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Save me! por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

-Editado-

 

He aquí la continuació del fic.

 

Ya van apareciendo las otras series, en esta ocasión: Junjou Romantica

perteneciente a Shungiku Nakamura. Y sip, es Universo Alterno.

 


 


Save me!


IV


Misión I “Las Estaciones”: Búsqueda de Primavera, Verano y Otoño


 


 


 


El tiempo es esencial. Marcar pautas al tiempo también lo es… como establecer marcas exactas no es posible, hay que dar indicios. Hay que dar algo más para que las pautas se hagan notar. A la humanidad hay dar la sensación de “avanzar”… se debe hacerles sentir, se les debe proporcionar calor,  frescura y frío. Se les debe brindar un ciclo al que puedan reaccionar y seguir, algo con lo que puedan “ver” el paso del tiempo alrededor de su vida.”


 


 


--Si ya terminaron de hacer preguntas, es mejor que inicien con la misión más sencilla. –decía Subaru.


--¿La más sencilla? –repetía Eren aun tratando de entender el sentido de lo antes dicho.


--Claro que es la más sencilla, en esta ocasión, aquellas personas por las que van, bueno, digamos que ellas saben su destino. No opondrán resistencia, no habrá que convencerlas de nada, ellas… nacieron para su papel en este momento. –decía Seishiro dirigiéndose a Eren.


--¿Dónde tomaremos lo necesario para un ‘viaje’? –intervenía Levi.


--No te preocupes por ello. Cada que viajen a otra dimensión, otra ciudad, otro mundo, lo necesario aparecerá a su lado. –contestaba Seishiro –extiendan sus manos. –ordenó.


 


 


Los soldados hicieron lo que les fue ordenado, uno con reticencia y el otro demasiado rápido, al extender sus manos, apareció entre ellas un folder como si siempre lo hubieran tenido entre sus dedos. Por la repentina aparición, Eren soltó el folder cayendo al suelo mientras esparcía varias hojas con varias fotografías y otras hojas llenas de ‘información’.  Levi disimuló su sorpresa y luego procedió a abrir su folder y leer la información, mientras tanto Eren se reponía y juntaba sus hojas ahora revueltas tratando de ordenarlas.


Observando las expresiones de los soldados, Seishiro hizo un suave movimiento de su mano derecha y el escenario cambió, el Kekkai desapareció el rededor de los soldados para ser remplazado por los alrededores del mundo al que debían ir para su primera misión. Sonrió por su pequeña broma.


Mientras, Subaru regresaba su vista a la fuente, debía observar a los soldados y velar por su seguridad. Agradecía mentalmente el haber entregado el pergamino de lenguaje antes de la ‘broma’ de Seishiro-san.


 


 


***Con los soldados***


Grandes edificaciones de metal obstruían la vista de la naturaleza, edificaciones que desafiaban las montañas, edificaciones que ambicionaban tocar el cielo, fue lo primero que “los viajeros” notaron. Todo que su vista alcanzaba a cubrir era en distintas tonalidades de gris y marrón como base para luego dar paso a colores brillantes, todo en el ambiente era caluroso, todo lo que les rodeaba era tan caótico: demasiada gente que iba y venía sin prestarles atención, extrañas cajas metálicas que se movían a gran velocidad en cuatro ruedas y sin caballos.


 


 


--¡Maldito Sakurazuka! –rugió Levi ya recompuesto de la primera impresión.


--N-nos env-vió sin-sin- sin un-na ad-adver-ten-cia. –medio decía Eren aún sin digerir lo que veía.


--Ya no importa. Vamos, busquemos un lugar para organizarnos. –decía Levi al tomar la parte de atrás de la chaqueta de Eren para llevarlo consigo… hacia algún lugar menos concurrido.


 


 


Su atuendo no había cambiado demasiado, lo único que faltaba eran las correas del uniforme y, las botas hasta la rodilla fueron reemplazos por botines con agujetas y suelas antiderrapantes. A sus espaldas llevaban mochilas de viaje que parecían estar bien equipadas.


Después de una larga caminata llegaron a un lugar abierto, con caminos trazados, bancas y juegos para niños. Habían llegado a un parque.


De un momento a otro, como si hubieran recordado algo olvidado, llegó el conocimiento necesario: a su mente llegó el nombre del lugar en el que estaban, el nombre de la ciudad, supieron nombrar los automóviles, reconocer los edificios y otras cosas que iban tomando forma, cosas que comprendían y… que ahora dejaban de ser extrañas.


