Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Cuento Antes de Morir por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas buenas. Aquí vengo con el capítulo 4. Saben, tenía como finalidad que este fic solo fuera de cinco o seis capítulos a lo mucho pero creo que tendré que agregar más porque en si la idea me salió larga jejeje.

Bueno aquí ya empieza un poco de misterio. Espero les guste.

Quiero agradecer a todos esas personas bellas que me han dejado reviews para mi es todo un honor tenerlos de lectores y les agradezco infinitamente por seguir leyendo espero este capítulo sea de su agrado pues sus criticas son mi insentivo para continuar con la historia.

sin más que agregar. Saint Seiya no me pertenece es de su respectivo (y brillante creador) yo solo los contraté para que me ayudaran  a entretenerlos.

Aclaracion:

Muu de Aries no sufrió daños en este capítulo. xD

Bien disfrutenlo.

"Espectro, guardián del Ángel herido."





Muchas cosas pasaban por el Santuario de Athena en esos momentos. La gran mayoría de Dorados no sabía sobre la tensión que existía entre tres de ellos, y claramente ninguno de los implicados se arriesgaría a divulgar lo que sabían pues comprendían que eso claramente acarrearía problemas que beneficios.

Aioria ingresó con Milo tras de sí. Invitando a su compatriota a tomar asiento, rompió el silencio con una pregunta:

—Bien ¿De qué quieres hablarme? —el de Leo puso toda su atención en lo que el otro fuera a decirle, a lo que éste no tardó mucho.

—Quería comunicarte de algo que se desde hace un tiempo y sobre otro asunto del que recién me he enterado —pronunció de manera seria a lo que el griego rubio se puso igual.

—Si has querido comunicármelo, debe ser importante así que, te escucho.

—Aioria. Se trata de Mu —el Escorpión se aclaró la garganta antes de continuar—. Hace más de mes y medio, Kanon llegó a mi templo, estábamos hablando de cosas sin mayor importancia pero sin querer, a él se le salió cierta información por lo que se alteró y quiso cambiarme el tema pero no se lo permití —narraba a lo que el Quinto custodio solo lo miraba impaciente pero en silencio.

—¿Qué era lo que Kanon no quería decirte, Milo? —quiso saber el de pelo corto.

Milo suspiró.

—Prácticamente tuve que chantajearlo para que me dijera… Me confeso que sabía los sentimientos de Mu por su gemelo quien por cierto, está enamorado de Shaka. Kanon ideó un plan para que Saga usando los sentimientos de Mu, pudiera… jugar con él por así decirlo y que de esta manera Shaka al ser el rival de Mu. Se sintiera celoso y así se acercara a Saga, una vez esto pasara. Saga abandonaría a Mu sin reparo alguno… —concluyó el peli-azul mirando con algo de pena a Aioria que tenía sus puños fuertemente apretados de la furia que sentía por aquellos gemelos del demonio.

—¡N-no puedo creer que ese maldito de Saga juegue así con los sentimientos de Mu! —gritó lleno de furia el rubio cenizo.

—Y eso no es todo, Aioria —sentenció—. Saga le pidió noviazgo a Mu hace un mes y medio más o menos, y él aceptó.

 

Aquella aclaración dejó helado al de ojos verde claro. No sabía que pensar sobre aquello y ciertamente le preocupaba pues Mu no sabía los verdaderos planes que Saga tenía por lo que, era una víctima fácil de aquel estúpido juego.

—¿Cómo lo sabes? —el león no podía estar más molesto.

—El mismo Kanon me lo comentó hace unas dos semanas. Dijo que el plan estaba saliendo como lo habían planeado, porque Shaka ya se había comenzado a acercar a Saga y él por otro lado estaba más distante y frío con Mu.

—¡Malditos esos dos! ¡Son unos bastardos sin corazón! —rugió completamente indignado.

Milo bufó con molestia ante lo que pensaba en esos momentos. No estaba seguro si decírselo al rubio pues se miraba bastante molesto ya, y no dudaba en que si decía lo que sabía. Aioria fuera a matar con sus propias manos a los geminianos.

Finalmente se decidió a hablar, ya luego se encargaría de que el menor no cometiera ninguna locura.

