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Un Cuento Antes de Morir por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores aquí traigo la actualización del capítulo 12 de esta historia, a los que leen gracias por seguir mi humilde trabajo. Saben, estoy tentada a subir uno de mis primeros fics pero adaptado a Saint Seiya, ya que originalmente es de Yu-Gi-Oh! Y como no lo termine en esa categoría me gustaría poder terminarla en esta ya que me gusta mucho escribir de los sexys caballeros. Quisiera que me dieran su opinión en si es buena idea hacerlo así y terminar la trama original con personajes de Masami Kurumada o no. Su opinión es valiosa para mí y les estaría muy agradecida si me dan su punto de vista.

Buenos, las aclaraciones como siempre son que Saint Seiya no es mío (triste realidad) sino de Kurumada-sensei (genio en toda la extensión de la palabra) pero lo que sí es mío es la trama de la historia la cual traigo para ustedes. Espero les guste ;)

Bien sin más que agregar los dejo leer el cap. 12.

Todos los caballeros de la orden dorada más su diosa, salieron rumbo hacia donde Aioria los dirigía para atender el llamado de ayuda que el caballero de virgo le había hecho. Por algún motivo Aioria sentía aquello como si fuese una experiencia ya vivida y luego de quebrarse un poco la cabeza tratando de enlazar cabos sueltos termino encontrando la respuesta que tanto necesitaba: sin duda era igual a lo que ocurrió al inicio de su sueño la noche anterior; la sensación de angustia, el miedo a no poder evitar una tragedia, la impotencia de no poder ayudar a un amigo. Y entonces más decidido que nada evitar que su sueño se creara en una dolorosa realidad; necesitaba llegar a aquel lugar a donde Muu su amado peleaba por vivir y recuperar aquello que lo hacía ser el caballero bueno y noble que lo hacia especial.

 

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Muu ayudaba a Darkness a ponerse de pie, la guardiana estaba lastimada; una de sus alas había sido golpeada tan fuerte que se había roto y sangraba. El ariano se angustio por aquella herida de su amiga, Shaka se acercó a ambos con la intención de defenderlos si Shi se les acercaba para atacarlos aprovechando su momento de debilidad aunque esta ahora se encontraba demasiado ocupada debatiendo con Gashadokuro.

 

-Muu ¿Qué tal se encuentra? Ese fue un gran ataque. –reconoció el rubio.

 

-Está herida. –aclaro. –Darkness no puedes seguir así. Déjanos ayudarte. –pidió con desespero el peli lila.

 

-De ni-ninguna m-manera. –contesto con dificultad pues su herida le hacía sentir un agudo dolor además de que perdía mucha sangre. Sentía las costillas rotas, pero eso no le impedirá seguir defendiendo a os caballeros. –No d-dejare que corran pe-ligro. No me perdonaría si… ella te lastima, Muu…

 

Fuertes sonidos y ataques poderosos se dejaban oír en aquel apartado lugar. Los tres miraron con horror como la bicolor era atacada por la peli plateada, sin duda Gashadokuro estaba cansada y eso le estaba afectando un poco a la hora de defenderse. En sus ropajes ya se veía rasgaduras y la escasa piel de su cuerpo mostraba cortadas hechas por el arma de Shi. Darkness estaba decidida a ir a ayudar a su compañera y sin que los otros dos pudieran evitarlo, se dirigió sin importarle su propio dolor, hacia donde ambas entidades luchaban.

 

-¡Lamentos siniestros! –invoco con ambas manos las cuales abrieron un pequeño portal por la cual salieron una enorme cantidad de espíritus torturados hacia Shi; volando a su alrededor, y arañándola con odio mientras gritaban de manera dolorosa y aterradora. Gashadokuro que estaba acostada con una cortada profunda sobre su pecho, fue ayudada por la de Fantasmeria.

 

-¿E-estas bien? –cuestiono a la otra mientras trataba de reprimir una mueca de dolor al arrodillarse a su lado para ver su estado.

 

-Sí, menos mal que estoy muerta, pero ¡¡¡Demonios, que zorra tan tramposa es!!! –exclamo haciendo que la azabache sonriera levemente ante el humor tan inapropiado de su amiga. –Veo que tú has recibido la peor parte querida. –la oji verde miro con detenimiento a la oji rojo; notando como su ala derecha no se movía, doblada hacia abajo, y sangrando de manera fluida.

 

La reina de las calaveras se preocupó por la de las sombras.

 

-Darkness ya no luchemos… si sigues así morirás. –Gashadokuro daba su voz de consejo, mirando a su aliada con una sonrisa que decía “olvídalo, hiciste todo lo que pudiste pero ya es suficiente” mientras ponía su mano izquierda sobre el hombro ajeno.

