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Codicioso por Miss DFertaine

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Notas del fanfic:

¡Hola!

He vuelto, sí, no estaba muerta, sinceramente no había tenido tiempo para nada, esto ha estado guardado meses en mi computadora y hasta hace poco me acordé que lo tenía y se lo mandé a Karen para que lo revisara (que por cierto, muchas gracias por siempre ayudarme, querida <3) y pues con el final de trimestre y esas cosas pues no había tenido tiempo de poder compartirlo, pero aquí estoy.

Ya sé que el mundial ya acabó, que incluso ya se va a acabar el campeonato de primavera pero tengo en mente un enorme proyecto para los chicos, en un universo alterno, por supuesto, así que me he dedicado sólo a ese proyecto y casi no he podido aprovechar de la guapura e inocencia de Santorin, la nueva adquisición de Solomid *-* Ya tengo uno preparado con un jugador que nadie se imagina jajá, pero pronto lo traeré, pronto.

Sin más, gracias a la musa Cherry que siempre me saca de apuros y gracias a la hermosa Karen por corregir mir horrores. Ninguno de los personajes aquí me pertenecen parcial o totalmente, n obusco ningún fin lucrativo con esta obra.

¡ENJOY IT!

Notas del capitulo:

Pareja: Bjergsen/Dyrus (one-sided).

Género: Drama?

Advertencias: Ninguna.

Codicioso.

 

 

Miró con detenimiento la pantalla de su celular, había escuchado algo acerca de lo que se desplegaba en ella y se había emocionado tanto por la idea que quiso viajar a Corea del Sur en el primer vuelo que se encontrara disponible aunque eso significara que tendría que pagarlo por su cuenta y no Riot, pero al final aguantó las inmensas ganas de partir y experimentar aquello por sí mismo hasta el día de hoy.

 

Bloqueó el celular y prácticamente corrió al cuarto donde Turtle estaba echado de panza jugando con su 3DS y se lanzó sobre el pobre chico canadiense.

 

— ¡Turtle! ¡Vayamos a un café!

 

— No. —Fue la directa y cortante respuesta que recibió.

 

— ¡Pero es café!

 

— Ya tomé mucho café, Locodoco me regañó por eso.

 

— ¡Por favor, por favor, por favor, por favor! —Le jaló del brazo—. ¡No quiero ir solo, Jason!

 

— Ya te he dicho que no, además, saldré con Meteos, consiguió un pase doble para una expedición y me invitó, así que no, vete.

 

En ningún momento de su “conversación” el tirador retiro los ojos de la pantalla de la consola portátil y con un movimiento de manos le echó del cuarto. Con un puchero en el rostro —gesto que aprendió a hacer de su coach coreano— caminó hasta la sala donde Amazing estaba viendo la televisión junto con Lustboy, aunque este último realmente estaba dormido sobre el brazo del sofá y el único que veía la película que estaban transmitiendo era el jungler.

 

— Amazing, ¿quieres ir a un café conmigo? —El rubio alemán le miró por unos determinados momentos y después regresó los ojos a la pantalla mientras él esperaba varios segundos por una respuesta que nunca llegó—. ¿Sigues molesto por lo que pasó, verdad?

 

El otro simplemente recargó su cabeza sobre su mano y no dijo nada. Rodó los ojos en señal de fastidio, habían pasado ya aproximadamente 5 días desde el “incidente” que habían tenido, habían acordado que fue un accidente, un error y que nunca se repetiría, pero al descubrir quien había ocupado cada posición, un aura depresiva rodeó al alemán y desde entonces no le hablaba. Suspiró y dejó al alemán solo con su miseria y caminó hasta la habitación de Dyrus, no tenía otra opción.

 

Se paró frente a la puerta cerrada del top-laner y levantó el brazo para tocar, pero titubeó y lo bajó. Hace unos días en esa habitación se le había roto el corazón y en ese tiempo no tuvo el valor ni la fuerza de mirar al hombre responsable de su malestar y a pesar de que éste le llamara o le pidiera algo, él acudía al llamado pero nunca lo miraba a los ojos porque sabía que no lo soportaría y se pondría a llorar y no deseaba tener que dar explicaciones del porqué de sus lágrimas, así que simplemente lo evitaba  lo más que podía.

