¡Qué día! Y no era por alguna cosa asombrosa o fantástica que estuviera pasando, si no por el ambiente taaan aburrido que se vivía en la mansión de los vengadores. Ya eran pasadas las 10 de la noche y nada, ni un solo ruido se oía por los pasillos, se sentía que en cualquier momento saldría una bola de paja rodando como en los desiertos del viejo oeste.
-¡Auch! ¡Maldita pelota barata!-
Se alcanzó a oír un quejido proveniente del final del pasillo. Un joven rubio con la nariz algo rojiza jugaba con una pelota que lanzaba al aire y atrapaba al caer. Murmuraba cosas al aire, prácticamente hablando con la nada.
-Esta casa no puede ser más aburrida, sin misiones ni salidas en semanas ¡me conformo con bajar a un gato de un árbol!-
Ojo de halcón, nuestro querido flechitas no podía estar más en los cierto.
La razón era que unos meses atrás Loki había atacado la ciudad de Manhattan con la misma excusa de siempre “conquistar midgar y hacer pagar a Thor bla bla bla” problemas familiares.
Los grandes vengadores como siempre salieron triunfantes, lo extraño ocurrió cuando Loki lanzó un hechizo y este alcanzó a dar al Dios del Trueno, dejándolo inconsciente. Loki simplemente se quedó parado, petrificado ante lo que veían sus ojos, todo el equipo creyó que aprovecharía para asesinarlo, como siempre amenazaba…pero no lo hizo.
Iron Man solo tuvo que lanzar un único ataque con su mano y logró derribarlo, S.H.I.E.L.D escoltó al de ojos verdes y éste aun consciente veía a Thor en silencio por todo el transcurso del camino al helicarrier. El villano ha estado encerrado desde entonces en una celda especial hasta estos días, dejando al equipo sin acción en todo ese tiempo.
Obviamente quien más resultaba afectado era el hiperactivo y joven vengador rubio que solo renegaba esperando a que algo cayera del cielo.
-¡Vamos, por favor!- Decía elevando los brazos al aire y dejando caer la pelota en alguna parte del pasillo- Se que no soy muy religioso ni nada, pero dame algo ¡lo que sea! , prometo ir a la iglesia todos los domingos…bueno tal vez no todos ¡pero algún día iré!- Estaba por perder la paciencia.
-Hasta un estúpido zombi con suerte y vuelve a morir- Murmuraba mirando al techo.
-Si sigues hablando solo te daré por loco y eso que ya me has dado muchas razones para creer que lo estas-
-¿Qué caraj…- Pájaro burlón se encontraba detrás de él con una mano en la cintura y una sonrisa divertida mirándolo.
-No maldigas tan pronto de hacer tu pacto con Dios ¡Hahaha!- Se carcajeaba la rubia.
-¿Qué haces aquí pájaro burlón?- A Clint no le sorprendía que ella apareciera “oportunamente” como siempre, pero nunca iba a la mansión a menos que algo de urgencia se haya presentado. ¡Sí! Eso tenía que ser, por fin algo interesante que hacer.
-Parece ser que hare tus sueños realidad, tengo una misión para ustedes- Solo atinó a decir.
-Ahora resulta que eres mi cuerva madrina- Se burlaba Clint. Pájaro burlón solo unió el entrecejo enojada y rápidamente sacó su vara de metal, apuntando al cuello de ojo de halcón.
-No agotes mi paciencia aguilita, si no fuera porque esta misión no está en mis manos sería asignada a alguien más…indicado-Decía escaneando con burla a Barton.
-¡Oye! ¡No hay nadie más indicado que Los Vengadores!- Quitó el arma de su cuello y puso ambos puños en sus caderas, estilo héroe- Entonces ¿Cuál es la misión?- Casi exigía el espía con felicidad en su rostro.
-En realidad es algo fácil, no te emociones mucho- Se vía las uñas desinteresada por la conversación.
-¡¿Qué es?! ¡Ya dime!-Ahora si gritaba con ansias.