 

La sentencia que diera la del ojo verde y el otro azul había sido escuchada por Shaka y Muu que habían llegado corriendo a donde ellas se encontraban.

 

-Darkness por favor ¡déjanos ayudarte! –Muu ya se estaba desesperando ante la negativa ilógica de la guardiana.

 

Se sentía un completo inútil mirando nada mas como esas dos criaturas se destruían en esa guerra solo por protegerle. ¡Él es un guerrero maldita sea! No un príncipe en peligro, podía defenderse; para eso había sido entrenado desde muy temprana edad. Sabía que hacer en un combate, el hecho de que su oponente fuera de otro mundo no cambiaba nada ni para él ni para nadie.

Mientras tanto, Shi destruía como podía al centenar de espíritus y almas sin rumbo, hasta que al final pudo conseguirlo. Termino completamente herida, cansada y más molesta que antes.

 

-¡¡¡DARKNESS MALDITA!!! –grito con toda su furia.

 

La nombrada como pudo se puso de pie de donde había estado, aun con un fuerte dolor invadiendo cada parte de su cuerpo, se encamino frente a la de cabellos blancos. No escaparía de ella. No, le haría frente con tal de recuperar el corazón del caballero y el control de su propia vida.

 

-¡La única maldita aquí eres tu perra desgraciada! –respondió con rostro altivo y tono arrogante lo que sin duda molesto mucho más a la cobradora.

 

-¡¡Darkness!! –le gritaba Muu queriendo darle alcance, pero entre Shaka y Gashadokuro le habían impedido ir.

 

-¡Les ordeno que me suelten! ¡Esa criatura va a matarla! –luchaba y se retorcía para escapar de su captura improvisada, pero era inútil.

 

-¡Muu por favor no luches más! Es por tu bien. –Shaka lo sujetaba como podía.

 

-¡Entiéndelo caballero!, ¡no dejes que lo que Darkness está haciendo por ti sea en vano!  -ahora Gashadokuro trataba de hacerle ver el sacrificio de la sombría.

 

-¡¿De qué hablas?! ¡Si ella muere será por mi culpa!

 

Gashadokuro negó suavemente dejando de sostener al tibetano.

 

-Tú no lo entiendes… Darkness ara esto de cualquier manera, por ti y por ella. Porque Shi se lo debe y contigo todo lo que Darkness llevaba callado simplemente exploto, haciendo caer la venda de indiferencia de sus ojos. –explico a lo que Muu muy atento escuchaba un poco más tranquilo.

 

-Quieres decir que… ella ¿estaba buscando esto? ¿Para liberarse?

 

-Así es, al conocerte cambiaste algo en Darkness que la hizo meditar sobre su vida cuando era humana y en lo que se convirtiendo al paso de los siglos. De alguna manera lo que tú has provocado en ella ha sido bueno en verdad.

 

Gashadokuro hablaba suave y lento como quien rememora algo especial e importante y los dos caballeros en el lugar se dieron cuenta del tono soñador con el que la bicolor hablaba de su aliada. Tal parecía que la esquelética chica concia y apreciaba a la de cabellera azabache, y era cierto. Gashadokuro estimaba a la guardiana de las sombras por ser quien la ayudara una vez hace muchos siglos en que la de cabellos plateados la torturaba por el hecho de que le había comunicado que se separaría de su reinado para formar el suyo propio. Esto a Shi no le vino en gracia y opto por castigarla infringiéndole gran dolor que sentía a pesar de ya estar muerta. 

Muu meditaba las palabras de la aterradora chica y miraba a donde Darkness y Shi peleaban con todas sus fuerzas con tal de obtener su eternidad.

 

 

-Entiendo… -Muu dejo de forcejear y ambos que lo tenían sometido lo liberaron viéndolo ya más tranquilo.  –Está bien Gashadokuro, no me interpondré en la pelea de Darkness. –las palabras del ariano hicieron a la espectro sonreír reconfortante, sabía que era la pelea de ambas y no podía posponerse más tiempo ya.

 

Justo en ese momento llegaban a la escena la diosa Atena junto con el resto de los caballeros dorados quienes se quedaron sin habla al ver lo que ocurría: dos figuras completamente desconocidas para todos se debatían con poderes extraños y sorprendentes mientras otra figura tétrica estaba cerca de Shaka y Muu quien parecía algo sucio y desalineado pues él había debatido antes de que ellos llegaran. Al notar las presencias de sus camaradas, el peli lila volteo a verles sorprendido de que estuviesen allí ahora.

Sin más, y ante la vista de la bicolor y el rubio, el ariano se dirigió presuroso ante su diosa que encabezaba el grupo de hombres.

 

-Atena. –hizo un leve asentimiento de cabeza ante la peli morada quien hablo con una pregunta.

