Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Cuento Antes de Morir por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, después de tanto tiempo al fin subo el cap. 11. Espero me disculpen por hacerles esperar es que no encontraba la continuación que ya había escrito pero en un cuaderno pero hoy lo encontré y lo traigo ante ustedes espero sea de su agrado.

Saint Seiya no me pertenece, es de Kurumada-sensei, yo solo los tomo prestados para este escrito sin ningún fin lucrativo. 

Habían pasado un par de horas, Darkness había llegado a su destino con un poco de dificultad puesto que a quien visitaría vivía dentro de un espejo cubierto que estaba en una recamara sellada. El espejo era un portal que llevaba a Cristalghost un mundo fantasmal el cual era regido por Gashadokuro la guardiana de los lamentos y segunda hechicera de la orden de las cuatro dimensiones.

Gashadokuro era aliada declarada de Darkness y su reinado Fantasmeria por lo cual, la regente de las sombras pediría su ayuda para combatir a Shi y salvar a Muu y a los otros caballeros de Atena de su hambre de poder.

La peli negra aceleró se pasó llegando pronto a un pasillo cuyo final mostraba una enorme puerta negra decorada con esqueletos humanos. Darkness se acercó a la magnífica puerta de donde tomo con su mano derecha una argolla que era sostenida por la mandíbula cerrada de una calavera con la cual hizo un movimiento arriba y abajo para que la argolla chocara con el metal de la puerta y provocara un sonido alertando al que estuviera del otro lado.

El sonido metálico resonó por toda la cámara anunciando a la que se encontraba dentro admirando el tétrico paisaje desde un enorme ventanal. La joven se giró para observar la puerta por unos segundos y dirigirse a abrir.

Al abrir la gran puerta, la residente se sorprendió dejando ver una sonrisa de emoción en sus facciones un poco cadavéricas.

 

-¡Darkness! -pronuncio con júbilo abrazando a la nombrada. -¿Qué haces aquí?    -pregunto deshaciendo el contacto para mirarle.

 

- Gashadokuro me alegra verte, pero no en estas circunstancias.

 

-¿Qué ocurre?

 

-Es Shi, ella y yo nos hemos declarado la guerra abiertamente.

 

-No entiendo, como pudieron, ¿que tú no trabajabas para ella? –mirándola sorprendida.

 

-Así era pero, ocurrió un conflicto por un engaño del que me hizo victima la muy maldita. -narro con molestia en la voz.

 

-Dime Darkness. ¿A qué has venido a verme? –indago poniéndose frente a la de negro.

 

-He venido para pedirte que me ayudes a luchar en contra de Shi.

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

Un día nuevo empezaba en el Santuario. El guardián del recinto de la virgen caminaba por su templo vestido con una cómoda túnica de color rojo con detalles blancos la cual solo cubría su hombro izquierdo dejando el brazo derecho y parte de su pecho expuesto.

Llevaba en sus manos una bandeja la cual transportaba un plato blanco con rebanadas de pan tostado con mantequilla, un bowl pequeño que cabía en la palma de la mano el cual contenía fruta fresca picada en trozos pequeños y una taza cuyo contenido era té hecho con una extraña y aromática flor de la India. Todo religiosamente preparado por Shaka para un único destino.

Llego a su habitación personal y observo en la cama a quien minutos atrás reposaba, ahora sentado mirando el brillo del amplio cielo azul que le daba la bienvenida a un nuevo despertar desde la ventana principal la cual era adornada con bellas cortinas de color arena con algunas tonalidades rojas y pedrería que hacían un tintineo al chocar entre si cuando la brisa hacia bailar la tela con calma.

Le observo por unos segundos en silencio, pero Muu ya sabía que él estaba allí contemplándole mudo. Giro su cabeza para posar su oscuro mirar sobre el rubio, y le sonrió.

 

-Buenos días Shaka. -saludo retirándose las tibias sabanas de encima.

 

-Buenos días Muu, ¿cómo has amanecido? -cuestiono acercándose más a la cama para luego colocar la bandeja sobre las piernas del de Aries.

 

-Bien gracias. Shaka, no era necesario que te molestaras, pude haberte ayudado. –dijo mirando la charola puesta sobre sus piernas.

 

-No Muu, déjame consentirte aunque eso no bastara para reparar todo lo que te ha pasado por mi culpa.

 

Shaka bajo la cabeza notablemente triste. Muu le había contado la noche anterior todo lo acontecido desde que descubriera a Saga con él aquella tarde, lo de Darkness, y lo de su corazón que ya no tenía también de lo que se había enterado recientemente sobre el plan de esa criatura llamada Shi y lo que tiene planeado hacerle. Shaka se sintió morir cuando el psíquico le conto lo de la bañera y lo de la daga con la que quería dar fin a sus días.

No podía creer que él que decía amarlo, le hubiera provocado todo ese sufrimiento que el peli lila no se merecía de ninguna manera y todo por no aclarar sus sentimientos de buena manera. Ahora se arrepentía por su actuar tan ridículo, tal vez si hubiera hecho su jugada con inteligencia Muu estaría a su lado amándolo y dejándose amar pero era algo que no podía cambiar pero que trataría de mejorar. Ahora lo importante era regresarle a su amado ese corazón sincero que lo caracterizaba para que volviera a ser el mismo hombre bueno y amable del que quedo tan enamorado.