-Pues…- Clint abría los ojos esperando con entusiasmo, podía ser una batalla contra el mal y volver a salvar al mundo o mejor aún ¡una guerra galáctica!
-Deben cuidar a Loki- Ok esperanzas violadas, que carajos pasó.
-Que mierda porque tenemos que cuidar al hermano chiflado de Thor, ¡Ese tipo tiene más zafado el tornillo que Hulk!- Estaba que echaba humo, que lo creían ¿niñera?
-Creí que querías una misión, no importaba lo que fuera- agregó pájaro burlón.
-Sí, pero me refería a combatir villanos o mínimo espionaje, no hacer de guardería andante- Soltó enojado el rubio-Dijiste que era algo fácil, entonces encárguense ustedes mismos de su basura- añadió para luego dar la vuelta e irse.
-Sabía que no aguantarías un trabajo sencillo como éste- susurró la rubia con sarna en la voz.
-¿Qué dijiste?- Volteó y rápidamente regresó hacia ella. Bingo, pájaro burlón sonreía triunfante.
-No te hagas águila de peso, no quieres estar a cargo de Loki por m-i-e-d-o- Enfatizando esas dos últimas palabras, lo tenía comiendo de la palma de su mano.
-No vuelvas a decir eso en tu vida- La apuntó con su dedo índice- ¡Y soy un halcón! Bruja con plumas- Ahora si estaba enojado, quien se creía para decir eso.
-Cumpliré esa misión y no será solo para tener algo de diversión en esta maldita casa fantasma-.
Repentinamente unos sonoros ruidos provenientes de algunos cuartos atrás de ellos se oían, parecían jadeos.
-¡Ah ah sí! ¡Sigue así ahhh!- Bueno, tal vez eran algo más que jadeos.
-Wow, parece que si hay diversión aquí después de todo- la rubia reía bajo.
-T-tu, que no te importe l-lo que hag-gan los demás- Tartamudeaba abochornado el de ojos azules. Que esos sonidos vinieran del cuarto de T´challa lo turbaba mucho, lo veía siempre tan serio y responsable al hombre de color, eso que, lo que en verdad lo asustaba era que los “ruidos” no eran de Rey, si no de alguien que jamás se hubiera imaginado. Pero ese no era su asunto, lo que hicieran los otros vengadores de su vida sexual dentro de la mansión era simplemente cosa de ellos.
-Relájate era solo una broma, me sorprende que desprecies una-.
-Como sea, volvamos al tema- La verdad se sentía muy incomodo con los ruidos- Mejor sigamos hablado abajo en la sala principal- Sugirió caminando a paso veloz por donde vino.
Pájaro burlón asintió y lo siguió bastante divertida con la situación.
….
Caminaron tranquilos por toda la gigantesca mansión hasta sentarse más cómodamente en los sillones de piel.
-Vaya esta casa sí que es “Stark”- Haciendo comillas con los dedos la rubia.
-Y que lo digas.- Rodó los ojos el halcón – Ahora dime, ¿Por qué nosotros? ¿Acaso Loki está fuera de sus manos?-Preguntaba lleno de curiosidad.
-La verdad fue Loki quien quiso venir aquí- Las palabras de la chica eran serias.
-¿Qué dices? Porque querría venir al lugar donde viven las personas que lo encerraron..-
-Déjame terminar- La rubia no estaba para interrupciones. Clint asintió y prefirió escuchar lo que diría la mujer.
-Amenazó al cuartel de volver a atacar la tierra si no lo traíamos aquí, no sabemos lo que quiere, pero creemos que su objetivo es Thor-.
-¿Thor?- Acaso el loco ese querrá…
-Parece que quiere vengarse de él, es solo una suposición, pero no queremos correr riesgos así que hicimos un trato con él –Lo miró fijamente la rubia- El se queda a su cargo siempre y cuando mantenga su magia lejos de problemas-.
Clint digirió un poco el asunto, Loki con aires de venganza hacia su hermano, algo común, sería fácil de manejar.
-De acuerdo- Dijo simplemente el agente.
