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Mi persona favorita por estheyaoista

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La fiesta luego de la boda y la coronación había sido espectacular, en el pastel de boda se encontraban dos muñequitos dibujados, los cuales se parecían mucho a Yuuri y Wolfram, Greta lo había hecho con ayuda de las sirvientas.

Los invitados se encontraban a gusto, los habitantes de Shin Makoku disfrutaban del hecho de poder ver personalmente todo el castillo y no solo el salón donde iban a dar sus problemas al rey. Se podía ver entre la multitud que gozaba y bailaba al ritmo de la música a muchos aliados de Shin Makoku. Yuuri y Wolfram habían saludado a todos y cada uno de los invitados con la misma cordialidad para reyes, princesas y pueblerinos.

Cansados por todo el alboroto, Yuuri y Wolfram tomaron asiento en una de las hermosas mesas decoradas con blanco, dorado y toques de negro. Cecile al ver la oportunidad de hablar con su hijo y su yerno, se acercó sonriendo mientras  balanceaba su mano de extremo a extremo. Al llegar, recibió la cansada mirada de la pareja de recién casados, bueno ¿Qué esperaba? La boda había sido todo lo contrario a lo que ellos imaginaban.

-Espero que esté feliz con mi regalo de boda, Majestad.

-Chery-sama, ya decía yo que usted debía de haber metido manos en el asunto—Miró a la ex reina con un deje de cansancio y luego sonrió, tampoco era como si le hubiera disgustado casarse con Wolfram y darse cuenta de que sin él no valía nada—Pero lo que me sorprende es lo bien preparado que ha hecho todo esto ¿Cómo hizo para que todo salga bien? ¿Y si yo no hubiera aceptado casarme con Wolfram? ¿Qué hubiera sucedido?

-Es verdad, Madre, no puedo dejar de pensar que te la has jugado a ciegas—Respondió Wolfram mientras tomaba la mano de su reluciente esposo y la acariciaba con delicadeza.

-Bueno, es verdad que me la he jugado a ciegas, pero sabía que no se podía negar, después de todo, usted lloró cuando terminó su compromiso ¿No es así?

-¿L-llore?

-¿Lloraste?

-Sí, Majestad, yo vi cuando terminó su compromiso, aunque en ese momento no sabía que había sucedido.

-¿Usted vio?

Yuuri recordó lo que había pasado ese día, si había llorado, pero era por las rudas palabras que le había dicho su en ese entonces su prometido, habían sido palabras que le habían llegado al corazón, a lo más fondo de su espíritu. Sonrió, gracias a esa lágrima traicionera que había dejado caer entre las flores ahora se encontraba casado con el amor de su vida.

-“Wolfram, te quiero, pero mi forma de querer no puede ir más allá que la de unos buenos amigos. Quiero lo mejor para ti, y lo mejor es que tengas un amor correspondido, un amor que te sepa dar lo mismo o incluso mucho más de lo que tú le des. Es por eso que pienso en que la disolución de nuestro compromiso es lo que debemos de hacer”

Aun recordaba sus palabras y el gesto depresivo que Wolfram puso en su rostro, le dolió en ese entonces porque pudo escuchar algo quebrarse en el interior del alma de Wolfram.

-“Yuuri, si es así como piensas, pues, no puedo hacer ya nada, es mejor así, si crees que mi felicidad no está al lado tuyo, pues bien. Gracias por preocuparte por mí, por considerarme tu amigo, te lo agradezco de sobremanera, el compromiso queda legalmente disuelto, se feliz Yuuri, yo buscare igualmente mi felicidad”

La sonrisa que en ese entonces dibujo Wolfram, ahora sabía que no era verdadera, ya que pudo ver la verdadera sonrisa de felicidad en aquel altar, donde había conseguido su felicidad.

-¿Yuuri? ¿Por qué lloras?

