Aunque pocos lo puedan creer Akashi Seijuuro tenía como pasatiempo ayudar a sus más cercanos amigos cuando de amor se tratara, y no es porque estos se lo pidieran, sino por el puro placer de verlos felices; y es que para el pelirrojo no había nada tan placentero que saber que podía ayudarlos a ser felices.
Por supuesto para que el metiera mano en las cosas debían de existir ciertas condiciones: en primer lugar tenía que saber que la personas que pretendían sus amigos eran dignas de ellos (no dejaría que cualquiera viniera a querer meterse con sus amigos) así que los examinaba e investigaba como madre sobreprotectora; en segundo lugar tenía que estar seguro de que para su amigo aquella persona era realmente importante y no solo para un rato; en tercer lugar y ultimo también se aseguraba de que sus amigos tuvieran el 70% mínimo asegurado de que eran correspondidos o tenían oportunidad.
Akashi Seijuuro era absoluto en todo lo que hacía, y eso incluía por supuesto el hecho de emparejar a sus amigos. Tenía gratos recuerdos de eso y lo que más le gustaba era que cada una de las cosas que él hacía o planeaba, era de lo más insignificante, como contratar a alguien para que accidentalmente empuje a uno de los implicados e irremediablemente queden casi abrazados (como hizo en alguna ocasión con Kuroko y Kagami) o contratar fuegos artificiales en un día común y corriente para el momento tan esperado de la confesión creando la atmosfera romántica adecuada ( como hizo cuando Murasakibara se le declaro a Himuro) o planear que algún accidente como mojar a la persona pretendida para que el otro le dé su chaqueta (esto lo había aplicado con Midorima y Takao creando la atmosfera perfecta para no solo prestarle su chaqueta sino también invitarle a su casa y bueno el resto solo los implicados lo sabían pero al final ambos estaban juntos) también en alguna ocasión contrato a un par de muchachos, muy guapos por cierto, para coquetear con uno de sus amigos y provocando celos en el otro implicado para que se diera cuenta de sus sentimientos (esto lo había utilizado con Aomine y Kise, había sido todo un teatro el armado por el moreno, que celoso se volvía peor que una bestia, sin embargo la pareja ahora era más que feliz)
Y ahora se encontraba leyendo la información de un chico, no tan desconocido para él, se trataba del chico base de Seirin, Izuki Shun, lo conocía en persona y no dudaba del porque su amigo Nijimura Shuuzo se había fijado en él, ya que era un chico de vista bastante lindo; ya tenía todo su perfil completo, escuela, notas, horarios y trabajos, ya que al parecer el chico tenía dos trabajos a medio tiempo: el primero como mesero en la cafetería de una de sus tías por las tardes de lunes a viernes, en esta misma era donde se habían conocido Izuki y Nijimura, ya que el segundo era cliente frecuente del lugar y por supuesto era bien ubicado por todos los trabajadores (incluyendo a Izuki) Akashi sabía que su amigo por si solo había hecho muchos avances con el base de Seirin pero aun necesitaban un pequeño empujón, y ahí era donde entraba él y el segundo empleo de Izuki, pues al parecer también trabajaba los fines de semana ayudando en la librería de su abuelo, ya tenía todo planeado, así que llamo a su amigo para encontrarse con él en la dichosa librería con la excusa de que le habían dicho que ahí se encontraba una colección que quería comprar y pues no quería ir solo, por supuesto su amigo no se había negado así que solo quedaba esperar hasta el otro día y ejecutar su plan que ya desde ese día había puesto en marcha.