Muu viendo el semblante del ilusionista, estiró su mano hasta tocar el rostro del otro y hacerlo mirarle. Shaka abrió grande sus hermosos ojos azul cielo al sentir el calor de esa suave piel tocar la suya. Con lentitud volvió a subir su cara para mirar a menor. Muu lo miraba con melancolía, como si pudiera percibir el dolor que el rubio tenía en su corazón. A pesar de que ese ser frente a él le hiciera un daño tan serio a su cuerpo no podía odiarle, no sabía muy bien porque pero no podía sentir un sentimiento negativo por Shaka.  

 

-Shaka, el que yo este así yo mismo me lo he buscado por mirar a la persona equivocada, nunca sabemos si lo que hacemos tendrá buenos o malos resultados solo lo hacemos arriesgándonos a las consecuencias que eso pueda traer pero eso es lo que nos hace humanos, el equivocarnos, el arrepentirnos, el perder y el ganar es parte de esta vida. Yo me equivoque y no culpo a nadie por el error tan grande que cometí tú y Saga solo aparecieron en el momento equivocado.

 

Al oír todo eso Shaka se sentó en la cama al lado del psíquico, retiro la bandeja de sus piernas con rapidez y tomando ambas manos de Muu le hablo con aflicción.

  

-¡NO! Esto no es culpa tuya. Esto lo hiciste para mitigar el dolor que yo te he causado junto con Saga, todo por mi egoísmo. Muu soy un maldito. –miro hacia un punto fijo en el suelo. –Si yo decía amarte tanto aun en mi confusión, tuve que dejar que tú fueras feliz aunque no fuera conmigo pero en lugar de eso yo… -cierra fuertemente sus ojos para evitar llorar por el coraje que siente con él mismo.

 

El tibetano que se había quedado sorprendido por lo que el rubio le decía opto por demostrarle que no estaba molesto y con suavidad envolvió al mayor en sus brazos tímidamente, Shaka no podía estar más sorprendido y tras abrir sus orbes grandemente sintió que un hermoso calor lo cubrió de pies a cabeza y sonrió. Sonrió como hace mucho no lo hacía, como solo Muu lograba hacerlo con sinceridad y calma, se giró levemente para rodear al peli lila con sus brazos.

 

-Muu. –susurro.

 

-Shaka. –respondió. –Por favor no te culpes por algo que en realidad no ha sido culpa de nadie, a pesar de todo lo que me ha pasado siento que todo tiene una solución excepto la muerte incluso para nosotros.

 

-Eres alguien con un gran corazón Muu, a pesar de que ahora no lo tengas pero te prometo algo. Recuperare tu corazón haga lo que haga y sea quien sea con quien tenga que pelear. –hablo seguro.

 

-Yo también lo hare Caballero de Virgo. –irrumpió una voz femenina tomando por sorpresa al nombrado. 

 

Shaka se separó de Muu poniéndose de pie frente a él ya que aún seguía en la cama, con la intención de protegerle de esa siniestra mujer frente a él.

 

-¿Quién eres tú y porque estás aquí? –cuestiono el hindú a la defensiva dispuesto a atacar si era necesario.    

 

-Por favor no vengo a pelear, he venido a verte Muu. –respondió Darkness tranquila.  

 

-Darkness, ¿insistes en venir verdad? –Muu se puso de pie para ir al lado de Shaka.

 

-¿Darkness? ¿La criatura que te quito el corazón es ella? –pregunto molesto aumentando su cosmos.

 

-Si pero por favor no la enfrentes. –pidió.

 

-¡¿Qué no la enfrente?! ¡Si por su culpa ahora tu ser está muriendo! –alzo la voz molesto sin dejar de ver a la regente con odio.

 

-¿Es fácil para ti depositar parte de tus culpas en otros, caballero de Atena? –respondió fríamente dando un paso al frente.

 

Shaka retrocedió un paso alterado por la pregunta retórica que Darkness le lanzo como un ataque letal. Letal a su conciencia.

 

-¿A qué has venido Darkness? –se acerca hasta quedar frente a ella.

 

-Veo que aun sigues molesto.

 

-No, solo un poco decepcionado.

 

-Entiendo, pero veo que estas mejor, ya incluso les has contado a algunos de tus compañeros sobre lo que ocurre entre tu Shi y yo. –sonrió.  

 

-Sí, espero no te moleste.

 

La peli negra negó.

 

-Al contrario, me alegra que lo hicieras. Ahora tenemos que hablar, Shi está cada vez más cerca de ti aunque no lo creas. –hablo pero el rubio la interrumpió.

 

-Shi es el nombre de la criatura que quiere quitarle el alma a Muu ¿no es verdad?

 

-Así es, he venido a comunicarle a Muu que estamos listas para pelear con ella hasta que una caiga.

 

-Espera… ¿listas? ¿Tú y quien más? –indago el menor.

 

-Buenos días caballeros. –saludo la voz de una nueva figura en la habitación. 