-¿Eh?—Sin darse cuenta, de sus ojos unas cuantas lágrimas se resbalaban hasta sus mejillas pasando por su barbilla deliberadamente. Sonrió negando con la cabeza y se secó las lágrimas—No es nada, solo recordaba ese momento.

Cecile miró complacida a ambos chicos, su misión había concluido, y vaya que le había costado horrores completarla. Sintió la mirada curiosa de su hijo puesta sobre ella y lo miró.

-¿Cómo hiciste todo esto, Madre?

-Pues…

Cecile caminaba en dirección a la habitación de Wolfram, debía de hablar con él para intentar que le dijera que era lo que había sucedido, hace una semana que Yuuri se había marchado al otro mundo para visitar a su familia, no había tenido el momento para preguntarle a Yuuri, que sabía si le diría lo que sucedía. Se acercó a la puerta con paso tranquilo y al escuchar la leve risa de su hijo, entreabrió la puerta y lo pudo ver, acostado mirando el techo mientras sonreía.

-He roto el compromiso con Yuuri, por mi propia boca, entonces no “quebranta mi orgullo” Ja, como quisiera que supiera que no era mi orgullo el que peligraba, sino mi corazón y sentimientos. Yuuri, gracias por buscar siempre lo mejor para mí, pero no sabes que tú eres lo único “mejor” que puedo tener en esta vida.

Vio a su hijo dar un suspiro y se tapaba los ojos con el antebrazo, parecía deprimido, con que eso era lo que había sucedido, el compromiso con Yuuri había terminado, sintió la tristeza pura de su hijo en su corazón, después de todo eran madre e hijo, así que los sentimientos podían ser transmitidos aunque no se quisiera. Tomo una decisión, iba a hacer que esos dos se retracten de su comportamiento, la lagrima que había dejado escapar el rey de los demonios en medio de su rosal no había sido por simple capricho, sabía que también le dolía haber roto su compromiso, de alguna forma. Empuño sus manos y abrió la puerta estrepitosamente, haciendo que su hijo se asustara de sobremanera.

-Madre—Susurró de forma cansada el rubio mientras cerraba sus ojos y pasaba una mano por su frente, mostrándole que si lo había asustado— ¿Qué se te ofrece, madre?

-Wolfram, es hora de aclarar la situación. Me he enterado que tu compromiso con el rey Yuuri se ha terminado.

-¿P-pero como supiste eso? Solo él y yo lo sabíamos ¿Él te lo dijo?

Cecile caminó firmemente por una línea imaginaria en el piso, tan recta y tan decidida, se sentó al lado de su hijo y le tomó ambas manos, obligándolo a que la mirase a los ojos, esos ojos que brillaban de ira por lo que había sucedido.

-Wolfram von Bielefeld, un chico tan apuesto, orgulloso y leal, mereces algo más que una simple relación unilateral, quiero que seas feliz. Es por eso, que apenas me he enterado de tu ruptura de compromiso, me tomé la molestia de contactar a cierta persona para proponerle algo.

-¿C-cierta persona? ¿Qué le propusiste?—Aún no había hablado con esa persona, pero sabía que gustoso le iba a ayudar, después de todo, fueron amigos en la infancia.

-Le propuse que se casara contigo.

-¡Eh!

-Mañana mismo viene a pedir tu mano de la forma correcta, es un chico apuesto, sé que tiene buenos sentimientos y todo eso, es el hijo de un buen amigo mío, heredero de tierras nobles, Marco von Wincott.

-¡¿Marco?!

-Así es.

-P-pero madre, Marco es mi amigo de la infancia ¿Cómo iría a casarse conmigo? ¿Está de acuerdo con eso?

-Pues sí, lo ha tomado bien, dice que siempre te ha querido mucho. Wolfram, cariño, es hora de dejar de lado el miedo y conseguir tu propia felicidad.

Se levantó mirando a su hijo con dulzura, su plan había empezado, debía de mover peones rápidamente para que ese juego de ajedrez no lo pierda por ningún motivo.

