Alec no podía recordar estar más nervioso que esa tarde; había pasado 15 minutos caminando de un lado a otro en la biblioteca, tratando de distraer la mente de los pensamientos fatalistas, pero todo lo que intentaba parecía no funcionar.
Iba a desmayarse en cuanto llegara Jace, estaba seguro.
Y la llegada no tardó mucho en ocurrir, al minuto 16 con 20 segundos, la puerta del recinto se abrió y el cazador de cabellos negros no necesitó voltear para saber que era Jace; conocía sus pasos, su forma de caminar, el ruido que hacía al respirar cuando estaba agitado... Conocía al rubio como la palma de su mano.
¿Y cómo no hacerlo si era su Parabatai? La persona a la que más estaba unida en el mundo, a la que le había entregado un pedazo de su corazón, y no solo por el compromiso de ser su Parabatai, sino porque le amaba.
El moreno soltó un suspiro girando para encararlo, deseando volver el tiempo atrás con todas sus fuerzas, mas esto no sucedió. El rubio le sonrió, radiante como siempre y Alec sintió que algo se oprimía en su pecho:
-Jace, tengo algo que decirte- susurró evitando su mirada, porque sabía que si le miraba se derrumbaría ahí mismo. El aludido pareció sonreír más (como si eso fuera posible) y asintió con la cabeza-
-¡Excelente!- exclamó ante la sorpresa de Alec, pero antes de que este pudiera continuar, el blondo añadió- porque igual tengo algo muy importante que decirte- guiñó un ojo-
De haber estado en otra situación, Alexander se le hubiera lanzado, rodeando su cuello para besar sus labios con urgencia, sin embargo, contuvo la calma y tomó aire sintiendo su corazón martillear insistente.
Porque ¿Cómo le dices a tu Parabatai que esperas un hijo suyo?
Alec se acercó un paso a Jace tambaleante, por lo que Jace arqueó una ceja extrañado; sabía que Alec nunca había sido un cazador de sombras sanguinario ni cruel, o al menos, no uno tan guerrero como lo era el mismo Jace, pero de eso a verlo temblando frente a él había una gran diferencia.
Cerró el espacio entre ambos por Alec, y este en respuesta entrelazó ambas manos jugando con sus dedos, nervioso:
-¿Vas a decirme ya?- preguntó impaciente el blondo, soltando un suspiro de molestia al no recibir respuesta- porque si no lo haces yo te daré mi noticia- exclamó con cierto tono de orgullo-
La cabeza de cabellos negros negó con fuerza; Alec, por primera vez levantó su vista a los ojos dorados de Jace conteniendo el aire; la hora había llegado:
-Jace…- empezó en un susurro luchando por mantenerle la mirada al cazador rubio, que parecía que se lo comería con los ojos de la ansiedad- Vamos a tener un pequeño cazador- susurró casi inaudiblemente, posando sus manos entrelazadas sobre su vientre, casi por instinto; pudo percibir como la expresión del rubio cambio súbitamente: de la ansiedad, a la desesperación, al miedo, y ahora bailaba entre la incredulidad y el repudio-
-¿Qué?- exclamó en un tono muy alto- Alexander, tienes que estar bromeando ¿Cierto?- preguntó esbozando una media sonrisa y como el aludido no respondió, Jace lo sujetó por los hombros agitándolo con más fuerza de la necesaria- ¿¡Cierto!?- vociferó desesperado buscando algún indicio en el rostro de Alec-
-No, no estoy bromeando- respondió suavemente mirándole con unos ojos azules llenos de tristeza- Nunca jugaría con algo así- replicó con firmeza y desenlazó sus manos para ponerlas sobre los fuertes brazos que lo sostenían- Jace, sé que es extraño y que no te lo esperabas, ni yo tampoco, puedes estar seguro de ello, pero fue un accidente…- le dijo mirándole fijo tratando de encontrar algo más que rechazo en esos ojos dorados-
-¿¡Accidente?!- gritó deshaciéndose del contacto de Alec como si le quemara- ¡Claro que sí! Fue un accidente desde el momento en que decidí acostarme contigo- escupió las palabras paseando desesperado unos metros delante de Alec, el cual creía estar soñando-
No era posible que el hombre que tenía en frente era el mismo que días antes le había hecho tantas promesas de amor con palabras dulces, el mismo al que se había entregado y en el que confiaba tanto. Y ahora se estaba comportando como un idiota, y mas que eso, como un monstruo:
-Si me dejaras explicarte… por favor- susurró débilmente sintiendo como sus ojos se llenaban de agua involuntariamente-
-¡De acuerdo!- exclamó el blondo parándose en seco donde estaba y miró a Alec desde ahí- tienes 10 minutos antes de que salga por esa maldita puerta- le habló calmado, pero igual las palabras hirieron al pelinegro como si le hubiera clavado algo por la espalda-
Y así, Alec empezó a relatarle con calma, aguantando el impulso de tirarse al pido y llorar como un niño al que le han quitado su juguete favorito.