 


 


--Woow… siento como si hubiera caído de mi equipo tridimensional en pleno salto. –exclamaba Eren.


--Me pregunto por qué, ese Sakurazuka, no lo hizo antes de enviarnos aquí. –murmuraba Levi.


--Mmmm, Taichou… eh, Ackerman-san… no, no, Lev-vi-san… no, no, no…  –intentaba hablar Eren dirigiéndose a Levi, hasta que se decidió –¡Señor!


 


 


Levi observaba al mocoso… a su mocoso… parecía que debían establecer algo y Eren lo había notado. Se permitió una pequeña sonrisa, ese mocoso era entretenido, sus gestos, sus emociones, su todo.


 


 


--¡Señor, Taichou señor! –repetía Eren.


--¿Qué quieres? –respondía Levi ya salido de su ensoñación, jamás diría lo que piensa.


--Yo… etto… ¿Cómo debo referirme a usted? –preguntaba con una pizca de timidez el de ojos verde azulados.


--Sakurazuka dijo que técnicamente tú estabas a cargo, llámame como quieras. –contestó indiferente, deseaba disfrutar un poco más de Eren… quien estuvo a punto de morir, en su propio mundo.


--Y-yo… etto… Levi-san…  ¿Le puedo llamar… Levi-san? –saboreaba el nombre del hombre que tanto ama, aún si le negara llamarle así, Levi-san, ya había hecho. Se sonrojó un poco, sus pensamientos cada vez eran más atrevidos.


--Bien, entonces yo te llamaré Eren. –declaró Levi. Por supuesto que ocultando su alegría, le gustaba el sonido de su nombre en la voz de Eren… y él podría llamarle así, Eren… su Eren.


--S-sí. –respondía Eren más rojo de lo que alguna vez pudo haber estado.


 


 


La presencia de tres personas los distrajo. Al observar a las personas, notaron asombrados que eran las mismas que debían llevar con ellos ante Subaru Sumeragi. Era extraño, se supone que ellos debía en su búsqueda y no al revés. Se preguntaron si ya había pasado mucho tiempo como para que los elegidos fueran a su encuentro… solo cinco horas habían pasado.


Algo desconfiado Levi miró el folder que les habían entregado para corroborar información básica, para reafirmar la descripción física y para asegurarse que no fuera alguna trampa.


 


 


--Hola, ¿Ustedes son quienes han venido por nosotros? –preguntó uno de los recién llegados.


 


 


Su pelo era castaño claro, algo alborotado y no tan corto, algunos mechones caían libremente sobre su rostro y cuello. Su rostro, su piel levemente tostada por el sol parecía suave, su rostro amable era acentuado por un par de ojos verde esmeralda, llenos de inocencia. Era un chico, de dieciocho años según el expediente, algo bajito y algo delicado.


Eren sonrió, sin duda el chico era uno de las personas por las que habían venido.


 


 


--Hola, sí, nosotros somos los encargados de llevarlos al lugar indicado. Mi nombre en Eren y él –dirigiéndose a Levi tras él aun mirando el folder –es Levi-san.


--Haa, cierto, mi nombre es Takahashi Misaki, mucho gusto. Ellos son Kamijou Hiroki-san y Takatsuki Shinobu-kun. –indicó el castaño a sus acompañantes luego de presentarse haciendo una leve inclinación.


 


 


Hiroki-san tenía el pelo castaño un poco más obscuro que el de Misaki, también algo desordenado y algo largo, su piel era un poco más clara que la de Misaki y su rostro mostraba seriedad, sin embargo sus ojos marrones mostraban un lado sensible. Era el más alto de los tres, y también el mayor según decía el informe.


Shinobu-kun era el más chico de los presentes, su pelo rubio cenizo, al igual que sus compañeros algo largo y rebelde, su piel más clara y sus enormes ojos grises  revelaba a un chico queriendo ser adulto ya pero un enorme deseo de ser sorprendido.


En efecto, el informe no fallaba. Estos tres eran los elegidos.


 


 


--¿Cómo nos encontraron? –al fin habló Levi. Bueno, preguntó.


--Jejeje… etto…verá Levi-san, iba saliendo de mi trabajo cuando los vi, y, observé sus reacciones de asombro además alcancé a ver las hojas con nuestras fotografías en ellas. –respondía Misaki con nerviosismo.