-Mañana en la tarde nos acompañará para hablar sobre el asunto de su compromiso.

-D-de acuerdo.

Salió de su habitación y sonrió tras cerrar la puerta, ahora debería de contactar a Marco von Wincott para que la ayude en su loco plan.

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-Y es por eso que quisiera que me ayudes con esto.

Asentaba la taza de té encima de una linda mesa blanca que se encontraba en un balcón del gran castillo, había mandado a llamar al noble Wincott para poder discutir el asunto, la proposición de matrimonio iba a ser en la tarde, así que había mandado a llamarlo en la mañana para tener tiempo.

Lo vio dudar, un poco inseguro, después de todo él ya estaba comprometido con alguien, pero ese alguien le había dicho que simplemente no se preocupara, que si era por el beneficio del castillo ella estaría orgullosa de ayudar. Pero sus dudas eran otras.

-¿Y si su Majestad termina aceptando con una sonrisa que me case con Wolfram?

-Pues…no creo que eso pase, por eso te digo que debes dejarte ver ante su Majestad como una persona interesada carnalmente en mi hijo.

-C-Cecile-san, no creo poder hacerlo.

-Vamos, Marco, necesito tu ayuda en este momento, no creo que mi plan tenga algún problema. Ellos se casarán, de eso no dudes.

Dio un suspiro y volvió a repasar en voz alta el plan de Cecile.

-Entonces: Wolfram y su Majestad han roto el compromiso, entonces usted le ha dicho a Wolfram que yo me casaría con él, su Majestad ahora se encuentra fuera del castillo y vendrá dentro de un periodo extenso, en ese tiempo tengo que actuar un poco cariñoso con Wolfram para que no se sienta incomodo con esto, cuando el vuelva la boda se realizará, es decir dos días después, porque debe de examinar primero nuestro comportamiento, en la examinación yo deberé actuar como un patán que quiere solo el cuerpo de su hijo ¿No es así?—La mujer asintió—Entonces su Majestad verá lo malo que soy y en el momento de la boda interrumpirá y el ocupará mi puesto.

-Sí, así es.

-Bueno, acepto, solo espero que todo salga bien o sino mi prometida me comerá vivo.

-No te preocupes, Marco, todo va a ir viento en popa.

Pues así, Cecile se había encargado de decirles a todos que Wolfram y Yuuri se iban a casar pero que iba a ser una sorpresa, aunque algunos se habían negado desde el principio, terminaron aceptando al ver que podía funcionar. Soldados, empleados y la corte real habían ayudado en su plan, prepararon discretamente el traje de boda de Yuuri y mandaron a hacer la torta con sus muñequitos. Para cuando Yuuri llegó todos se encontraban serios, no debían de hacerle notar que la boda no era todo lo que pensaba.

Cecile vio buenos frutos, después de toda la boda había salido mejor de lo que esperaba, aunque Wolfram no hubiera leído los votos que con tanto cariño le había escrito, se sentía feliz de la felicidad de su hijo y el rey.

-Nunca imaginé que mi plan iba a salir muy bien estructurado.

-¿Cómo? ¿Acaso no esperabas que Yuuri se arrepintiera a último momento?

-Pues, de hecho no, pensé que de verdad te ibas a tener que casar con Marco, cuando su Majestad aceptó su boda, sentí que mi plan había fallado, pero gracias a Shinou cambió de parecer.

-¿Y qué te hizo cambiar de parecer, Yuuri?—Miró Wolfram a su esposo que estaba un poco en shock por lo dicho anteriormente por la ex reina.

-Ah, bueno, iba a buscarte para desearte suerte cuando te escuché hablando con Chery-sama y decías no amarlo, entonces supe que no te habías comprometido por amor, sino por obligación.

-Cielos, nunca pensé que iba a poder fallar mi plan, pero bueno, tuvimos excelentes resultados y todos estaban felices de ver la sorpresa en su rostro.