 

-Muu ¿estás bien? Aioria nos dijo que necesitaban ayuda y hemos venido a su llamado. –la aclaración de la japonesa sorprendió a Muu. No sabía cómo su diosa se dio cuenta de que necesitaban ayuda así que solo pensó en alguien que pudo haber hecho tal llamado.

 

Shaka se acercó a donde estaban los demás al sentir la mirada que el lemuriano le dedicaba, sabiendo las razones de sobra; iría a explicarse.

 

-Yo los contacte, Muu. –inicio mirándolo profundamente. –Cuando estabas luchando y yo me encontraba inmóvil me comunique con Aioria para pedir ayuda, temía… temía que te pasara algo y no pudiera ayudarte… -Shaka coloco su mano izquierda sobre la mejilla derecha de Muu.

 

El de Aries no pudo más que mirarle sorprendido. Pero el momento entre los dos peli largos fue interrumpido abruptamente por Saga quien mostro su molestia disfrazándola con preocupación. Claro esto no paso desapercibido para Shaka que hizo sentir parte de su agresivo cosmos al ser apartado del ariano.

 

-Muu, me alegra que no te haya pasado nada malo. –Saga se adelantó a todos con tal de tomar una de las manos de Muu entre las suyas.

 

Aioria se molestó ante esto y también se adelantó del grupo para alegar a Saga de Muu.

 

-¡Deja de tocarlo! –exigió Aioria asiéndolo soltar la blanca mano por lo que el gemelo lo fulmino con la mirada.

 

-¡Quien eres tú para darme órdenes a mi niñato!

 

Saga se plantó frente al rubio cenizo con aire retador, dispuesto a írsele encima, hasta que Aioros intervino por su hermano.

 

-¡Saga deja a Aioria en paz! –ordenaba el arquero al furibundo gemelo, hasta que otro fue en defensa de este.

 

-¡Porque mejor no le dices a tu hermano que no se meta con Saga! –ese era Kannon quien defendía a Saga.

 

Si bien era verdad que el ex marina estaba alegando por su gemelo. La razón real de su intervención había sido el evitar que saga lastimara a Aioria pues si eso sucedía él tendría que reñir a su familiar para que no dañara a su amado.

Aquello entre los dos pares de hermanos se estaba poniendo demasiado tenso y la joven diosa decidió intervenir antes de que todo se convirtiera en una pelea innecesaria entre sus caballeros.

 

-Cálmense por favor, sé que estamos preocupados pero es mejor guardar nuestras energías. –hablo ganándose la atención de los demás. –No sabemos que pueda llegar a pasar, no sé quién es esa criatura de cabellos blancos pero siento una energía maligna muy grande.

 

-Yo siento lo mismo, pero solo de ella. –Camus se hacía escuchar por primera vez desde que llegaron.

 

-Es verdad. –Seiya y los otros de bronce se acercaron al discípulo de Shion. -¿Quiénes son ellas y por qué están aquí Muu? –le interrogo directamente.

 

Muu volteo su mirada hacia Gashadokuro buscando mudamente ayuda de su parte a lo cual la chica de Tétrica tras un largo suspiro, camino hacia su lado para empezar a explicar quiénes eran.

 

-Yo soy Gashadokuro, guardiana del reino de los esqueletos hambrientos llamado Tétrica.

 

-Ella está de nuestro lado. –aclaró Muu antes de cualquier cosa, ganándose de lleno la mirada de todos los presentes.

 

-¿Por qué estás aquí? –Saori hablo con su característica calma a la de cabellos blancos y negros.

 

Gashadokuro miraba un poco preocupada a la diosa, nunca se imaginó que todo se complicaría hasta el grado en el que lo había hecho hasta el momento. Quería ayudar a Darkness quien a cada minuto que pasaba se le veía más y más cansada, sus movimientos eran lentos y si no le ayudaba pasaría lo peor y no podía permitirlo, tenía que hacer algo. Pero ahora lo importante era comunicarles a todos esos caballeros que ella y la de las sombras no eran malas personas y tratar a toda costa de protegerles del poder maligno de Shi.

 

-Estamos aquí para evitar que Muu muera en manos de Shi… -hizo una pausa. –Shi es esa chica de ropajes blancos, ella mando a Darkness a que lo despojara de su corazón para luego ella misma reclamar su alma…

 

Los ojos de la de tétrica brillaban con lo que parecía tristeza y angustia. Su aliada le había contado todo de principio a fin. Conocía todos los detalles de aquel difícil asunto y por eso es que había aceptado ayudar a la de Fantasmeria; quería que Darkness se liberara de esa condena eterna que la mantenía en aquel mundo siendo esclava de la soledad y atada a la maldad de matar y destruir por un error en su vida de mortal.

 

-¿Con que objetivo hizo eso?

 

Saori se desesperaba cada vez más pero no lo demostraba para que sus guerreros no entraran en pánico.

