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Naturaleza muerta por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Aquí el siguiente capítulo.

Espero que lo disfruten.

 


 


Naturaleza Muerta



Y llorar, y llorar, y llorar por él


Y esperar, y esperar,  y esperar de pie


En la orilla a que vuelva Miguel


 


 


 


Allá en el risco, ahí donde el príncipe Wolfram observaba la partida de su amado Yuuri… olvidó la antigua promesa de ir a visitar a su familia. Olvidó su promesa de ir a visitar el reino de su madre, ir a intercambiar algunas palabras con sus hermanos, tal vez ir en un pequeño viaje hasta las tierras que antes gobernaba… sorprender a su tío.


Esa promesa se borró de su memoria en tan solo segundos.


El viento que le acarició le trajo un mal augurio… la simple brisa que de pronto cubrió su ser congeló su sangre… la quietud de las olas, la lentitud de la marea se le figuró una trampa. Una de esas trampas que les enseñan en la academia militar, esas trampas que por lo simples que parecen siempre tienen éxito.


No, no… la lejanía de Yuuri es lo que me tiene inquieto. Él pronto volverá. Lo ha prometido. Lo prometió.” Se repetía el príncipe mientras se aferraba a las palabras que hace menos de una hora… llamaba a su memoria las caricias que Yuuri no paraba de brindarle… suspiraba por esos besos que sólo a él le había entregado.


Me preocupo demasiado… Yuuri, vuelve.” Pedía en su pensamiento al abrazarse a sí mismo. Una nueva brisa alborotó los dorados cabellos del príncipe, tal era consuelo, tal vez era una manera de asegurarle que nada malo sucederá. Sonrió ante la sensación que la brisa dejó caer sobre él.


El príncipe elevó su bello rostro al cielo en busca del gran Sol, ese gran Sol que le bridaba más que calor; le brindaba seguridad. “Oh gran Sol, por favor, por favor concédeme esta súplica: permite que Yuuri regrese a salvo.” Pedía con fervor el príncipe al que muchos creen que no piensa más que en sí mismo.


Al volver su verde mirada hacia el horizonte, justo donde se hallaba el  bote de Yuuri, el corazón se paró de repente. El bote con matices azules y velas pardas ya no estaba a la vista. Antes de que el pánico lo invadiera se obligó a que su mente fría y analítica de buen soldado tomara el control. Observó los alrededores, el bote debió haber caído en una corriente marina y le alejó de su lugar original, nada. Nada a la vista.


Cerró sus ojos en un intento de relajarse, cuando los abra, el bote estará en donde tenía que estar… la preocupación y la sensación de mal augurio que antes le había atacado le estaban causando alucinaciones. Nada a la vista.


Llevo sus manos a su cabeza para restregar sus ojos, las alucinaciones eran demasiado fuertes. Tal vez, tal vez una de las alucinaciones era que el bote naufragó y restos de madera llegaban a la playa, también llegaba Yuuri diciendo que ya que no había bote no había necesidad de separarse. Nada a la vista.


Un ligero gemido de angustia salió de su garganta. Prefería mil veces un ‘falso naufragio’ a no tener nada. Sin ningún otro bote mar adentro era más que llamativo el bote de Yuuri… pero, ¿Dónde está?... ¿Dónde está el bote?... ¿Dónde está Yuuri?


No hay nada. No hay más que lentas olas, no hay más que una marea perezosa. Es como si el bote que acababa de navegar hubiese sido una ilusión… como si nunca hubiese existido… como si Yuuri nunca hubiese estado a su lado.


No, no, no, Yuuri, ¡Yuri!... ¿Dónde estás?... Porque sí estuviste aquí, sí estuviste a mi lado, tomaste mi mano y me dijiste ‘te amo’… Lo sé, lo sé, sé que eres real.” Decía el príncipe con la vista donde vio por última vez a su amor. Buscaba en su pecho por el collar que Yuuri le había entregado cuando aceptó ser su pareja, una gema azul en forma de lágrima, al encontrarla se convenció nuevamente de la existencia de Yuuri.


Bajó del risco, intentó acercarse al Mar a pesar del malestar que éste le causaba. Una ola salida de la nada le hizo estrellarse en la playa. Al intentarlo en un bote, éste era zarandeado por una marea ruda y sin tregua. Intentó pedirle a uno de los pescadores en la aldea que lo llevara, el bote sufrió el mismo destino que el primer intento del príncipe.


Regresó al risco. Regresó a desahogar su dolor con pequeñas gotas saladas provenientes de él mismo. Siguió llorando cuando llegó el ocaso y aún no había señas de Yuuri.


Yuuri… cumple tu promesa que yo cumpliré la mía… aquí te esperaré.”


 


 


>>Continuará...


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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