-Ha sido un poco peligroso.

-Arriesgado.

Ambos sonrieron al verse, aunque había sido un poco peligroso y arriesgado, estaban felices de poderse amar sin miramientos de por medio. Eran felices y mantendrían esa felicidad innata.

-Pero gracias, Chery-sama.

-Muchas gracias, Madre.

Cecile sonrió, se sentía como el ángel del amor, se levantó de la mesa y con una sonrisa se despidió, sí que había sido una agradable conversación. Wolfram recostó su cabeza encima del hombro de su esposo y cerró los ojos, dejándose embriagar por el aroma de su piel. Yuuri acarició sus rubios cabellos y depositó un suave beso en su frente, agradecía a Shinou por no permitir que se perdiera esa felicidad junto a su rubio.

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La multitud se abrió paso y por el centro, ambos reyes corrieron sonrientes directo a la  hermosa carroza color blanco que los esperaba para llevarlos a su luna de miel, la que sería en la casa de playa de los Bielefeld. La fiesta había concluido para ellos, ahora se disponían a buscar su felicidad. Se miraron, ya sentados en esa hermosa carroza halada por su fiel caballo Ao y el caballo de Wolfram.

Se tomaron de las manos y Yuuri levantó a Wolfram, quien confundido solo se dejó guiar, pronto lo sentó en su regazo y aunque notó las sonrojadas mejillas de Wolfram, este no le tomó importancia. Le acarició la mejilla y besó dulcemente la punta de su nariz.

-Te amo, y estoy feliz de poderlo decir tan abiertamente como mi corazón siempre quiso.

-Yuuri.

Los caballos se movían, siendo guiados por el conductor, Wolfram se recostó cómodamente en el regazo de Yuuri y cerró los ojos, para llegar a tierras Bielefeld faltaba mucho, así que se daría el lujo de descansar un poco, se aferró al abrazo de Yuuri y sonrió, este lo imitó, cerrando también sus ojos y dejando que su mano se pose encima de su vientre.

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Besó sus labios con deseo, mientras deslizaba su mano por su espalda, la otra acariciaba delicadamente sus cabellos, sentía el deseo recorrer todo su cuerpo. Su amante no se quedaba atrás, metió una mano por debajo del saco y lo empezó a deslizar por sus hombros, impidiendo que continúe con su acto de caricias. Acercó su mano a la corbata de moño y la deshizo rápidamente, ahora se encontraban solo con la camisa blanca y sin la corbata de por medio, posó su mano en la nuca del rubio y apretó más sus labios. Poco a poco fueron cayendo en la fresca cama olor a primavera, Yuuri se posicionó encima de Wolfram a horcajadas y este solo le sonrió con el sonrojo en sus mejillas. Pasó sus labios por el cuello blanco de su esposo y dio varias lamidas en él, dejando unas cuantas marcas para que todos sepan que tenía dueño y que era muy posesivo.

Wolfram paseó sus manos por toda la espalda de Yuuri y la depositó en los botones, quitando uno a uno esos estorbosos botones que le impedían su trabajo, al momento de tener su pecho despejado, acarició dulcemente con la yema de sus dedos la sudorosa piel de Yuuri, que al contacto se estremeció.

Yuuri por el contrario se encontraba propiciando en la piel del cuello de Wolfram, dulces besos mariposa, con una mano desabotonó la camisa y la deslizó por sus hombros. Sin pudor alguno, bajó sus labios hasta el pecho bien formado de su esposo y lo empezó a besar con amor, uno a uno iba deslizando sus besos más y más abajo, hasta llegar a sus pezones. Esos rosados pezones que le pedían un poco de atención, los vio tan apetecibles y como si de un caramelo se tratase, los lamió y succionó hasta dejarlos rojizos como sus mejillas, ambos erectos pezones fueron acariciados por su mano mientras bajaba más por su abdomen, hasta encontrarse con su ombligo, el cual le dio unas cuantas lamidas que hicieron estremecer al rubio, bingo, había conseguido su punto sensible, deslizó su lengua por toda la parte del abdomen y se gratificó al sentir los espasmos del cuerpo de Wolfram, ver como se retorcía de deseo bajo su cuerpo y sus caricias. Sonrió complacido y con la mano que mantenía disponible, se dedicó a desabotonar el pantalón de su traje, mientras la otra no paraba las caricias al pezón de su esposo.