Al siguiente día como era de esperarse de él llegó puntual a la librería y no tuvo que esperar demasiado a su acompañante
“buenos días Seijuuro” le saludo cordial
“buenos días Shuuzo, gracias por acompañarme”
“no hay de que, tenía el día libre de todas formas y puede que también encuentre algo interesante”
“ya verás que si” dijo por ultimo para entrar con una pequeña sonrisa al establecimiento
Ya adentro no tardo en visualizar a su objetivo y para su mayor suerte estaba justo donde lo quería en la zona de novelas, y para su mayor satisfacción de espaldas de tal manera que su acompañante no lo reconocería en seguida, y parado sobre una escalerilla, un nuevo plan se formuló en su cabeza y sin dudar dijo
“ayúdame a buscar tu ve por ese pasillo y yo por el otro así terminaremos más rápido, la saga se llama los siete tronos, si la encuentra me avisas”
Su amigo no le contesto y se dirigió a la zona señalada para buscar, en cuanto estuvo ahí, vio que había alguien acomodando libros en las repisas de arriba, pero no le tomo mucha importancia, aunque claro no contaba con que su querido amigo Seijuuro, desde el pasillo de a lado empujaría algunos libros haciendo que el otro perdiera el equilibrio e inevitablemente callera, bueno que sus reflejos era muchos y muy buenos, así que logro cacharlo antes de que callera quedando como si literalmente estuviese cargando a una princesa, en cuanto noto que se trataba de Izuki, aquel chico que lo había enamorado día a día cada que iba a la cafetería para por supuesto charlar con él, se sonrojo al igual que el menor y luego comenzaron una charla, con muchos gracias por parte de Izuki, varios sonrojos y uno que otro coqueteo.
Akashi sonrió victorioso, susurrando un casi imperceptible “misión cumplida” que no fue tan imperceptible pues alguien más lo había escuchado.
“Así que era eso lo que planeaba” dijo una voz a su espalda sorprendiéndolo un poco y girando para encontrarse con un castaño que se le hacía bastante familiar
“no es bueno espiar a la gente, conoce tu lugar”
“eso debería aplicarlo usted no yo” replico el castaño que aunque pareciera firme en su voz, podía notar como temblaba por completo
Se irguió por completo y mirándolo de manera amenazante añadió
“¿Me estás dando órdenes?”
El pequeño castaño se puso a temblar por completo
“n-no po-por supuesto que n-no”
Y fue entonces que lo reconoció, aquel muchacho era jugador de Seirin, de hecho lo recordaba porque había sido ese mismo muchacho el que lo había intentado cubrir durante la Winter cup, sino mal recuerda su nombre era Furihata Kouki.
Sin embargo para Furi no fue necesario recordarlo, lo había reconocido en cuanto entro a la librería, por eso cuando vio lo que planeaba hacer le entro un pánico terrible, pero al comprobar su verdadero fin no pudo más que sonreír, aquel chico, el gran-oh-Akashi-Seijuuro, emperador de Rakuzan, y más temible miembro de la generación milagrosa, no era tan aterrador como todos creían, y se alegraba de haber visto aquella parte del pelirrojo que desde que se habían enfrentado en la Winter cup no salía de su cabeza.
“conoce tu lugar” y sin decir más empezó a caminar en busca de algún libro interesante sin embargo logro escuchar unas pequeñas palabras del castaño
“Akashi-san no es tan frio como todos piensan” Furihata lo había dicho más para sí mismo pero de todas maneras el otro lo había escuchado, sorprendido y con un poco de curiosidad volteo de nuevo hacia el chico de Seirin.
“¿crees que soy frio?”
Esa pregunta lo tomo por sorpresa pues creyó que el otro no había escuchado, pero dispuesto a no hacerlo enfadar, trago el nudo en su garganta e intento responder.
“antes si”
“explícate” exigió el pelirrojo
“e-es solo q-que ya no lo-lo creo así, eres más cálido de lo que aparentas”
“¿de dónde sacaste aquella conclusión?”