—También me enteré más recientemente de… —el peli-largo guardó silencio ante el desespero del otro quien apuró a que hablara.

—¿De qué?

—…

—¡Milo, habla maldición! —gritó ya fuera de si Aioria.

El mayor lo miró, suspiró y habló:

—De que Mu ya descubrió el juego de los gemelos… encontró a Saga y Shaka besándose en una parte alejada de los templos. Saga al verse descubierto, tuvo que confesar todo y Mu se alejó de ahí. Según lo que me contó Kanon, Saga dijo que quería hablar con él pero Shaka le sugirió no hacerlo.

—¡Son unos…! —el de Leo suspiró para calmarse un poco y poder volver a articular palabra–Lo que me acabas de decir… ¿Hace cuánto ocurrió?

—Hoy en la mañana me imagino. Kanon subía hacia el templo de Piscis cuando me lo platicó.

—¡Demonios! Mu sufriendo en estos momentos y el maldito de Saga retozando con Shaka. ¡Maldición!

 

Aioria se había levantado de su asiento, caminando con visible angustia por la estancia para finalmente detenerse cerca de un muro y golpear una de las paredes misma que hizo retumbar el templo completo a lo que Milo se acercó a él para consolarlo, descubriendo así el amor tan puro que el felino tenía por el carnero al ver brotar de sus ojos claros, lágrimas de pesar. El menor lloraba solo de pensar en que su ariano estuviese sufriendo por culpa del que una vez fuera el Patriarca.

—No le bastó con matar a su maestro y dejarlo solo enfrentándose al mundo. Si no que ahora incluso lo daña a él directamente… quisiera matarlo… —decía el rubio con la voz ahogada de furia y llanto mal contenido mientras el peli-azul sobaba su espalda con fraternidad.

—Amigo, te diré algo —habló Milo—. Si quieres ayudar a Mu, no hagas estupideces y ve con él. Él te necesita más que nunca, Camus y yo somos sus amigos pero el más apropiado para acercarse a él en estos momentos eres tú porque han estado más tiempo juntos en diversas ocasiones. Imagino que si quiere hablar con alguien, a quien más le gustaría ver es a ti, Aioria.

Milo hablaba de manera seria, sincera y reconfortante. Sin duda el bicho era muy sabio en algunas cosas aunque a veces no lo pareciera. Y es que Milo decía aquello porque si tuviera una situación similar con su amado Aguador, sin duda le gustaría que Aioria estuviera ahí apoyándolo e instándolo a hacer lo correcto ya que lo consideraba uno de sus más grandes amigos y lo que más quería el Escorpión era que el de Leo pudiera encontrar la felicidad junto a la persona que él hubiese elegido para entregar se corazón. En este caso: Mu.

El menor secó las lágrimas de su apuesto rostro, regalándole al mayor una sonrisa de agradecimiento por las palabras tan profundas que le había dicho. Sin duda eso le había dado ánimos para que tratara de acercarse más al Carnero y tal vez éste comenzara a verlo con otros ojos.

—Gracias Milo. Me has ayudado mucho, iré a ver a Mu —dijo con determinación.

—Me alegra escucharte con esa alegría característica de ti. Solo recuerda; enfócate en Mu y solamente en Mu. Luego veremos qué hacer con Saga pero para eso hay tiempo, mientras tanto ayuda a salir a la oveja de ese agujero en el que la han metido —Milo sonrió alentador y Aioria asintió también sonriendo.

—Pronto bajaré. No permitiré que se deprima ni que de sus hermosos ojos broten más lágrimas por quien no las merece.

—Sé que lo lograrás —el peli-azul dio unas palmadas en el hombro del otro y sin más agregó—. Bueno, yo debo irme, si dejo a Camus esperándome más tiempo, es capaz de congelarme y créeme eso no es lindo.

Luego de que pronunció aquellas palabras, Aioria rió y a Milo le dio escalofríos la idea de convertirse en una paleta gigante a manos de su adorado copo el cual poseía un carácter tan fuerte como la cantidad de su belleza —y eso señoras y señores era MUCHO.

—Se ve que te trae loco ese copo —rió alegremente—. Confiésale lo que sientes, tal vez te lleves una gran sorpresa.

