No estaba bien, definitivamente no estaba bien lo que estaba haciendo.
Para nada estaba bien estar recostado en esa mesa, ni estaba bien el hecho de estar desnudo junto con su acompañante, ni estaba bien que se dejara besar el cuello y el torso de manera lujuriosa, y definitivamente no estaba bien estar siendo penetrado de manera salvaje en lo que debería de ser un salón de clases.
1, 2, 3, 4 embestidas más y término por venirse en su vientre y el de su acompañante, este no tardo mucho después de eso en soltar su esencia dentro del preservativo. Respiraban entrecortadamente, mientras intentaban buscar cada quien sus respectivas ropas, luego limpiándose y arreglándose como si nada hubiese pasado.
-será mejor que nos apuremos Shun, no tarda en terminar la clase de deportes – le dijo su acompañante apresurando el proceso de vestirse
- tienes razón Tatsuya – imitándolo termino de vestirse, para luego quedarse un rato más en aquel salón, viendo como aquel chico se iba dejándolo solo.
¿Cuándo y cómo había iniciado todo ese juego? Hace ya varios meses que él y Tatsuya Himuro mantenían una relación de amigos con derechos, y estaba realmente satisfecho con lo que aquel sexy pelinegro le ofrecía, placer sin sentimentalismo, sexo sin obligaciones ¿podía haber algo mejor que eso? Claro que no y aunque muchos dijeran que era mejor tener una relación estable con una pareja a la cual amar y poder experimentar con ella cada una de las formas de amor carnal, él no lo creía así, para que enamorarse de alguien si podía zacear sus deseos carnales de manera libre sin los problemas de celos, o la tristeza cuando la relación termine, sin las peleas estúpidas de parejas. Ya sabía a lo que se enfrentaba si decidía enamorarse, desde su relación con Teppei había decidido no volver a caer en el horroroso juego del amor, después de todo lo que el castaño le había hecho había decidido no volver a intentarlo, bueno ¿Quién quisiera? Después de entregarle todo a la persona que dice amarte solo para descubrir que fácilmente te ha sido infiel, porque sí Teppei le había sido infiel con Hyuga y cuando le preguntó ni siquiera hizo por negarlo, no, le confeso que era cierto más aparte le dijo que lo suyo ya no estaba funcionando y lo termino, lo dejo botado.
Por eso ya no quiso volver a involucrarse en relaciones de cualquier tipo y la noche que decidió ir a enterrar sus penas en alcohol por la infidelidad de su ya ex –novio castaño se encontró con Tatsuya, este era un compañero de clase a quien conocía por ser el hermano de Kagami y por el club de baloncesto, no eran grandes amigos de hecho solo eran compañeros nada más, pero esa noche después de una copas y bailes insinuadores había terminado en la cama, y vaya noche la que habían tenido, después de eso Shun le dijo que no quería ningún tipo de relación con él, y fue cuando Tatsuya le dijo que no debería de preocuparse por esas cosas que él solo buscaba algo de sexo casual, de ahí surgió le maravillosa idea de ser amigos con derechos, ninguno quería una relación pero ambos tenían sus necesidades y ahora ya una manera de zacearlas.
Y habían iniciado con encuentros únicamente fuera de la escuela y en los fines de semana, pero la química entre sus cuerpos era demasiada, y empezaron con los encuentros entre semana, no fue suficiente, el deseo de ambos cuando estaban cerca era tan palpable que habían terminado de esa manera, escabulléndose entre clases para ocupar algún salón vacío y desatar el deseo.
Todo iba bien pero eso que ahora hacían ya no lo estaba, para el ya no era normal la forma en que su cuerpo deseaba el del otro, ni era normal sentir su piel erizarse al rozar casualmente a Tatsuya, ni era normal pensar tanto en sus encuentros, y si no era normal en definitiva no estaba bien.
Por ello que también ahora es encontraba en aquel salón, donde antes hasta podía percibir el olor a sexo, solo y asustado de sentir algo más por su amigo con derecho.
“ya estas enloqueciendo Shun” se dijo mentalmente mientras se daba un par de cachetadas, era un tonto por pensar siquiera en la posibilidad de estar enamorado cuando era eso lo que menos quería.
Salió del salón para encontrarse casi enseguida a sus compañeros que ya iban de regreso para la siguiente clase y el no tardo en volver a entrar.
Y paso otra semana igual para Shun, escuela, entrenamientos, sexo, salidas con Tatsuya a algún antro o un bar. Otra semana en la que cada día se trataba de auto convencer que no estaba enamorado.