Furihata respiro profundo y sacando valor de donde no lo tenía y aun sabiendo que por su atrevimiento podía ser apuñalado por un par de tijeras dijo y para sorpresa de él mismo y de Akashi sin tartamudear
“usted aparenta ser frio y duro con todos a su alrededor, pero se preocupa por sus compañeros y amigos, si no fuese así no llegaría a tales extremos para verlos felices, es más cálido de lo que todo mundo puede ver y es tan bueno ocultando esa parte de usted mismo que la mayoría de la gente se lo cree, pero viendo todo lo que hace solo puedo pensar que es más como un ángel que ayuda desde las sombras a sus seres queridos, sabe no es la primera vez que lo veo, también lo vi cuando le pago a un sujeto para empujar a Kuroko y que este se abrazara de Kagami, antes era sola una sospecha pero ahora lo confirmo”
Furi estaba sonrojado, nervioso y temeroso, pero decidió no dar marcha atrás a lo que ya había comenzado
“no es tan malo ni terrible como lo catalogan, al contrario en usted hay un alma bondadosa llena de afecto” Furi acerco una mano a la mejilla del pelirrojo y acarició levemente u mejilla en un acto temeroso pero no retrocedió “ha jugado a ser cupido pero se ha olvidado de encontrar su propio amor”
Akashi estaba algo más que sorprendido, aquel castaño había superado sus expectativas con todo lo que había dicho, de hecho no podía creer que alguien que apenas conoce lo haya leído tan bien pero a pesar de eso no dejaría que aquel chico viniera y dijera lo que se le diera la gana aunque tuviera algo de razón, por ello decidió debatirle lo último que le dijo que era lo que menos le había gustado
“no necesito buscar un amor, mi naturaleza es solitaria”
“todos necesitan amar y ser amados esa es la naturaleza humana”
Akashi lo miro detenidamente sin decir nada, causando más nerviosismo en el castaño, que si bien había estado respondiendo fluido ante el pelirrojo por dentro estaba que rezaba todo lo que se supiera del miedo
“no es tan sencillo como lo planteas”
“claro que no, si lo fuera usted no tendría que hacer todo lo que hace por sus amigos”
Akashi sonrió, aquel chico era interesante no solo por el hecho de que a pesar de estar temblando aun le contestaba cada uno de sus argumentos, sino también porque lo había desarmado, esto último por supuesto que no le agradaba él era absoluto, pero lo que menos le agradaba aquel vuelco que había sentido en su pecho como si su pulso se acelerara pero su corazón se detuviese, era la primera vez que sentía algo así, lo había sentido desde que el castaño había acariciado su mejilla y poco a poco sentía que cedía ante él, ¿era eso amor? No lo sabía ni tampoco quería averiguarlo así que mejor opto por cederle la batalla, pero no la guerra y retirarse antes de que otra reacción extraña atacara su cuerpo
“puede que tengas razón” dijo por ultimo para acariciar los castaños cabellos y retirarse con la imagen de un Furihata sonrojado marcada en su mente
Por su parte Furihata estaba más que sorprendido, nervioso; sentía un montos de cosas a la vez, aquel miedo de un principio había sido reemplazado por un cosquilleo en el estómago, un corazón descontrolado y un rubor en toda su cara, y como no si el poderoso emperador acababa de acariciarle los cabellos, Furi desde hace ya un tiempo supo que sentía cierta atracción y curiosidad por el pelirrojo, tal vez por sus grandiosas habilidades, sus innegable atractivo, o porque era un tonto que se fijaba en la perfección aun sabiendo que no podía tenerlo, no estaba seguro pero le llamaba la atención y eso solo se habría quedado hasta ahí de no ser por la nueva faceta que había visto en Akashi , lo había dejado conmovido, cautivado, y con unas ganas enormes de saber más sobre ese peligroso emperador que no era tan malo como creía.
Pasó una semana desde su encuentro con Furihata y Akashi no era capaz de sacarlo de su mente, a todas horas se había sorprendido pensando en él y ni por las noches la imagen de ese castaño lo abandonaba. Estaba harto de aquello, perdía la concentración y a cada día deseaba más verlo, por ello se había aventurado a llegar a la práctica de la tarde de viernes en el Instituto Seirin y así poder ver nuevamente a aquel chico que sin saber cómo había roto la coraza tan grande que había construido en su corazón.
Entro ya casi cuando el entrenamiento había terminado, y era poco decir que todos estaban más que sorprendidos, Kuroko fue el único que se acercó, con cierta duda, a recibir a su ex capitán y amigo.
“Es bueno verte Akashi-kun”
“lo mismo digo Tetsuya”
Akashi escaneo rápidamente el gimnasio encontrando casi enseguida a su presa, temerosa hasta el fondo del gimnasio, sin más explicaciones, fue hasta él lo cargo como si de un costal de papas se tratase y se fue dejando a todo más que sorprendidos y boquiabiertos sin poder reaccionar a tiempo a todo lo que pasaba y lo único que podían pensar era:
“AKASHI A SUCUESTRADO A FURI”
Una vez a fuera de la escuela Akashi se subió junto con su presa a un auto que enseguida arranco hacia el destino indicado por el pelirrojo
Furi estaba nervioso temblando y con ganas de llorar, dispuesto a incluso lanzarse a pies de Akashi y rogarle por misericordia, esto fue notado por su acompañante
“Tranquilo Kouki, no es como si fuera a hacerte algo…. todavía”
Aquello más que relajar al otro lo había puesto más nervioso, Akashi sonrió para sus adentros aquel tic provocado en el menor le agradaba bastante aunque no lo admitiría en voz alta.
