Era otro nuevo día en el planeta Tierra. El planeta había sido destruido hace un par de años, las personas y todo ser que habitaba ahí murieron. Sólo dos guerreros pudieron sobrevivir ante el desastre, se trataban de Gogeta y Vegetto. Ambos vivían juntos, entrenaban cada día por si una nueva amenaza volvía a aparecer. Paso un año, en ese pequeño transcurso Vegetto se había enamorado de Gogeta, este correspondió un poco sorprendido.
En un hermosa mañana, Gogeta había despertado porque sentía algo entre sus piernas que le molestaba un poco. Tenia flojera de averiguar que era, pero una voz conocida lo sorprendió.
"Buenos días, Gogeta." La voz de Vegetto se escuchó, dio una sonrisa lujuriosa. El guerrero se encontraba debajo de las frazadas de la cama jugando con el miembro de Gogeta que a su vez lo lamia. Gogeta dio un pequeño brinco del susto y rápidamente hizo las frazadasa un lado. Vegetto sujeto el miembro ya erecto y lo empezó a chupar.
"¿Q-Que estas haciendo?.." Decía excitado el guerrero pelirrojo entre pequeños gemidos. Vegetto detuvo lo que estaba haciendo, dio una pequeña risa y dirigió su rostro hacia la de su compañero.
"¿No es obvio?. Somos los únicos habitantes de este planeta. Y como los únicos que estamos aquí debemos de repoblar nuevamente la tierra." Decía alegremente mientras se sentaba arriba de Gogeta.
"Se que somos pareja, pero te has puesto a pensar que ese deseo que quieres, ¿es algo imposible?. Ambos somos hombres. Las esferas del dragón ya no existen, esto se acabo Vegetto." Hablo el pelirrojo haciendo a un lado a su compañero, y se sentó en la cama mirando a Vegetto, que este estaba un poco decepcionado.
"No perderé las esperanzas. Además quiero tener una familia contigo antes de morir aquí. Tal vez nazca un bebé que supere nuestros poderes, Gogeta." Gateo como un pequeño bebé sobre la cama hasta dirigirse hacia Gogeta, este lo miraba un poco sorprendido y ruborizado.
"De acuerdo, repoblaremos nuevamente la raza saiyajin. ¿Eso te hace feliz?" Gogeta dijo un poco de mala gana. Vegetto salto de alegría en la cama, lo abrazo de su cuello y le dio un pequeño beso.
Gogeta no sabia por donde comenzar, ambos eran hombres y ninguno podía procrear un bebé. Por arte de magia ese bebé no podría nacer.
Vegetto fue corriendo aun con su rostro feliz hacia la cocina. Se estaba muriendo de hambre, no había desayunado después de todo. Abrió el refrigerador que estaba lleno de muchas cosas, casi saca todo lo que contenía. Los puso en una mesa y empezó a cocinar. Gogeta aun se encontraba echado en la cama pensando sobre el bebé, en solo pensar en ese bebé le daba un poco escalofríos. La raza saiyajin no solía reproducirse de esta manera. Se incorporo de la cama y se subió los pantalones que hace un rato Vegetto se los había bajado. Fue directamente hacia la cocina y ahí lo vio muy contento comiendo.
Su rostro aun seguía contento y con cara algo inocente. Seguía comiendo todo lo que había cocinado, después de que Gogeta y el se quedaran solos completamente en el planeta Tierra había aprendido a cocinar cosa que para ambos los puso realmente feliz.
"Huele muy bien. Creo que seras una buena madre después de todo." Dijo Gogeta sentándose en la silla de la cocina. Vegetto detuvo su comida y lo volteo a ver sonrojándose.
"¿Tu lo crees?.. ¡Espera!.. ¡¿Yo seré quien tenga al bebé?!." Se sobre salto , no había pensando en que el fuera "la mamá". Gogeta puso una cara confundida.