 

Miró la clara madera y después hacia sus pies, seguramente Dyrus estaría molesto por como lo ha estado tratando los últimos días, porque, sutileza era algo que Bjergsen no conocía y estaba cien por ciento seguro de que Dyrus y el resto del equipo se habían dado cuenta de su actitud, tan sólo unas horas después de descubrir a el tirador de Cloud 9 durmiendo junto al top-laner. Sin embargo no podía evitarlo, porque sabía lo sensible que podía llegar a ser, sí, aún era joven e ingenuo y siempre había tenido lo que quería pero ahora que no podía tenerlo no sabía cómo enfrentarlo y superarlo.

 

Pero enfrentarlo no era lo que deseaba y dejarlo ir no estaba a discusión, así que lo único que podía hacer era esperar a que Sneaky diera un paso en falso y él pudiera aprovecharse de esa situación para obtener lo que deseaba.

 

— Me llaman, Soren “codicioso” Bjerg. —Susurró y sonrió de medio lado.

 

De pronto la puerta frente a él se abrió y el top-laner detuvo su camino al ver a Bjergsen parado ahí sonriendo.

 

— Bjergsen… —Dyrus se sentía algo incómodo, no sabía por qué pero el danés se había estado comportando frío y distante con él y lo único que pudo asumir era que estaba enojado, deseaba saber el motivo pero no quería molestar más al otro, no sería bueno para el equipo ni para ninguno de los dos, así que simplemente había decidido dejarlo hacer su rabieta y cuando supiera que las cosas ya no estaban tensas, entonces platicarían, pero esto, era algo que no esperaba ahora.

 

— Hola Dyrus, ¿puedes acompañarme a un lugar? —Ahí estaba de nuevo, no le miraba a los ojos y casi le susurraba las palabras.

 

— ¿Y Amazing? —Fue lo primero que se le vino a la mente pues la relación entre ellos era como de hermanos, iban a todos lados juntos, jugaban todas sus partidas juntos, sólo les faltaba dormir juntos en la misma cama.

 

— No quiere acompañarme, Turtle saldrá con Meteos y Lustboy está durmiendo, ¡por favor acompáñame, no quiero ir solo! —Al final, después de meditarlo mucho y de llenarse de valor, levantó la vista y miró los ojos castaños del mayor. “Me enamoré de ellos…” Inmediatamente sintió la sangre acumularse en sus pómulos y su instinto fue voltear a otro lado—. Pero si estas ocupado, lo entiendo…— Se iba a dar la vuelta cuando Dyrus le habló.

 

— Iré por mi chamarra, espérame en la entrada.

 

De pronto sintió que todo no era tan malo y le sonrió con mucha emoción, el otro regresó la sonrisa pero con menos intensidad, por lo menos las cosas iban por buen camino. Cuando Dyrus salió del baño y se colocó la bufanda alrededor del cuello, tomaron sus celulares, las llaves y salieron de ahí.

 

En la calle, abrió el papel que Locodoco le había dado con las indicaciones de cómo llegar al lugar al que quería ir y le indicó a Dyrus por dónde ir, era casi la hora de la cena, así que aprovecharía para comer ahí y prolongar su estancia en el lugar y por supuesto, el tiempo que pasaría con el top-laner. Caminaron por quince cortos minutos hasta encontrar el pequeño lugar que tanto deseaba visitar y al cual anteriormente, Leena y Locodoco habían ido.

 

“Cat coffee” Era lo que se leía en el llamativo letrero del negocio y a través de los ventanales podía ver a las personas jugando con los gatos mientras tomaban café o comían algún aperitivo. Los ojos le brillaron y una gran sonrisa se apoderó de su rostro, no había nada más que le hiciera tan feliz que pasar un rato agradable acompañado de gatitos, excepto ver a su perro Kappa, lo extrañaba bastante, pero sabía que donde estaba, estaba feliz y bueno, pasar una buena tarde sólo con Dyrus lo hacía también muy feliz.

 

Tomó de la muñeca al mayor y lo apresuró a caminar para entrar al establecimiento, cuando pusieron un pie dentro, fueron recibidos por una amable chica y con el poco coreano que sabían, pidieron una mesa para los dos, inmediatamente la chica les hizo una reverencia y los guio hasta una de las mesas del lugar dejándoles el menú para ordenar.

