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Mi pequeño cachorro por Reiga

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Notas del capitulo:

Séptima disculpa de mi parte y ya me da vergüenza, pero no importa me las tragare y se las daré sinceramente las veces que sea necesario!!


Muchas gracias por seguirme leyendo!, espero que de alguna manera les guste este capítulo.


Realmente me demoro y siempre espero que no sea tanto, pero desde ya les digo que no lo dejare inconcluso hermosas. >w<


Comentarios todos respondidos. Tarde, pero saben que siempre lo hago antes de subir un nuevo cap.


Ahora si, no las molesto más y las dejo leer!!

 


~*~


 


Los chicos estaban felices, cambiar de aire les relajaba. Bromeando de vez en cuando.


Ya habían hecho las compras necesarias y otras no tan necesarias. Los menores ahora recorrían las tiendas comerciales, mientras los otros lo esperaban en un local de comida. Donde eran demasiado habían llamado mucho la atención así que  acordaron separarse un poco… claro ninguno les perdía de vista.


Se metieron a una tienda de deportes y parecían niños que por primera vez miraban algo nuevo, la mayoría de ellos no salía mucho, así que podría decirse que estaban disfrutando bastante de la salida.


Salieron y pasaron por al lado de una tienda de bebe. “Happy baby” en todo su esplendor se podía leer como logo, unos solo lo miraron y pasaron de largo sin prestar mayor atención.


—¿Qué pasa Mayu-kun? — preguntó himuro al percatarse que el peli plateado se había quedado mirando la vitrina. Mayuzumi inconscientemente se llevó una mano al estómago y lo apretó.


Himuro abrió sus ojos, lo demás retrocedieron al darse cuenta que dos de sus compañeros no estaban.


—¿Qué pasa?  — Pregunto Kagami —¿Quieren entrar?— Extrañado y mirando hasta con recelo el blanquecino lugar.


—¿Acaso estas… — Himuro estaba muy sorprendido, más aun cuando ese chico de mirada ausente, le mira con ojos brillosos y asentía con timidez.


—Estoy esperando un bebe —aclaro


Ninguno diecio nada y  es que simplemente no lo esperaban, el primero en reaccionar fue el cumpleañero, se acercó y lo abrazo.


—Felicidades Mayuzumi-kun — lo soltó y le siguieron las demás a excepción de uno que no podía procesar la información.


—Qué lindo Mayu-chan, estoy muy feliz por ti — dijo alegre Takao  y casi gritando  — ¿Nijimura-kun ya lo sabe?


—No, aun no lo sabe. No sé cómo lo tomara —su rostro ensombreció mientras miraba a su pareja a lo lejos — fue un descuido mío, tuve la  impresión de que comenzaba mi celo y no se lo dije, podría decirse que me ganaron las ganas.


—Oh ya entiendo, no fue planeado. Pero por lo poco que he podido conocerlos estoy casi seguro de que Nijimura se pondrá feliz — le consoló Takao sobándole la espalda.


Kagami los miraba con ternura y su ceño se frunció al ver la mirada perdida de himuro mientras sus manos se aferraban a su poleron en la parte de su estómago.


—¿Qué te pasa? — todas las miradas se centraron en pelinegro.


—¿Eh?… nada — sonrió.


—No me mientas —Himuro suspiro, mientras por dentro esperaba que no sucediera lo que pronto iba a decir en palabras.


—Se me olvido completamente lo de cuidarse en temporada de celo, dios — se llevó las mano a la cabeza — nuestra primera unión aunque hubo ternura, fue guiada por el placer y la calentura del momento. Ninguno de los dos tuvo tiempo para fijarse en algo tan importante. 


Kagami quería regañarlo por irresponsable, kuroko no sabía si estar feliz por su sobrinito o consolar a su hermano por lo mal que sentía. Lo primero era un hecho.


El silencio los inundo, mientras miraban a himuro ahogarse en su propia preocupación mientras sus ojos amenazaban con aguarse. Llevaba tan poquito con mura que ponerlo a prueba con hijo lo aterro. Los demás comprendían cuál era su miedo.


