mi esencia en ti.

–Genial – dijo con un tono cargado de sarcasmo –  porque no me pones un collar con tu nombre y dirección o no ¡ya se! Un tatuaje en la frente que diga “propiedad de aomine daiki” – gritaba molesto hacia afuera, pero por dentro un grato calorcito lo recorría. Se dio vuelta aun debajo de aomine. Este sonrió ante el infantil arrebato y se posiciono detrás de él atrayéndolo a su pecho.

–mm un collar es llamativo pero solo en la intimidad, ¿no se si me entiendes? – le susurro sensualmente en su odio, kagami dio gracias a que el moreno no pudiera verlo ya que claro que entendía  – y lo del tatuaje lo pensare. Ahora a dormir mañana tenemos mucho de qué hablar, no creas que lo pasare por alto – dijo en tono serio pero sin enojo.

Kagami suspiro, el calor agradable que le proporcionaba hacia que sus ojos se estuvieran cerrando he instintivamente se hecho hacia atrás acomodando su cabeza en el pecho del mayor, sintiendo que esos brazos en su cintura ahora lo rodearan por completo.

Continuara…

 

Notas finales:

Chan … espero que ninguna me mate por hacer sufrir un poquito al halcón T.T ya verán que será recompensado jejej 

Próximo capítulo “Ayudando a salir adelante y… ¿un partido? ”

El siguiente ya será más relajado y con su humor para apaciguar las aguas n.n

 ohh una pregunta, es sobre las parejas pues les dije que ustedes verían de cual querían más, en cuanto a las secundaria (ni tan secundarias) lo otro es sobre kise y kasamatsu, tengo crisis existencial con ellos pues no sé si hacerlo kisekasa o kasakise así que les agradecería su opinión

sin mas esperando que el capi haya sido de su agrado me despido, que tengan una hermosa semanita *w*!!    

 

"Disculpen lo errores"


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