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Un Cuento Antes de Morir por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Wow hola mis bellos lectores, tanto tiempo sin actualizar este fic. Pues mi meta era poner tres caps de una sola vez pero como mi maquina no tiene batería, hubo un apagón en mi casa y lo que tenía escrito no se guardó y se borró. Así que me todo escribir todo de nuevo.

Solo espero disculpen mi tardanza y si nada sucede, publico el cap 14 mañana. Espero les guste este capítulo.

 

 

 

 

Llanto… un llanto era lo que acompañaba al sonido rítmico que hacían las botas cuyo tacón impactaba contra el suelo de piedra fría de aquel siniestro y oscuro pasillo en esa edificación sombría. El pequeño Muu, cual imagen era de un pequeño de unos siete años, estaba sentado en el descascarado piso de la jaula cuyo metal ya era corroído por el paso de los tiempos de la existencia. Sus sollozos asustados no conmovían a Shi que seguía caminando imperturbable por el lugar del cual las sombras se desprendían con ojos hambrientos mirando al pequeño con deseos insanos y diabólicos… 

La chica mientras tanto, pensaba en lo que había ocurrido hace apenas unos cuantos minutos. Se había enfrentado a la que había rescatado - según sus propias palabras – de la agonía del desamor. Sentía que Darkness era una mal agradecida por haberle jugado como lo hizo y apuñando su mano blanca con profundas heridas, se juró hacerle pagar la traición… hacerla pagar por su abandono…

El pequeño cerraba sus ojos para evitar ver a esas criaturas que parecían transmitirle toda la impureza que sus seres malditos llevaban a cuestas en ese anonimato que las sombras les brindaban. No sabía quién era o que hacía en ese lugar. Muu había olvidado completamente que era un caballero dorado de Atena, y tenía miedo; quería sentir que todo estaría bien, pero nada lo confortaba.

No sabía porque razón estaba en esa jaula, en ese lugar. ¿Quién era la mujer que caminaba con sus ropas hechas añicos a su lado? o ¿Que planeaba hacer con él? Deseaba preguntar pero algo en su interior le advertía que esa no era una buena idea, y el pánico lo hizo su presa; comenzando su cuerpecito a templar de incertidumbre y los miedos de los niños con alma pura.

Shi pareció notar todo el miedo del menor. Lo miró con un deje de pena e inicio a hablar suave y dulce para tratar de tranquilizarle.

 

-Sé que estas asustado pequeño. –Muu dejó de templar un poco, y retiró lentamente las manos que cubrían su húmedo rostro.

 

-¿D-Donde estamos…? –la curiosidad hacia meollo en él.

 

-Este es tu futuro reino. Tú serás el Rey de este lugar.

 

-N-no quiero ser ningún Rey… solo… quiero irme de aquí, me da mucho miedo…

 

-Sé que no es un lugar hermoso pero cuando estés preparado, te acostumbraras… ya lo veras.

 

-¿Qué me hará? –Shi se sorprendió ante la pregunta, pudo notar que el menor no era tonto y que no estaba ahí por cualquier motivo. 

 

-Tendré que eliminarte para que solo tu oscuridad controle tu cuerpo y asciendas al trono de la oscuridad. –fue lo más sincera y clara posible.

 

-¿Por qué?

 

-Porque tú representas la pureza que impide que obtengas lo que quieres sin importarte lastimar a los demás. Para ser fuerte tienes que pasar por sobre todos sin importarte su estado… Solo tu importas, y nadie más. –posó sus penetrantes ojos negros sin brillo sobre las puras y brillantes esmeraldas del menor que le miró con angustia.

 

-¡No! Eso no es correcto, siempre hay que actuar con humildad y ayudar a quien lo necesite. Las personas fuertes son las que son buenas con otros, y los débiles son aquellos que hacen lo que tú me estás diciendo.

 

-Me dices eso porque tú no sabes nada pequeño. Siempre los que más sufren son los que se pasan de buenos en ese mundo mortal del que tú vienes. –sonrió.

 

-Te equivocas…

 

-Cuando desaparezcas, tu oscuridad me dará la razón.