—Tranquilo — habló Mayuzumi — Conozco Mura desde hace mucho tiempo, te aseguro que le encantara la idea, pero tendrás que cuidarlos a ambos y enseñarle la diferencia a Mura de quien es el padre y el hijo — Himuro rio al oír eso, con lo poco que llevaban con mura, este lo había sacado varias veces de sus casillas debido a su personalidad escondida bien infantil que tenía.


Himuro miro a sus hermanos.


—Lo lamen…


—De que te disculpas baKa, la idea es maravillosa, pero fuiste irresponsable — ahí estaba lo dijo. Sin molestia ni nada solo para molestar. Kuroko movió la cabeza y sonrió pegándole un codazo.


—Felicidades nii-chan —kuroko lo abrazo tiernamente luego se  inclinó y le hablo a su inexistente barriga  — Hola Tetsu-chibi, soy tu tío — decía con su mano en su boca, simulando un micrófono.


—Porque Tetsu y no Taiga — dijo kagami revolviéndole los cabellos al cumpleañero.


Himuro sonrió, se sintió notablemente más tranquilo.


—Chicos… — habló Kasamatsu, los chicos le miraron y en sus ojos había confusión y sus labios reflejaban una sonrisa de incredulidad — ¿tu… no dijiste que esperabas un bebe verdad… al menos no literalmente? — rio a avergonzado por lo tonto que se podía escuchar eso, se rasco la cabeza.


Todos le miraron tiernamente.


—Yuki, nosotros si podemos. Sé que es raro para ti pero recuerda lo que somos, en nuestro mundo las parejas entre hombres son muy comunes. Por lo que el cuerpo de la pareja reclamada se moldea para poder concebir, no es necesario que nos cuidemos, solo cuando estamos en celo ya que ahí estamos fértiles, lo que le paso a estos dos cabezones. — Takao rio ante el sobrenombre y miraba con extrema ternura al humano confundido.


—¿Somos raros verdad?  —le pregunto con cierto dolor, yukio los miro arrepentido por causarle inseguridad o hacerlo sentir mal.


—Para nada — movió sus manos rápidamente en frente — lo siento solo… creo que aún no me entero de nada y me tomaron por sorpresa, jamás creí que pudieran concebir — decía apenado, sentía cierta tristeza. Otra cosa más que envidiar —creo que es un lindo privilegio — luego otra cosa llamo su atención y miro a Takao — como sucede en tu caso, ¿no se mesclan las especies verdad? — en su mente ya estaba pensando en un lobo con alas o quizás un halcón  con cola y orejas de lobo, movió su cabeza  queriendo sacar esa extraña imagen de su cabeza. Los demás rieron ante lo que seguramente estuviera pasando por esa pequeña cabecita.


—Cuando  es diferente, prevalece la especie  más fuerte, en este caso mis hijos si lo llego a tener serán lobos, es por eso que en los clanes de aves no se respeta lo de las parejas y los padres con tradiciones obligan a su hijos a casarse con los de su misma especie, si no fuera por eso creo que estaríamos extintos.


—¿No te da pena eso?


—Para nada — le sonrió Takao acariciando su mejilla, ambos sintiendo un gratificante calorcito que les hiso sonreír al mirarse  —mis hijos serán fuertes como su padre, no podría darme pena eso.


Luego de eso los dos nuevos padres; uno confirmado y otro por confirmar,  entraron a la tienda a comprar algo pequeño para dar la noticia.


Ya se habían pasado un poco de la hora así que imayoshi fue a buscarlos para retirarse, era mejor apurarse antes de tener a Aomine pisándole los talones.


 


~*~


 


En la manada las cosas estaban relajadas y apagadas, definitivamente faltaba algo.


Aomine se encontraba supervisando los alrededores cuando un pequeñito choco con el cayendo al suelo, se dio vuelta y lo levanto. Agachándose en el acto  para quedar a su altura.


—¿Estas bien? — el menor asintió, Aomine diviso a su madre notándola preocupada —No es bueno alejarse y caminar por estos lados ve con tu mamá.


—Si — dijo enérgicamente corriendo al lado de la mujer.


—¿Todo bien? —Mura llego a su lado.


—Sí… solo un poco inquieto, debe ser donde no está kagami —Mura sonrió. Todos estaban iguales.


—Debe ser… Aomine iré a la frontera a recibir al padre de los chicos.


—Verdad~ lo había olvidado, que midorima  valla contigo— Mura asintió.