Wolfram se estremeció al sentir la mano de Yuuri en la pretina de su pantalón, alzó la cabeza y con un sonrojo notoriamente elevado, intentó detenerlo, no sabía que iba a hacer, pero el solo hecho de que se acercara como un sigiloso gato hasta esa parte le provocaba inquietud y ansiedad.

-D-detente, Yuuri.

-¿Por qué? Si lo estás disfrutando.

-E-es que me da vergüenza.

Yuuri se levantó y acercó sus juguetones labios hasta los de Wolfram, dándole un delicado beso mariposa  mientras formaba una sonrisa.

-Amor, que no te de pena, quiero ver todo de ti, todo.

El sonrojo en Wolfram se había intensificado, sintió como Yuuri deslizaba sus pantalones hasta quitarlos y dejarlo simplemente con aquella prenda negra de amarrado en los lados, pasó sus brazos por encima de su rostro, no quería que lo viera así.

-Déjame verte, amor, por favor.

-Me da vergüenza.

-Que no te de pena.

Wolfram miró sutilmente a Yuuri y este le dedicó una dulce sonrisa, entonces se dio cuenta de su condición, él ya se encontraba totalmente desnudo ¿Pero y Yuuri? No era justo a su punto de vista. Con delicadeza, le quitó la camisa desabotonada y dio unos besos en su pectoral, la piel de su pecho era mucho más blanca que la de su rostro o manos, quizás porque pasaba mucho tiempo en el sol. Pasó su lengua por en medio de su abdomen y un gemido proveniente de los labios de su amado le hizo sonreír, después de todo tenían el mismo punto sensible. Sintió como su erección iba en aumento, se dejó de juegos y desabotonó el pantalón de Yuuri, bajándolo hasta quitarlo de su vista, ahora se encontraban en igual condiciones.

Yuuri sonrió a su niño travieso, no se había quedado quieto hasta conseguir lo que quería, lo recostó de forma cómoda en la cama y empezó un nuevo round de caricias y besos, estremecimientos y espasmos musculares. Acarició la parte interna de sus muslos mientras deslizaba su mano hasta su entrepierna que se encontraba totalmente despierta. Wolfram se sonrojo ante la mirada de deseo que le envió su esposo, si podía hacerlo sonrojar más juraría que se iba a morir desangrado.

Sintió como acariciaba por encima de la prenda su hombría, las caricias delicadas esparcidas por esa zona le hicieron erizar la piel, nunca imagino que tan exquisito podía ser el ser acariciado de esa forma. Sin darse cuenta de lo que su cuerpo hacía, acercó más su cadera a la mano de Yuuri para que el contacto sea un poco más intenso, Yuuri sonrió, el cuerpo de Wolfram ya lo deseaba como él quería, sabía que desde ese momento, ambos cuerpos se iban a llamar intensamente para estar así de juntos.

Wolfram se sonrojó al darse cuenta de la acción que había hecho, sintió vergüenza, pero la nueva caricia intensificada de la mano de Yuuri lo hizo olvidarse de todo, sintió como un dedo era metido por debajo de la tela y acariciaba con delicadeza su vello púbico, ahora si estaba más que sonrojado y excitado. El dedo se convirtió en la mano completa y poco a poco fue quedando en el olvido aquella prenda. Yuuri la deslizó hasta las pantorrillas de Wolfram y la dejó descansar por un momento en esa zona, quería primero apreciar el delicado cuerpo que le iba a ser entregado esa noche, tan dulce, tan exquisito, bajo el brillo de la luz de la luna, bañado en su color plata, el fino y blanco cuerpo de su esposo que mostraba unas cuantas marcas rojizas, sonrió al saber que todo él le pertenecía y a nadie más, agradecía que nadie pudiera verlo de esa forma más que él mismo. Se acercó a los labios de Wolfram y los beso para luego bajar con un recorrido de sus labios por una línea de su abdomen hasta su miembro.