>>Yo, no les hablé antes porque me tomó por sorpresa su llegada, y cuando reaccioné ya no estaban ahí… sólo vi que se dirigían esta dirección. Así que llamé a Hiroki-san y a Shinobu-kun pues tengo entendido que ellos… también son, bueno, son sucesores de clanes antiguos. –terminó de explicar Misaki.


--Así que… ¿Cuándo partimos? –habló por primera vez Shinobu, parecía ansioso.


--En cuanto terminen sus asuntos pendientes. –contestó Eren. –Si no tienen alguno, podemos partir de inmediato.


 


 


Los de esa realidad parecieron pensar un poco, analizaban sus vidas y los posibles problemas que pudieran ocasionar su repentina desaparición. Debían despedirse de sus familiares, al menos informarles ya que ellos entenderían pues han esperado este momento desde hace mucho tiempo. Debían dejar sus trabajos y estudios en regla, no querían causar un alboroto por su repentina ausencia… física, su ausencia física.


En cuanto a parejas…


 


 


--Si lo creen necesario, podemos esperar hasta mañana. Así tendrán tiempo de pensar en lo que deberían arreglar y podrán despedirse de quien sea necesario. –sugería Eren al notar la duda en sus rostros.


 


 


Entendió que los elegidos parecían entender su papel, parecían aceptar su destino… pero seguían siendo humanos, sonrió ante lo último, había algunas cosas que debían ‘arreglar’ antes de partir.


Misaki, Hiroki y Shinobu acordaron con los soldados estar ahí, en el mismo parque al siguiente día, antes de las doce.


 


 


***Con Misaki***


“Ha llegado la hora.”  Pensaba el castaño mientras recorría un lujoso departamento, uno enorme que hacía dos años estaba vacío.


El dueño, Usami Akihiko, había muerto por un accidente  de tráfico al salir de la editorial en la que trabajaba, Akihiko-san era amigo de su hermano mayor y por causas de la vida, terminaron viviendo juntos, justo cuando la ilusión del amor llegó a los dos… “Y pensar que, Usami-san y yo llegamos a soñar un futuro juntos, supongo que nos habríamos separado de todos modos… después de todo, mi destino podría alcanzarme en cualquier momento”.


Sonrió con tristeza el castaño mientras miraba el sillón favorito del antiguo escritor. “No reniego de mi destino, tan solo no me agrado que te marcharas antes que yo, Usami-san.”


El castaño fue al recibidor, enviaba un fax con su renuncia y con un informe de lo que había hecho como mánager de una librería. Piensa en su pasado, cuando trabajaba en el mismo lugar que Usami-san, recuerda que no tuvo el coraje necesario para seguir trabajando en la misma editorial donde trabajaba su pretendiente. Más bien, no habría soportado las miradas llenas de lástima que le seguirían dirigiendo por la muerte de su no-tan-secreto-quiere-ser-más-que-amigo Usami-san. Un secreto a voces ya que todos sabían… y lo aceptaba pese a que Misaki era demasiado joven.


Luego del fax, llamó a su hermano… era hora de despedirse… era hora de ir al encuentro de Usami-san en otros planos, por ahí, en algún roncón del universo al que podría ver de vez en cuando.


 


 


***Con Hiroki***


Era entrada la noche cuando Hiroki llegó a su departamento, después de ir a la Universidad a presentar su renuncia, convencer al Director de Literatura y al Jefe que no era nada contra la Universidad el motivo de su renuncia y luego de haber declinado varias ofertas tentadoras, había logrado que aceptaran… aún más rápido cunado su paciencia llegó al límite y su carácter explosivo salió a flote.


Cómo amaba la literatura, tan rica y hermosa, embellecida por la historia. Así es como se enteró de su destino, tras hurgar entre los textos viejos aun en pergaminos que se encontraban en la casa de sus padres, siendo un niño curioso con sed de conocimiento, halló su destino en pergaminos amarillentos. Tras leer una y otra vez, hasta aprenderse su ‘historia’, tras asegurarse al preguntar a sus padres… se sorprendió, es cierto, pero no lo negó. Ser parte de algo tan grande no tiene palabras para expresar lo que representa, lo que se siente. Tuvo una vida ‘normal’ más su destino nunca lo olvidó, el destino que había venido por él.


Ahora debía empacar, desocupar el departamento, llevar sus cosas a casa de sus padres y, despedirse de ellos. Debía explicarles que ya había llegado la hora. Decirles que estaba listo para partir hacia su destino.