Otra hora que se hacía eterna en el despacho, leía y releía sus documentos, iba por la mitad y se daba cuenta de que no prestaba atención, suspiraba y se echaba en su asiento. Cerro su ojos. No, nunca más dejaría salir a kagami solo, era como si sintiera perdido. Llevo su mano a su pecho una sensación arrolladora llego a su sentir. “Algo no anda bien” pensó levantándose, pero antes de salir kise entro rápidamente.


—¡Daiki se acercan lobos por los alrededores! 


Inmediatamente salió con el rubio de la casa notando el caos en su manada, mamas y niños asustados, mientras sus parejas e hijos mayores se encontraban en su forma de lobo rodeándolos.


Akashi llego a su lado.


—¡Resguárdenlos en la casa! — gritó Aomine. Kagetora y Harasawa fueron los que acataron la orden, de apoco ayudaron a ingresar ordenadamente a las madre y los niños, mientras sus hijos y parejas se quedaban custodiando la gran casa  por fuera.


—Centinelas en todos sus puntos — volvió a gritar y con la mirada les indico a Akashi y Kise que se quedaran a su lado. Alejándose de la manada se situaron en la entrada, por los al redores se acercaban a los menos diez lobos, pero por la entrada venia tres juntos, lo que le hiso saber que por ese lado vendría la cabeza.


Los lobos cada vez estaban más cerca y a  solo once metros se detuvieron. Pasando desapercibidos refugiándose en la arboleada. Aun así ambos bandos podían sentirse.


 


~*~


 


Midorima y mura estaban en silencio, ninguno de los dos era muy hablador así que solo se limitaban esperar la llegada del alfa de Seirin.


Mura miraba el reloj y realmente estaba extrañado de la demora. No lo conocía mucho pero por la visita de aquel día, el señor le había dado la impresión de ser muy recto y responsable y había sido tajante cuando les dijo que iría a visitarlo el día de hoy. Un suspiro y opto por sentarse en el suelo.


Midorima estaba de brazos cruzados y  con los ojos cerrados afirmado en un árbol, su rostro era la serenidad completa. Hasta que de pronto sus ojos se abrieron separándose del árbol con brusquedad.     


—¿Qué tienes?  — preguntó el peli morado, Midorima parecía perdido mirando hacia todos lados.


—Es… es Takao, creo que algo anda mal.


—¿A qué te refieres?— dijo levantándose. 


—No lo sé, algo no anda bien con él. Tengo que volver — dijo casi gritándolo, Mura trato de concentrarse, quizá el igual  podía sentir algo en Himuro. Pero nada.


—¿Sientes miedo? — decía tratando de poder entender esa sensación.


—No, no soy yo, es como si él lo sintiera — dijo agarrando su pecho.


—Volvamos.


—¿Estás seguro y el Alfa?


—Ya no importa, los chicos están primero.


Ambos empezaron a correr, las pisadas eran fuertes y casi desesperadas, cada uno rogaba por dentro que sus parejas estuvieran bien, Midorima corría a todo lo que podía con el corazón apretado por dentro, el sentir el estado de su pareja aun estando lejos era uno de los privilegios al tener el enlace. Mura lo sabía y por lo mismo iba igual de preocupado aun sin sentir nada en Himuro.


 


~*~


 


En  otro lugar los chicos se detuvieron en plena carretera, iban bien por el camino cuando de repente el ambiente se puso tenso, sus sensores de peligro fueron activados y las dos camionetas, se detuvieron.


En la primera camioneta se encontraba Imayoshi de conductor, Moriyama y Reo a su lado y detrás iban kagami, Takao y himuro,  en la otra Nijimura de conductor con su pareja y haizaki detrás sakurai, kuroko y kasamatsu.


—Nos están acechando —dijo el de lentes. Todos se habían dado cuenta, los lobos no se veían pero sabían que estaban ahí —esto es malo.


—Solo acelerara — dijo kagami agarrándose del asiento de adelante, todos miraban hacia afuera queriendo vislumbrar algo. Pero nada… estaban esperando su movimiento para atacar.


No podían saber cuántos eran los que estaban a los alrededores, por lo que no podían arriesgarse a bajarse he investigar, hacerles frentes no era una de las primeras opciones tampoco.


