Ya había dos cuerpos desnudos en una cama de una plaza cuando el reloj marcaba las doce de la noche. Harry llevó sus piernas al pecho y con sus manos tomó la cintura cálida de George. Sus miradas se cruzaban temerosas y curiosas.
-Avísame cuando te duela, entonces yo empezare de nuevo –dijo George mientras una gota de sudor frio caía por su frente.
Harry se limitó a asentir con la cabeza. Le temblaba todo el cuerpo, tenía miedo de no poder lograrlo, de no resistir, pero besó su frente cubierta de mechones pelirrojos. George se recostó sobre el cuerpo de Harry y respiró hondo, dejó que Harry recorriera con las manos su espalda y entrelazara los dedos en su nuca.
-Hazlo despacio-le susurró al oído mientras George daba el primer avance, entonces sintió como algo lo atravesaba. Algo irrumpía en su cuerpo de manera lenta, era húmedo y cálido. Harry apretó los dientes, ese era solo el primero. Trató de no quejarse, no quería asustar a George.
Sus cuerpos se friccionaban a medida que se volvían más cálidos. George apoyo su cabeza en el pecho de Harry y empezó a avanzar más rápido. Harry soltó su nuca y se agarró firme de los brazos de George, pudo sentir con sus dedos como los músculos firmes se contraían y relajaban con cada avance.
Cuando los primeros rayos del amanecer rodeaban la Madriguera, sus cuerpos se encontraban relajados con las piernas entrecruzadas en la cama de Harry, la de George no había sido tocada en toda la noche. George empujó con cariño la cabeza de Harry con la frente.
-Debo volver a mi cama Harry… - espero respuesta pero parecía que estaba muy cansado por lo que cuidadosamente sacó su brazo por debajo del cuello de Harry y volvió a su cama.
-¡MUY BIEN, TODOS A LEVANTARSE! – gritó Molly Weasley en el pasillo que daba a las habitaciones y a continuación entró a la habitación en la que estaban Harry y George. - ¡Oh¡ Harry, espero hayas dormido bien, sobre todo con los ronquidos de George.- Harry sonrió.
-He dormido muy bien señora Weasley, aunque… -la cara de Molly miro con angustia al muchacho, esperaba nunca tener que recibir una queja de los cuidados que con tanto esmero le daba a Harry- creo que es el colchón… Es que tengo mucho dolor de espalda…
-¿Qué hay para desayunar mamá? – Interrumpió George- es que me he despertado con hambre.
-Avena y tostadas –dijo Molly y luego volvió a mirar a Harry- ¡Oh lo siento mucho Harry! Debe ser el colchón, pero no te preocupes podrás dormir en la cama en la que este George cuando este pueda volver a la habitación de los gemelos, ¡Es que aún no desencantamos su cama! Arthur no logró desvanecer el hechizo movilizante de Ron, ¡Esta mañana la encontramos temblando en la alcoba!
Molly abandonó la habitación para ir a despertar a las chicas. George de un salto se metió en la cama de Harry y lo rodeó con sus brazos mientras ambos reían.
-Debes de tener cuidado con el colchón Harry, no vaya a ser que tu dolor de espalda empeore…-luego lo besó y lo recostó en su pecho, este le dio una punzada en la panza para que retrocediera mientras reía.- ¡Olle! No seas arisco, anoche no te molestaba que estuviera tan cerca… ¡Auch! ¡Nog hagaz etso! – Harry le había mordido la comisura de los labios para que no hablara.
-Oye George…-le dijo mientras se acomodaba entre sus brazos y miraba al techo- anoche fue espectacular…
-Y bueno, ¿Que esperabas de este potro salvaje?-le contesto George entre mientras jugaba con los dedos de Harry.
-En serio… fue como si hubiera ganado un partido de Quidditch.
-Querrás decir perdido, porque te has dejado encestar muchas veces muchachito.
-Eres un idiota…- Harry le dio un golpe con el torso de la mano en el pecho.- seguramente te has aprovechado de mí y no has sentido nada.
George tomó la barbilla de Harry y juntó sus frentes, dejando las miradas cruzadas.
-Eso es lo que tú piensas Harry Potter –los ojos de Harry se humedecieron y miraban con atención cada rasgo de su cara- pero déjame decirte que anoche cometí la travesura más hermosa y divertida de mi vida.
-Sabes George – dijo Harry mientras acariciaba el contorno de sus hombros.- Ojalá a tu cama le salgan dientes y nunca puedan atraparla… - entonces George lo puso encima de él y comenzó a besarlo.