La mirada de Gashadokuro viajo de Saori a Muu para finalmente fijarla en las dos que luchaban con todo lo que tenían.

 

-Darkness es la actual reina de las sombras, Shi al ver que Muu sufría, le otorgo la misión de arrastrarlo hasta el reino de la muerte, es ahí cuando Shi le quitaría su alma de humano para convertirlo a él en el rey de las sombras. –dejo de mirar a las guerreras y miro a Atena con interés. –Darkness ya le había quitado a Muu el corazón cuando se dio cuenta de los verdaderos planes de Shi y es por ello que ahora pelea a muerte con la misma muerte.

Silencio. Todos habían guardado silencio al escuchar tal declaración, muchos estaban sorprendidos y otros con una profunda tristeza al imaginar cuán grande debió ser el sufrimiento del primer guardián. Por ello Aldebarán de Tauro se había acercado a él para darle algo de apoyo emocional y la verdad es que Muu lo necesitaba mucho en esos momentos.

 

-Desconozco lo que te ha ocurrido amigo pero de corazón te digo que cuentas con todo mi apoyo y todos los años de amistad que tenemos. –diciendo esto, el buen toro lo abrazo, contacto al que el más bajo respondió con una sonrisa de gratitud.

 

-Te lo agradezco mi buen amigo. –se separó con lentitud del más alto ante la mirada de los demás.  

 

-Yo sé todo lo que has sufrido Muu, te agradezco por la confianza que tuviste para compartirlo conmigo. –Camus también se acercó para abrazarlo. Muu respondió con gran efusividad.

 

Al separarse del aguador, negó lentamente para luego agregar algo más.

 

-No Camus, gracias a ti por escucharme cuando lo necesitaba.

 

Todos estaban dispuestos a darle apoyo y compañerismo a Muu pero la voz preocupada de Aioros les distrajo.

 

-¡Aioria! ¡Aioria que te pasa hermano! –gritaba el arquero al ver a su hermano respirar agitadamente mientras comenzaba a temblar y a sudar levemente.

 

Por más que Aioros intentaba, Aioria no le respondía, el de Leo estaba como hipnotizado únicamente mirando al frente. Sí, no podía ser otra, ¡era ella! Esa chica que hizo que Muu asesinara frente a sus ojos a su propia alma en el sueño o mejor dicho pesadilla que tuvo la noche anterior, donde su cuerpo era presa de un dolor demasiado real para ser creado por su subconsciente.

 

-A-Aioros… -titubeo casi como un susurro pero el castaño logro escucharlo detectando miedo en su voz. –Esa mujer… -dijo señalando con mano temblorosa a la de cabellera plateada que atacaba sin descanso.

 

Esto provocó que Aioros y los demás miraran a la susodicha mujer. Gashadokuro al notar aquello, intervino.

 

-Esa mujer es Shi, o como ustedes los mortales la conocen: la muerte.

 

-¿La muerte? – inquirió un muy serio Milo acercándose a los hermanos de Leo y Sagitario, Gashadokuro asintió en muda respuesta.

 

-Ella es la encargada de llevarse a las almas de los vivos hasta donde esperan para ser enviados donde pertenecen según si fueron buenas o malas personas cuando vivían.

 

-En este momento ambas pelean por Muu: Darkness para que no muera y tenga que tomar su lugar, y Shi para matarlo y convertirlo en un demonio de su ayer.

 

-¡¿Cómo es posible que tomen la vida de Muu como si fuera el control del clima?! -Shion sonaba desesperado, no podía creer en el peligro en el que su “hijo” había caído y él ni en la cuenta de lo que le estaba ocurriendo al pequeño.  

 

El de cabellera verde siempre pensó que conocía perfectamente a su pupilo, y que Muu le tenía la confianza suficiente así como cuando era niño y le contaba sus secretos, sus miedos y demás pero ahora se daba cuenta que se había perdido de mucho y que sin notarlo se había alejado del joven peli lavanda.

Se sentía devastado y triste por no poder saber lo que el joven sentía o lo que le hacían, si tan solo hubiera estado a su lado todo eso no estaría pasando, Muu sería feliz y su vida no correría peligro alguno y todo en el mundo seguiría su curso natural pero la verdad de las cosas es que no había sido así y era por el descuido en el que lo puso, mientras él se dedicaba de lleno a su deber de Patriarca, de máxima autoridad después de su diosa y el que debía mantener el orden del Santuario… cuanta culpabilidad sentía el ariano mayor.

 

-Muu… si tan solo hubiera estado cerca de ti… -Shion abrazo a Muu mientras unas lágrimas caían por su fino rostro. Muu respondió el gesto acompañándolo con unas palabras.

 

-No maestro… usted no tiene la culpa de nada, esto es un pago por el error de enamorarme… me enamore de la persona equivocada, en el momento equivocado y ahora lo estoy pagando…  -susurro con pesar.