Acelerar parecía ser un buen proceder y así fue. Moriyama piso el acelerador y el estruendoso sonido sonó con fuerza en medio de la solitaria carretera.  Nijimura le siguió, lo motores sonaban, las ruedas hacían lo suyo mientras personas en su interior miraban hacia las afueras con algo de miedo preocupación e incertidumbre.


Kuroko silenciosamente tomo la mano del humano y le sonrió con tranquilidad antes de volver a mirar hacia afuera.    El golpe centellante en el vidrio lo hiso retroceder casi aplastando al asustado pelinegro, luego fue sakurai quién hiso la misma acción.


Iban a toda velocidad, la camioneta se tambaleaba de un lado hacia otro por los constantes golpes que recibía de lobos por fuera.


Haizaki de dio vuelta sin dejar de sujetar a la pareja de su amigo y les grito.


—¡Quédense en el centro!


Sakurai y kuroko trataban de agarrarse de donde podían mientras creaban una especia de barrera hacia kasamatsu.


Nijimura veía lobos hacia los lados, se estaba ensañando con ellos, maniobraba mientras no dejaba de acelerar, trataba de cargarse hacia una lado tratando de ahuyentar, pero estos simplemente volvían a tacar la camioneta, haciéndola tambalearse.


Los vidrio no soportarían otro golpe, los lobos por un lado contrario al del conductor desaparecieron y enseguida sintieron tres golpes por su lado que le hicieron perder el equilibrio y el manejo de la camioneta. Debido lo fuerte del golpe y por la posición de espaldas en la que se encontraba kuroko provoco que se estrellara rompiendo de una vez por todas es lastimoso vidrio.


El sonido de su boca fue lastimero pero se repuso enseguida. Kasamatsu lo sujeto del hombro y con horror vio que gotas de sangre caían en su mano.


—No te preocupes estoy bien.


Otro golpe obligo a Nijimura a salir de la carretera, perdiendo tontamente el control. El sonido chirriante por la fuerza ejercida del motor, seguido del freno a todo lo que daba dio fin a esa odisea.


Kagami quien veía con preocupación con todo lo que estaba pasando le grito una y otra vez a Imayoshi para que detuviera, sin embrago este no le escuchaba.


—¡Maldición detente ahora Imayoshi, se detuvieron! — le grito Himuro. Estaba histérico y a punto de llorar de la pura impotencia que sentía.


La polvareda que había dejado el otro auto les impedía ver con claridad. El de lentes vio por el retrovisor y se detuvo.


Kagami se bajó seguido de Takao, Himuro y los demás, a medida que se acercaban a toda prisa su corazón más se celebraba. La polvareda comenzaba a desvanecerse dejando ver el horrible accidente.


Parte delantera de la camioneta estaba hecha trizas mientras en medio podía verse un maltrecho árbol.


Kagami grito por su hermano mientras corría, rodeaba la camioneta he intentaba abrir la puerta, kuroko estaba ahí; inconsciente con su frente sangrando,  volvió a respirar cuando comprobó que su hermanito lo hacía y casi sonríe cuando ve a yukio encogerse y toser. Imayoshi y Moriyama estaban alertas, los lobos estaban enfrente, aunque no podía verlos estaban seguros de que estaban siendo observados. “’¿Qué demonios querían?” 


El pelirrojo arrancio la puerta  y saco a su hermano recostándolo en el suelo, kasamatsu salió con las piernas en un hilo y  se desplomo, no porque le dolieran sino más bien por aun no se reponía del susto. Gateo a lado de kuroko tomando su mano con preocupación el peli celeste lo había protegido en todo momento, las lágrimas se estaban aglomerando en su pecho al ver como kagami, presionaba su pecho y le daba respiración boca a boca y no reaccionaba.


Himuro estaba igual de preocupado, pero lo dejo en manos de kagami mientras el trataba de ayudar a sakurai, que había quedado con las piernas atrapadas por la presión que ejercía el primer asiento.


Nijimura volvía en si antes los gritos incesantes de reo y Mayuzumi, su vista estaba nublada miro a su pareja y dio gracias al cielo de que este estuviera bien, su vista viajo un poco más allá y vio a su mejor amigo por primera vez con la preocupación impregnada en su rostro, sonrió débilmente en agradecimiento, supuso que gracias a él y a la herida que tenía en su cabeza su pareja estaba en buen estado.