Llegó el viernes, ese día en la escuela tenían clase de deportes y para ellos eso solo significaba una cosa, se quedaron de ver en la parte de atrás de la escuela y juntos entraron a la sala de materiales, y en cuanto cerraron bien la puerta asegurándose de no haber sido vistos sin esperar más atacaron la boca contraria empezando con besos apasionados, caricias, retirándose la ropa, y volaron las camisas, los pantalones, no tardo en sentir la mano del más alto colarse en sus ajustados bóxer (esos que sabía lo enloquecían) acariciando su miembro medio despierto, pero él no se quedaba atrás haciendo lo mismo con el miembro de su acompañante. Los besos no tardaron de ir de su boca a su cuello, sintió la lengua contraria recorrer su cuello, donde Tatsuya le hizo un pequeño chupetón, para luego pasar a los pezones y estimularlos hasta tenerlos erectos y sensibles, mientras Shun acariciaba la espalda de su acompañante y sus cabellos mientras soltaba gemidos que excitaban más al pelinegro del lunar.
Sintió como dos dedos se introducían en su entrada comenzando con la dilatación, no pasó mucho para sentirse llenado por el miembro palpitante de Tatsuya, y empezaron las embestidas lentas pero marcadas, pasando a ser más rápidas y certeras, porque Tatsuya a esas alturas ya sabía perfectamente cuál era el punto más alto de placer para Shun. Cuando el pelinegro del lunar sintió la entrada de Shun contraerse en señal de que pronto se vendría acelero su ritmo alcanzando juntos el clímax.
Y contrario a como suelen hacer, se quedaron un rato mas así, juntos desnudos y abrazados en las colchonetas de gimnasia (el mejor y más cómodo lugar para la actividad realizada) Tatsuya se giró levemente para ver de frente a Shun juntando sus frentes.
-¿Qué haré si me vuelvo adicto a ti Shun? –
Lo dijo casi en un susurro, juntando cada vez más sus labios hasta culminar en un beso. Shun estaba atónito, incrédulo de lo que había escuchado, pero recibiendo gustoso aquel beso.
-Es hora de terminar con esto Shun –
-¿A qué te refieres? –
- Ya no es bueno continuar con todo esto, puede que después ya no quiera dejarte ir –
- ¿y qué hay de mí? ¿Mi opinión no cuenta acaso? ¿Qué si yo ya no te quiero dejar ir? – lo había dicho casi gritando, pero es que la sola idea de que todo eso acabara, lo había asustado a sobremanera aunque no quisiera admitirlo; él ya se había vuelto adicto al placer que el otro le otorgaba y no renunciaría a él tan fácilmente.
- Entonces sal conmigo Shun, vuélvete mi pareja –
Y no pudo más que abrir los ojos como platos ante la declaración
-Ese no era el trato que habíamos acordado, dijimos que nada de sentimentalismos –
- Entonces esto debe llegara a su fin –
Y sin más Tatsuya se levantó y comenzó a vestirse, cuando hubo terminado se marchó dejando solo a Shun, quien no tardo en vestirse pero no regreso a clases se fue temprano a casa, pensando en todo lo dicho por Tatsuya, no entendía que estaba mal, ambos disfrutaban, ningún compromiso, y ahora le salía con que quería que fueran novios, y aunque había sentido su corazón acelerarse ante tal declaración, no podía aceptar aquello, no a sabiendas de lo que una relación imponía y el dolor que en un futuro, cuando terminara, sentiría, él no quería nada de eso, no de nuevo.
Llegó el lunes y con tristeza supo que las palabras del pelinegro del lunar eran definitivas ya que no lo había buscado ni contestado sus llamadas durante el fin de semana. Durante clases no fue diferente, de la misma manera tampoco respondió a sus insinuaciones, y como si el destino jugara en su contra en todas las clases le había tocado estar en equipos con él, vaya que controlar aquellos deseos era una tarea casi imposible y a juzgar por la cara de Tatsuya él estaba igual, pues aun con su característica cara de póker Shun había aprendido a leer lo que pensaba y le bastaba con una mirada para saber lo que pensaba; sintiéndose afortunado por ser él el único capaz de descifrarlo.
Pero ese lunes nada paso, no hubo encuentros, no hubo nada. Y no fue diferente al martes o al miércoles, y el jueves paso sin cambios aparentes, llegó entonces el viernes y dispuesto a conseguir lo que quería lo cito para “hablar” en la sala de materiales.
Y para su sorpresa, Tatsuya fue, pero no hablaron al menos no al principio, no porque no quisieran, de hecho Shun estaba dispuesto a arreglar aquel asunto con palabras, pero el deseo acumulado toda la semana, la pasión y la desesperación por sentirse uno mismo los llevaron a inevitablemente juntar sus cuerpos de manera carnal como antes lo habían hecho encima de las colchonetas, pero no basto con una ronda, sus cuerpos necesitados por todo el tiempo de abstinencia pedían más que solo eso.
Después de haberse corrido unas tres veces más, por fin cesaron aquellos pasionales encuentros quedándose justo como la semana pasada, acostados, abrazados, juntos.