 

Shion lo miraba con sus ojos brillantes de sentimiento vivo hacia él. Aioria que no se había recuperado por completo del shock de ver ahí frente a él a su pesadilla más vivida. Se acercó a los dos arianos para decir unas palabras.

 

-Tú no tienes que pagar nada, Muu. Tú te merecías ser feliz; alguien vio eso y solo saco provecho para sí mismo. –Aioria miro de reojo a Saga quien lo miro molesto pero no dijo nada.

 

Shaka que hasta ahora se había mantenido al margen de todo, también se acercó al pequeño grupo que se había formado alrededor del peli lila.   

 

-Aioria tiene razón Muu. Yo… quizá no sea el más indicado para hablarte de esto pero si se lo valioso que eres y lo importante que eres para mí… Muu yo…

 

El ilusionista estaba dispuesto a confesar su amor de una vez por todas frente a Shion, frente a Saori y frente al que estuviera cerca pero un fuerte estruendo le interrumpió justo en el momento en que se sinceraría. Lo que había sucedido es que mientras ellos hablaban, Darkness y Shi seguían en su eterno encuentro pero la de Fantasmeria no vio venir un ataque sorpresivo de su adversaria, lo que provoco que esta fuera invadida por un indescriptible dolor en todo el cuerpo para después ser impulsada con desmesurada fuerza contra el suelo árido del lugar quedando inconsciente sobre un profundo cráter que se formó tras el impacto de su cuerpo con la superficie arenoso y empedrada.

 

-Darkness… -fue lo único que alcanzaron escuchar de Muu antes de que saliera disparado hacia donde la de negro se encontraba. Shi al ver como su presa saltaba al agujero donde su oponente yacía derrotada, sonrió con maldad; alzo sus grandes alas un poco sangrantes y tomo vuelo con dirección a donde el lemuriano tomaba en brazos a su protectora queriéndola hacer reaccionar.

 

-Darkness por favor despierta ¡despierta! –suplicaba Muu llorando apretando a Darkness contra su pecho.

 

Los demás caballeros, diosa, y guardiana quisieron ir al lugar para ayudar al de Aries pero el intento fue visto claramente por Shi quien no permitiría que sus planes fracasaran a un paso de ser consumados.

 

-No lo creo, no permitiré que interfieran ¡estorbos! –hablo para sí.

 

Alzo su mano derecha en dirección de los que venían, de inmediato se formó un domo alrededor del radio que abarcaba hasta donde Muu y Darkness se encontraban. Los demás no se dieron cuenta en que momento aquella energía agresiva cubrió el pequeño espacio y al chocar con el, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo haciéndolos gritar para acto seguido, mandarlos lejos en una onda de choque.

Se pusieron de pie con dificultad para ver lo que acontecía adentro del campo de fuerza. Muu saco en sus brazos a la guardiana de cabellos negros tele transportándose a la superficie, al estar ya sobre el suelo Muu bajo a la chica para hincarse él junto con ella, fue entonces en que lentamente, la de ojos rojos recobro un poco de conocimiento, sin duda estaba débil, cansada y herida por casi todo su cuerpo, su ropa estaba hecha girones y en sus brazos, piernas y cara había heridas de las cuales algunas sangraban.   

 

-M-Muu… Muu… h-uye p-por fav-favor. –hablaba débilmente.

 

-¡No! No te voy a dejar ¡me oyes! –Muu la abrazaba como si se la fueran a arrebatar de sus brazos, mientras Shi se acercaba ahora caminando tranquilamente y con paso decidido.

 

-N-no qu-quiero que te la-stime… -Darkness trataba de levantarse pero Muu no se lo permitía.

 

Mientras Shi se acercaba, los caballeros y Gashadokuro trataban con sus ataques y poderes de atravesar o romper aquel maldito campo que no les permitía ayudar a los que se encontraban adentro en gran peligro.

Gashadokuro sabía que si Shi le daba otro ataque a Darkness sería su fin. No podía dejar que eso pasara, Darkness le prometió a Sakarya que regresaría, no le podía fallar a esa niña de cabellos rojo sangre que estaba esperándola en Fantasmeria. No le defraudaría, hiciera lo que hiciera, cumpliría la promesa de Darkness. Además debía evitar que Muu muriera, si no lograban entrar al campo de fuerza, ya no habría salvación para el joven ariano, y todo por lo que la sombría lucho seria en vano.

Es por ello que la guardiana de los esqueletos, atacaba con todas sus fuerzas y con todos sus poderes a la protección que Shi había activado. Tenía que hacer algo.

 

-Ahora si Darkness ¡¡este será tu final!! –Shi estaba a dos metros de distancia de los otros dos.