Reo lo saco del auto sosteniéndolo de la cintura, aún seguía atolondrado y no podía sostenerse solo sin que la cabeza se le fuera hacia un lado.


Los segundos pasaban y la mayoría recobraba conocimiento.


Haizaki, Reo, Mayuzumi y  Nijimura se pusieron en frente y a la defensiva a lado de Imayoshi y Moriyama. No era el momento de preguntar qué tal estaban, así que no lo hicieron, solo miraban penetrantemente a la nada. ¿Preguntándose por qué no atacaban?


Una lágrima salió de kagami al ver que kuroko abría sus ojitos. Lo abrazo tan fuerte que casi lo manda a la inconciencia nuevamente. Todo era un desastre pero aun así Himuro, Takao, sakurai  y kasamatsu te atrevieron a sonreír aliviados.


De pronto todo cambio, el  viento rugía con fuerza y el sol parecía burlarse de ellos al esconderse detrás de nubes  entre negras y plomas que parecían retorcijarse.


Un hombre de mirada fría y sonrisa ladina aparecía enfrente de ellos rodeado de lobos de mal aspecto, lobos mestizos sin color fijo, miradas irritantes y dientes filosos y acechantes. El hombre era de piel morena, cabello corto y verdusco unos de sus ojos era plateado el otro estaba tapado, podía verse una cicatriz desde su frente pasar por su ojo hasta llegar a su mejilla, y otra cicatriz pasar por su oreja; si es que algo le quedaba, hasta su cuello.


 Los chicos se pusieron alertas y uno de ellos inmóvil al reconocer al hombre, sus puños  se cerraron al igual que sus ojos con el deseo de ojala nunca en su vida haber vuelto a ver a ese hombre. Su piel sudaba, su cuerpo tiritaba, tenía ganas de correr, correr y no mirar atrás sin embargo su cuerpo no respondía a las órdenes de su cabeza.


—¿Quién eres? — preguntó Imayoshi.


El hombre sonrió con suficiencia.


—Vaya vaya, Shiro no menciono que el hijo de ese viejo también era la pareja del alfa de Teiko   — decía el señor hablando para el mismo. Luego de mirar al pelirrojo, su vista se fijó en el pelinegro que lo miraba con terror. —Takao… cariño ¿por qué te fuiste?, me dejaste en la mejor parte —dijo lamiéndose los labios. Algo de demencia podía verse en su cara.


Los chicos con la sola mención de Shiro supieron que las cosas no podían estar peor, más aun al mirar a Takao, parecía fuera de sí, sakurai sintió su corazón romperse al verlo de esa manera.


Kasamatsu sintió removerse algo en su interior, miraba la espalda de Takao y sentía como la rabia, nostalgia, miedo y la venganza crecía en su interior.


Himuro había reconocido al hombre  enseguida había cambiado gruñéndole.   


—Veo que aún me recuerdas has cambiado bastante…


—¡Basta! —grito Imayoshi parándose enfrente de Himuro, seguido de los demás que crearon una especia de bloqueo.


Mayuzumi retrocedió unos pasos ya tenían una especie de plan trazado debido a su conexión con Nijimura.


El piliplateado cambio tratando de no llamar la atención no eran idiotas sabían que se darían cuenta pero al menos no querían alterar las cosas.


—No me gusta cuando me subestiman —suspiro cansado y  los chicos se pusieron alertas — les daré tres minutos para que hagan lo que tienen pensado úsenlos bien.


No sabían cómo tomarlo. Eso solo los hacía sentirse incomodos y tres pasos atrás del hombre. Alguna trampa deba de haber.


Todos cambiaron a su forma de lobo, Kagami lo hiso por puro instinto, le siguió sakurai ignorando el dolor en las piernas. Kuroko se forzó a cambiar y mentalmente a  ignorar cualquier dolor martillante en su cabeza. Más no pudo completar su transformación. Volvió a caer inconsciente.


Himuro rápidamente golpeo con su cola a Takao quien reacciono mirando la escena corrió hacia kuroko y lo tomo en sus brazos. Notando que himuro se ponía a su lado. No dudo en subirse con kuroko, se agacho casi aplastando al chico inconsciente para sujetarse del pelaje de himuro con fuerza.