También… debía dejar un mensaje para ese chico que le había convencido para darle clases particulares. Le recomendaría a uno de sus colegas. Debía dejarle una nota pues no quería ni imaginarse lo que sucedería si se lo decía personalmente, además, en esos momentos ha de estar en uno de sus múltiples trabajos. Sonrió ante la memoria del chico trabajador e incansable.


Era un muchacho interesante, algo loco y necio como una mula pero interesante, tal vez, pueda verlo una que otra vez desde el espacio.


Agitó su cabeza como desechando la idea, su destino era muy serio como para tomarse ratos libres y dedicarlo a mirar al loco ese que le anda siguiendo cada que puede.


Bien, a empacar.


 


 


***Con Shinobu***


Había convocado a una reunión familiar, la familia inmediata fue la única que se presentó: sus abuelos maternos, sus padres, su hermana y… su cuñado. Se permitió sonreír con altanería, el ‘viejo’ al fin podría librarse de él.


Al notar la impaciencia de su madre y su hermana decidió hablar de una vez por todas, así les devolvería el tiempo a la mujer que llama madre y a la otra mujer que llama hermana. Se preguntaba cuándo se refería a ellas sólo por nombre… oh, es cierto, desde que se estableció que sería él y no Rizako quien sería sucesor. Los celos no faltaron en la familia, no cuando la hija favorita no obtuvo el tan ansiado título. Bueno, a lo que los reunió.


 


 


--Los he convocado para darles tres noticias: la primera, me he dado de baja en la academia; la segunda, dejé toda solicitud a las Universidades y las he cancelado; y, la tercera… llegó el momento. –antes que alguien pudiera intervenir, continuó.


>>A partir de mañana tomaré mi lugar como sucesor, alégrense familia, dejaré de ser un estorbo para los Takatsuki. –se puso de pié e hizo una reverencia.


>>Abuelo, Abuela, gracias por lo que me brindaron a lo largo de mi vida. Padre, Madre, gracias por darme la vida. Hermana, gracias… por ser mi hermana. Miyagi, gracias por haber entrado en mi vida. Es un honor ser el sucesor Takatsuki. –al terminar se irguió y salió de una habitación llena de gente confundida, agobiada, orgullosa y algunos con lágrimas ante la despedida.


--¿A qué se refiere Shinobu con lo de ‘sucesor’? –rompió el silencio Miyagi, el esposo de Rizako. El profesor de literatura que había sido ‘acosado’ por el pequeño Takatsuki desde hace un tiempo.


 


 


“Esa, esa fue una verdadera despedida. No impersonal, no personal… dije lo que tenía que decir y, sí, ya todo está bien. Al fin cumpliré el deseo de Miyagi de dejarlo en paz”. Pensaba Shinobu mientras caminaba por las obscuras calles de la ciudad. Se dirigía al parque.


 


 


***En el Parque***


--Ahí viene Misaki-kun, Shinobu-kun está en esa banca y Hiroki-san… también ya está aquí. Levi-san… ¿Cómo volveremos al Kekkai? ¿Cómo nos llevará de vuelta Sakurazuka-san? ¿Podrá llevarnos a todos juntos? –preguntaba Eren en susurros mientras los tres elegidos se acercaban a ellos.


--Con lo poco que lo conozco, nos llevará en el momento que menos lo esperemos. –contestaba Levi con relativa calma.


--Claro. –decía Eren mientras sacaba el folder con los datos de los elegidos –Según la información, ustedes son: Misaki-kun, es Pirmavera; Hiroki-san, es Verano; y, Shinobu-kun es Otoño.


>>Mmmm, interesante. –dijo Eren mientras seguía leyendo –Espero que hayan cumplido con sus pendientes, no sé si se pueda regresar una vez que hayamos vuelto al Kekkai. –decía Eren aún absorto en los papeles.


--Yo también lo espero, porque no, no se puede volver. –contestaba Seishiro.


--¡Sakurazuka-san! –exclamaba Eren notando que sí, ya estaban en el Kekkai –¿En qué momento llegamos?


--Luego que terminaste de listar a los elegidos. –contestó Levi.


--Mhmmm. Bueno, Sakurazuka-san, Sumeragi-san, esto fue demasiado fácil tal como lo dijeron. Supongo que las demás misiones no serán nada parecidas a esta, ¿Cierto? –quería confirmar Eren.


--Cierto. –contestaron a la misma vez, Seishiro y Subaru.


--Esto fue apenas un leve calentamiento. –añadía Seishiro. 


 


 


 


 


>Continuará...


 


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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