*Flashback*
Los hermanos Lightwood estaban en la biblioteca, tampoco era que tuvieran muchas cosas que hacer ahora que las cosas estaban relativamente bien. Así que tanto Isabelle como Alexander estaban en unos muebles cómodamente leyendo y tranquilos hasta que alguien entró corriendo al lugar; Perezosamente Alec levantó la mirada, no le entusiasmaba mucho interrumpir su lectura y menos por la persona que estaba frente a ellos, Clarissa Fray:
-Si no es mucha molestia, ¿Podrías ser más cuidadosa? Estás en una biblioteca, ¿Sabes?- le dijo él rodando los ojos y se obligó a mirarla a pesar de su pesar, porque inevitablemente le recordaba a Jace-
-Alec…- le reprendió Izzy y a continuación le sonrió a la peliroja- ¿Por qué la prisa?- añadió al ver su respiración acelerada , como si acabara de correr un maratón-
-A mi también me da gusto verlos…- respondió Clary con un gesto y se sentó en el sillón frente a ellos- Estaba durmiendo y una runa apareció en mi mente- se explicó algo exaltada-
Alec se obligó a sentarse bien en el mueble y enarcó una ceja en su dirección:
-¿A si? ¿Y qué hace? ¿Desaparecer a la gente indeseable?- cuestionó inclinándose a ella – porque en ese caso sería muy útil- le dijo sarcásticamente y Clary se hizo para atrás ligeramente molesta. Izzy le dio un codazo en las costillas a su hermano con discreción-
-No- respondió la pelirroja secamente y tomó un papel que descansaba sobre la mesa de centro: con una pluma trazó la runa revelada en sueños con agilidad y se la tendió a ambos-
-¡Vaya!-exclamó Izzy tomándola entre sus manos- No es una que conozca ¿Y tú?- preguntó a su hermano quien tan solo negó con la cabeza- si tan solo supiéramos para qué sirve…- Clary ladeó la cabeza al escucharla-
-Creo que sé lo que significa- les informó con una pequeña sonrisa de suficiencia-pero dudo que alguien quiera probarla…- añadió haciendo un mohín-
-¿Tan malo es?- preguntó la chica Lightwood y la pelirroja se encogió de hombros-
-Da la posibilidad de concebir cazadores- se explicó enrojeciendo ligeramente. Los hermanos se quedaron perplejos- supongo que a Valentine le hubiese servido de mucho- añadió soltando un suspiro- pero ahora…- se encogió de hombros-
-¿Cómo sabemos que funciona?- preguntó Alec con brusquedad. Tal vez no debería dudar de la efectividad de las runas de Clary después de todo lo sucedido; pero tan solo le gustaba llevarle la contraria y hacerle enojar-
-Te lo mostraré si alguien se ofrece a llevarla- se explicó Clary con simpleza paseando su mirada de Izzy a Alec impaciente-
-De acuerdo- suspiró Isabelle y se arremangó la manga del suéter azul que llevaba- Hazla- le dijo tendiéndole su brazo, a lo que Clarissa negó-
-No en ti, estoy casi segura de que tu si puedes tener hijos- pronunció Clary regresándole el brazo y la chica cazadora resopló-
-¿Y qué esperas? ¿Qué busquemos a una infértil?- preguntó Isabelle rodando los ojos como si la simple idea la hastiara; ante su sorpresa Clary ladeó la cabeza-
-No exactamente necesitamos a una chica…- replicó la pelirroja y los miro a ambos interesada- podríamos probarla en Alec- sugirió con suavidad y ambos abrieron los ojos tanto que parecía que se les saldrían-