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

En la habitación del Patriarca ya la luz del sol tocaba la estatua de la diosa Atena que se alzaba con magnificencia en lo alto del Santuario, Shion ya se encontraba levantado y peinaba su cabello como cada mañana pero al ver en el espejo de su tocador su mirada rosa fue hasta la cama donde el guardián de la casa de Libra aún se encontraba durmiendo enrollado en las sabanas. Soltó un bufido de molestia y poniéndose de pie, se dirigió con paso veloz hasta donde su pareja dormía.

  

-¡Dohko, despierta! –exigía el ariano mayor a su somnolienta pareja mientras lo movía para que abriera los ojos. –Nuestra diosa viene en unas horas, necesito que me ayudes. –agrego.

 

-Mmmm Shion un poco más, te lo ruego… -pidió restregándose un ojo perezosamente.

 

-Amor por favor, me dijiste que estarías conmigo en esto. O ¡Es que me estabas mintiendo Dohko de Libra! –exclamo molesto dejando de zarandearle.

 

-¿Qué? ¡NO! Claro que no. –sentándose de golpe en la cama. –Mi amor yo nunca te mentiría. –suspiro. –Está bien cielo, me daré un baño para prepararme mientras tanto adelántate tú.

  

Shion suspiro agradecido tras oír lo que su novio le dijo.

  

-Gracias amor, te amo. –se acerca a besar los labios del mayor con suavidad en agradecimiento.

 

-Y yo a ti mi carnero. –responde el beso y le acaricia un largo mechón de verde cabello. 

 

-Bien. –se aleja hasta llegar a la puerta. –iré a ver a los caballeros para preparar el recibimiento de la diosa, te veo luego. –siendo su palabra final se va a lo que el chino se levanta para empezar a prepararse. 

 

-Tienes suerte de que te amé tanto, oveja. –susurro tras un suspiro cansado una vez se vio solo.

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

Eran las 10:15 am. Iba caminando golpeando piedras con la punta de su bota marrón, al golpear una roca, vio con aburrimiento como esta se perdía por una grieta del suelo arenoso por lo cual olvido su pequeño entretenimiento dejándolo por la paz. Al volver su vista al frente, diviso unas figuras sentadas una al lado de la otra al pie de una gruesa columna.

Normalmente no le hubiera dado tanta importancia, pero su nombre mencionado por una de esas bocas de una manera parecida a la que el usaba al referirse a su amado, lo hiso interesarse por lo que pudiera escuchar aun sabiendo que espiar es incorrecto.

 

-Aun no puedo creer que tu sientas eso por ese tipo… -hablaba una de las voces con tono de fastidio.

 

-Ni yo tampoco, es que… Aioria… me hechizo, no puedo explicarlo solo…

 

Esas palabras soñadoras que llegaban a sus oídos lo sorprendieron como nunca antes. Aioria que ya había escondido su cosmo desde que inicio a alejarse de las casas zodiacales se había escabullido hasta detrás de aquella columna donde aquellos dos hablaban. ¿Qué él lo había hechizado? ¡Imposible! Debía admitir que su admirador era realmente guapo pero había hecho mucho daño al ser que amaba en realidad. Y ese era otro asunto, su corazón ya tenía dueño y ese era el de Aries.

 

-No sé qué decirte. Aunque la verdad, me beneficia mucho que te atraiga. –ríe levemente.

 

-¡Cállate! Lo que yo siento por él no es motivo para que se convierta en un punto a tu favor. –reacciona molesto poniéndose de pie. –Te lo cuento porque te tengo confianza, así como tu conmigo, la diferencia entre tú y yo es que yo no quiero lastimar a Aioria. –concluyo mirando al cielo con ilusión.   

  

El otro también se puso de pie encarando al anterior. Aioria quería saber más, aunque claro no iba a ponerse frente a ese par y exigirles apresurarse a continuar; ninguno de los mayores había sentido su presencia puesto que la había ocultado para que nadie lo contactara interrumpiendo su paseo. Por ende aprovechando que para los dos hombres al otro lado de la columna él, no estaba ahí escuchando toda su conversación, se quedaría a conocer más sobre ese aparente admirador secreto en cuyo corazón palpitaba su nombre con cada latido.

  

-Entonces ¿Qué quieres con él?  -la pregunta sonó lenta y decidida y el de Leo agudizo el oído.

 

-Quiero…… -suspiro meditando las palabras que usaría para expresarse. -Quiero protegerlo, que este conmigo y que se sienta a gusto; que se sienta amado y respetado. –miro al que tenía enfrente con fuerte determinación como retándolo a que si lo haría costase lo que costase.

 

El otro sujeto sonrió, cerró los ojos con lentitud y negó suavemente con la cabeza y las manos en la cintura como quien no cree algo o peor aún, lo considera absurdo e inverosímil pero él sabía que el otro no mentía ni jugaba pues lo conocía y cuando algo se le metía en la cabeza no había quien se lo quitara hasta que lograra conseguir lo que deseaba.

  

-Entiendo… -rio con ingenuidad. –No es por deprimirte pero ¿Sabes que él está enamorado de alguien más? –mirando al otro seriamente, se acercó más, el otro hombre suspiro preocupado y dolido y volteo su mirada al suelo árido que pisaba.