 

Se sentaron el uno frente al otro y después de revisar bien el menú y ponerse de acuerdo en qué cenarían, dejaron las cartas a un lado y esperaron a que la camarera regresara. Cuando la mujer se acercó hasta su mesa, con un fluido inglés les pidió sus órdenes y después de anotarlos en un pequeño bloc de notas, los invitó a pasar al área donde se encontraban los gatos que podían escoger para que los acompañaran en su estancia. Se levantaron y siguieron a la chica, entrando en una amplia habitación, con muchos felinos de colores y tamaños variados, desde blancos hasta el más profundo negro, desde pequeños y peludos hasta grandes y de pelaje corto pero suave, había tantos que pareciera que todos habían sido escogidos para hacer feliz a cualquier persona que visitara el lugar.

 

Dyrus inmediatamente fue rodeado por algunos gatos en busca de una caricia, se arrodilló y con sus manos acarició a los animales que se acercaban, algunos de ellos miraban curiosos a los visitantes pero casi inmediatamente regresaban a lo que se encontraban haciendo y otros cuantos simplemente los ignoraron. La mesera que los había guiado le preguntó si había escogido alguno y el mayor se decidió por escoger el único gato que no permitió que dejara de acariciarlo; un macho de pelaje oscuro con curiosos detalles blancos en sus patas, pecho y nariz. Lo tomó en sus brazos y se incorporó mientras el gato se restregaba en su pecho y ronroneaba con entusiasmo.

 

El top-laner, se giró para ver que gato había escogido Bjergsen pero el menor sólo se encontraba parado en medio de la habitación mirando a un punto fijo. Se acercó hasta él y le puso una mano en el hombro pero el otro no reaccionó y siguió viendo al frente, siguió su línea de visión y pudo ver a un pequeño gato siamés de bellos y penetrantes ojos azules que sólo regresaba la mirada a Bjergsen. De pronto el gato brincó de la ventana en donde estaba sentado y se acercó hasta ellos para inmediatamente restregarse en las piernas del mid-laner quien lo tomó en brazos y contento miró a Dyrus.

 

— Me arden los ojos de mirarlo fijamente sin parpadear. —El rubio rio ampliamente y Marcus sólo miró como este se alejaba hacia la puerta. Se llevó una mano al rostro y lo siguió.

 

Regresaron hasta sus mesas y los gatos comenzaron a jugar entre ellos en los largos asientos en los que estaban; el gato siamés llamado Yuuni era un macho de un año de edad que había sido rescatado de la calle, había crecido fuerte y bello gracias a la alimentación que le dieron en el lugar mientras que el gato negro llamado Daiko que había escogido Dyrus, era un macho mayor, de dos años que había sido llevado a la tienda por una mujer a la que no le permitieron conservar al animal en su nuevo departamento y por lo tanto tuvo que dejarlo ahí, sin embargo la mujer pasaba cada tres días a saludar y dejar dinero en agradecimiento al cuidado del felino.

 

Pasaron unos buenos 10 minutos en los cuales jugaron con los gatos que contentos por la atención recibida restregaban sus cuerpos en los brazos de los chicos y ronroneaban con esmero, los chicos sólo reían y veían a los felinos que no dejaban de jugar entre ellos sin llegar a lastimarse hasta que la chica que los atendía llegó con una charola a la mesa para dejar su pedido que consistía en una orden de emparedados acompañados de café mientras que a los gatos les dieron pequeños platos con croquetas.

 

— Disculpen, estos son snacks para los gatos, esperamos que su estancia aquí sea de su agrado así como la compañía de nuestros amigos. —La mujer les entregó una bolsa de pequeñas galletitas a Dyrus y después de una reverencia se marchó de ahí dejando a los otros dos disfrutar de su comida. Ambos comenzaron a comer mientras que los gatos hacían lo mismo con sus platos y por cada sonrisa que sus pequeños acompañantes les sacaban, recibían un snack de la mano del mid-laner o del top-laner y gustosos aceptaban el premio y en agradecimiento, se restregaban en las manos que les regalaban caricias y mimos.