Kagami tiro de la manga de kasamatsu, el pelinegro al ver la situación no dudo en arrimarse sobre el lobo que tenía a su lado, lo recordaba de su niñez, solo lo había visto una vez pero lo había encontrado tan bonito he irreal en su momento que no había podido sacárselo de su cabeza, quiso reparar en lo grande que ahora era, pero no era el momento.


Kagami no esperaría órdenes pues de alguna manera lo había percibido en las actitudes de los chicos, sabía que ellos lo protegerían y para él la prioridad primordial era sacar a yukio, Takao y kuroko de ahí.


Se dio vuelta y emprendió carrera a grandes zancadas, seguido de Himuro y Sakurai que le seguían los pies en una carrera desesperada.


Un lobo intento seguirlos pero fue detenido por Mayuzumi que no dudo en saltarle encima y morderlo con precisión reduciéndolo en el suelo. Lo que dio inicio a que todos los lobos atacaran y los centinelas de Teiko defendieran asegurándose de que ninguno se les escapara en la dirección en donde escapaban los seres a proteger. Los lobos mestizos los superaban en número de tres a uno, sin embargo no eran suficientes para las habilidades de los centinelas.


A unos metros el señor de cabello verdusco fumaba su cigarrillo con la mirada al fondo del bosque por donde se había perdido la presa a cazar. Sonrió.


 


~*~


 


Los chicos corrían, observaban  el pasar de los arboles como algo borroso, todo tranquilo y sereno hasta que kagami movió sus orejas con preocupación y se detuvo.


Dio vuelta en si mismo mirando hacia todos lados con desesperación.


— “Sakurai ¿hacia dónde está la manada?” — no conocía los terrenos y no estaba seguro si esa era la dirección correcta.


“Vamos bien” — decía con agitación.


“Bien sigan”  —les dijo dejando a todos impresionados y dispuestos a rebatir  “Es una orden”


Sakurai retrocedió ante el tono, Himuro titubeo al pensar en que era lo correcto. Takao lo miro con expresión indescifrable mientras con sus brazos apretaba fuertemente al chico inconsciente.


“yuki, bájate” le ordenó rápidamente ganándose al lado de sakurai para que se subiera en él.


—Ni hablar, me quedo contigo — contestó con determinación, kagami cerró los ojos y sus orejas volvieron a moverse. No había más tiempo.


—“Salgan de aquí” —sakurai asintió.


Himuro no lo deseaba pero pensó en las dos personas que cargaba, cerró los ojos mientras volteaba y corría en dirección a la manada con  un solo un nombre en su mente repitiéndolo una y otra vez “Atsushi”


 


~*~


 


Aomine seguía en pie en la entrada junto con Kise, su semblante era serio y amenazador ante las tres personas que había aparecido.


—Vamos Aomine-sama solo pasábamos a saludar, ¿eso es malo? —preguntaba la chica con inocencia fingida y una sonrisa molesta e irritante en la cara. Detrás de ella se encontraban dos hombres de mal aspecto


—Vaya manera no, ¿Por qué rodearnos? ¿Qué es lo que intentan? ¿Qué quieres Karin? —Aomine se sorprendía al ver a la rebelde chica, prima suya de cuando aún estaba en la manada de su hermano de nombre, había dejado de verla pues ella no había nacido para recibir órdenes de nadie, tampoco tenía intenciones de ser alfa simplemente ser  ella sin preocuparle de nadie ni rendir cuentas  nadie.


—No sea mal educado alfa a una dama no se le llena de preguntas, sin embargo yo tengo varias para ti — rio mientras se cruzaba de brazos. Luego abrió los ojos y se acercó en un salto al lado de Aomine oliéndolo. —vaya así que ya tienes tu pareja, me gustaría conocerlo.


—Déjate de tonteras y dinos que haces aquí — dijo Akashi con vos de ultratumba.


—Siempre tan serio Sei-kun


Ambos bandos se quedaron en silencio al sentir a dos lobos aproximarse. Aomine se preocupó al reconocer a Mura y Midorima. Avanzo unos pasos dándole la espalda a la chica.  Su preocupación solo aumento al escuchar en su mente que algo no andaba bien con los chicos.