-Muy bien, por un segundo creí que te echarías para atrás- Quería picar un poco al halcón, se enfadaba muy...
-¡Ey!- Se paró exaltado el de ojos azules- No me retes pajarraco-.
Gracioso y estúpido, esa era la palabra.
-No eres el más apto para decir eso Barton, Romanoff y yo charlamos bastante y estuvimos de acuerdo en que no puedes defenderte sin tus flechitas- Sonreía socarronamente.
-¡¿Qué?!- ¿Qué era eso? ¿La unión de las ex –novias? Pensó el rubio.
-Hablaré más despacio, jamás ganarías en una batalla cuerpo a cuerpo- Se burlaba la rubia, haciendo honor a su nombre.
-¡¿A si?! Pues te puedo demostrar todo lo contrario aquí y ahora- Aseguró fuera de sus casillas.
-Oye calmado, no quieres terminar en el suelo tirado por una chica, avergonzado frete a todos tus amigos-. Pronunciando el final de la oración como agujas hacia el de ojos azules.
-Muy bien lo logaste, aquí mañana a las 8 a.m. en la sala de entrenamiento de Stark, veremos quién es el que terminará tirado- Decía confianzudo el espía.
-Está bien- Añadió la chica y entrecerró un poco sus ojos. –Qué tal si lo hacemos un poco más interesante- Insinuó, vaya que hoy estaba creativa y tenía que sacarle provecho.
-¿A-a qué te refieres?- Preguntó dudando de esa mirada, no saldría algo bueno de ella.
-Una apuesta- Lotería, ya la había descubierto el rubio.
-Claro, no le tengo miedo a nada- Nadie derrota a Clint Barton en ninguna batalla, sea cual sea el caso.
-Bueno y que te parece…mmmm- Un silencio incomodo se incorporó, Clint sudaba frío de pensar en que maniacada le podría a hacer esa mujer loca.
-Simplemente, cambiemos atuendos- La sonrisa en la cara de pájaro burlón era indiscutible, en cambio la cara de ojo de halcón tenía un gran WTF en su frente.
-Debes estar bromeado- Eso era ridículo, el único afectado ahí seria ¡él!, si la bruja perdía solo se pondría su uniforme y le quedaría grande a lo mucho. Pero si el llegaba a perder, un traje apretado y muuuy descubierto le esperaba.
-Claro que no corazón - Soltó insinuante la rubia- Deja a la vista un poco de ese lindo trasero que cargas para los demás- Decía mirando esa zona privada bajo su espalda.
-N-no quiero ¡Y deja se mirarme así!- Gritó avergonzado, tapándose con ambas manos su retaguardia, aunque no podía ni cubrir la mitad de esta.
-¡Hahaha! No que muy valiente- Reía la rubia. Solo tenía que esperar a que su risa surtiera efecto.
3…2…1…
-¡Y-yo, yo lo voy a hacer! ¡Acepto la maldita apuesta!- Gritó ruborizado a más no poder el rubio.
De pronto la mujer dejo de reír y atrapó su mano estrechándola de arriba abajo.
-Trato hecho, mañana donde dijiste, a las 9 a.m.-
-Dije a las 8 a.m.- Aclaró el rubio.
-Cambié la hora porque traeré a Loki conmigo, así que vele preparando su habitación-.
-Por mí que duerma con su hermano- Cruzó los brazos indignado, mira que ordenarle. El no era sirvienta de nadie, que Thor se hiciera cargo.
-Como quieras, hasta mañana y ve escogiendo una tanga para el traje, es algo…vistoso ¡Hahaha!- Se dirigió a la puerta principal y giró para verlo a la cara con unos ojos de picardía- Tal vez puedas conseguir algo de diversión como la de tus amigos del cuarto de arriba- Dijo antes de cerrar la puerta apresurada.
-¡Cállate!- Quizá no lo oyó, pero el desespero en su voz era inconfundible. Ahora si estaba seguro, no debía perder, de ser así, las consecuencias serian graves.
Solo le quedaba dormir y rezar por su bienestar, y su trasero.