 

Cuando el tiempo llegó a su fin, con los estómagos llenos tanto humanos como felinos se dispusieron a hacer sobremesa, ambos gatos, se sentaron en la mesa ya limpia gracias a la mesera y comenzaron esa típica rutina donde terminaban de comer o jugar y comenzaban a darse un baño. Ambos chicos miraron a los gatos lamerse las patas y llevarlas a su cabeza para limpiarse hasta que Daiko se volteó y comenzó a lamer el rostro del gato que lo acompañaba mientras que Yuuni se dejaba hacer y quedos ronroneos eran la evidencia de lo mucho que le gustaba recibir baños.

 

Los jugadores de TSM se miraron a los ojos y compartieron una sonrisa, pagaron la cuenta y con mucho pesar se despidieron de los gatos que regresaban juntos a la habitación de juegos con sus demás compañeros mientras ondeaban sus largas colas en señal de agradecimiento, alegría y despedida. Los chicos agradecieron a la mesera y salieron del establecimiento con sus abrigos y bufandas puestas alrededor del cuello.

 

Con la excitación de un niño que acaba de recibir un juguete nuevo, Bjergsen relataba una y otra vez lo hermosos que habían sido los gatos para con ellos y lo mucho que le había gustado el haber ido a ese lugar, Dyrus sólo se limitó a escucharlo hablar y de vez en cuando sonreía al recordar a los felinos y mirar ese entusiasmo en el danés le provocaba una gran felicidad, tomaba a todo TSM como su familia y verlos reír, divertirse, disfrutar, eso lo hacía muy feliz también. Cuando llegaron al edificio y tomaron el elevador para subir hasta el piso donde estaba su departamento, Bjergsen rompió el silencio que los rodeaba con débil pero entendible voz:

 

— Muchas gracias por acompañarme, Dyrus, me divertí mucho. —Sin desviar la mirada del suelo sonrió y aunque no se atrevió a verlo a los ojos, pudo decir lo mucho que apreciaba que el mayor lo haya acompañado.

 

— Yo también me divertí mucho, hagámoslo de nuevo, ¿quieres? —Bjergsen miró al otro para ver si no bromeaba y al ver la mirada sincera del top-laner, se ruborizó y volvió a desviar la mirada al suelo.

 

— Por supuesto. —El timbre del anuncio de su llegada al piso indicado tranquilizó un poco al nervioso rubio mientras que el mayor se le adelantaba para abrir la puerta del departamento y antes de que este pudiera llegar, consciente de que pronto este valioso tiempo llegaría a su fin, lo detuvo con la voz y cuando sus miradas se encontraron lo único que pudo hacer fue abrazarlo.

 

Rodeó su pecho con sus delgados brazos y recargó la cabeza en este aspirando la varonil esencia que siempre le había gustado, desde el momento en que cruzó palabras con el otro. Dyrus correspondió el abrazo confundido y algo preocupado pero no dijo nada ante la extraña forma de actuar del otro.

 

Bjergsen sabía bien que probablemente esos sentimientos tan grandes que tenía no llegarían a la persona que había elegido pero sabía que eran tan grandes que no importaba si tenía que esperar años; en una relación siempre había altibajos y aprovecharía con ímpetu el momento en que el amor de Dyrus y Sneaky se tambaleara para arrebatarle de las manos lo que ha anhelado desde hace ya bastante tiempo. Si tenía que convertirse en ese tipo de persona y ser juzgado de la manera que fuera por el resto, no le importaba si al final tenía lo que deseaba, las miradas y las señales no eran suficientes para impedir que disfrutara de la persona por la que daría todo.

 

Sólo era cuestión de esperar y en el momento indicado, atacar, tal y como lo hacía en League of Legends, no debía ser difícil.

 

 

Fin ‘

Notas finales:

Espero que les haya gustado, ya sé, Bjergsen es hermoso y no merece ser ignorado por Dyrus pero es que Sneaky es como un nivel mucho mayor en ternura/lindura/sensualidad pero pronto haré que queden juntos en otro universo paralelopor que lo merecen :C

Sin más que decir, he vuelto, tengo un mes para traer las cosas inconclusas que hay en mi cuaderno y mi computadora y compartirlas con ustedes, eso sí, el gran proyecto lo traeré cuando esté acabado por completo.

Muchas gracias por leer, si tienen algún comentario, crítica, sugerencia o explosivos, sólo lancelos allá, cuídense mucho y tengan un muy bonito día (aunque hace mucho pinche calor y así no se puede).

¡Hasta el próximo fic!


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