Enseguida se dio vuelta tomando a la pelinegra del brazo. Torciéndolo con brusquedad mientras le presionaba el cuello con la otra mano.


Los lobos que venían con ella abandonaron su puestos y fueron rápidamente a su lado iban a atacar si no fuera porque ella misma los detuvo.


—¡¿Qué demonios haces exactamente aquí Karin?!


—E-Espera… puedo explicártelo


Murasakibara no entendía la situación pero ahora era el, él que sentía su estómago revolverse, se dio vuelta, y sus orejas se movieron atentas.


“Es himuro” dijo antes emprender camino por donde creía su pareja lo llamaba. Midorima no tardo en seguirlo. Akashi sintió el terror de solo pensar en kuroko, Kise apretó sus manos he iba a seguirlos, pero lo detuvo Aomine.


—Quédense aquí, necesito que ambos cuiden a la manada —ninguno contesto pero se quedaron clavados al piso, tratando en su interior poder sentir algo. —Karin ¿puedo confiar en ti?  — le pregunto. Era su prima después de todo y algo de sinceridad había notado cuando le dijo que quería conocer a su pareja.


—Si


Aomine la soltó y cambio dejando ver al gran lobo negro, la chica sonrió y cambio también dejando ver un lobo del mismo color pero de menor tamaño. Aomine le dio la espalda y corrió con ella pisándole los talones y los que la acompañaban.


Enseguida lograron alcanzar a Murasakibara  y Midorima. Los metros ya kilómetros solo se hacían más con cada paso y respiración, murasakibara escuchaba la vos de himuro una y otra vez y eso le daba impulso y fuerzas para seguir adelante e incluso acelerar más de  lo que su alcance podía.


Se detuvieron al divisarlos, Himuro al ver que a su pareja en frente freno, pero debido a la velocidad con la que iba, una de sus patas delanteras le fallo y cayó al suelo y aun así trato de equilibrarse para proteger a su hermano y a Takao. Sakurai le ayudo por un lado.


Los chicos cambiaron. Midorima fue corriendo mientras su alma se sentía más tranquila al ver a Takao, sin embrago había reparado en las personas que faltaban.


—Kuroko no se encuentra bien — grito Takao tomándolo en brazos midorima se lo quito. Murasakibara ayudaba a levantarse a himuro, lo abrazo con fuerza al comprobar que estaba bien.


—¿Qué fue lo que paso? — Pregunto Aomine desesperado — donde están los demás… kagami —Himuro le miro con una expresión de dolor y culpa.


—Nos tendieron una emboscada, atacaron la camioneta donde iba kuroko… —el moreno miro al lastimado chico, como demonios había pasado todo esto. Escuchaba lo sucedido y más se desesperaba, mirando a la nada quizá esperando por esas milésimas de segundos que apareciera kagami. Vio a sus alrededores y nada, maldijo una y otra vez a su pareja por su decisión, más a el mismo por haberlo permitido salir, aun sabiendo de la existencia de Shiro.


—Váyanse iré por los chicos y por kagami — dijo antes de volver a transformase  y volver hacia el lugar que Himuro le había indicado.


 


~*~


 


Se había alejado lo suficiente. Estaba rodeado y  los había presentido, sabía que estaban ahí ocultando su presencia. Para alguien como el que había crecido bajo las clases de kuroko no había sido difícil detectarlos y es que nadie mejor que kuroko. Se detuvo. Gruñendo al frente mirando esos ojos marrones que odiaba y que parecían brillar en la oscuridad del bosque.


—No dejas de sorprenderme kagami.


Shiro salió de las sombras con Yura a su lado quien sonreía con la victoria impregnada en el rostro.


—¿Qué quieres? ¿Porque haces esto?


—No es obvio, si quieres culpar a alguien habla con tu padre — kagami retrocedió un paso dándose cuenta de que después de todo si era venganza —además imagínalo, hijo de un alfa poderoso y pareja de nada más ni nada menos que  de Aomine, hay personas que pagarían mucho por ti. Aunque aún lo estoy pensando pues también te quiero para mí.


Kagami miro a los alrededores y más lobos se estaban dejando ver. Kasamatsu estaba asustado sus manos se aferraron al pelaje rojo. El miedo estaba superando a lo que ocurrían en su propio interior que pedía a gritos ser liberado.