 

Darkness con sus últimas fuerzas se había logrado sentar sobre el suelo mientras el psíquico trataba inútilmente de contenerla, la regente de las sombras levanto su mano frente a la otra con la intención de tratar de atacarle para ganar algo de tiempo. Muu a su lado no dejaría que su guardiana muriera, no mientras el podía defenderla.

El resto fuera del campo por su parte estaban completamente decididos a entrar, no podían quedarse sin hacer nada para detener lo que pasaba. Pero era inútil, nada funcionaba: Aioria atacaba con su plasma relámpago, Saga y Kannon utilizaban su explosión de galaxias con todo su poder, Shaka usaba su estallido vital, y todos y cada uno de los demás caballeros incluidos los de bronce arrojaban con potencia sus golpes más poderosos y letales con la intención de debilitarlo o destruirlo y poder pasar a darle su merecido a esa maldita que osaba querer hacer daño a su amigo de Jamir. Pero todo era por demás, dejándolos exhaustos pero no se rendirían sin intentar ayudar.

 

-¡¡Tu no tocaras a Darkness!! Antes te destruiré. –sentencio Muu totalmente decidido a enfrentar a Shi si est6a insistía en atacarlos.

 

-No quiero hacerte daño caballero ya que tú eres el elegido pero si me retas, no responderé para defenderme y arrastrarte a donde pertenecerás por toda la eternidad. –rio malignamente antes de batir su gran y filosa oz en dirección a donde Muu y la chica se encontraban. La velocidad de su ataque fue tal que el ariano a duras penas pudo esquivarlo saltando con Darkness en sus brazos para evitar ser atacados por el poder del arma de la de blanco.

 

-Quédate quieto, será menos doloroso para esa perra que tanto proteges. Si la sigues defendiendo, tu atractiva figura quedara cortada y no queremos eso ¿verdad? –dedico a un molesto Muu una sonrisa de cinismo que hacia hervir la sangre de rabia pura.

 

-Deja a Darkness fuera de esto. Peleare contigo pero deja de atacarla a ella.

 

-Muu… po-nte a s-salvo, yo lu-luchare…

 

Darkness a pesar de su debilidad y con todas sus heridas, se había puesto de pie, su piel pálida estaba sangrante y con moretones pero aun así lucharía con su último aliento. Muu por otro lado no quería dejar que ella luchara, sabía que un ataque más destruiría por completo a la joven, él no quería eso; si bien en un principio la azabache le había mentido, no era su culpa pues no sabía sobre lo que realmente Shi quería de él y al saberlo quiso evitarlo tanto como había podido, es por esa razón que ahora ella estaba casi muerta pero aun con el deseo de protegerlo. 

 

-No. –sonrió a la chica que lo miro desconcertada. –Yo peleare, tú ya has hecho bastante por mí, no puedo permitir que sigas luchando, estas muy débil para seguir.

 

-Muu…

 

-Luchare lo más que pueda. Por favor quédate aquí. –pidió dejándola recostada sobre el suelo para luego invocar su muro de cristal para que ningún ataque de Shi le llegara por traición de la misma.  Tras comprobar que estaría segura se giró hacia Shi para que el combate diera comienzo.

 

-Bien, ya que yo soy lo que tanto quieres, luchare contigo. –afirmo  y Shi simplemente sonrió confiada.

 

Lo que Muu ignoraba era que Shi nunca jugaba limpio en una contienda.

 

-Muy bien. Serás un magnifico rey de las sombras cuando te deshagas de ese estúpido sentimentalismo y gratitud que tienes para con los demás.

 

Shi no espero por mas palabras, y decidida ataco con su oz, Muu consiguió escapar usando su tele transportación. Sin ser paciente, y al ver que Shi se mueve cada vez con más velocidad, Muu invoca uno de sus más poderosos ataques:

 

-¡Revolución de polvo estelar! –alzo la voz el tibetano para alzar su brazo y moverlo hacia adelante para luego disparar con su mano una ráfaga de proyectiles cósmicos directamente hacia Shi quien miraba asombrada como el peli lila ejecutaba dicha técnica. Parecía que el campo de batalla era asaltado por una lluvia de estrellas fugaces que caían del cielo para luego avanzar de forma devastadora hasta donde ella se encontraba con una expresión de terror absoluto.

Todo el lugar se cubrió de luz enceguecedora, el tiempo se detuvo para todo el que presenciaba el encuentro, Darkness estaba sorprendida por conocer la magnitud de poder que tenía el de Aries. La azabache esperaba con todo su ser que ese gran ataque hubiese bastado para acabar con la miserable de Shi pero una risa que poco a poco comenzó a aumentar le decían que eso no había sido lo suficientemente poderoso.

Muu estaba contrariado y algo débil por haber aplicado tanta energía en un solo ataque, se quedó frio al escuchar la risa burlona y desfachatada de la peli plata la cuan se veía venir volando velozmente desde la luz que su ataque provoco.  