-¿Estás loca Clarissa?- replicó el chico escandalizado, volviendo a comérsela con la mirada-
-No, es decir, sé que suena extraño, pero – se encogió de hombros al responder- Si en realidad sirve, debe funcionar en cualquier persona- dijo convencida- Además, ¡Tu eres el que quiere saber si funciona!- exclamó enarcando una ceja y Alec tomó eso como un reto-
Ya no podía retractarse de haber puesto a prueba a Clary, y tampoco quería que la chica pensara que era un cobarde, porque Alexander Lightwood no era así, además, ¿Qué podría perder? Tal vez ni siquiera funcionaba… El cazador asintió con la cabeza una vez y se recogió la manga tendiéndole la nívea piel a la pelirroja:
-¡Bien!- exclamó él- Hazla, y que sea rápido- le habló autoritariamente y ella asintió tomando su estela para empezar a trazar con agilidad; a su lado, Isabelle parecía estar en shock y tan solo la escuchaba respirar pesadamente, igual no había forma de discutir con su hermano mayor-
-Está lista- anunció ella retirando la estela y Alec examinó la runa recién hecha en su muñeca- ¿Te sientes diferente?- preguntó recorriéndolo con la mirada. Pero ciertamente Alec no sentía nada especial, solo un poco mareado, así que negó con la cabeza- Tal vez será cosa de esperar- dijo encogiéndose de hombros-
Clary se levantó y despidiéndose con la mano salió de la biblioteca, Isabelle que acababa de reaccionar le dio un pequeño golpe en el brazo acompañado de un “Eres un idiota” y e igual salió.
Alec estando solo, se dejó caer en el sillón cerrando los ojos e inmediatamente se imaginó a si mismo con el abdomen ligeramente abultado y le fue imposible no sonreír ante la idea.
Cuando Alec terminó su relato la expresión de Jace había pasado por muchas fases, instalándose en una de total desagrado. Recorrió a Alec con la mirada, taladrándolo a tal punto de hacerlo estremecer, entonces, antes de que el moreno pudiera intervenir, dijo:
-No puedo creer que fueras tan estúpido- susurró el blondo con desagrado- si pensaste que con eso dejaría a Clary, te equivocaste- le escupió las palabras y los ojos de Alec empezaron a arder-
-Jace, por favor…- suplicó y no pido resistir más el impulso de dejar que las lágrimas descendieran, levantó la mano en señal de que el rubio le diera unos segundos para hablar-
-¡No Alexander!- gritó este alejándose del otro unos cuantos pasos más hacia atrás- ni siquiera puedo estar seguro de que sea mío- replicó ganándose una mirada atónita del moreno. Jace se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida- en cualquier caso no importa- dijo él en el umbral y se volteó hacia Alec antes de cruzar la puerta- ¡Ah! Y mi noticia es que me hice la runa del amor con Clary- anunció con una mirada helada- nos iremos a Idris lo antes posible- concluyó sin mostrar emoción alguna-
Antes de que Alec pudiera replicar, Jace azotó la puerta a sus espaldas, dentro, un Alexander caía de rodillas a la alfombra, con el mayor dolor que pudo haber experimentado en la vida.