—Pero basta de charla, seguiremos en otra parte, sígueme —dijo dándose vuelta.


—No iré contigo —el peli plateado sonrió mientras volvía a mirar al lobo rojo.


—Lo imagine ¿pero no ves que no tienes opción?


—Cualquiera será mejor que ir contigo — dijo antes de intentar atacarlo. Se lo impidieron. Un lobo lo tacleo por su costado, kasamatsu salto lejos rodando por el pasto, otro lobo se puso en frente impidiéndose que se moviera.


Kagami iba a tacar nuevamente pero se detuvo.


—ya basta — grito shiro, suspirando con poca paciencia, yura sacó un arma y le apunto  —no tenemos tiempo para esto, ¡cambia ahora! — kagami no lo hizo y gruño desafiante. Yura cambio la dirección y ahora apuntaba al humano. —a ti una bala no te hará ni cosquillas, ¿pero qué opinas varias de estas en él.


Kagami se puso rígido, mirando a su amigo. Kasamatsu sintió el error que había cometido por su obstinación.


—¡Ni se  te ocurra taiga! — le grito desesperado. No, si lo hacia los dos estarían perdidos.  —¡Taiga! — volvió a gritar al ver que kagami agachaba las orejas.  


Cambio… renuentemente pero lo hiso, Shiro se acercó a él y le puso un collar grueso de metal, que se cerró haciendo un sonido que logro asustar a kagami, inmediatamente se llevó su manos al artefacto notando que no había nada, era totalmente liso, apenas y podía meter un dedo entre el cuello y el collar para tirar de él.


—¡Que… —  alcanzo a decir antes de sentir un fuerte golpe en su estómago, luego de algo caliente rompiendo su piel y  un grito ahogado de kasamatsu a lo lejos.


 


~*~


 


Las horas avanzaban solo provocando desesperación e impotencia, Aomine estaba segado afirmado en una esquina enfrente de todos.  Había recorrido fuera de si todo lo que había estado a su alcance, llego hasta un punto en que no  razonaba y no supo hacia donde ir o que hacer, lo único que había en su mente era su pequeño cachorro. Kagami… Kagami, kagami, kagami.


El ambiente era deprimente, Kise daba vueltas desesperado. Todo había sucedido tan rápido. La rabia y la impotencia le ganaban y lo único que pedía era que su humano estuviera bien.


Lejos de ahí estaba Akashi con el corazón comprimido a ver su pequeño inconsciente con la frente vendada, estaba  estable, pero no podía evitar sentir impotencia, apretaba su mano y luego la soltaba. Su corazón se había detenido cuando lo había visto en brazos de midorima y en silencio había llorado mientras lo revisaban.


Los centinelas estaban bien también, nada que no sanara en unos días, el único que aun permanecía grave era Mayuzumi, y las cosas solo habían empeorado cuando Harasawa se vio en la necesidad de delatar el estado en el que estaba, por primera vez vieron a Nijimura llorar, sin embargo nadie le dijo nada, solo algunas palabras de aliento animándolo, mayu era fuerte así también su hijo.


Todos se pusieron atentos cuando kagetora salió de la habitación con midorima detrás.


—Takao está bien, solo de desplomo debido al  shock que sufrió —varios respiraron más tranquilos — ninguno sabe por lo que realmente paso mientras estaba con Shiro, pero para ponerlo así  — recordando como los otros le había descrito su actitud al ver aquel hombre moreno — debe ser algo que no quiero imaginar.


—Shintaro — lo llamo Aomine con seriedad, —sabes que ninguno aquí quiere traerle malos recuerdos pero…


—Lo sé. Hablare con él en cuanto despierte


Midorima lo sabía, Takao podía ser clave para saber el paradero de kagami y kasamatsu.


 Aomine agradecio y luego miro a la chica. Ella tampoco se veia contenta con toda la situación.


Continuara…  

Notas finales:

 ¿Qué tal?  

Sé que quizás quieren lincharme, pero esperen a que termine el fics jeje.

Lindas muchas gracias por llegar hasta aquí, por leerme, esperarme y comentar.

Que tengan un buen inicio de semana.

Pd1: Disculpen los errores.

PD2: Próximo capítulo “Halcones blancos”


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