Te amo.
Donde la luz se estremece en alta mar
A través de las mareas de los océanos
Estamos brillando en el sol naciente
A medida que flotamos en el azul
Estoy dulcemente observándote
Todo lo que siento por ti
Y tú solo te preocupas por ti
¿Hay alguna oportunidad de que puedas verme también?
Porque te amo
¿Hay algo que pudiera hacer
Solo para conseguir un poco de tu atención?
En las olas he perdido todo rastro de ti
Oh ¿Dónde estás? -WOODKID
Azul y Rosa
Estas eran dos pequeñas niñas totalmente diferentes que se hicieron algo más que amigas.
Rosa y Azul eran sus nombres, tenían nueve años e iban a la misma escuela.
Rosa era la encarnación de la feminidad siempre llevando un vestidito color rosa que hacia juego con su diadema de moño y sus zapatos de charol, era muy sociable y parlanchina disfrutando de la vida con esa sonrisita traviesa que a más de uno tenía cogido de las alas.
En cambio Azul era todo lo contrario, su vestido de color azul casi siempre tenía manchitas de barro y su cabello lo tenía recogido en un chongo, sus zapatos negros tipo Oxford iban siempre sucios, su personalidad era más bien solitaria y taciturna, no tenía amigos.
Un día en el que la profesora les mando hacer una tarea en equipo la suerte conspiro y a ellas les toco juntas. Al principio no congeniaron pues a Rosa le desesperaba la actitud pesimista de Azul, sin embargo salvaron esas diferencias u se convirtieron en buenas amigas.
Rosa y Azul iban siempre juntas sonriendo y jugando, muchos las veían raro.
Un día caluroso mientras tomaban un helado, Azul le dijo a Rosa algo que le sorprendió.
Susurro un “te quiero” y fue respondido por un “yo también” pero esa respuesta no basto para azul “quiero decir que de verdad te quiero” insistió, Rosa la miro confundida “también yo” respondió, “estoy enamorada de ti” Azul se levantó y se acercó a Rosa la muchachita de vestido rosa se quedó impresionada cuando unos labios tocaron los propios.
Después de ese primer beso le siguieron muchos más y esa amistad pronto se convirtió en amor.
El tiempo pasaba y ninguna de las dos veía nada malo en su relación, pero en cuanto los padres delas muchachas se enteraron les pusieron el grito en el cielo y las separaron, estaban tristes ¿Qué tenía de malo ser felices juntas? “una aberración” le decía siempre la mamá de Rosa a su pequeña hija “¿Qué es lo que hice mal?” se preguntaba con frecuencia la mamá de Azul.
Unos años después se volvieron a encontrar, tenían quince años, como siempre era muy clara la diferencia entre ellas y aunque ya no usaban vestido, el Azul y el Rosa siempre fue parte de ellas. Se reconocieron al instante y sin pensar en las consecuencias pues ya eran más grandes y saben que no había nada malo con ellas, se besaron fuertemente para sellar una promesa “no dejare que me vuelvan a separar de ti” le dijo Azul a Rosa “promételo” exigió la aludida “te lo prometo”.
Fin.