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~Emperador de Tus Sueños~ por Tseje

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Notas del fanfic:

Hola!! Aqui vengo con otra historia para el Mes Akafuri del Grupo de AkaFuri~Lovers!!

Yeah!!

No hay mucho que decir... solo que... Preparence para la miel!!

Ahora, Disfruten!!

 

Se sentía morir. Casi abandonado a su suerte, sentía que su alma se alejaba poco a poco de su cuerpo. Estaba seguro que, entre la negrura, brillaba aquella luz famosa que señalaba el final. A poco estaba de pedir un notario y papel para dejar por escrito su última voluntad. Así es, Furihata Kouki tenía...

-Un resfriado- Dictamino el Medico después  de su revisión. En ese momento, Furi abrió los ojos molesto. ¿Un resfriado? ¿Estaba loco? Si él se estaba muriendo, se negaba a creer que era un simple resfriado.

El doctor dejo unas pastillas y una lista de instrucciones a su madre, la cual, no sabía si estar angustiada o reír   ante el "sufrimiento" de su hijo. Ambas opciones le parecían muy buenas. Y bueno, ¿Quien mandaba a su hijo a jugar básquet en plena lluvia? Y sin un suéter. La mujer rio internamente, esto le enseñaría a su hijo a ser más cuidadoso con su salud. Y no es que Kouki fuera un descuidado, ni de lejos. Pero, debido a que rara vez se enfermaba (de lo que fuera) había empezado a dejar de darle importancia a ciertos cuidados básicos. Como usar una chamarra.

Una vez que el doctor se fue, Kouki soltó un suspiro. Ayer definitivamente no había sido su día. Primero el despertador no sonó, la lluvia les agarro en pleno juego y, al ir a tomar el bus, su billetera había caído de su bolsillo. Menos mal que había sacado el dinero justo para el transporte que si no... Seguro ahora estaría en el hospital por una neumonía. Maldijo su suerte, ahora  tendría que sacar una nueva tarjeta de la escuela.

 

xXx

Sentía su cuerpo más pesado. Demonios! Seguro que la fiebre le había subido. Trato de abrir los ojos, de llamar a su madre… pero el cuerpo no le respondía. Sintió miedo, ¿para qué negarlo? Era como si su cuerpo no fuera suyo, como si estuviera atrapado.

-Kouki- aquella voz, la conocía… y le ponía la piel de gallina.

-Kouki- de nuevo aquella voz. No, no podría equivocarse, esa era la voz del emperador. Ahora si estaba seguro… tenía una suerte de perros!! No solo estaba enfermo, con un cuerpo que no le respondía si no que, además, Akashi Seijuurou estaba ahí. Pero ¿porque?

-Despierta, Kouki- y, como si de una orden se hubiese tratado, sus ojos se abrieron. Su cuerpo se volvió más ligero, y pudo levantarse, solo para encontrarse cara a cara con esos ojos carmín, que le detenían el pulso.

-A-Akashi..-san-

-Kouki, te he dicho muchas veces que me llames por mi nombre o ¿no?- respondio el otro con una sonrisa de lado- pensé que ya nos habíamos desecho de esa mania tuya- ¿eh? ¿mania? ¿Desecho? ¿Cuándo?

-¿eh?-

-Creo que la fiebre te ha atontado más de lo norma… eso te enseñara a cargar un paraguas- Akashi trataba de explicarse, y Kouki no entendía ni una sola palabra. ¿Qué era todo eso? ¿Akashi Seijuurou lo estaba cuidando? No, eso no podría ser real… eso tenía que ser… Un sueño.

Claro! El simplemente estaba soñando, mostrando los deseos de su inconciencia. Esperen. ¿Qué? ¿El deseaba que el pelirrojo amante de las tijeras lo cuidara?...

-Kouki, te prepare algo de comer…- bueno, ¿quién era el para detener a su subconsciente?

xXx

Akashi Seijuuro no era de esas personas que le daban tantas vueltas a un asunto, más bien al contrario, siempre buscaba zanjarlo lo más rápido posible. Y, ahí estaba, dando vueltas como león  enjaulado por su elegante habitación. Volvió la vista a su escritorio, sobre el que reposaba tranquilamente la razón de sus desvelos. Una billetera. Si, está leyendo bien, una simple, común y corriente billetera le causaba conflictos al gran Emperador. Pero, realmente  no era el objeto en sí el que le daba semejante dolor de cabeza.