Shun paso uno de sus dedos por el bien marcado torso de Tatsuya, dibujando círculos en su abdomen, luego una mano llego a la suya, se trataba por supuesto de la de Tatsuya, quien con delicadeza tomo la mano que antes paseaba por su abdomen para entrelazarla. Luego guiándola lentamente hasta su boca para depositar un beso en el dorso de la mano de Shun.
-Rayos Shun ¿Qué diablos me estás haciendo? –
Dijo a su oído sin dejar de sostener su mano
-Tenemos que acabar con esto Shun hablo en serio –
Shun se volteó a verlo serio pero poniéndose un poco preocupado al ver la tristeza en la mirada ajena.
-Tatsuya, ¿por qué insistes tanto en acabar con esto? Lo que tenemos es perfecto sin problemas ni compromisos –
- Ese es el problema, que yo no quiero estar contigo sin un compromiso –
- Tú fuiste el que sugirió esto no entiendo por qué ahora…. –
- porque ya no soporto este tipo de encuentros, Shun me gustabas mucho y el día que te encontré deprimido no dudé ni un segundo en hablarte, sabía que tenías novio pero esa noche cuando te desahogaste en mis brazos sentí que tal vez tendría una oportunidad contigo, paso lo que paso y después simplemente acepte ser tu amigo con derecho, lo pensé mucho aunque no lo pareciera, pero supuse que no obtendría más de ti y sinceramente la atracción que sentía era meramente física.
“Pero con el tiempo las cosas fueron cambiando, te empecé a conocer, y sumado a eso el deseo que desatabas en mí, me di cuenta de estos sentimientos y quise terminarlo pero ya soy casi dependiente de tus caricias y nuestros encuentros.
“Por lo que decidí callarlos, pero duele tanto saber que mientras yo espero algo más tu solo quieras esto, que mientras yo quiero tomar tu mano en público y gritar a los cuatro vientos que eres mío, que solo yo puedo disfrutar de tu cuerpo, que me perteneces y te pertenezco, tu estas conforme con nuestros encuentros en cualquier parte para desatar la pasión, y no me malentiendas, no significa que no disfrute de ellos pero simplemente quiero algo más.
Shun había escuchado atentamente cada una de las palabras de Tatsuya sin poder creerlo, de todo lo que esperaba esto estaba por mucho lejos de las opciones, jamás creyó que el pelinegro le diría todo eso.
-Tatsuya, yo lo siento, pero no puedo, me gustas mucho pero no quiero esto –
-¿Por qué no? Te gusto y me gustas no veo el problema –
- No quiero volver a sufrir lo mismo, si te diera mi corazón y la oportunidad de estar a mi lado, quien me garantiza que después no sufriré, que no me botaras, cuando te aburras, por cualquier tipo o tipa; quien me asegura que me serás fiel –
Tatsuya comprendiendo las inquietudes de Shun, lo atrajo a él en un cariñoso abrazo
-Yo te lo aseguro, porque no quiero verte sufrir, porque no quiero que nuestro amor sea en vano, aparte ¿cómo me aburriría de ti cuando eres lo que más deseo? Míranos una semana y ya no aguantaba las ganas de tomarte y hacerte mío; no puedes imaginarte lo mucho que te quiero –
- Tatsuya eso dices ahora pero no sabes lo que pasará el día de mañana, ya he sido víctima de las palabras bonitas y sé que de un día para otro pueden desaparecer –
-Shun comprendo tu punto, y sé que es inútil prometerte un mañana, pero te prometo un hoy y te lo prometeré todos los días si te me dejaras –
Tatsuya acercándose un poco a su oído susurro
-Aparte déjame decirte un secreto –
-¿Cuál? –
-Estoy enamorado de ti –
Y Shun no pudo contestar a eso, lo había desarmado por completo y su corazón palpitante gritándole que aceptara no ayudaba mucho que digamos. Se abrazó a su cuello.
-Eres un idiota –
-¿Y eso por qué? –
- Porque quiero, es injusto como se supone que te rechacé si me dices cosas tan lindas –
- bueno el chiste de esas palabras es que no me rechaces así que creo que cumplí mi cometido –
Tatsuya lo abrazo por la cintura.
-Eres un malvado, ¿podrías preguntármelo de nuevo? –
Shun sonrió y Tatsuya junto sus frentes
-¿Serias mi novio Shun? –
-Sí –
Y unieron sus labios en un pequeño pero dulce beso, que por su naturaleza pasional no tardo en volverse en algo más
-Rayos quiero hacerlo de nuevo –
Dijo Shun sonriéndole de manera picara
-Está bien, pero con una condición –
-¿Cuál? –
-Que esta vez hagamos el amor –
-Hecho –
Al parecer ese día no volverían más a clases y mucho menos a los entrenamientos.