—¿Tú crees que es fácil? Es tan hermoso que con solo una mirada suya me quedo mudo de los nervios.

Aioria volvió a reír de buena gana, acercándose al escorpiano que ya estaba en la salida.

—Busca la oportunidad. Camus no es un ogro, a pesar de su carácter frío pero no creo que te lastime solo porque le digas lo que sientes… a decir verdad —el leonino se acercó a la oreja del otro hombre para susurrar—. Creo que tú también le gustas a él.

Al finalizar se alejó de un impactado Milo que lo miró como diciendo “Tú sabes algo” a lo que Aioria sonrió para luego alejarse dejando al peli-largo solo en la entrada.

Al poner un pie en el exterior, Milo escuchó desde un punto que no pudo identificar, la voz de Quinto guerrero quien le gritó:

—¡Suerte con el Copo, y gracias por todo!

Milo sonrió negando con la cabeza divertido para luego marcharse del lugar a donde su amado Acuario lo esperaba ya impaciente, aburrido y un poco molesto cabe decir. Oh, oh pobre bicho...

 

 

Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ

 

 

El cuerpo le temblaba a causa del dolor y esa angustiante incertidumbre que lo invadía a cada segundo.

Presa de la gran molestia, se puso con dificultad de pie, cubrió su desnudes con la sabana tomada con las nerviosas manos, cuyas muñecas tenían un color rojizo, casi morado. Posiblemente hecho cuando Shaka forzó sus muñecas para que no escapara.

Caminó lenta y pausadamente hacía su baño. Se sentía sucio y repugnante, tocar su misma piel le daba asco. ¿Cómo había podido caer tan bajo? Él solo quería ser amado de la misma manera en que él lo hacía. ¿Qué tenía eso de malo? Nada, absolutamente nada. El único pecado que había cometido en realidad era haber entregado su hermoso y puro corazón a alguien cuyo corazón ya tenía dueño. No era su intención, él no sabía que el hombre al que amaba, amaba a otro. Quería desaparecer de esa realidad que poco a poco le cercenaba el alma de una manera dolorosa, cada recuerdo de los besos, los tactos, las palabras que al final de cuentas estaban vacías como su espíritu, le hacían llenar los ojos verdes de lágrimas que inevitablemente corrían salvajes por sus tersas mejillas, mientras de su boca salían gemidos ahogados.

Cualquiera pensaría que por ser un Caballero Dorado de la Orden de Athena, era fuerte y no se tomaba tiempo para los sentimientos inútiles y banales de los seres humanos comunes. Pero se equivocaban, porque Mu sentía de una manera inocente, no merecía sufrir de esa forma. Todos lo lastimaban y a nadie le importaba cuanto llorara —Claro, eso pensaba él al sentirse tan solo como estaba.

Llegó al cuarto de baño donde dejó correr el agua hasta que llenara la tina de tibio líquido donde vertiera una extraña hierba que hizo que el agua se tornara en un leve color celeste con agradable olor a frutos rojos.

Dejó deslizar la sabana por su cuerpo desnudo hasta que la prenda toco el frio suelo, quedando olvidada. Introdujo sus largas y torneadas piernas al recipiente donde al ser esa delicada piel tocada por el agua, un estremecimiento le recorrió la espalda. Cerró los ojos con fuerza al sentarse en la resbaladiza superficie del fondo de la amplia bañera pues aún sentía un punzante dolor.

Al haberse acomodado, se estiró hasta quedar casi acostado. Recostó la cabeza sobre el borde de la tina, sentía las lágrimas quemarle la piel al hacer su recorrido hacia su barbilla. ¿Qué estaba pagando para merecer tanto castigo? No lo sabía pero le verdad le dolía. Lo de Saga, luego lo de Shaka. Se sentía tan utilizado que lo que más deseaba en ese momento era morir y no volver a ser convocado.

Sin saberlo o notarlo. El Carnero Dorado estaba siendo observado por un par de ojos rojos como la sangre desde las leves sombras de aquella habitación.

Mu levantó sus manos y las miró. Los hematomas alrededor de sus muñecas ahora oficialmente eran purpura, hizo una mueca de desagrado y volvió a bajarlas.

