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Fotografía faltante por Cliosan9

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Notas del fanfic:

Aporte de ultima hora para el mes AkaFuri.

Disclaimer: Kuroko no Basquet by Tadatoshi Fujimaki  (yo solo lo uso por cuestiones educativas :v )

Advertencias: FLUFFF

 

Día 23: Fotos


Se despertó gracias al frio, moviéndose suavemente se levantó de la cama para cerrar la ventana que habían dejado abierta la noche anterior. Era domingo pero aún era muy temprano para despertar, vio el cuerpo de su acompañante acostado aun en la cama quien no se había inmutado por el frio de la habitación. No tuvo reparo en cubrir su propia desnudez, se acercó al que todavía dormía y besó dulcemente la piel expuesta de su hombro. Este se removió un poco por el contacto, balbuceó algo que no logró comprender y siguió durmiendo.

 

Era domingo así que solo un omelette sería suficiente, abrió la refrigeradora para sacar los huevos fue cuando logró recordar la primera vez que comieron en su casa. Su novio estaba tan nervioso que no dejaba de temblar, al parecer el ambiente pomposo de su mansión lo tensaban y al ver los platos llegar uno tras de otros se desesperó al no saber cuál tenedor utilizar de los 11 dispuestos en la mesa, quiso reírse tanto ese día pero por decencia se contuvo, en cambio hizo retirar 8 cubiertos para hacer causa común y comer con los típicos 3.

 

Antes de continuar su cometido en la cocina decidió ponerse al menos un calzoncillo y un polo, el clima en ese país podía llegar a ser muy nublado y con días bastantes fríos, tan diferente de Japón que al menos unos meses al año se sancochaban con el abrazador verano. Fue bastante aterrador llegar a Londres con una mano adelante y otra atrás, nunca había ido porque los negocios de su padre los hacía directamente con corporaciones Americanas. Había ganado una beca para ir a Oxford, y de alguna manera milagrosa Kouki logró conseguir una en otra universidad en Londres también, pero eso era lo de menos, estarían juntos por el tiempo que durase el estudio de sus carreras, era todo lo que importaba. Les costó adaptarse, encontrar un lugar donde vivir juntos ya que el campus de ninguna de las dos universidades los hospedaría a los dos. Compartir vivienda fue una de las experiencias más reveladoras que le había sucedido. Los primeros días estuvieron turisteando siendo jalado por el de cabellos castaños mientras que se ayudaban a mejorar su inglés, para que los siguientes se dedicaran de lleno a los trabajos y tareas, pero siempre se podían dar un tiempo para disfrutar juntos y poder salir a la calle tomados de la mano sin ninguna vergüenza, porque aquí nadie los juzgaba, esa era una de las tantas cosas que amaba de Inglaterra.

 

Terminó de preparar el omelette, también junto con café pasado, con 2 cucharitas de azúcar y un poco de leche como a ellos les gustaba, no era comida gourmet pero era lo mejor que sabía hacer ya que siempre el castaño se encargaba de cocinar. Su amante se había puesto en otra posición desde que lo dejó, aquella manera infantil de dormir como si fuese un armadillo, haciéndose bolita. El castaño emitió otro sonidito, recordaba que al principio de vivir juntos cuando ya cada uno se acostumbraba a las manías y excentricidades del otro (de manera mucho más íntima) cuando empezaba a hablar en sueños pensaba que se dirigía a él, se había descubierto a sí mismo teniendo charlas con Kouki en sueños, mientras que este si bien le hablaba frases enteras estando dormido cuando despertaba completamente no se acordaba de nada. Recordaba también aquel sonrojo como el fuego cuando le hizo escuchar la grabación que hizo mientras que este tenía una de sus charlas, cosas que normalmente el castaño se limitaba a responder ahora las decía tan abiertamente, Akashi descubrió que era profundamente amado y aún ahora cuando las dudas lo atacan  siempre puede recurrir a su brutalmente honesto amante entre sueños.

 

Fue hasta la cama para despertarlo.

 

-Kouki despierta, el desayuno está listo.

 

-Mnnn cinco minutos más, mamá.

 

-Kouki… - dijo con tono de querer regañarlo. Y estas cosas eran las que más adoraba, aquella infantilidad de su novio que no se había ido ni con el trajín de la rutina.

 

Furihata estuvo girando unos segundos para desperezarse, se incorporó para poder desayunar, un café con omelette era perfecto y si bien la especialidad del país era el té a Seijurou le valía madres ya que podía importar uno de gran calidad desde el otro lado del mundo. Se sentó al costado del castaño disfrutando su comida, al frente suyo estaba el librero con sendos libros apiñados y acomodados a mismo modo de tetris para que encajaran una gran cantidad. El departamento en donde vivían no era muy lujoso, la universidad no lo costeaba así que tenían que hacerlo, lo bonito de estar en lo que era antiguamente Britania era que no necesitabas un cartón validando lo que sabes, por lo tanto no les fue difícil buscar un trabajo de medio tiempo, lo que fue difícil era adaptarse a la rutina del otro, encontrar tiempo entre estudiar y trabajar para aun al final del día tener un poco de tiempo para ellos, para estar juntos. Al principio ese cambio había traído problemas de pareja, las discusiones no se hicieron esperar, pero solo quedaban en eso discusiones, nunca pasó a peleas de esas que tenían sus compañeros, porque Akashi se había jurado hace mucho tiempo nunca hacer llorar a Furihata y este último empático como era, aprendió a leer a su amante, hasta el más mínimo detalle. Por eso mismo no era necesario pelear.