Wolfram se sobresaltó al sentir la respiración de Yuuri en su parte intima, no esperaba que fuera a hacer eso y de un momento a otro, sintió como su miembro era engullido por toda la boca de Yuuri, sintió desfallecerse en esa cama, las caricias que le daba con su lengua le hacían tocar el cielo, apretó las manos en las sabanas y sus labios dejaron escapar un sonido de excitación, sus ojos botana lágrimas de deseo y en su cabeza solo podía rondar la palabra “más” por todos lados, haciendo eco.

Yuuri con destreza deslizaba su lengua por todo el falo de Wolfram, tenía un sabor peculiar, algo salino pero le agradaba, el líquido pre-seminal empezaba a salir y lo único que podía hacer era dar simulacros de embestidas con su boca, mientras acariciaba con su lengua ciertas partes que sabía, hacían desfallecer al rubio. Pronto sintió una contracción en el abdomen de su esposo y sintió como se derramaba en su boca, lo tomó todo, sin dejar escapar una sola gota de su semilla, absorbiéndolo con su boca y tragándolo inmediatamente, sintió el sabor amargo del semen en su boca pero no le importó, ya se acostumbraría. Se levantó y pudo ver el rostro de sorpresa y vergüenza de Wolfram, dio una sonrisa y lo besó, dejándole probar un poco de su semilla que aún mantenía en sus labios.

-H-haces esto como si supieras todo…

-Es que por ver tu rostro así de sonrojado por la excitación, Wolf, soy capaz de convertirme en un experto.

-Pervertido—Pronto sintió miedo de un fantasma que se había pasado por su cabeza—T-tu… ¿No lo habías hecho más antes, verdad?

Yuuri rio levemente ante la pregunta de Wolfram, bueno, después de todo no podía culparlo, lo había hecho casi perfecto, como si tuviera experiencia.

-No, eres el primero y el único.

-Te amo.

-También te amo.

Se volvieron a besar y esta vez, fue Wolfram quien tomó la posición dominante, debía de devolverle el favor de alguna forma, y que mejor que pagárselo con la misma moneda. Dio leves besos por todo su cuerpo mientras se quitaba la prenda íntima de su pierna y se acercó a su hombría, quitándole la pequeña prenda negra y engullendo su sexo sin pudor alguno, haciendo que Yuuri se sorprenda y se medió siente.

 

-Wolf…ah…

-Tranquilo. Es mi turno de pagarte.

Siguió con su labor, lamer completamente todo el sexo de su esposo, Yuuri sintió una gran excitación y tomó de las mejillas a su esposo para sonreírle amablemente, le acercó a su rostro tres de sus dedos y los semi-introdujo en su boca. Wolfram no sabía qué hacer.

-Lámelos.

Entonces lo comprendió, se llevó los tres dedos a su boca y los lamió completamente, dejando rastros de saliva por todos ellos, luego de que quitara sus dedos de su boca, siguió con el acto de embestir con su boca el miembro de Yuuri. Este con un poco de dificultad, acercó uno de sus dedos a la entrada de Wolfram, introduciéndolo con cuidado, sintiendo la sorpresa en Wolfram, este lo miro y simplemente le sonrió.