El resto del viaje permanecieron en completo silencio, hasta llegar a su destino que era nada más y nada menos que la mansión Akashi en Tokio, Furi estaba sorprendido por lo impresionante que era aquella mansión, Akashi lo guio adentro hasta una habitación, ya ahí Furi se tensó pensando que había llegado el fin de sus días, por lo que se sorprendió de sobremanera con lo que el pelirrojo dijo a continuación
“ve a ducharte, hay un cambio de ropa en el baño, cuando salgas podemos comer algo, el entrenamiento te debió dejar con hambre”
El castaño ni siquiera intento debatir solo asintió e hizo lo mandado, estaba demasiado asustado como para contradecir al emperador.
Una vez bañado y cambiado, el emperador mando a traer comida para él y su acompañante, durante todo el rato se la pasaron sorprendentemente para ambos platicando amenamente, con alguno que otro tartamudeo por parte del castaño, sobre ellos mismos lo que hacían, lo que les gustaba o disgustaba.
Furi estaba más que encantado por conocer más del emperador, pero para su tristeza esta era un poco frio con respecto a su vida personal y familiar, así que decidió el empezar con el tema para mostrarle que el confiaba en el pelirrojo y que Akashi también podía confiar en él si así lo quería
“¿y qué tal tu familia?” comenzó a preguntar el castaño, tuteándolo como el pelirrojo había pedido al principio de la conversación, enseguida noto la incomodidad del otro pero decidió no echarse para atrás “me imagino que debe ser difícil para ti, te deben cargar muchas responsabilidades, en mi casa me pasa y eso que no somos una familia de renombre, aunque claro deben ser responsabilidades y presiones diferentes a mí me presionan para que termine de estudiar y trabaje para aportar algo a la casa, la situación es complicada desde que mi padre nos abandonó, pero aun así hemos salido adelante gracias a mi madre y hermano, de hecho mi hermano Kazuo es quien más me ha criado ya que mamá trabaja casi todo el tiempo, le agradezco mucho a ambos, por cierto hablando de ellos, ¿podrías prestarme un teléfono y avisarles que llegare tarde? No quiero preocuparlos “
Akashi estaba sorprendido no creyó que le contaría aquellos detalles tan íntimos sobre su vida, pero eso también lo hizo feliz pues quería decir que el castaño confiaba en el
“claro toma” en seguida le paso su móvil para que llamara “avisa que te quedas en casa de un amigo” esto último lo dijo como orden que por supuesto el castaño obedeció. En cuanto termino de hablar se dispuso a retomar la charla
“debió ser duro para ustedes Kouki”
“Un poco, pero gracias al cielo, mi abuela apoyo mucho a mi madre económicamente, sumado a eso el hecho de que mi hermano y yo tratamos por todos los medios de aligerar la carga, desde los 12 trabajo a medio tiempo en tiendas o negocios, de hecho la librería que visitaste el otro día es mi más reciente lugar de trabajo y ¿Cómo es su familia?” de nuevo vio como el pelirrojo se tensaba y estaba a punto de decirle que no tenía que responder cuando el otro comenzó a hablar
“es algo complicado, mi madre falleció cuando yo era muy pequeño” respiro profundo y prosiguió “ y como has dicho me han cargado muchas actividades, los mejores profesores, clases extras, todo desde los cinco años, a veces es realmente difícil pero aprendí a vivir cumpliendo las expectativas de mi padre, él no es un hombre demasiado afectuoso, pero sé que cada día trabaja duro para poder darme cada lujo del que gozo y aunque no lo demuestre con actos sé que me quiere y se preocupa por mí y que no me falte nada, muchos piensan que es un mal padre por no pasar tanto tiempo conmigo, yo pienso que el solo quiere darme todo e intenta no fallarme como padre, antes le tenía un poco de rencor pero ahora lo comprendo más, nadie le enseño como debía ser padre y menos como serlo solo, y aun con todas las actividades que me obliga a practicar sé que lo hace porque cree que es lo mejor y por supuesto no me inculca nada que a mí no me guste, así que más que responsabilidades algunas se convierten en hobbies, las otras clases son solo para mi formación como heredero de las grandes empresas Akashi” respiro profundamente de nuevo, era la primera vez que le contaba esto a alguien, y de hecho todas esas reflexiones las había hecho no hace mucho, había tenido una fuerte discusión con su padre, por toda la presión que tenía sobre sus hombros, al final pudo comprender a su padre, había sido una pelea-platica-reconciliación que había marcado el comienzo de una relación más amena con su progenitor.