Seijuuro había asistido a una junta en Tokyo, la cual había dado por terminada cuando, aquella traicionera lluvia había iniciado. Teniendo que esperar la llegada de su auto bajo resguardo, solo había podido observar a las personas que, corriendo, trataban de llegar a un lugar que los protegiese del traicionero clima “Ya dicen que Febrero Loco y Marzo otro poco… y Abril, pues ni se diga” pensó justo en el momento en que lo vio. Aquel enclenque castaño corriendo para alcanzar el autobús. El número 12 de Seirin, entre empujones y jaleos, logro subir a su preciado transporte pero, dejando caer algo. Intrigado, término abriendo su paraguas y dirigiéndose a aquel lugar, encontrando: La maldita billetera. Tenía que devolverla. Eso estaba claro. Sin embargo, cuando había llamado a Kuroko con la intención de entregársela, el simplemente se limitó a darle la dirección de su castaño compañero para, acto seguid, colgar. Después arreglaría cuantas con el peliceleste, por el momento… no tenía más opción que llevar la carga.

xXx

Kouki debía ser honesto consigo mismo y admitir que, no le molestaría continuar con fiebre por algunos días más. Y ¿Qué causaba ese deseo tan anormal? Pues los constantes sueños en los que el emperador era el protagonista. Y, no, no es que el fuera gay ni nada por el estilo, el simplemente quería ser capaz de admirar más de cerca a aquel imponente ser, que quedaba lejos de su definición de ser humano normal. No solo era un genio, era perfecto.

Por esa razón, un simple mortal como el no podría nunca estar cerca de Akashi. Ni como persona, ni como jugador. No importaba como lo viera, en el mundo real estaban separados por un abismo. Un abismo tan grande que, si trataba de saltarlo seguramente terminaría cayendo en la profunda oscuridad. Además, aunque de alguna manera milagrosa lograra entrar en esa pequeña zona, Akashi jamás reconocería a un mediocre como Furihata. Así que, su único consuelo eran sus sueños.

 

xXx

Akashi llego a aquel barrio, ni de bajo ni de alto nivel, promedio en pocas palabras. Todas las casas se parecían… una a una, recorrió las casas buscando. Hasta que, por fin,  la encontró. “Furihata” rezaba la placa del buzón.  Suspiro por décimo sexta vez, y no, no es que llevara la cuenta.

Se dijo a si mismo que ese era un niño “X”, sin chiste, sin importancia…pero, entonces, ¿Por qué sudaban sus manos? ¿Por qué no podía tocar ese timbre? ¿Por qué le temía a verlo? No, no. Por supuesto que no, era a él a quien temían… nada lo hacía temer

Justo en el momento en que se atrevía a tocar el bendito timbre, la puerta principal se abrió, revelando a una mujer de cabello castaño y mirada chocolate.

-Disculpe- se atrevió a llamarla, la mujer lo miro expectante. Perfecto, se lo entregaría a ella y santo remedio- Vengo a entregarle algo a Furi… a Kouki-

-¿Eres amigo de Kou-chan?- la mujer lo miro sonriente, abriendo la reja del patio y jalándolo, literal, hacia el interior. –¡qué buena suerte tengo!- exclamo- disculpa que te moleste pero, Kou-chan esta con fiebre y yo tengo que salir… ¿te molestaría quedarte con él en lo que regreso?-

-¿eh?- ¿acaso esa mujer estaba loca? ¿Cómo se le ocurría dejar a su hijo con un completo extraño? No es que él le fuera hacer algo… - este, yo…-

-eres muy amable… solo tienes que subirle ese omelette de arroz, es su favorito, y darle esa pastillas… lo dejan tan atontado que se dormirá enseguida… no causara problemas-  ¿estaba hablando de un perro o de su hijo? Sin dejarlo decir una palabra más, la mujer salió presurosa de la casa.

Ok, era un trabajo bastante sencillo. Subirle la comida, ver que se tomara la medicina. Listo. ¿Qué tan difícil podría ser?

xXx

Sumido en la oscuridad, en la negrura que le provocaba la fiebre, escucho como la puerta se abría. Quizá su madre había ido a llevarle la medicina… o su hermano. No, quizá no era consciente de la hora pero era claro que su hermano ya se había ido a la universidad. Sin inmutarse, sigui durmiendo. Ansiaba tanto volver a ver el rostro de aquel pelirrojo… ¿con que extraño sueño lo deleitaría su mente esta vez? ¿Sería que esta ocasión  podría profundizar aquellos besos simples que le había robado al emperador?

-Kouki- de nuevo, aquella voz lo llamaba. Oh que tierna sonaba.- Kouki, levántate- sin rechistar, abrió los ojos, encontrándose con aquellos bellos ojos heterocromaticos, aquella mirada que le detenía el corazón y le congelaba el alma. – Parece que estas más enfermo de lo que imagine-

-jeje- solo una risa tonta salio de sus labios- Akashi-san… ¿ahora de que va el sueño?-

-¿sueño?- “Asi que cree que esto es un sueño”- ¿Acaso sueñas mucho conmigo, Kouki?-

-Jajaja, como si no lo supieras… pero el sueño pasado fue mas interesante-

-¿Qué soñaste antes, Kouki?- siguió preguntando el emperador, divertido e intrigado por la actitud del castaño. Qué raro, pero por primera vez parecía muy cómodo en su compañía

-Eras un increíble rey… perdona, pero creo que el puesto de emperador ya estaba ocupado-