 

La decoración era como la de cualquier estudiante universitario, con hojas en varios rincones y libros apilados en cada mesa. Volvió a posar la mirada en el librero, algunos tenían un color rojo pintado en las hojas para diferenciar si eran de Akashi o marrón si eran de Kouki. Pero había un espacio reservado entre tanto revoltijo, un espacio para la fotos, la primera era la foto de la Winter Cup ganada por Seirin, aún recuerda lo indefenso que se veía su pareja temblando cual gelatina, si alguien en ese momento le hubiese dicho que se iba a enamorar de ese chico y se irían a vivir juntos fuera de Japón le hubiese cortado la lengua pro decir tantas sandeces. Pero ahora, con la tenue luz entrando por la ventana y el Chichuahua de Seirin casi desnudo a su costado, le parecía casi cómico imaginar el rostro de su yo de 16 años al conocer su futuro.

 

La siguiente foto era de la Winter Cup ganada por Rakuzan, para esa época aún no salía con Furihata. Kuroko había unido de nuevo a todos, formando amistades que aún el día de hoy perduraban, por lo tanto se había congraciado con sus ex compañeros de Teiko y con sus equipos en aquel entonces. Algunos de ellos sabía por su padre que trabajaban para la corporación Akashi “Que pequeño es el mundo”. Fue allí cuando pudo acercarse más a aquel castaño que le llamaba mucho la atención, fue dándose cuenta poco a poco de otras características que lo dejaron prendado, al llegar a hablar más fluidamente con él (despeus de que este dejara de temblar como un bebé venado) descubrieron varias cosas aparte del básquet en lo que podían conversar, su rostro, su cuerpo, sus expresiones, su voz, todo se le hizo tan único que cuando resolló ya estaba completamente perdido. Si bien esa Winter Cup ganó Rakuzan, todos al final del partido se dieron un apretón de manos y fueron a celebrar de igual manera, siguió su mirada al marco de color chillón.

 

La siguiente foto era de la tercera Winter Cup en donde no ganó ninguno de los dos pero al ser la última vez que muchos se verían decidieron tener una foto colectiva aparte. Aquella vez ya tenían algo de 6 meses de relación. Tuvo que anteponerse a su padre al confesarle lo de su relación, el hombre bastante shokeado lo dejó pasar mientras que su pareja no cause ningún inconveniente en su rendimiento, pero Seijurou sabe muy bien que su padre pensaba que solo era una etapa, ahora llevaban juntos ya más de 5 años. Aquella vez también fue complicado lidiar con Furihata para dejar Japón e irse juntos a un país desconocido. Dejó a un lado su orgullo y le pidió directamente a su suegro poder llevárselo. Para el final de esa Winter Cup ya eran muy pocas personas que no sabían que estaban saliendo. Y le parecía mejor de esa manera ya que evitaba a aquellos buitres que se acercaban a Kouki.

 

La cuarta foto la recordaba casi como si fuese ayer, aquella vez que salieron de picnic toda la generación de los milagros con sus respectivos equipos, algunos hacían chacota, otros se dedicaban a cocinar como quienes se dedicaban a comer, aquella vez habían empezado salir hace poco y era una de las pocas citas que había tenido con Furihata por su agitada agenda, aunque al final a la cita se terminaron adjuntándose todos. No les molestaba, ahora todos eran sus amigos. Conversando muy juntos no vieron la gresca que se desataba a su alrededor teniendo como protagonistas al gigante de Yosen y Kagami, quien lo acusaba de haberse robado su postre, fue cuando en un descuido Murasakibara empujó a Furihata provocando un beso accidental cuya foto fue tomada por el sexto hombre fantasma, las flores de sakura bailaban alrededor de ellos dándole a la imagen de su primer beso un aspecto casi rayando en lo irreal.

 

Terminaron de comer, Akashi llevó los trastos a la cocina para lavarlos más tarde, era pecado exponer sus manos a agua helada. Sintió un suave sonido chocando contra la ventana, estaba empezando a nevar, vaya que Londres era muy caprichoso a veces. Kouki se puso ropa para poder abrir la ventana nuevamente y tocar los fríos copos de nieve, solo para ver cuán efímeros eran que casi instantáneamente se convertían en agua sobre sus manos. Akashi sacó algo del bolsillo de su pantalón el cual estaba tirado cerca a la cama y se acercó a su pareja para besarla. Fue un beso tierno y suave, que expresaba el profundo cariño que se tenían. A los minutos cerraron la ventana.