"Pues claro, que pensabas.. ¿Que yo iba ser el papel de mamá? Además creo que te verías realmente lindo con un bebe en tu vientre." Apoyo sus codos en la mesa mientras que con sus manos sostenía sus mejillas. Miraba a Vegetto que este seguía sonrojado y sorprendido por la respuesta que le acababa de decir.
"Pues en realidad, no me puse a pensar en quien iba procrear al bebé. Solo pensaba en el bebé en si, solo en eso.. Pero ahora que dices eso, creo que sería mejor que yo sea la madre y el que tenga al bebé." El rostro de Vegetto rápidamente cambio a una mas alegre, y de nuevo se puso a comer muy contento. Gogeta dio un respiro de alivio.
Gogeta también se puso a desayunar a lado de Vegetto, que este muy feliz tarareaba una canción. El desayuno tuvo un ambiente tranquilo pero agradable, ambos comentaban sobre los planes del bebé, como lo llamarían y cosas así. Al finalizar el desayuno, Vegetto salio de la casa a entrenar un poco. Gogeta lo siguió, se sentó en el césped, solo se puso a contemplar todo lo que hacia Vegetto.
"Ven Gogeta. ¡Entrenemos juntos!. No tengas compasión, ni miedo en golpearme." Vegetto corrió hacia Gogeta y lo tomo de sus manos. Encendieron vuelo y el moreno rápidamente le dio una patada, Gogeta sorprendido apenas pudo bloquear su ataque.
"¡Oye que rudo!." Gogeta lo tomo del pie que aun estaba en su brazo. Vegetto rápidamente saco su pie de la mano de su amante y dio una sonrisa.
El entrenamiento fue bastante cardiaco, ambos tenían una velocidad y fuerza bastante bruta. Usaban alguno que otra técnica, pero fácilmente ambos los esquivaban. Estuvieron dos horas entrenando hasta que Vegetto se canso. Aterrizo su vuelo hacia su casa, y se acostó con sus manos arriba como si fuera una estrella. Gogeta llego a los minutos y lo vio tirado en el suelo, y solo se limito a darle una sonrisa.
"Eres un saiyajin bastante fuerte. Aun no me termina de convencer en porque quieres tener un bebé conmigo. Pero no pienses mal, a mi me agrada la idea de tener una familia contigo, pero es que porque ambos somos una raza guerrera que no esta en lo mas mínimo interesada en sentir sentimientos de amor como lo haces tu, ni mucho menos piensa en un bebé tan carisoñamente." Gogeta se sentó alado de su pareja, este rápidamente se sorprendió por esas palabras que se levanto del suelo algo ruborizado, rascándose un poco la cabeza.
"¿Tu piensas que soy raro?" Pregunto Vegetto viendo hacia enfrente mirando el hermoso paisaje que se contemplaba esa mañana. Gogeta derrepente negó con su cabeza. "Todos mis sentimientos hacia ti, transcurrieron cuando nos quedamos solos en este planeta. De alguna manera yo te miraba como más que un amigo y compañero de entrenamiento. Por eso me declare hacia a ti, no podía callarme mas. Pero me sorprendí en que tu también me querías de la misma forma que yo lo hacia. Durante los entrenamientos que seguíamos haciendo, me puse en pensar en tener una familia como los terrícolas." Agarró sus rodillas y escondió su rostro entre ellas estaba realmente sonrojado. No quería dar la cara. Gogeta acaricio un poco el cabello de Vegetto y empezo a reirse suavemente.
"Eres diferente a los demás saiyajines. Por eso mis sentimientos hacia a ti son verdaderos. Ninguna chica terrícola ni saiyajin te supera en lo mas mínimo. Eres especial, Vegetto." Gogeta tomó el mentón de Vegetto y le levantó la vista. Le dio un cálido beso lleno de sentimientos, Vegetto correspondió ante al beso rápidamente mientras le daba un abrazo.