 

-¿Eso es todo caballero de Atena? –le cuestiono con sorna la mujer poniendo sus pies sobre la tierra. –Me imagine que serias ms fuerte pero tranquilo, eso tiene remedio.

 

Shi aprovecho la sorpresa del otro para atacarle. Muu tratando de defenderse invoco su muro de cristal más este fue fácilmente destruido por el filo de la oz el cual había alcanzado a rosar sus manos y pecho, arrojándolo dolorosamente hacia atrás.

Algo en el filo de esa arma le estaba quemando en las heridas, como si tuviera un potente acido en las heridas recién hechas, dejándolo inmovilizado por el dolor recostado sobre su espalda, su armadura tenia profundos cortes. Fue entonces que Muu dedujo que la armadura no lo protegería esta vez de los daños a su cuerpo. Shi se acercó a verlo sufrir y suavemente hablo.

 

-Ya me encargare de ti caballero, pero ahora tengo un asunto más molesto con el cual terminar.

 

Diciendo esto, la de blanco se acercó a la de negro pero quedo lo suficientemente alejada como para dar un gran golpe.

 

-E-res una ¡¡¡MALDITA!!! –grito fuera de si Darkness derramando unas gruesas lagrimas que corrían por sus heridas mejillas.

 

Sentía la impotencia recorrerla mientras ella estaba ahí encerrada entre esos cinco muros que Muu había creado para mantenerla segura.

 

-Y tú eras una inútil. –la miro con odio. –Si me hubieras hecho caso desde un principio esto no te estaría pasando.

 

-¿Y convertirme en una maldita perra como tú? ¡Ja! ¡¡Púdrete infeliz bastarda!!

 

-Zorra insolente y desagradecida, te hare pagar cada una de tus palabras.

 

-No podrás tocarme, Muu me protegió con este muro, y tú no puedes atravesarlo. 

 

-¿Eso crees? No me hagas reír. –Shi batió su oz con velocidad y fuerza sobre el escudo de cristal y para desgracia de Darkness este se rompió en miles de fragmentos al solo rose del viento que produjo la filosa hoja.

 

-¡¡¡NO!!! –grito con fuerza Darkness al verse desprotegida, Muu volteo su mirada hacia donde el grito se dejó escuchar mirando con horror que su amiga estaba desprotegida y vulnerable.

 

-N-no, Da-arkness…

 

Mientras tanto, la nombrada invocaba ella su propio campo de fuerzo pero este cedía con facilidad pues ella no tenía la fuerza suficiente para mantenerlo.

 

-¡¡¡AHHHHHGG!!! –Darkness había salido volando hacia atrás golpeándose con una gran roca que había más allá luego de que Shi destruyera por quinta vez su escudo defensivo.

 

-Querida, jugar contigo ya no es divertido si estas más débil que un cadáver. Pero tranquila muy pronto te convertirás en uno verdadero.

 

Shi de nuevo alzo su arma para asestar el golpe final sobre la de alas negras. Gashadokuro miraba con lágrimas en los ojos lo que estaba por ocurrir, no podía ayudar a su amiga y eso sin duda le hacía sentir una terrible punzada en su hueco pecho. Muu no podía resistirlo más; la oz de Shi se transformó en una poderosa espada que estaba por ser clavada en el pecho de la oji rojo pero nadie se esperó lo que paso en lugar de lo que estaba escrito por el destino a ocurrir. Todos dejaron de atacar el domo, aguantando la respiración; sintiendo como sus latidos se aceleraban en sus pechos. El tiempo se detuvo y al final se podían escuchar gritos desesperados, de esos que parecen desgarrar la garganta de quienes los liberan desde lo más profundo de su humanidad acompañados de lágrimas e impotencia desmedida.

Nadie daba crédito a lo que veía, mas no era una pesadilla como la que Aioria creía  volvía a vivir pero esta vez en carne propia. No, era tan real como lo era la sensación caliente de sus lágrimas resbalar por sus rostros.

Ahí frente a ellos, estaba  Muu con el vientre atravesado por esa espada venenosa de impureza demoniaca. El del primer templo al evitar que la muerte destruyera a la oscuridad, se había tele transportado frente a Darkness para evitar que fuera destruida. Ante este hecho Darkness grito con todo su dolor el nombre del ariano al cielo oculto por oscuras nubes, la chica se acercó arrastrándose al peli lila mientras de un rápido y despiadado movimiento Shi desencajaba la espada de él, para luego reír en señal de victoria.

 

-Veo que hiciste tu elección caballero. –hablo entre risas Shi.

 

-No, no, Muu porque lo hiciste. –lloraba Darkness recostándose sobre su pecho. –Yo no importaba ¡tú sí!