Aunque hubiera dormido por la droga, aún se sentía un poco cansado. Cerró los ojos por completo presa de la pesadez de sus parpados, quedando sin saber en qué momento, completamente dormido. Justo en ese momento, una blanca y delicada mano acarició los lilas cabellos del ariano, la persona sonreía con dulzura ahora limpiando con sus finos dedos las marcas de lágrimas de las mejillas de Mu. Al dejar de tocarle, el Primer guerrero se deslizó por completo dentro del agua aún dormido, perdiéndose en el color celeste del agua. Quien acariciaba al joven, sonrió con tristeza pues sin duda ese hombre era un ángel en la Tierra y le causaba pesar todo su sufrimiento.

—Pronto podrás descansar, hermoso joven —susurraba una suave voz a modo de despedida y a la vez de bienvenida, sin duda había sido mucho más fácil y con menos tiempo de lo que pensó. Pues sabía que Mu se ahogaría irremediablemente.

 

 

Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ

 

 

—Shaka… ¿Shaka, estás aquí? —llamaba Saga a su novio, caminando dentro del templo de la virgen.

—¿Qué quieres, Saga? —el hindú apareció por uno de los pasillo con sus ojos cerrados, aparentemente estaba meditando y el peli-azul lo había interrumpido.

—Pues desde hace unas horas que no te veía, me preocupa tu estado y vine a ver si estabas bien –respondió el griego acercándose al rubio.

—Ya vez que sí. ¿Por qué habría de estar mal?

La verdad es que el semidiós se estaba muriendo por dentro. Pero nunca se lo diría al gemelo.

—Te noto muy distante —Saga estaba angustiado.

—Siempre he sido así, no sé por qué te asombras de eso —respondió tajante abriendo sus bellos ojos—. ¿Has ido a ver a Mu?

Shaka no sabía a ciencia cierta si el ariano ya habría despertado así que lo mejor era probar al griego antes de decir algo que lo comprometiese.

—No… no quiero verlo, no lo necesito si te tengo a ti —el oji-verde se acercó al de Virgo para tomarlo de la cintura y besarlo apasionadamente. Shaka solo respondió unos segundos y luego se soltó del agarre del mayor el cual lo miró entre extrañado y molesto.

—¿¡Qué es lo que te pasa Shaka!? —gritó molesto por el rechazo del menor.

 

—¿A qué te refieres? Ésta es mi forma de ser Saga y tú no me vas a cambiar me has entendido, no soy ningún romántico. Hazme el favor de salir de mi templo, debo meditar y tú me quitas el tiempo, si en algún caso te necesito te lo haré saber pero mientras tanto no me molestes —esa había sido una directa orden por parte del Sexto guardián y Saga se había quedado mudo e iracundo.

Salió hecho una furia hacía su templo. Kanon no estaba, por ende podría descargar todo su enojo y frustración. No comprendía que le pasaba al rubio, él intentaba tratarlo con amor pero éste lo trataba de la misma manera en que él mismo trataba a Mu cuando él le pedía cariño incluso recordó una vez en que Mu se alejó para que no lo viera llorar por unas hirientes palabras que le había soltado a grito pelado porque el pequeño trataba de abrazarlo.

¿Seria karma…? No lo sabía pero sin duda lo parecía, de alguna manera hubiera querido que Shaka fuera tan dulce y preocupado como Mu pero tal parecía que el rubio ni siquiera lo quería.

—Creo que cometí un terrible error al cambiarte por él, Mu.

Pero ya era tarde para lamentarse. Demasiado tarde en verdad.

 

 

Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ†Ϯ

 

 

Aioria salía de su casa, no llevaba puesta su armadura puesto que estaban en tiempo de paz. Iba con toda la intención de hacer sentir bien al peli-lavanda y con algo de suerte y tiempo, tal vez las cosas daban un hermoso giro.

Ahh Aioria…

Atravesó los templos que dividían a Leo de Aries, sin ningún contratiempo, llegando a la entrada trasera del templo del Carnero. Un mal presentimiento se apoderó del rubio al sentir en la casa el cosmos de su habitante pero lo sentía débil, casi extinguiéndose.