 

Shi no quería seguir discutiendo con el niño, y sin que el chiquillo se lo esperara. Con su mano izquierda en dirección a él, lo hizo caer en un letargo desconocido y abrumante del que no despertaría hasta que ella lo deseara.

 

-Me sorprende que pienses como si tuvieras el consentimiento de tu realidad intacto. –soltó una siniestra carcajada. –Yo me encargare de que lo olvides todo y veas las cosas como yo lo hago.

 

Siguió su camino hasta el destino al que debía llegar para comenzar con su plan. Para la peli plata nada podía fallar.

 

 

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 Sus ojos rojos sangre se comían a la luna menguante con desesperación. Sabía que había una forma para llagar hasta Muu y salvarle del egoísta destino que la muerte le tenía preparado. Pero la inseguridad era muy grande aun siendo ella la oscuridad de los hombres personificada.

Había muchos riesgos de perdidas además de que sin duda, habría un nuevo enfrentamiento entre ella y su antigua superior. Y si eso pasaba una vez más, sabía que una tenía que caer eternamente y quien quedara, cumpliría además de sus funciones, el rol de la otra…

 

-Tengo que apresurarme… no podemos quedarnos esperando.

 

Su soliloquio desesperado se vio interrumpido por una presencia tras de ella en el balcón del Salón Patriarcal al que había salido para pensar con cabeza fría y donde todos se encontraban consternados y tristes por la reciente perdida en el interior.

 

-Darkness… -llamó la suave voz del rubio budista. Shaka no la culpaba por lo que ocurrió, al contrario, se encontraba agradecido por el esfuerzo que hizo de proteger a su amado.

 

 

La nombrada se giró para verlo a la cara.

 

 

-Shaka, yo… lamento mucho lo que está pasando en estos momentos. Fui demasiado débil… -tras esas palabras, apretó los ojos con frustración.

 

-Esto no ha sido culpa de nadie Darkness. Pero todos estamos dispuestos a pelear con quien sea para traer a Muu de regreso.

 

-Yo también lo hare sin dudar. –aseguró con facciones serias. –Sera mejor que entremos, comienza a hacerse más tarde.

 

 

Shaka asintió y ambos fueron al interior del Salón.

 

 

Al entrar. Darkness comenzó a dar vueltas por la amplia habitación frente a los santos y a la misma diosa que se hallaba sentada en el ostentoso trono. Al verla en aquel estado, la de Tétrica le cuestiono.

 

-Darkness ¿Tienes alguna idea de lo que haremos? –la azabache solo miró con intensidad a su aliada.

 

-Estoy pensando en algo… Hay una sola manera para ir por Muu pero hay que actuar rápido. –sentenció por fin. 

 

-Por favor, guardiana díganos ¿Cuál es esa manera? –Saori se puso de pie sin poder esconder el tono de desesperación en su voz.

 

 

Al escuchar la voz de la peli morada. La oscura posó sus rubíes sobre ella.

 

 

-Necesitaremos la ayuda del dios del Inframundo… Hades.

 

 

La aclaración dicha por la azabache dejo perplejos a los presentes en el lugar. ¿Necesitaban ayuda de Hades? ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo sería el de ayuda?

 

 

-Con todo respeto señorita ¿Qué tiene que ver Hades en todo esto? –el de Tauro indagó en busca de respuestas.

 

 

Darkness iba a contestarle pero un dolor en su costado derecho le hizo poner una mueca de puro dolor; doblando un poco su cuerpo y dejando salir de sus labios sin color un lamento profundo.

 

 

-¡Ahh…! –coloco sus manos en el área en donde sentía el punzante malestar amenazándola con llevarla al suelo. Pero Gashadokuro notando aquello corrió veloz al rescate de su aliada.

 

-¡Darkness! –la bicolor la tomó de la cintura para evitar que cayera, preocupando también a los dorados. -¡¿Estas bien?!

 

-S-sí, es solo que esa maldita me rompió las costillas y creo que se me han clavado en la piel… -aclaró con dificultad con la frente ligeramente perlada de sudor.

 

 

Aún tenía secuelas de la batalla librada con Shi. Y estas hacían estragos en su cuerpo.