 

-Claro que lo sé. Por si no lo recuerdas, yo te dije que él estaba interesado en Muu. –sonrió con autosuficiencia.

 

-Y si sabes eso Kannon ¿Por qué te haces ilusiones? Él podría terminar jugando contigo como Shaka lo hizo conmigo. Además. –agrego. –Aioria sabe que fuiste tú el que me dio la idea para atraer a Shaka usando a Muu.

  

El ex marina frunció el ceño molesto ante el recordatorio que Saga le daba. Bien, era cierto que fue él quien le metió esa idea en la cabeza al mayor pero este lo hizo porque quiso. En ningún momento Kannon considero que le puso un cuchillo en la garganta a su hermano para que hiciera su voluntad. No, Saga también era culpable directo de aquel daño proporcionado al lemuriano peli violeta. Así que lo que el mayor hizo, fue lo mismo que un niño pequeño hace si se le da un libro: el chiquillo tiene a su criterio leer el libro y usarlo para guiar su futuro o simplemente lo ignora y se va a jugar o destruir lo que encuentra como pasatiempo a su aburrimiento. Y el dorado guardián de Géminis había elegido leer el libro que Kannon le dejo puesto sobre la mesa, aplicando todo lo que este tenía escrito.

  

-Te di la idea, mas nunca te obligue brutalmente a usarla, o ¿Es que acaso te torture eh Saga? –volteo a verle con esa mueca de sinvergüenza que tanto molestaba al mayor y que le hacía sentir que el más joven se burlaba de el sin descaro, haciéndolo oscurecer su semblante de enojo puro. -Lo que Shaka te hizo, tú mismo te lo buscaste y comienzo a creer que lo merecías.

  

Saga que se había estado conteniendo. Entro en profunda cólera al escuchar lo último dicho por Kannon porque además de ser molesto, tenía un deje de verdad que fue la gota que derramo el vaso de su paciencia.

 

-¡¡¡POR TU MALDITA CULPA ESTOY EN ESTA MALDITA SITUACION IMBECIL!!! –grito fuera de sí con odio y rencor, y el grito dado hizo saltar a Aioria en su escondite. -¡Ahora estoy sin Muu por querer a Shaka, y sin Shaka por jugar con Muu y eso es por ti miserable infeliz!

 

Lo que Saga le dijo, hizo que Kannon se llevara la mano a la cara, tapándola con desesperación y decepción.

 

-Por si no te das cuenta hermano. Estas solo porque eres un maldito ambicioso que no toma en serio a nada ni a nadie. –suspiro con cansancio, dándose la vuelta para volver hacia a los templos.

 

-¡¿Adónde vas?! –le pregunto molesto el mayor.

 

-A casa, a donde si no. Ya me harte de escuchar tus locuras y gritos, me marcho.

 

Y sin voltear a mirarle, siguió avanzando hacia los templos dejando a Saga solo, al menos se sentía un poco mejor de confesarle a alguien como se sentía aunque ese alguien fuera Saga, no importaba; se sentía con más ánimos de intentar conquistar al leonino a pesar de que este ya amara a alguien más. Kannon no perdería la guerra sin siquiera haber ido, se armaría de valor y paciencia y cuando Aioria necesitara un apoyo, el esperaba estar ahí para acompañarle. 

 

-Algún día mí querido Aioria… algún día. –sonrió para sí sintiéndose como un adolescente enamorado, lleno de sueños y anhelos que ansiaba cumplir.

  

Por otro lado…

Aioria se había alejado sigilosamente de donde los gemelos habían estado discutiendo. Se sentía extraño, nunca de los nunca se imaginó ni siquiera en sus sueños más descabellados que Kannon de Géminis estuviera enamorado de él. Se pudo esperar de todo en la vida menos algo como eso, de algún modo se sentía mal pues lo que Saga le recalco era cierto: él amaba a Muu y solo tenía ojos para el peli lila. No podía responder a sus sentimientos, al menos era lo que el de Leo sentía pero… como dicen por ahí: el destino no está escrito en piedra y nunca se sabe lo que pasara al día siguiente.  

Además Kannon había perdido puntos al ser el estratega del mal que su amado caballero sufre. Si nunca le hubiera aconsejado al gemelo mayor aquel terrible plan de conquista, Muu no habría sufrido ninguno de los tormentos vividos desde que Saga se le confeso en engaño. 

 

-No sé si podría perdonarte por lo malo que has hecho Kannon… aunque digas amarme. 

  

El griego dio fin a su caminata yendo también hacia los templos, se sentía contrariado. Tal vez un buen baño le ayudara a acomodar sus ideas, tal vez fuera una conversación con Aioros, no interesaba realmente. Quería liberar tención de todo lo que supo y la manera en que lo hiciera no era importante si no que funcionara y le diera un poco de paz a su mente hecha un lio.  

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

Eran las 4:38 pm cuando un lujoso auto se estaciono en los comienzos del Santuario. Todos los caballeros de la orden junto con Shion estaban reunidos ahí luciendo sus impecables armaduras doradas en orden de constelación junto con los caballeros de plata y las amazonas. Todos estaban preparados para recibir a la diosa Atena quien por fin había llegado junto con los caballeros de bronce, tal parecía que la chica había hecho un cambio de planes pues en realidad ella llegaría solo pero ahora estaba acompañada por sus amigos y guardianes más cercanos.

