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Eramos Formidables (Nous Étions Formidables) por nawwychan

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Notas del fanfic:

Fanfic inspirado en la canción ''Formidable'' de Stromae

Notas del capitulo:

me quedé sin beta, asi que si les descoloca cualquier cosa no duden en comentarmelo.

 

30 de Septiembre 2015

Mycroft Holmes entró sin preguntar en el despacho de Gregory Lestrade. Observó la cansada figura del inspector reposar en el enorme sillón. Esperó hasta que el cano levantó la cabeza de los informes.

-¿La has dejado?- preguntó sintiendo como su corazón palpitaba nervioso.

-No.- dijo tajante el mayor.

-De acuerdo…- el silencio llenaba la habitación. Solo existía el ruido de los fluorescentes parpadear.

-Lo haré- se incorpora.

El trajeado no dijo nada más. Era incapaz de mediar palabra. Toda su fuerza la gastó entrando en ese edificio y preguntando lo que  llevaba meses carcomiéndole por dentro. Da un paso atrás intentando escapar de las manos de Greg.

-No me crees.

-No la dejarás.- murmura

-Lo haré.

-No lo harás.

No hubo contestación. Dejó de retroceder aceptando las ásperas manos rodear su nuca. Los labios del inspector se posaron sedientos sobre los suyos y se dejó hacer como tantas otras veces. Saboreando esos sabrosos labios que tanto amaba.

‘’Solo soy la venganza de su juego’’ pensó ‘’ Un juego de dos en el que uno se divierte con mi corazón. ’’ Su estúpido corazón endeble ante esos ojos color chocolate.

-¡No!-gritó apartándose de ese cuerpo que tanto deseaba.

-Myc…

-¡Calla!-otro paso atrás- no aguanto tu sonrisa-tensó la mandíbula-no soporto tu mirada- apretó los puños- no tolero la fuerza de tus manos.

Llevaba toda su vida jugando a ser el perfecto inglés: correcto, educado, algo frío y recto. Se había cansado de contener todos y cada uno de sus impulsos. Gregory intentó hablar pero lo silenció.

-Eres…-observa los blanquecinos nudillos de sus manos- eres el calor que no necesita mi piel, el amor es un capricho innecesario que yo ya no quiero.-espetó.

Silencio. El ruido de la lluvia inunda sus oídos ‘’La lluvia lo empieza y lo termina todo’’ ¿Acaso era eso lo que pensaban los dos? Lluvia y sus caprichosos antojos. Cae del cielo desatando la tormenta y  cuando las nubes cesan, desaparece. Todo termina, como si el caos que ha creado no fuera su problema.

 Y cuando las victimas ya se habían acostumbrado a convivir con el desastre. Entonces vuelve. Llevándose la porquería que ha creado en las calles. Hace desaparecer las lágrimas de los ojos tristes y los ‘’te amo’’ sin respuesta. ‘’La lluvia volvió para limpiar el caos’’ pensó Mycroft. La lluvia era la causante de todo aquello y ahora quería hacer borrón y cuenta nueva. Que fácil era olvidar para ella y como costaba para la persona de corazón roto.

-Un entretenimiento. Solo eso.-susurró después de un buen rato en silencio.

-¿Eso fui?- pregunta bajando la cabeza.

-Lo fui para ti.- observa al hombre derrotado ’’solo finge. Ya lo deberías saber’’

-No… ¡claro que no!- el golpe en la mesa acompaña el golpeteo de la lluvia en la ventana.- yo te amo Mycroft.

-Tú amas a la mujer que te espera en casa con el pijama puesto y la cena preparada- contesta con lágrimas en los ojos.

No puede más. Cae en una de las sillas del despacho, apoyando sus manos en su rostro intentando ocultar los sollozos que escapan desesperados de su boca. Lestrade se agacha junto a él.

-Yo amo al hombre trajeado que me espera en la puerta de mi despacho.

Se acerca despacio a él. No se atreve a tocarlo, sabe que si tan siquiera lo roza, lo perderá. Y el inspector Lestrade no se imagina un mundo sin paraguas ni trajes de tres piezas.

- Yo amo al hombre que comparte mi amor por la tarta de limón y el té negro recién hecho- retoma el discurso. - yo amo al hombre que tengo delante- le sujeta la barbilla intentando encontrarse con su mirada- que cuando llueve me protege del agua- le limpia las lágrimas-que cuando tengo pesadillas lucha contra mis monstruos.- Greg junta sus manos-amo al hombre que solo se derrite con mi sonrisa.

-Ese es el problema Gregory.

 Sus ojos eran oscuros. ¿Rabia? ¿Deseo? ¿Las dos? Estaba tan perdido. Había bajado todas sus defensas ante ese hombre. Ya no deducía, ya no observaba detalles impresiones de la realidad. Solo estaban ellos dos y las motitas marrones que se funden con el negro de sus ojos.

Su corazón impenetrable estaba herido. Mycroft Holmes había sido derrotado y no se quedaría para observar la destrucción total de su alma. ¿Cuántas veces le dijo a Sherlock que no amara a nadie? ¿Cuántas veces le repitió que eso llamado ‘’amor’’ era algo solo existente en mentes mediocres? ’’El cariño, el amor, son desventajas en la vida. ’’ Eso es lo que decía cuando le hablaban de medias naranjas. ¿Qué le había pasado?

Apartó la mirada intentando pensar. Intentando recordar por qué se encontraba ahí perdido. Se incorporó como pudo. Y sin respirar dio media vuelta y desapareció sin mirar atrás.

-Mycroft! ¡La dejaré!-gritaba un estático I.D.

Lo había perdido. Era demasiado tarde. El silencio cubría Scondland Yard, los fluorescentes se encontraban mudos ante tantas verdades. Solo silencio, lluvia y llantos.

Llantos de dos hombres que no lloran. Llantos de dos hombres que se prometieron desde muy pequeños no volver a derramar una sola lágrima. ‘’llorar es de personas débiles’’ y ellos querían defender y guiar el país. Esos eran sus sueños; y las lágrimas o las tardes bajo la manta rememorando recuerdos de gente con el rostro borroso y arrugas inexistentes en las sabanas, no se encontraban en la receta para ser los líderes del mundo.

Notas finales:

No olviden comentar!!! Espero lo hayan disfrutado


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