 

 

-Escuchen… -alcanzó a decir expulsando aire pesadamente. –La razón por la que necesitamos a Hades es porque él puede hacer que uno de ustedes venga conmigo a los reinados de la muerte para ayudarme a recuperar el alma de Muu antes de que Shi regrese por el cuerpo. –Gashadokuro la llevó a una especie de sofá para que descansara un poco del dolor de sus heridas.

 

-Por favor… -susurró Aioria que se había acercado a la de Fantasmeria. -¿Cómo podemos llegar a ese lugar para ayudar a Muu? Hare lo que esté a mi alcance para hacer que vuelva…

 

 

Su rostro apuesto y alegre, ahora reflejaba angustia y desesperación, quería traer al ariano de nuevo a su lado aun sabiendo que el peli lila solo lo vería como su mejor amigo.

Kannon al ver sufrir a su pequeño griego. Se adelantó de su sitio hasta donde Aioria estaba siendo consolado en silencio por Darkness que le sonreía con tristeza y nostalgia. El gemelo se aproximó al más joven y abrazándolo por los hombros le transmitió su apoyo y fortaleza.

 

 

-Aioria… -ante el llamado, el nombrado volteo su mirada acuosa hacia los ojos verdes del mayor. –Todos lucharemos hasta donde sea con tal de traer a Muu a la vida, no estás solo. –sonrió Kannon abrazándolo de lleno, acto que el felino respondió rodeando con sus brazos la cintura del peli azul sintiendo el calor de su sinceridad fundido con su solidaridad.

 

-Kannon tiene razón, todos estamos en esto. –aporto la de negro ganándose la mirada de ambos hombres. –Y si he de morir yo en lugar de Muu, entonces que así sea.

 

-¿Pero cómo lograremos que Hades nos ayude? –quiso saber el de Acuario acercándose.

 

-Eso tendremos que arreglarlo con Hades, su diosa y yo.

 

 

La peli morada se puso en marcha hacia donde Darkness estaba sentada.

 

 

-Estoy dispuesta a hacerlo.

 

-Me alegra saberlo, Atena. Lo más adecuado es planear todo lo más pronto posible. Lo mejor Atena es que usted y yo nos preparemos para ir con Hades.

 

-Entiendo ¿Cuándo será eso?

 

-Hoy mismo, a la madrugada iremos al Inframundo para solicitarle a Hades su ayuda.

 

 

Saori asintió decidida.

 

 

-Está bien. Pero es mejor que descanses, tus heridas necesitan ser tratadas.

 

-La diosa tiene razón Darkness tienes qu…

 

 

Gashadokuro estaba por decir su punto de vista pero un resplandor rojizo la hizo callar de golpe. Cuando la luz se hubo difuminado hasta desaparecer. Tanto la de Fantasmeria, como la de Tétrica; vieron sorprendidas a una asustada y sollozante Sakarya frente a todos.

 

 

-¡Sa-Sakarya…! –exclamó la de cabellera azabache sorprendida

 

-¡Ama! ¡Darkness! –corrió hacia donde la mayor estaba sentada. Darkness la envolvió en sus brazos aun a pesar de su cuerpo adolorido, se permitió ser abrazada por la peli roja que lloraba imparable sobre su hombro.

 

-Tranquila pequeña… estoy bien, no llores. –sonrió y alejó a la menor de su cuerpo para verla de frente y así poder limpiar las lágrimas de su pálido y bello rostro.

 

-Me preocupe mucho…-sollozó. –Las sombras del palacio desaparecieron por completo en un momento dado. Pensé que usted… -rompió en llanto nuevamente la chica ante las miradas asombradas y conmovidas de los ahí presentes.

 

Los caballeros solo presenciaban los hechos y a la recién llegada con clara interrogación de quien era y que era de la oscura guardiana.

 

-Darkness está bien querida. No debes llorar. –consoló la bicolor sonriéndole, la pelirroja se sintió más tranquila.

 

-Y a todo esto Sakarya… ¿Cómo llegaste hasta aquí?

 

-Oh… pues, use se anillo de ónix… -Sakarya le mostro su mano derecha y ahí en su largo y fino dedo anular, un anillo plateado con una piedra grande de color negro.

 

-Ya veo… me alegra que lo hayas utilizado, será de gran ayuda ese anillo.