Del auto bajo Tatsumi para seguidamente correr a la puerta trasera del auto para ayudar a la joven Kido a salir seguida de los cinco bronceados que habían ido para asegurar su seguridad en el viaje por petición de la misma Saori.

Todos al verla, se arrodillaron ante ella en reverencia pues era su diosa y le debían respeto.

  

-Mi diosa. Al fin está aquí con nosotros. –el primero en hablar fue Shion, los caballeros al escuchar al Patriarca, su pusieron de pie para ver a la chica.

 

-Buenas tardes Shion, caballeros. –saludo la japonesa sonriente. –Es un gusto volver a verles, el vuelo se retrasó un poco pero ya estamos aquí.

 

-Es un gusto mi señora. –hablo Aioros.

 

-Es momento de volver al Santuario. Ya no tarda en ponerse el sol y hemos hecho un recibimiento para usted mi señora. –esta vez fue Dohko quien se encamino junto al ariano peli verde.

 

-En ese caso vamos entonces. –Saori volvió su mirada cian hacia su sirviente. –Muchas gracias por traernos Tatsumi, desde aquí iremos; solos puedes irte al hotel donde hice una reservación para ti. Estarás muy cómodo ahí. –sentencio a lo que el mayordomo respondió.

 

-Se lo agradezco señorita. Y ustedes. –dijo hacia los de bronce. –¡Cuídenla bien o ya verán! –amenazo a lo que Ikki hablo.

 

-Tú no eres nadie para darnos órdenes ni mucho menos para amenazarnos pobre miserable insignificante.

 

El comentario del Fénix hizo sudar frio al sirviente a lo que Shun intervino.

 

-Hermanos no seas así. Ven mejor vámonos. –el peli verde tomo del brazo al peli azul para encaminarlo a donde estaban los demás.

 

-Bien hay mucho camino por recorrer antes de llegar, así que emprendamos el regreso caballeros.

 

Shion dio la orden y todos se movilizaron hacia El Santuario para que los recién llegados comieran y descansaran tras su agotador viaje desde Japón.

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

-Vaya pero que sorpresa. La diosa ha llegado al Santuario, es la oportunidad que estaba esperando, con todos los guerreros en un solo lugar, nadie notara mi presencia. Esta será la noche en que el caballero de Aries será el nuevo rey de las sombras. –Shi miraba a través de un estanque con agua cristalina lo que acontecía en El Santuario, sabiendo así que Saori estaba ahí por lo cual sería mucho más fácil cumplir su cometido sin que nadie se diera cuenta.

 

-Este es el día Darkness en que te destruiré para siempre maldita traidora. –rio sonoramente con maldad para luego desaparecer en una cegadora bola de luz.

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

En el salón patriarcal se veía mucho movimiento de los santos ahí reunidos. Todos charlaban: Aioros y Aldebarán compartían unas palabras con Seiya, Shura y Dohko hablaban animadamente con Shiryu, Ikki reía de alguna cosa que Aioria le comentaba, Shun platicaba con Afrodita y Death Mask y Hyoga le contaba a Camus y a Milo todo lo acontecido mientras estaba lejos a su vez que estos también le contaban cosas al ruso.

Todos lucían alegres menos uno de los ahí presentes. Muu se sentía algo vacío, quería irse y viendo que nadie notara su partida, salió lo más sigilosamente que pudo. Quería estar solo en su templo y descansar, no quería ver ni hablar con nadie. Más no sabía que alguien lo vio salir y lo siguió para vigilar que estuviera bien.

 

  

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

Darkness estaba meditando frente a la luna llena en su palacio. Gashadokuro y Sakarya estaban con ella en la habitación mientras tomaban una extraña infusión hechas con flores marchitas de cementerio, bebida favorita de la guardiana de las calaveras. De vez en vez las dos chicas miraban a la peli negra que estaba en el balcón de la recamara cuyo destino era una especie de biblioteca pequeña que la guardiana de las sombras usaba para poner su mente en orden como lo hacía en aquel momento.

 

-Nunca he entendido como mi ama puede levitar sin mover ni una sola pluma de sus alas. –confeso la peli roja luego de dar un sorbo a su taza para luego dejarla sobre el negro mantel de la pequeña mesa.

 

 Gashadokuro que había escuchado aquello, giro su mirada de Darkness a su compañera de merienda con humor.

 

-Lo que pasa querida, es que ella entra en un estado elevado de concentración mental. –tomo la oreja de la taza con sus huesudos dedos para llevarla a sus delgados labios y sorber un poco de aquel liquido de color oscuro.

 

-Algo así como… ¿telequinesia?

 

La bicolor separo la taza de su boca, ladeo un poco la cabeza sin dejar de mirar a la de moño para luego entre una sonrisa responder.

 

-Exactamente linda. –vuelve a tomar de la taza mientras Sakarya se admira ante lo que descubrió.  

 

-¡¡¡AHHH!!!