Ingresó a toda prisa, tratando de localizar con su propio cosmos el de Mu, más no lo hallaba y eso lo desesperaba aún más porque se imaginaba qué, víctima de la depresión, su amado cometiera una locura por culpa del estúpido gemelo. Corrió por unos pasillos hasta que sintió el cosmos de su oji-verde tras una puerta, misma que estaba cerrada desde adentro. Afligido completamente, usó uno de sus ataques para romper la puerta la que cedió haciéndose pedazos, dejándolo pasar.

Divisó que era el cuarto de baño, éste era iluminado por una amplia ventana, pero no notó que una sombra desaparecía entre las demás en un rincón de la habitación a donde no podía llegar la luz del sol, que ya comenzaba a perder algo de fulgor dado las horas.

Buscó con la mirada al dueño de sus sueños pero no lo veía. Sin embargo, seguía sintiendo desaparecer el cosmos de Mu en ese lugar. Al ver la bañera, se acercó rápidamente solo notando agua azulada. Aunque en su mente algo hizo que sin pensar metiera las manos al agua ya fría donde pudo sentir algo suave y más frío aún. Sin esperar más, haló hacia afuera lo que estaba dentro del agua, descubriendo que se trataba del ariano quien estaba inconsciente y ya no respiraba y su piel estaba más pálida de lo normal.

—¡Mu! Por Athena Mu. Por favor resiste —pidió el leonino pasando por debajo de la piernas de Mu uno de sus brazos y otro en su espalda para sacarlo del agua.

Una vez lo hubo sacado, lo recostó en el suelo para poder sacar de sus pulmones toda el agua que había ingerido y dándole respiración boca a boca. También aumentó su cosmos para darle algo de calor al Carnero. Poco a poco y ante los constantes apretones sobre su pecho y las entradas de aire por su boca. Mu despertó tosiendo ahogadamente, sacando toda el agua de su interior.

Estaba asustado, no sabía lo que le había pasado ni porque estaba así aunque se lo podía imaginar.

—Mu… Mu ¿Estás bien? —le indagó una voz que lo tomó por sorpresa. Mientras era cubierto por una gran toalla color lavanda.

—A-Aioria ¿Q-qué haces aquí? —el peli-largo se incorporó un poco hasta quedar sentado en el piso.

—Vine a verte pero cuando iba llegando, sentí tu cosmos casi desaparecer. Me asusté y entré a buscarte, te encontré casi ahogado en la bañera —narró el griego triste ante la idea de perder al ser que más amaba.

—Me hubieses dejado morir Aioria... —Mu apartó la mirada para posarla en un punto fijo del suelo mojado.

—No digas eso —el mayor se hincó frente al de ojos verdes para tomar su mentón delicadamente y que le viese a la cara—... Sé lo que Saga te hizo, no quiero que sufras por él. Por eso quiero cuidarte.

Ante la cercanía del apuesto león, Mu se sonrojó.

Sin que se dieran cuenta, la figura anterior sonrió triste mirando la escena para luego desaparecer por completo.

 

—“Tu alma está rota, hermoso Mu, pero yo te ayudaré a descansar”.

Fueron las palabras de ese ser que estaba hecho de sombras, creado de la misma oscuridad.

 


Notas finales:

Saben el lunes de esta semana ya habia escrito la mitad de este cap. Pues mi profesor tenía reunion y donde yo recibo mis clases hay computadoras y en esas se trabaja, ya saben creando programas, páginas web etc.

Pues yo en lugar de trabajar en unas practicas de compilacion, me puse a escribir el cap 4 para subirlo cuanto antes, bien llegué a la mitad.

Aclararé que no puedo subir los cap desde donde estudio porque las computadoras con las que trabajamos no tienen inter XD y eso es porque mis compañeras son unas flojas que solo pasarian en facebook si hubieran inter por eso no hay.

Ahora bien, ayer que iba a terminar la parte que me faltaba, descubro que la maldita maquina me engañó y no guardó mi avance en la USB aunque decia que si se habia guardado lo cual casi me da un colapso porque hoy me tocó escribir todo de nuevo, aunque ahora hicieron aparicion Shaka y Saga, en el anterior no estaban, asi que creo que quedó mejor.

Bueno hasta el siguiente cap. 

Se me cuidan, que si ustedes no leen, quien jeje 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).