 

La joven diosa ya no pudiendo contener su curiosidad. Dejo escapar las preguntas que sus guerreros querían hacer y que habían reprimido por evitar ser entrometidos.

 

-Disculpen ¿Quién es ella? –se refirió Saori a la de vestido rojo.

 

 

Darkness se puso de pie con ayuda de Gashadokuro.

 

 

-Vera, ella es mi asistente personal, y la encargada de cuidar mis dominios cuando yo estoy fuera. Ha venido porque pensó que yo había muerto.

 

-Está bien. Un gusto recibirle en mi Santuario señorita…

 

-Mi nombre es Sakarya diosa Atena.

 

-Veo que me conoce.

 

-Así es, he estado enterada de usted y de sus caballeros desde que a mi ama se le dio la tarea de relacionarse con el caballero de Aries.  

 

-¿Ama?

 

-Si… -suspiró Darkness. –Es un mote de respeto que ella misma me ha puesto.

 

-Disculpen mi indiscreción. En todo caso es bueno saber que esta de nuestro lado, entre más ayuda tengamos, más fácil será recuperar a Muu. Por ahora es mejor que nos vayamos a descansar.

 

-Disculpe mi señora. –detuvo Shaka el andar de la de Japón.

 

-Dime Shaka.

 

-El cuerpo de Muu ¿Será llevado a Aries?

 

-No, caballero de Virgo. –Shion respondió. –El cuerpo de mi discípulo permanecerá en estado de vigilia aquí en el templo principal. Es más seguro que permanezca cerca de Atena y cerca de mí.   

 

-En este caso es lo mejor Shaka. Gashadokuro, Sakarya y yo estaremos aquí también para vigilar a Muu… es lo menos que puedo hacer.

 

 

Su sentimiento de culpa aun no la abandonaba del todo. Además de que se sentía útil de alguna manera al estar vigilando el letargo indefinido en el que el lemuriano peli lila estaba sumergido. Estaría ahí si a Shi se le ocurría aparecerse.

Shaka más seguro por las palabras que la guardiana le daba, se acercó a ella con la intención de hacerle sentir que estaba de acuerdo con la decisión tomada.

 

 

-En ese caso… me voy tranquilo. No es común que diga esto pero, confió en ustedes Darkness, y sé que me comunicaran si algo pasa.    

 

-Así será caballero de Virgo. Eso no tienes qué dudarlo. –ambos se dieron la mano y lentamente todos se estaban retirando a sus templos a descansar.

 

 

Saga de Géminis iba encabezando el grupo de caballeros que cada vez se iba haciendo más pequeño al quedarse los hombres en sus respectivas casas. Afrodita se había despedido de sus compañeros de modo educado y se había adentrado a su templo, luego Camus quien se quedó en Acuario junto con Milo que había alegado por pasar la noche en el onceavo templo ya que si surgía algo, él no tardaría en estar para ayudar. Y a Camus le pereció bien.

Luego Shura que había tenido la misma suerte de Camus pero con Aioros y Aioria. Esto claro, por invitación del español. A estos le siguieron Dohko, Shaka, y Death Mask. Hasta que al final solo eran los gemelos con el bonachón de Aldebarán a quien Kannon muy amablemente se había ofrecido en acompañar hasta su casa mientras Saga le esperaba en la entrada del tercer templo.

Ambos siguieron bajando las múltiples escalinatas y surgió la conversación.

 

 

-Como hace falta el buen Muu ¿No crees Aldebarán? –inició el peli azul con tono nostálgico y las manos en los bolsillos del pantalón de entrenamiento. Era una noche fría, muy fría.

 

-Es verdad… no puedo creer todo lo que paso. Siendo yo su amigo, siendo su vecino… no estuve para darle aliento o un consejo. Quizás nunca hubiera pasado esto. –el brasileño se permitió derramar unas lágrimas de culpa.

 

-No es tu culpa Alde… en realidad si hay un verdadero culpable en todo esto. Ese soy yo. –se detuvo en seco. El más alto le imitó mirándole con tristeza.

 

-Quizás sea verdad Kannon… pero lo cierto es que nadie es culpable directo de esto que está pasando. A decir verdad, todo se predispuso. El que tú supieras lo que Muu sentía por tu hermano, el que este se haya enamorado de Shaka y el que Shaka amara a Muu. Es un triángulo a simple vista, aunque realmente es un cuadrado amoroso y muy peligroso.  

