Lunch
La primera vez que Zitao viene al parque, él está corriendo.
Se detiene un poco a mirar como él, agarrando la pequeña bolsa de comida, pasa fácilmente, dejando atrás al hombre de mediana edad detrás de él. Finalmente encuentra un oscuro lugar tranquilo junto a un arbusto grande y toma un buen vistazo a la comida: una pequeña rebanada de pan, una manzana y un poco de jamón–no mucho, y no es suficiente para que a la policía le importe realmente, pero sigue siendo un almuerzo suficientemente bueno. Es lo que obtendrá por sí mismo, decide Zitao.
Rompiendo un pedazo de pan, Zitao observa como los niños juegan en una gran caja de arena y corren alrededor del campo, sólo mirando a otro lado cuando sus ojos siguen a una niña que se esconde detrás de un hombre. Es alto, llamativo–quizás debido al hecho que se ve un poco intimidante, Zitao piensa–y parece estar solo. Zitao no está seguro del porque, pero la única cosa que puede mirar el resto de su almuerzo es al hombre.
Él decide que va a volver de nuevo. Pronto.
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En el primer día de trabajo de Yifan, él va al parque cercano para su hora de almuerzo.
Es un lugar agradable, él piensa, y realmente tranquilo–es decir, hasta que una mancha negra apresurada ha pasado, no mucho después seguido por lo que parece ser el dueño de una tienda comestible.
Cuando es evidente que a quienquiera que estaba persiguiendo ha desaparecido, el hombre maldice en voz alta (eso atrae las miradas horribles de las madres de los niños) y se va caminando airadamente; Yifan mira a su alrededor y la mancha que es el chico corriendo previamente está sentando en el área sombreado junto a un arbusto. Él es joven, delgado–muy delgado, Yifan piensa–y probablemente no es mucho más bajo que Yifan, y debajo de los rasgos faciales fuertes, demacrados, se mira casi una suavidad femenina (Yifan decide vagamente que es bonito, luego trata de fingir que el pensamiento nunca cruzó su mente).
Él sólo mira hacia otro lado cuando una joven niña, riendo, patos detrás de ella, agarrándose las piernas “¡Escóndame señor! ¡El monstruo se acerca!”
Después de eso, todos los niños parecen decidir que Yifan es un buen escondite, por lo que pasa el resto de su hora de almuerzo dejando que se arrastren sobre él mientras juegan.
Es sólo cuando él está caminando de regreso al trabajo que se da cuenta de que él no ha almorzado todavía. Hay un bonito restaurante bastante próximo al parque, Yifan recuerda, así que tal vez va a volver en algún momento. Los niños son muy lindos de todos modos, así que realmente no estaría mal…
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Ir al parque se ha convertido en algo habitual para Zitao–y para el tipo alto, también, lo ha notado–y la mayoría de las tardes, se sentará en su lugar por el arbusto con lo que ha logrado conseguir para el almuerzo, tratando de ver a los niños pequeños que juegan (pero en realidad, él está viendo al hombre, a pesar de que todavía no sabe su nombre y él todavía piensa que aún es un poco intimidante).
Se trata de las cosas que han sido más agradables en mucho tiempo, Zitao se da cuenta, ya que su padre lo echó; con apenas dinero y sin hogar, todo ha sido relativamente inestable y Zitao piensa que está un poco perdido, pero ahora se ha establecido algo así como una…rutina. Es cómodo. Bueno. A él le gusta.
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Yifan se dice así mismo que es por los niños. Y la comida en el restaurante. (No es por eso, por supuesto, y él lo sabe).
A veces se encuentra un poco atrapado en eso, mirando a hurtadillas a ese chico (que siempre está vestido con las mismas ropas negras, y Yifan se pregunta por qué) por el rabillo del su ojo, y es tarde para volver al trabajo en la tienda de música, pero él no se atreve a lamentar nada. Hay algo sobre el chico que es infinitamente intrigante–eso de lo que nunca nada haría Yifan para satisfacer esa curiosidad. Además de continuar volviendo cada tarde, eso es. Yifan piensa que es lo suficientemente bueno (pero es bastante seguro que un día no lo será).
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Es una tarde soleada, y Zitao finalmente está saliendo del parque por el día. El hombre acaba de irse, y él calcula que es momento para salir como cualquier otro, por lo que se dirige de nuevo a la entrada del parque, la cabeza inclinada, pero casi pierde el equilibrio cuando se topa con algo–alguien. Con el ceño fruncido, mira hacia arriba, listo para golpear a quien este en su camino, sólo para ver a la misma persona que ha estado viendo desde hace un mes, y de repente él está en un modo estupefacto; es como si su mente se ha ido completamente en blanco.
“Ah, lo siento”, dice el hombre (y de inmediato Zitao decide que le gusta la voz de esta persona), “Estaba volviendo para conseguir algo y no estaba mirando por donde iba–Yo realmente no quería golpearte. ¿Estás bien?”
Zitao logra un movimiento de cabeza y el hombre continua (Zitao piensa que podría estar divagando un poco) “Es gracioso. Te he visto mucho por aquí, pero en realidad nunca hemos hablado–soy Wu Yifan, pero la mayoría de la gente me llama Kris. Así que. Um. Supongo que tú también puedes hacerlo”.
Sonriendo por el nerviosismo de ahora del otro, Zitao asiente y dice, “Huang Zitao. Encantado de conocerte”.
(Zitao no está del todo seguro del porque, pero cree que este es el comienzo de algo muy, muy especial).