-Y ¿tu que eras?-

-¿Yo?... pues, nadie importante… un simple sirviente… creo-

-¿crees? ¿Qué no participabas del sueño?-

-Jajaja, no… es mejor cuando puedo admirarte-  aquellas palabras, dichas con tanta naturalidad, provocaron un inconsciente sonrojo en el pelirrojo- ¿eh? ¿Te has sonrojado?.. ¡Qué mono!-

-Oye, ¿A quién llamaste mono?-

-jajaja pues, al gran emperador de mis sueños-

-Kouki… tomate tus medicinas y tu omelette-

-¿eh?... ¿lo preparaste tú? Es mi favorito-

-Lamentablemente, lo hizo tu madre-

-¿eh?-

-Pareces decepcionado-

-yo quería comer algo hecho por Akashi- hizo puchero, a lo que el pelirrojo no pudo reprimir una risita- no te burles, Sei- ¿Qué? Esperen… ¿Cómo lo había llamado? – Sei, Sei- y ahí estaba de nuevo, ese sudor en las manos, esa aceleración del pulso… el corazón bombeando a mil por hora. Nunca habia sentido tales reacciones. Pero, estaba seguro de que significaba. Amaba oir su nombre de labios del castaño, amaba su manera de tomar los cubiertos… Estaba enamorado el Chihuahua de Seirin: Furihata Kouki.

-Toma tus medicinas, Kouki- le dijo al ver el plato vacío, sí que debía tener hambre. Tomo las pastillas de la mesilla de noche y se las puso en la mano… le tendio el vaso de agua.

-no quiero tomarse estas cosas… -

-¿Por qué no?-

-porque, si las tomo se bajara mi fiebre… y ya no podre soñar contigo-

-Kouki…- lo llamo, mientras tomaba su cara y lo obligaba a mirarlo- No necesitas tener fiebre para tenerme junto a ti… aquí estaré-

-eso dices, pero es obvio que esto es solo un sueño- Tomo las pastillas de la mano de Furi, las metio en su boca y dio un trago al agua- ¿Qué estas…?-

Sin previo aviso, Seijuurou junto sus labios, aquello se sentía mejor que un sueño… Furi abrió la boca dejando pasar el agua, las medicinas y… la lengua del emperador… trago.  Pero Seijuurou no tenía planeado liberar su boca tan fácilmente… quería explorarla, sentirla… saborearla por completo.

-Es… el mejor sueño de todos- Dijo Furihata cuando por fin se separaron…

-Y se podrá repetir cuando quieras… Kouki-

xXx

Por fin, después de 4 dias… la fiebre había cedido y estaba completamente curado. Kouki ya estaba listo para regresar a la escuela

-Tendré que pedir una nueva credencial- se lamentaba en el desayuno, odiaba los benditos tramites… y a los que los hacían.

-ah!! Cierto, Kou-chan- su madre salto, levantándose de la mesa. Kouki y su hermano se miraron interrogantes- El otro día vino un amigo tuyo a traerte esto- ¡Su cartera!

-¿Qué? ¿Quién?- Kouki no había visto a ninguno de sus amigos mientras estaba convaleciente, su madre había limitado las visitas, igual que la entrenadora- ¿Cuándo?

-Hace cuatro días… aunque ahora que lo recuerdo… creo que no era uno de los chicos de Seirin-

-Madre!! ¿Dejaste pasar a un desconocido a la casa?-

-Relájense, parecía un chico muy confiable y serio-

-¿Te dijo su nombre?-

-mmm… no lo recuerdo, empezaba con A…- Suspiro, de verdad que a veces su madre podía ser demasiado despistada

-recuerdas como era al menos-

-Era un chico de cabello y ojos rojos…-

-eh?... espera…- no, no podía ser… ¿o si?- Akashi…-

-AAAAHHH!! Ves como si era un amigo tuyo-

-Que!!... Akashi-san estuvo aquí… hace cuatro días…- aquel fue el día que soñó con ese beso tan real… no, no pudo ser real. – Estoy muerto-

En ese momento, su celular vibro con la entrada de un nuevo mensaje

Remitente: Desconocido

Mensaje: Tú y yo tenemos que hablar, pequeño chihuahua. ¿Cuándo quieres volver a soñar con un beso?

Atte: El emperador de tus sueños

 

Notas finales:

Pobre Kouki, le va a doler... pero le va a gustar XD

ahora bien, se que parece inconcluso pero, la historia continuara en los otros one shots que tengo para este mes... asi que no se los pierdan si quieren ver como progresa la historia del emperador y el Chihuahua.

Habia escrito una historia diferente, pero me salio tan larga que decidi volverlo un fic... y agregar parejas...

Me gusto el resultado final, y espero que ustedes lo disfruten igual.

~Tseje~  para mas info de mis fics... metanse a mi pagina de FB!!! Ahi los espero... espero poder publicar la conti de The Leyend antes del miercoles... 

Feliz Mes AkaFuri!!


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