 

-¿Lo dices por… Aioria?

 

 

El latino asintió.

 

 

-Aioria quiere mucho a Muu no te lo negare, y si me preguntas como es que yo lo sé. Pues fue en una tarde en que regresaba de una misión de reconocimiento  cerca de Rodorio. Lo vi cabizbajo apreciando el atardecer, me acerque a él y platicamos… ahí el león me confeso lo que sentía por Muu y me pidió consejo para tratar de minimizar el sentimiento que en ese entonces tanto lo castigaba, porque su cariño no era correspondido de la misma forma. 

 

 

Kannon abrió los ojos asombrado por el relato del toro.

 

 

-Entonces… Aioria si ama profundamente a Muu…

 

-Te diré algo Kannon. –Aldebarán levantó el rostro con esa altives que solía mostrar solo con sus adversarios y con calma reanudó. –Aioria piensa que lo que siente por Muu es puro y ciego amor pero no… no es amor, es solo un cariño profundo, una estimación de amigo que le hace actuar con esa impulsividad cuando se trata de algo relacionado con el carnero.

 

-¿Por qué estás tan seguro de lo que me estás diciendo? –el gemelo había fruncido el entrecejo al creer que el grandote le estaba tomando el pelo.

 

-Lo veo en sus ojos. Aioria aún no se ha enamorado, y eso que siente es solo el más incondicional cariño… de amistad. No te enojes Kannon, se de lo que hablo y no te lo digo solo porque sé que tu estas tocado hasta los huesos por el minino.

La cara de Kannon cambio de enojo a una de completo pánico al saberse descubierto.

 

-¡¿Cómo es que tú…?!

 

-No eres nada discreto mi amigo. –río alegremente. –Se te nota, en especial con lo que hiciste en el salón principal. Eso de acercarte a Aioria y abrazarlo sin duda fue la prueba más contundente de lo que sientes por él. –el más bajo, bajó la cabeza.

 

 

Cierto era que se había comenzado a sentir atraído por el menor de los griegos hermanos de cabellos cortos del Santuario. Pero el que fuera tan obvio hasta el punto en que el mismo y tranquilo Aldebarán de Tauro se diera cuenta, era preocupante sin duda. Pero era la verdad y de seguir escondiendo lo que sentía por el rubio cenizo, iba a acabar enloqueciéndose… quería ir hasta el quinto templo y decirle a Aioria cuanto le había comenzado a amar, de una manera tan humana y desinteresada que incluso haría dudar al mismísimo Patriarca.   

 

 

-Es verdad… -reconoció sonrojado y melancólico el gemelo. –Lo amo, amo a Aioria de Leo… pero posiblemente él me odia. A estas alturas ya tiene que saber que yo fui el que le dio la estúpida idea a Saga de usar a Muu para llegar a Shaka…

 

 

Aldebarán colocó una de sus fuertes manos en el hombro del otro.   

 

 

-Escúchame Kannon… no te diré que será fácil pero… tu y yo sabemos perfectamente que no hay peor lucha que la que no se hace.  Por eso te aconsejo que trates de llegar al corazón de Aioria. En estos momentos necesita de alguien que haga lo que él hizo por Muu en los momentos difíciles. Y con el tiempo, se dará cuenta del valor de tus sentimientos por sobre el de tus actos.

 

 

El griego vio profundamente a los ojos al peli negro.

 

 

-¿Tú crees que Aioria pueda corresponder a mis sentimientos alguna vez?

 

-Tendrás que intentarlo para descubrirlo. Hasta entonces tienes mucho por hacer amigo.

 

-…Tienes razón. –sonrió con esa decisión cínica tan suya. –Estaré a su lado cada que lo necesite. Gracias amigo, me has ayudado mucho.

 

-No, gracias a ti Kannon. –sonrió sincero el brasileño. Kannon lo miro extrañado.

 

-¿A mí? ¿Por qué…?

 

-¡Por escuchar hombre!