Movió su dedo, intentando dilatar la entrada con mayor facilidad, al ver que podía introducir un segundo dedo, lo hizo, ahora hacia movimiento de tijera dentro suyo, Wolfram se estremecía y hacia las embestidas con su boca cada vez más rápido. Yuuri introdujo el tercer dedo y fue entonces cuando supo que ya estaba listo, Wolfram tenía a Yuuri en su punto máximo de excitación, por lo que el rey de los demonios lo regresó a su posición inicial y dándole un beso, separó sus piernas para colocarse en medio de ellas. Wolfram tembló por un momento, sabía lo que iba  a acontecer luego de eso y se preparó mentalmente. Enrollo las piernas en la cintura de Yuuri y este se colocó perfectamente en la entrada de Wolfram.

-¿Estás listo?—Wolfram asintió con un poco de inquietud—Avísame si te duele mucho.

-S-solo hazlo.

Yuuri introdujo con cuidado en la entrada de Wolfram su miembro, este sintió un hormigueo en su vientre al tenerlo en la entrada, poco a poco sintió como iba entrando más en su cuerpo, el dolor se empezó a hacer presente, un ardor que podía ser contenido y el deseo de que esté ya dentro lo embargaron. Yuuri iba despacio, lo menos que quería era hacerlo llorar de dolor. Cuando sintió que faltaba poco y que estaba lo más dentro, dio una embestida, dejando que Wolfram sienta el dolor mezclado con el placer. Un hilo fino de sangre recorrió la pierna de Wolfram, Yuuri se preocupó al escuchar un leve quejido de parte de su esposo, miró a sus ojos y este estaba llorando.

-Y-yo…Wolf…lo siento…ahora salgo.

-¡No!—Wolfram lo miró rápidamente—Q-quiero decir, estoy bien, no tienes…no tienes por qué salir.

-¿Seguro? Estas llorando.

-Es que…es que se siente…se siente tan bien.

Yuuri sonrió y lo abrazó, esperaba a que Wolfram se acostumbrara a tenerlo dentro y cuando sintió los movimientos de su cadera, supo que estaba listo. Con movimientos delicados, empezó las embestidas dentro de Wolfram, este lloraba, pero de la excitación, se aferró a sus brazos y aruño su espalda al sentir el placentero movimiento del cuerpo de Yuuri encima y dentro suyo. Las embestidas fueron más rápidas y mejor sincronizadas.

-Mm…Yuuri…n-no puedo…más.

-Wolf…te amo…te amo mucho…gracias por amarme.

-Y-yo también te agradezco. Yuuri.

Los movimientos cada vez se hacían más intenso, pues al sentirse en el culmine de la excitación, Wolfram apretaba más a Yuuri y esto le provocaba más placer al pelinegro. La cama se movía junto con sus cuerpos, el tiempo culmine había llegado, tras unas estocadas más y unos cuantos gemidos de placer, Wolfram se vino entre el abdomen de Yuuri y el suyo, mientras que Yuuri se vino en el cálido y apretado interior de Wolfram. El alivio se fue dibujado en sus rostros. Yuuri cayó rendido en la cama y Wolfram se acomodó para poder abrazarlo, sus cuerpos estaban sudorosos, las caderas de ambos dolían, más la de Wolfram, que habían recibidos las estocadas de Yuuri, pero no le importaba, al fin habían hecho oficial su amor.

Yuuri acercó el rostro de Wolfram al suyo y le dio un leve beso, se sintió completo en ese entonces, no podía pedir mejor cosa que tenerlo a su lado, sudoroso y con sus mejillas levemente sonrojadas.

-Te amo, Wolfram von Bielefeld, gracias por compartir tu vida conmigo. Prometo hacerte la persona más feliz del mundo.

Wolfram escondió su rostro en el pecho de Yuuri, sentía que podía morir en ese momento por la felicidad. Alzó con vergüenza su mirada y le besó los labios.

-También te amo, Yuuri, espero poder compartir toda mi vida junto a ti, gracias también por compartir tu vida conmigo, quiero que seamos felices, siempre.

-Así será amor, pues estoy con mi persona favorita.

-Yo también estoy, con mi persona favorita.

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Continuará.


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