Akashi decidió proseguir con su relato
“Hace no mucho lo consideraba una carga y la tensión me llevo a explotar un día con mi padre, entendí muchas cosas y ahora ya puedo disfrutar una relación más amena con él, aunque claro eso no significa que empiece a tontear en mis actividades, al contrario debo esforzarme más”
“eso no debe serte un problema, eres perfecto en todo lo que haces”
Akashi miro sorprendido a Furihata por tal comentario y este no pudo más que sonrojarse por lo que había dicho, ya que aquel comentario fue pensado en voz alta
“¿crees que soy perfecto?”
Akashi se estaba divirtiendo con cada una de las reacciones del castaño, había optado por tomar con confianza y alegría todas los sentimientos que el castaño le provocaba, se había rendido y aceptaba que aquel chihuahua le había robado el corazón.
“to-todos lo pi-piensan”
Furi estaba más que nervioso y sonrojado, maldiciendo para sus adentros aquel cosquilleo en el estómago
“y ¿qué piensas tú?”
Calor, calor, calor era todo lo que Furi sentía en su rostro y podía jurar que se veía más rojo que tomate de temporada
“que lo eres a tu manera”
Eso de nuevo sorprendió al pelirrojo, aquel castaño era demasiado interesante y era la primera persona en sorprenderlo tantas veces.
“explícate” ordeno Akashi
“nadie es perfecto Akashi, pero para mí tu estas muy cerca de la perfección”
Ohdiosohdiosohdiosohdios pero que rayos le estoy diciendo eso era todo lo que Furi podía pensar en esos momentos.
Akashi se acercó al castaño rodeándolo con un brazo por la cintura y con la mano libre tomándolo por el mentón para obligar a verlo, no hace falta mencionar que por supuesto estas acciones pusieron el corazón de Furi a latir a mil por hora.
“¿es eso una confesión Kouki?”
El más bajo no podía siquiera articular palabra por lo que solo asintió
“hace una semana mencionaste que me había olvidado de buscar mi propio amor, ¿qué pasaría si te dijera que lo encontré en ti?”
Furi sonrió triste bajando la mirada
“le preguntaría si está loco, porque cómo puede fijarse en alguien como yo cuando puede conseguir estar con alguien de su nivel, alguien mejor”
“entonces puede que este loco, pero por ti, puedo tener a cualquiera si lo deseo, pero no quiero a cualquiera te quiero a ti”
Aquellas palabras sorprendieron al más bajo haciéndolo mirar al pelirrojo quien ni tardo ni perezoso, apreso los labios contrarios con los suyos propios, en un casto dulce y tierno beso que a pesar de tomar desprevenido al castaño no tardo en corresponder, se separaron por la falta de aire
“¿Kouki quieres ser mi pareja?”
“¿estás seguro?” Aunque aquello era lo que más deseaba Furi no podía estar totalmente seguro pues se creía poca cosa para el emperador.
“absolutamente”
Furi sonrió ante la respuesta recargando su cabeza en el pecho del pelirrojo
“si” lo dijo casi en un susurro pero fue lo suficientemente alto como para ser escuchado
Akashi lo tomo nuevamente y le beso, esta vez con más pasión
Después fueron a dormir abrazados y con cortos besos. No hacía falta ir a prisa, tenían mucho tiempo, para conocerse mejor y para disfrutar del otro. Así que irían lento después de todo aquel era el principio de su larga historia.