 

Aquel grito había matado el estado de calma en la que se sumían las dos mujeres pues se vio abruptamente interrumpida por Darkness quien había sido sacada con violencia de su trance mental para salir disparada desde el balcón donde estaba, hacia el librero que había en la pared cerca de la puerta haciéndola golpearse dolorosamente para terminar cayendo al suelo junto con casi todo los libros que reposaban en los estantes. 

Gashadokuro y Sakarya se levantaron alarmadas por el estado de la regente que no se movía, yendo pronto a su lado. La peli roja fue quien toma a la azabache entre sus brazos para tratar de hacerla reaccionar. 

 

-¡Ama! ¡Ama por favor responda! –suplicaba la chica comenzando a llorar.

 

-Querida no llores, Darkness solo se golpeó muy fuerte, recuerda que solo puede morir si la criatura que la creo la mata. -lo que la reina de los esqueletos le dijo parecía tranquilizarla, justo en ese momento, la sombría abría los ojos con pesadez.   

 

-¿Estas bien Darkness? –indago la bicolor ayudándole a sentarse.

 

-S-Si, eso creo.

 

-¡Ama! ¿Qué fue lo que le paso?

 

-¡Muu está en peligro! –fue lo que dijo alertando más a las otras dos.

 

-¿Qué?

 

- ¡Esta noche Shi ira a buscar a Muu,  Gashadokuro! –elevo la voz en desesperación.

 

-¿Cómo sabes eso?

 

-Porque la muy maldita trato de encerrarme en mi propia mente para que no interfiriera. Quiso sellarme en mi cabeza, pero pude evitarlo por eso salí impulsada de esa manera. Debo ir antes de que sea demasiado tarde.

 

-Está bien. –ayudando a la de negro a ponerse de pie. –Iré contigo, te lo prometí ¿o no? –sonríe a lo que la azabache también pero con agradecimiento.

 

-Bien entonces vámonos. Sakarya. –camina hasta la nombrada quien limpia sus lágrimas que amenazan con correr por sus mejillas. –Te prometo que volveré de esto y te cuidare siempre, ¿está bien? –Darkness abraza a la peli roja.

 

Aquel afecto que el ángel de las sombras tiene por la chica de vestido rojo es el de una madre a una hija pues para Darkness, Sakarya es como su hija en recuerdo de aquel bebe que le fuera arrebatado por Shi el cual sabía que sería una niña a la que hubiera amado con todas sus fueras pero que no pudo dado al error que cometió contra la vida y lo posible e imposible y lo humanamente permitido aunque Sakarya la viera más como una hermana mayor. Pero ambas se querían y se cuidaban. No importaba cuantas veces la de ojos rojos le dijera que no le llamara ama, Sakarya siempre lo hacía y así se sentía bien porque le tenía gran respeto a la mayor y eso nadie se lo quitaría. Pero ahora estaban ahí a unas palabras que podían ser mentira si no se cumplían o verdades que serían un premio a una buena obra aunque ya fuera tarde para una pobre alma condenada hasta el infinito de la creación.

 

-Y-Yo sé que si… Darkness, sé que volverás y que estaremos juntas hasta el final.

 

Sakarya le abrazaba como trasmitiéndole todo la fe y lo bueno que sentía por ella. Porque la de cabello rojo sangre aun podía sentir pues ella aún tenía su corazón y la calidez humana que ha Darkness se le había negado.

 

-Darkness, es hora de irnos. –llamo la chica del ojo verde.

 

-Tienes razón. Cuida este lugar Sakarya, espero verlo como lo deje cuando vuelva. –dio una sonrisa de seguridad a la menor y con Gashadokuro, desapareció en un torbellino de sombra.

 

-Sé que regresaras Darkness, confió en ti. –Sakarya comenzó una plegaria mental para que su guardiana volviera vencedora de esa guerra que se avecinaba amenazando con destruirle.

 

 

«@»«@»«@»«@»«@»«@»«@«»@«»@«

 

Muu bajo hasta su templo pero no ingreso a su casa. Shaka iba detrás de él sin ser notado, el ariano siguió bajando por los escalones que llevaban a su propia casa con destino incierto al menos para el que le seguía.

Tras un buen rato de caminar, tomo dirección haca una colina a donde le gustaba ir en las tardes para despedir el día esperando el anochecer. Muu se sentía muy extraño, como si algo estuviera consumiendo lo último bueno que le quedaba en el interior. Se quedó de pie junto a un frondoso árbol admirando la luna en cuarto creciente; admiro el silencio y la paz del momento, la que su ser necesitaba.

Shaka que había permanecido oculto, lo vigilaba atento a cualquier cosa. Esperaba que su amado estuviera bien, mientras tanto solo lo acompañaría en secreto para que el peli lila no se molestara o se sintiera acosado. Muu aun miraba al cielo nocturno pero su expresión de calma cambio a una de desconcierto al ver la luna siendo cubierta por nubarrones negros y un fuerte viento se hizo sentir haciendo que sus largos cabellos se movieran con violencia.  Trato de irse del logar pero al dar la vuelta se encontró con una criatura que nunca había visto; una joven de cabellos platas y ojos oscuros como la noche más fría y fúnebre vestida de blando y de piel tan clara como la luz lunar que anteriormente lo bañaba.