 

-Es como esta foto – dijo Kouki señalando la quinta foto en el librero, del primer día que llegaron a Londres, jóvenes inexpertos pensando comerse el mundo. Ahora habían pasado ya años, a sólo una semana de finalizar sus respectivos estudios se repetía una escena parecida, pero con los protagonistas mucho más maduros dándose cuenta de cómo es la realidad.

 

-Lo es… ¿No crees que falta algo allí?

 

-¿Te refieres a más libros?

 

-No, me refería a las fotos.

 

-¿Quieres que haya una sexta? – Akashi movió la cabeza afirmativamente.

 

-Um tienes razón podía ser para que sea simétrico. ¿Pero que podemos ponerle? Ah es cierto, aún falta el día de nuestra graduación.

 

-Pero serán dos fotos.

 

-Cierto, no podemos graduarnos juntos.

 

-Yo tengo una idea.

 

Akashi se acercó a Furihata. Así como estaba, con el pelo desaliñado por recién despertar y con un polo simple se puso de rodillas sacando lo que había estado escondiendo dentro del bolsillo de su pantalón, una cajita negra que al abrirse mostró un hermoso anillo. No tenía la apariencia de un príncipe, era más bien él como realmente era, pero apostaba su corazón en esa caja.

 

-S-sei tu…

 

-Es para la sexta foto, que dices ¿Te casarías conmigo? – Kouki sentía que casi no podía respirar pero antes de desfallecer soltó un sollozo.

 

-Eres un tonto ¿Tienes que preguntarme? Tus palabras son absolutas. Di que me amas y yo te seguiré hasta el fin del mundo.  – No podía estar más complacido.

 

-Lo tomaré como un sí. – Seijurou puso el anillo en el dedo anular de su ahora prometido para abrazarlo y consolarlo, estrechándolo con fuerza para ocultar sus propias lágrimas de felicidad.

 

-Te amo.

 

-Yo también te amo Sei.

 

*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º

 

La boda no había sido una sorpresa para nadie, todos se esperaban que este sea su siguiente paso y la mayoría al estar enterados fueron pasando rápido la voz para asistir todos. Fue hecho en Kyoto, cerca de uno de los jardines de Sákura (obviamente para Akashi no había imposibles). Al menos cada uno, había celebrado, animado a los novios, llorado, dado un discurso, comido las botanas, dado sus predicciones astrológicas para su vida futura, regalando cosas muy caras, o todo a la vez. Obviamente estuvieron amenazados para que no se portasen mal, pero al final del día todo había sido perfecto.

 

Ahora en la noche de bodas, Kouki se soltaba la corbata blanca, si bien no era la primera vez de estar juntos de esa manera, de alguna manera se sentía nervioso. Temblaba ligeramente mientas torpemente trataba de quitarse la prenda. Sintió una mano sobre la suya, mucho más cálida que lo hicieron calmarse, le retiró la corbata que tanto trabajo le había costado y empezaron a desnudarlo. El saco, el chaleco, la camisa, los pantalones, todo era retirado con sumo cuidado como si se tratara de una muñeca de porcelana y aunque no lo pareciera Akashi estaba casi tan nervioso como el castaño. Lo empujó suavemente en la cama para proceder a besarlo, tan suave tan dulce, como queriendo salir del ensueño que se habían sumido,  poco a poco se le dieron paso a los bajos instintos. La temperatura empezó a subir, así como los jadeos y los gemidos, todo se mezclaban en una danza sensual de la cual eran partícipes. Succionando, lamiendo, mordiendo, saboreando, porque cada centímetro de piel siempre fueron suyas, pero ahora nadie podía contradecirlo, esa era la verdad absoluta aquí y en el resto del mundo. Pronto aquellos quejidos se convirtieron en súplicas, por estar más juntos por hacerse uno como tantas noches lo habían hecho, pero ahora está en particular era tan especial. Entró en su pareja, sintiendo como choques eléctricos recorrían su cuerpo de manera placentera y por la columna arqueada del castaño, también era así para él. Moviéndose lento al principio y luego adquiriendo más velocidad, sus sentidos se ponían sensibles y se estropeaban a la vez. Los dos alcanzaron su punto cúspide al mismo tiempo mientras sus manos se mantenían unidas, portando su anillo de bodas.

 

Decidieron descansar y dormir abrazados. Akashi antes apagar la luz del buró vio por última vez aquella foto que faltaba en su librero. Y faltaban muchas más, tal vez en un futuro la foto de un pequeño emperador.

Notas finales:

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Hola hola que tal? les gustó mi aporte del día de hoy? Lamento mucho la demora, tenía este fic ya escrito pero cuando lo volví a leer como que no me gustó y terminé agrandandolo, aunque no se nota XDDD ya se que está corto, pero le hice un mini lemon al ultimo, espero que les haya gustado, sin más me despido, gracias por sus comentarios en mis one-shot anteriores, espero que este tambien les haya agradado, sobretodo porque tiene arta azucar queya tengo caries :v Bye ne~


Clio ::off::


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