 

 

Ambos hombres se sonrieron. Y estrecharon sus manos como una despedida nocturna; Aldebarán entro en su templo perdiéndose en las sombras de las horas muertas, mientras Kannon subía los peldaños. Mirando a su hermano embrujándose con el paisaje sombrío y sus culpas internas.

 

 

-¿Y bien? ¿Qué tanto hablaban? –quiso saber el mayor por la tardanza de su reflejo.

 

-Aldebarán sabe lo de Aioria. –suspiró tranquilo.

 

-¿Quién se lo dijo?

 

-Creo que fui yo hermano…

 

 

El menor fue consumido por la oscuridad de la casa geminiana ante la vista del legítimo guardián cuyo cabello era mecido por el viento en esa noche que parecía seria eterna. Saga no creía poder descansar con todo el giro desastroso que su vida había tomado en un par de días. No entendía como lo que parecía un plan tan simple, se había complicado tanto.

De haber sabido que Muu era tan sensible, lo habría pensado dos veces antes de ilusionarlo y lastimarlo del modo en que lo hizo. Él era el único culpable al aceptar aquel acto egoísta en contra de un corazón puro, un corazón que era suyo con todos los derechos. Y que había perdido por idiota.

No podía regresar el tiempo para evitar lo ocurrido. Pero si de él dependiera. Ni Zeus se lo impediría… pero ahora, ni la intención servía.

 

 

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-Tus heridas son muy graves Darkness…

 

-No te preocupes, no soy humana después de todo. Además con unos cuantos minutos volveré a estar como nueva; Sakarya me está preparando una de sus famosas infusiones de lágrimas de calavera, estaré bien.

 

 

Gashadokuro, Darkness y Sakarya se encontraban en una de las tantas habitaciones del templo patriarcal que la misma Saori había dispuesto para ellas con tal que descansaras y recuperaran sus fuerzas. La peli morada había insistido en que cada una tuviera su propia habitación pero la de las sombras se había negado amablemente a dicho ofrecimiento, no quería ser una carga para la diosa de la guerra.

Ahora, la bicolor atendía las múltiples heridas de la azabache. Se había despojado la oji rojo de los jirones de tela que antes había sido su vestido negro y ahora se cubría los senos con los brazos en lo que la del ojo verde limpiaba su pálida espalda ahora morada por los innumerables golpes recibidos. La pelirroja mientras tanto, preparaba una especie de té con propiedades curativas que ayudarían a dar fuerza a la guardiana de grandes alas. 

 

 

-Me siento como una inútil Gashadokuro… -tenía los ojos cerrados y su ser entero lamentaba que no hubiera podido hacer más.

 

-Darkness, no te martirices ¿Qué acaso no has tenido suficiente cuando estabas viva cariño? A veces eres una masoquista sin remedio. –remojó un trozo de tela en un recipiente con agua que habían pedido a las sirvientas de Shion.

 

-No es eso… es que, siempre pensé que el día en que enfrentara a Shi, podría derrotarla sin mayor esfuerzo, pero me equivoque…

 

-Linda, yo sé que tú hubieras podido con esa maldita. Lo que no te permitió estar al tope de tu capacidad es que estabas protegiendo al caballero. Y Shi se valió de eso para atacarte como lo hizo, eres mejor que ella, y no pienses lo contrario. –limpió la sangre de las heridas.

 

-¿Por qué confías tanto en mí? ¿Por qué aseguras mis dudas? –tomó del brazo a la contraria para que dejara de limpiarla y la mirara a los ojos.

 

 

Gashadokuro le sonrió.

 

 

-Querida… lo hago porque se quién eres y el poder que tienes. Conozco tu historia y sé que no fallaras en tu deber. Si no creyera en ti, te aseguro que yo no estaría aquí.

 

 

La guardiana de los esqueletos le miro tan intensamente que sintió su cara enrojecer pero algo en la otra no le permitía apartar la mirada de esos ojos con tonalidades tan distintas: uno azul como el cielo al que solía admirar de niña y el otro verde, tan verde como las hojas de los árboles que trepaba para ver el atardecer con aquel que la abandono solo por llevar el producto de aquel amor que solo ella sentía.