 

-¿Quién eres tú? –pregunto Muu y Shi simplemente sonrió con inocencia.

 

-Soy Shi, caballero de Atena. –extendió sus alas blancas mientras se acercaba. –He venido para llevarte a que cumplas tu destino como rey de las sombras.

 

-¿Así que tú eres Shi? Darkness me había advertido sobre ti, y de una vez te digo que pierdes tu tiempo, yo no iré a ningún lado contigo así que puedes irte por donde viniste. –hablo molesto poniéndose en posición de ataque dispuesto a pelear con la criatura si lo ameritaba.  

 

El hindú que presenciaba todo, supo de inmediato quien era esa extraña criatura y quiso salir a ayudar al tibetano pero una extraña fuerza no le permitía moverse de su lugar como si lo hubieran paralizado privándolo de todos sus sentidos. No podía mover ni en solo dedo ni hablar, estaba entrando en la desesperación pues sabía lo que ese espíritu le haría a Muu si no lo ayudaba, pero ¿Cómo? Si estaba en calidad de estatua. Lo que Shaka intuyo fue que aquel demonio sabia de su presencia y no quería que interfiriera en su camino.

  

-Vaya pero si eres demasiado prepotente caballero, creo que esa inútil hizo bien su trabajo después de todo. Ya que tú no eras de este modo Muu de Aries. –sonrió complacida a la actitud del peli lila.  –Bueno, si no será por las buenas, estoy dispuesta a hacerlo por las malas entonces.

Shi luego de su sentencia, hizo aparecer su Oz de hoja blanca. Estaba dispuesta a lo que fuera, no se iría sin su objetivo, por algo era la muerte y la muerte nunca dejaba a su presa.

 

-¡¡¡No te lo permitiré!!!

 

Muu salto alto para tratar de escapar de la peli plata y ganar tiempo para convocar un ataque, pero no conto conque Shi, le diera alcance rápidamente para atacarlo con una técnica que portaba en sus ahora garras, rasgando así la coraza del pecho de la armadura. El tibetano callo con fuera por el ataque arrastrando la tierra consigo quedando arrodillado. Al ver al espectro venir desde lo alto con su Oz en mano dispuesto a cortarlo, dio un nuevo salto hacia atrás que evito que fuera cortado por la mitad con el arma de gran tamaño de su contrincante.

Shaka se desesperaba cada vez más por no poder hacer nada para liberarse de ese poder que lo tenía inmovilizado. Tenía que hacer algo o Muu moriría ante sus ojos a manos de esa maldita criatura.

El tiempo se detuvo para lo que aconteció. Shi había dado un poderoso golpe con uno de sus ataques a Muu, dejándolo tendido en el suelo sin posibilidad de salvación. El ángel cobrador se acercó más al chico inconsciente; tomo su arma con ambas manos y la alzo por el aire para darle más fuerza a su golpe certero para acto seguido, hacerla descender para al fin arrebatar la vida de su nueva alma errante. El rubio espectador cerro los ojos llenos de lágrimas ante la impotencia de no haber podido salvar al amor de su vida pero justo cuando todo parecía estar perdido. Las sombras se materializaron formando la silueta de Darkness quien con su doble cuchilla había interceptado el ataque de la de blanco evitando así que cometiera aquel horrible acto de muerte.  

 

-Maldita bruja ¡¡¡Esta me la pagaras!!! –grito con todo su odio la de cabellos negros alzando su arma para arrojar lejos la de Shi.

 

La muerte no podía estar más furiosa por la intromisión de la sombría; a lo que intento atacarle.

 

-Darkness miserable ¡¿COMO TE ATREVES?!   ¡Te cortare con mis garras venenosas! –voló hacia la oscura a gran velocidad con la intención de arañarla.   

 

Darkness que se lo veía venir, alzo el vuelo también invocando un ataque que golpeo a la oji negro directamente en el pecho.

 

-¡¡Trueno sombrío!! –arrojo su ataque haciendo que a Shi la envolviera una oscura y poderosa descarga eléctrica que la inmovilizo lo suficiente para que Darkness fuera de nuevo hacia ella para cortarla con su arma en repetidas ocasiones haciéndola sangrar.

  

La muerte gritaba con verdadero dolor. La guardiana de sombras diviso al caballero de Virgo que estaba bajo uno de los poderes de la peli plata. Así que fue hasta el para luego llamar a Gashadokuro para que le ayudara a romper el efecto.

 

-Tranquilo caballero, es solo una técnica llamada “El peso del muerto” te lo quitare en un momento. –la del ojo verde comenzó a decir una especie d conjuro que Shaka no entendió.

  

El cuerpo el rubio comenzó a brillar de una manera rojiza, cuando el fulgor se fue, Shaka pudo volver a moverse con total libertad.

 

-Te lo agradezco pero ¿Qué fue lo que me hizo? –le cuestiono sorprendido mientras se masajeaba la nuca.