 

-No… no p-podía dejar que m-u-murieras… -como un lamento había pronunciado sus últimas palabra pues sus ojos se cerraron y desde su boca un hilillo de sangre empezó a correr hasta su barbilla.

 

Los que estaban fuera del campo, lloraban gritaban y amenazaban a la criatura que había asesinado a su amigo. Pero algo nuevo llamo la atención de todos; del cuerpo ya sin vida comenzó a desprenderse una luz completamente blanca que se dirigía a una extraña especie de jaula que se formaba frente a Shi, en lo que unas cadenas se formaban en las muñecas, tobillos y cuello de Darkness.

 

-Maldición… -susurro Gashadokuro cayendo de rodillas al piso.

 

-¿Qué pasa? ¡Porque esa luz sale del cuerpo de Muu hacia esa jaula! –inquirió desesperadamente Shaka acercándose presuroso a la bicolor.

 

-Shi… se lleva el alma de Muu… -sentencio a lo que todos los demás se mostraron tristes y preocupados. –Ahora no podemos hacer nada para salvarle.

 

-¡¡Como que no podemos hacer nada!! –ahora el desesperado era Aioria.

 

-Una vez que Shi se llevara el alma de Muu, es definitivo. Lo lamento. –Gashadokuro bajo la mirada apenada y triste pues sabía que ahora Darkness estaría muy mal tras su derrota.

 

Todos miraron de nuevo mirando como Darkness trataba de soltarse de esas cadenas para evitar que Shi se fuera con Muu, pero no conto con lo que veían sus ojos: la luz que había salido del cuerpo del ariano, se había convertido en un pequeño niño de cabellos cortos lilas hasta los hombros, quien ahora lloraba sentado y encadenado dentro de la jaula que ya Shi había levantado con un poder invisible.

 

-Cuando este niño desaparezca, y solo quede su propia oscuridad, vendré para llevarme el cuerpo. Después de todo rey necesita uno ¿verdad? –volvió a reír asustando al pequeño en la jaula. Cuando Shi se dio la vuelta para abrir un portal, Aioria vio a aquel chiquillo con los ojos abiertos en sorpresa, sin duda era el pequeño Muu de su sueño, el que le pidió ayuda y el no pudo auxiliar.

 

-¡¡No!! ¡Es Muu! ¡Así como paso en mi sueño! No puedo permitir que muera. –susurro cayendo al sueño mientras lagrimas corrían desde sus ojos azules.

 

Por mucho que Darkness intento hacer algo, y grito hasta que la garganta le ardió, no pudo impedir que Shi se fuera, vio el portal cerrarse frente a ella y al desaparecer completamente. Grito con rabia y furia contenida hacia la muerte traicionera y mentirosa.

Así mismo, el campo de fuerza desapareció junto con las cadenas de Darkness quien al verse liberada lo único que pudo hacer fue acercarse con lentitud a el frio cadáver de Muu. Los de bronce y oro así como también la diosa, el Patriarca y Gashadokuro fuero veloces hasta donde los dos estaban en medio de aquel lugar cuyo cielo ya se había despejado de los nubarrones que Shi había traído consigo.

Shaka tomo a Muu delicadamente de los brazos de Darkness para abrazarlo con fuerza y cariño, los demás solo miraban la escena con dolor mientras que Gashadokuro había ido a abrazar a la de negro quien un susurro audible para la otra guardiana pronuncio.

 

-Recuperaremos a Muu antes de que sea demasiado tarde…

 

Con ayuda de la bicolor, se puso en marcha a donde todos estaban reunidos junto a los restos de su compañero y amigo. Los otros al verla, esperaron por lo que tuviera que decirles.

 

 

-Shi dijo que volvería por el cuerpo cuando l alma de Muu soltara toda su propia oscuridad, si queremos recuperarlo debemos empezar a planear todo desde ahora. –aclaro y todos con un brillo de esperanza en sus ojos y en sus corazones asintieron.

 

Sabían que aquello no sería fácil y que necesitarían toda la ayuda posible para que Muu volviera. Pero ahora lo importante era saber lo que harían para derrotar a la muerte en su propio juego.           

       

 

 

 

 

Notas finales:

Bien, me alegra haber podido actualizar en la fecha que acorde con algunos bellos lectores por ahí. Siéntanse libres de dejarme saber su opinión de este nuevo cap. sugerencias críticas o lo que ustedes quieran, serán respondidas con amabilidad de mi parte. Aunque con este cap. creo que me lloverán las amenazas de muerte jejej nnU por favor no… hay mucho que no he hecho en mi joven vida U.U

Ojala lo hayan disfrutado ya que lo traigo a ustedes con todo mi cariño de escritora loca jeje ok no. Nos leemos en el siguiente cap. o en la siguiente historia, lo que pase primero. Gracias por leer sigan bellos ;)  


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