Tan cerca… tan cerca de los labios que dictaban órdenes a los huesos olvidados. Ambas cerraron los ojos ante el nuevo descubrimiento, tanto las manos tocaban la fría pie amoratada,  una caricia escondida, nada planeada y…

 

 

-Ama, aquí está el t…      

 

 

Nada…

Sakarya había entrado a la habitación interrumpiendo el contacto de las regentes quienes apenadas, solo voltearon el rostro rojo como brazas del contrario, retomando o… más bien fingiendo retomar lo que hacían momentos atrás.  

 

 

-M-me decías Sakarya… -habló la oji rojo para romper la atención del incomodo momento.

 

-Ammhh… s-sí, le decía que ya está listo el té para que recupere sus energías…

 

-Te lo agradezco. Ponlo sobre la mesa, cuando Gashadokuro termine de limpiar mis heridas lo tomare.

 

-Está bien. Me retirare a descansar, si me necesitan no duden en despertarme.

 

-Gracias querida. Descansa.

 

-Está bien, que descanses Sakarya.

 

 

La chica puso la charola con el té sobre la mesa para seguidamente ingresar tras una puerta donde estaban tres camas perfectamente tendidas para ellas.

Cuando se vieron solas. Darkness dejo salir el aire de sus pulmones.

 

 

-¿Crees que nos haya visto? –giró su rostro para ver a su aliada. Pero Gashadokuro tenía otros planes en mente. 

 

-No lo sé, pero no me pienso quedar con las ganas. –alzó unas de sus negras cejas y sonrió con cinismo la chica. Darkness la miro sorprendida.

 

-¿A qué te ref…? –quiso preguntar pero la bicolor había tomado su rostro con ambas manos y sin previo aviso, junto sus labios con los pálidos propios.

 

 

Gashadokuro la estaba besando sin ninguna vergüenza. La de Tétrica había usado su lengua para abrir más la boca contraria e ingresar a explorar su interior. Darkness estaba impresionada con el actuar de su compañera pero sin duda aquello le estaba gustando demasiado como para pararlo. Así que más repuesta, llevo sus blancas manos a la cintura de la otra donde acaricio con parsimonia la piel que aún había en esa parte de la anatomía.

De haber tenido corazón, sabían que les hubiera dolido el pecho ante lo que sentirían, pero no era su caso, ni siquiera el hecho de la falta de oxígeno les impedía continuar. Porque no necesitaban respirar después de todo. Fue más cosa del sentido común de la sombría la que realmente termino con lo que sucedía.

 

 

-Gashadokuro… -llamó en un gemido.

 

-Te entiendo querida. No es momento para esto, pero cuando todo acabe no te libraras. –le guiñó un ojo y salió por la puerta por la que la pelirroja había entrado con la taza de té… té que ya se estaba enfriando…

 

 

Darkness se quedó pasmada por la sentencia que la otra chica le había dado. Al menos comprendió que no era el lugar ni el momento para llegar más lejos que el simplemente besarse. Besarse… se llevó los dedos a los labios, rememorando la caricia. Los labios de Gashadokuro eran fríos, pero se sentían tan bien…

Y la de los esqueletos no estaba mejor que la de las sombras. No tenía contemplado el que Darkness le correspondiera, pero vaya que le había gustado besarla. Más de una vez pensó que la chica la golpearía o que mínimo la enviaría a las sombras eternas hasta el fin de los tiempos solo por pronunciársele. Pero eso no había ocurrido, lo que le daba una esperanza para estar a su lado. Pero para eso tendría que esperar y rogar porque Shi no se interpusiera, sabía lo que Shi sentía por Darkness, la misma muerte se lo aclaro diez siglos atrás y aunque Darkness era ignorante de aquel sentimiento que la peli plata llevaba guardado por ella. Gashadokuro era sabedora pero por sus propios intereses lo mantendría en el mutismo del secreto. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

No sé si alguien me querrá dejar algún comentario puesto que me he tardado milenios en actualizar y eso es imperdonable… me lo merezco… y lo siento. Pero cuando quiero continuar el tiempo no me da y cuando tengo algo de tiempo, la inspiración de me va… bueno, de igual modo aunque no me comenten, les doy de antemano las gracias por leer y espero de corazón que se queden hasta el final de la historia, en el cap próximo aparece Hades.

Sigan bellos, y hasta el cap. 14.


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