 

-“El peso del muerto” es una de mis técnicas. Se usa para inmovilizar a los cuerpos con la intención de dejarlos en una sola posición por toda la eternidad en castigo a sus actos cuando vivían. Se trata de poner el espíritu pesado de un difunto en calidad de peso muerto para que evite el movimiento. –explico lo que provoco que el virginiano suspirara.

 

-Entiendo. De nuevo gracias, debo ayudar a Muu. –corrió hasta el ariano que seguía en el suelo inconsciente.

  

Lo cargo en sus brazos con la intención de alejarlo del lugar, llevándolo atrás de unos árboles donde lentamente Muu despertaba.

  

-¿Q-Que paso? ¿Dónde estoy…?

 

-Muu. Estas bien. Ese espectro no te hizo daño. 

 

-Recuerdo que estaba peleando con esa criatura. ¿Qué paso después? Y tu ¿Qué haces aquí Shaka?

 

-Te vi salir del salón patriarcal así que te seguí para asegurarme de que estuvieras bien pero luego vi que ese espíritu llamado Shi apareció frente a ti y cuando quise ir a ayudarte, una fuerza desconocida me inmovilizo por completo. –narro acariciando el cabello lila.

 

-Ya veo… ayúdame Shaka. –pidió tratándose de ponerse de pie.

 

El ilusionista lo  ayudo. A Muu le costaba mantenerse de pie pero se apoyó del tronco del árbol donde se habían escondido. Mas cuando el menor comenzó a caminar hacia donde Shi, Darkness y Gashadokuro peleaban, Shaka se alarmo.

 

-¡Muu! ¿A dónde vas? –lo detuvo del brazo.

 

-A ayudar a Darkness, no puedo dejar que ese espíritu le haga daño.

 

-¡Estás loco! Ella puede encargarse de esa mujer. El único que puede salir lastimado eres tú. –razono.

 

- ¡Tu no lo entiendes! –dijo soltándose bruscamente. –No puedo dejarla sola, ella siempre ha estado protegiéndome desde que supo las verdaderas intenciones de su superior.

 

-Eso lo sé pero no puedo permitir que arriesgues tu vida de esta manera. –molesto.

 

Muu iba a refutar algo nuevo pero el choque de un cuerpo contra los arboles no se lo permitió.

  

La cosa que había sido estrellada contra los arboles rompiendo unos cuantos troncos por la fuerza era Darkness que salió literalmente volando por un gran ataque hecho por Shi. Muu sin pensar en nada más, fue hasta la chica que se hallaba enterrada entre ramas y hojas levantándose con pesadez.  Shaka sin muchas opciones en realidad, hizo lo que creyó correcto pues estaba consciente de que él y Muu no podrían detener a Shi en caso de que Darkness fracasara.

  

-<<Aioria…>> -llamo por medio de su cosmos al de Leo.

 

-<< ¿Qué quieres Shaka? –contesto alejándose un poco de la multitud para escuchar con claridad.

 

-<>

 

-<< ¿Muu? ¿Qué le pasa, está bien?>>

 

-<<No, necesitamos ayuda o posiblemente nos mataran. Trae a los otros hasta la colina escondida, es a donde estamos pero rápido Aioria o podría ser demasiado tarde. >> -advirtió disimulando su desesperación.

 

-<>

  

Aioria busco a su hermano con la mirada hasta que lo encontró en compañía de Shura cerca de una ventada. Se dirigió hacia el arquero para pedirle ayuda para reunir a sus compañeros.

 

-¡Aioros, Shura! Necesito su ayuda. –dijo llegando algo alterado.

 

-¿Claro, que necesitas hermano? –volteo a verle dubitativo.

 

-Shaka se ha contactado conmigo. Quiere que todos vayamos a la colina escondida. Dice que nos necesita antes de que alguien muera, Muu está con él.

 

-¿Shaka y Muu se fueron? –Shura busco a sus compañeros y al no verlos, un mal presentimiento se adueñó de él.

 

-Tal parece que sí. Está bien Aioria.

 

Aioros se encamino al centro de la sala para hacerse escuchar ante los demás.

 

-¡Compañeros! –llamo. –Nuestros compañeros Shaka de Virgo y Muu de Aries están en peligro, debemos ir a ayudarlos.

 

Todos dejaron lo que hacían para prestar atención al centauro.

 

-¿Cómo sabes eso Aioros? –indago Aldebarán acercándose.

 

-Shaka me pidió ayuda mediante su cosmos. –respondió el león.

 

-¿Qué le pasa a Muu? –esta vez fue Camus preocupado por su amigo.

 

-No lo sé Camus, solo sé que están en la colina escondida y necesitan nuestra ayuda.

 

En la sala se hizo una total confusión. Y Saori se vio en la obligación de calmar a sus santos.

  

-Caballeros míos. Si lo que dice el caballero de Leo es verdad no hay que perder tiempo. Hay que ir a ayudar a nuestros amigos. –concluyo yendo hacia la salida a lo que todos en el salón la secundaron con destino a aquella colina donde tres grandes entidades luchaban sin descanso por el alma del de Aries. 

Notas finales:

Bueno aquí el cap. 11 espero haya sido de su agrado y si no. Son bienvenidos sus aportes con un review. Gracias por leer y hasta el cap. 12


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).