Naturaleza Muerta
VIII
Y llorar, y llorar, y llorar por él
Y esperar, y esperar, y esperar de pie
En la orilla a que vuelva miguel
¿Cómo alguien tan imponente y de aura calma, que provoca seguridad y a su alrededor se siente la promesa de jamás ser dañado, con unas palabras te arrebatan la bella imagen que te habías formado de esa persona?
¿Cómo una simple mirada cambia de significado después de unas palabras que a cualquier ser humano provocan incertidumbre y pavor?
Tenerlo de frente no ayuda. A pesar de la falta de memoria de Yuuri, sabe que no es alguien que puede ser fácilmente intimidado… sin embargo, esa palabra ‘prisionero’, causa angustia y desesperación. Algo dentro de él le dice que hay alguien, en algún lugar lejos de ese extraño recinto, que está aguardando su llegada. Su llegada… ¿A dónde? ¿Quién le espera? ¿Quién es esa persona que su corazón está ansioso de verle?
Nuevas palabras del joven auto proclamado su carcelero lo hacen salir de sus cavilaciones. El joven ha pedido llamare Azul, Yuuri se siente extraño al pensar que el nombre en definitiva le queda, luego se abofetea mentalmente al recordar que aunque la voz del joven Azul es amable no ayuda el que le haya dicho que era su ‘prisionero’.
¿Por qué estaba cautivo? ¿Por qué no recordaba nada más allá de su nombre y de la sensación de ‘llegar tarde’?... ¿Por qué Azul le parecía… un poco… conocido?... Tal vez eran amigos y Azul estaba aprovechando su confusión para jugarle una broma. Una absurda broma. Aunque la familiaridad con la que Azul le hablaba no podía ser más que la de viejos amigos… ¿Por qué se sentía solo entonces? ¿Qué era ese sentimiento de angustia que no desaparecía? Si no encontraba respuestas pronto se entregaría a la locura.
Decidió tratar a Azul como un amigo, rió cuando Azul le repitió lo de ‘prisionero’… su confusión se fue difuminando al escuchar la suave risa de Azul, eso significaba que sí se conocían. Yuuri siguió hablando con Azul, le preguntaba sobre el lugar en el que estaban, hablaban sobre el tiempo que llevaba en ese lugar oculto de los humanos, hablaban de lo que provocó su falta de memoria… escuchaba el relato de Azul:
“Siempre estuvimos juntos, éramos inseparables, los humanos, animales y deidades sabían de su fuerte lazo. Todos lo aceptaban: Azul y el extraño muchacho que vino de tierras lejanas protegido por el Mar.
>>Pero un día, un humano, un mocoso caprichoso creyó poder romper ese lazo. Él quería ser quien obtuviera la amistad del muchacho que vino del Mar. Uso trucos y tretas para separar a Yuuri de Azul, metió cizaña en la noble mente de Yuuri, incluso atentó contra su vida al no obtener la respuesta que quería el caprichoso chiquillo.
>>Por fortuna, el Mar volvió a interceder por Yuuri salvándole la vida por segunda vez. Lo llevó a un lugar oculto hasta que sane, donde Azul y Yuuri puedan fortalecer su lazo para que nadie más pueda romperlo.” Terminaba de contar Azul.
Yuuri escuchaba atento. ¿Por qué el Mar le protegía tanto? ¿Era ‘ese’ chiquillo quien le provocaba el ansia de ‘volver’? ¿Si el lazo era tan fuerte, cómo es que llegó a romperse en primer lugar? ¿Si siempre estaba junto a Azul cómo es que el chiquillo logró engañarle?
Yuuri no recuerda más sabe que no le gustan las mentiras, que no le gusta dudar de las personas… pero algo hace falta en el relato que Azul le ha contado. Cuando pregunta sobre el nombre o la apariencia del chiquillo Azul le evade, su rostro se endurece y saca otro tema de conversación. El tiempo avanza y Yuuri se sumerge en sus pensamientos.
Entre las charlas, el Mar decide que es tiempo de poner a prueba a su amado Rey, abre una ‘ventana’ en el recinto donde se encuentra con Yuuri, en la ventana se enfoca la imagen de una roca en una playa.
Yuuri mira la ventana sorprendido que al fin encontró una, observa la vista: una extensión de playa a la sombra de un risco, el risco es imponente, la playa es hermosa, llena de conchas, estrellas de mar, coral y algunas algas perdidas… también una roca, cubierta de sal… una roca con el tamaño y la forma de una humano, un humano joven, un humano que mira el horizonte en la espera… de algo o de alguien.
Yuuri siente caer en un abismo al reconocer la roca. Los recuerdos llegan violentamente a su cabeza y no puede evitar susurrar el nombre de ‘Wlofram’, ahora entiende la sensación de querer regresar... su querido Wolf aún sigue a la espera de él.
>>Continuará...