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Un Cuento Antes de Morir por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores después de casi una semana de ausencia, les traigo el cap 8. Les pido disculpas por mi retraso, tenía planeado subir este cap en domingo pero no tuve tiempo para nada y ahora estoy en semana de exámenes en el instituto pero me he tomado un chancecito para traerles la actualización.

SHAKA: lo que sucede es que eres muy lenta para escribir.

DARK: cállate que así me sigas molestando, te quedas con Saga *sonríe malignamente ante la cara de horror del rubio*

SHAKA: …bien tú ganas.

Bien, bueno personitas lindas, en este cap se enfrentaran los tres posibles candidatos del hermoso carnero lila y aparece un nuevo personaje de mi invención que espero les agrade. Ademas de que aparece un poco de casi todo.

Recuerden bellezas que Saint Seiya no me pertenece, pero tres de los personajes de este fic, si, y creo que habrán unos cuantos más.

Bien a leer, disfrútenlo porque va con mucho cariño y mi tiempo de estudio xD

Todo ya estaba dicho entre los dos verdugos del tibetano. Ambos se habían herido mutuamente y se habían gritado verdades escondidas. El griego estaba dispuesto a todo por recuperar lo que una vez le perteneciera solo a él, no dejaría que el rubio se quedara con eso tan bello que él no supo atesorar como era debido.

Saga se arrepentía por haber iniciado aquel juego cruel donde él mismo había salido utilizado de forma vil y burlesca por el hombre que amaba aunque ahora este fuera su rival en una batalla por el de Aries.

Lo que ambos ignoraban era que no eran los únicos en la contienda. Si no que también tendrían que enfrentarse al caballero de Leo y este sin duda era un rival de cuidado.

Shaka se sentía molesto por lo sucedido momentos atrás, sabía que la lucha por Muu no sería sencilla pero estaba decidido a utilizar cualquier recurso para derrotar al gemelo. No permitiría que ese despreciable hombre tome a Muu por un pasatiempo el cual podía dejar cuando se aburriera y luego volver a tomarlo como si nada, eso era un insulto al carnero y Shaka no iba a tolerarlo.

 

-Vas a lamentar haberte atravesado en mi camino Saga, te haré pagar por todo lo que has provocado. -pronunciaba el rubio a la nada apretando sus puños con profunda ira.

 

El más cercano a Dios camino hacia las salas gemelas para poder poner sus ideas en orden y pensar detenidamente en lo que haría para conquistar a Muu y destrozar al griego.

 

 

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-Muu en verdad ya no se te ve ¿Que te ha pasado que ya no sales de tu templo? -le hablaba el caballero de Cáncer quien se había sentado a su lado en uno de los finos sillones para tres de Camus,

 

-Si amigo, es cierto que eres muy pacífico y eso pero antes convivían más con nosotros. -le dijo Milo pasándole un vaso con refresco.

 

-En verdad lo lamento, he estado un poco ocupado en estos últimos días. -Muu acepto la bebida de buena gana.

 

-¿Te sucede algo? Sabes que puedes hablar conmigo cuando lo necesites. -Camus le sonrió al decir aquello haciendo al peli lila sonreír también en agradecimiento.

 

-Creo que te tomaré la palabra Camus, necesito sincerarme con alguien. –tras decir esas palabras, el oji verde sonrió amable.

 

 

Muu y Camus eran muy buenos amigos tras volver de la muerte luego de la batalla contra Hades, ambos habían entablado una muy buena amistad descubriendo que aunque fueran de signos distintos, poseían muchas cosas en común.

El Aguador había notado algo en su amigo que no le gustaba. Camus también había notado al igual que Aioria el cambio en los ojos del lemuriano y su palidez aún más marcada que antes. Eso le preocupaba en sobre manera pero trataría de averiguar lo que pudiera cuando él y Muu estuvieran solos.

Muu por otro lado, disfrutaba un poco de la compañía de sus compañeros. Tenía bastantes días sin estar con sus amigos, debido a su aislamiento dado las circunstancias de los acontecimientos pasados recientemente en su diario vivir. Pero ahora se mostraba más dispuesto a salir de vez en vez de su templo, ahora era más fácil para él aquello debido a que ya no le causaba ningún sentimiento ver al gemelo mayor ni al rubio hindú, aunque... el joven de Leo lo hacía sentir algo extrañamente familiar aunque no recordaba lo que era.

 

Pasadas las horas, cada caballero se retiraba amable de aquella pequeña pero alegre reunión. Agradecieron a Camus y este a su vez, le ordeno a Milo quedarse a ayudar a limpiar pues había sido su idea que la reunió fuera en su casa a lo que el escorpiano no tuvo otra opción de obedecer al serio aguador. Aunque la idea de quedarse con el peli aqua le agradaba a Milo, de esa manera tendría una oportunidad de declararse ante el mago del hielo.

 

 

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Saga se encontraba en la casa de Géminis con muchos escombros de lo que solían ser decorado de la casa, jarrones, foreros, pinturas y retratos de algún recuerdo. Fueron víctimas del griego quien ahora se encontraba desparramado en el sofá de la estancia con una terrible cara de frustración y furia.

Kannon que en ese momento volvía de la reunión en la onceava casa al templo de Géminis, se llevó una gran sorpresa al ver el lugar casi destruido en inmobiliario y decoración pues Saga se había desquitado con lo primero que encontró la frustración que tenía encima y al no estar su gemelo, aprovecho la soledad para poder explotar a gusto.

 

-¡Por Atena, Saga! ¿Qué villano vino a atacar el templo? –la pregunta del menor rompió los pensamientos del mayor quien lo miro con una cara de pura rabia mal contenida.

 

-¡¡¡Cállate Kannon!!! –grito Saga poniéndose de pie para encarar a su reflejo. –Todo lo malo que me ha pasado es tu maldita culpa. –acuso dándole la espalda.

 

 Kannon abrió grande los ojos ante aquella sentencia.

 

-¿De qué demonios me estás hablando? –se acerca más al mayor, con el ceño fruncido.

 

-De que por tu estúpida idea de utilizar los sentimientos de Muu solo para que Shaka me correspondiera,  ¡yo salí siendo el único utilizado! –grito fuera de sus cabales, girando bruscamente para mirar la cara del otro.

 

Kannon se sorprendió aún más.

 

-¿Por qué lo dices? –Kannon arqueo una azulina ceja cruzándose de brazos.

 

A Saga le daba vergüenza decir aquello, pero tenía que sincerarse o se volvería loco.

Suspiro con pesadez.

 

-Hace poco fui al templo de Shaka, necesitaba que me aclarara algunas cosas que sucedieron hoy en el entrenamiento. –hizo una pausa. –Hoy cuando Aioria abrazo a Muu, el cosmos de Shaka se elevó peligrosamente… en un principio pensé que era porque tal vez le atraía Aioria pero al preguntarle directamente, me di cuenta que cometí un terrible error.

 

Kannon lo miro, Saga tomo asiento nuevamente y el menor lo imito mirándolo con atención.

 

-Me estas asustando… ¿Qué te ocurrió? –quiso saber ganándose la mirada frustrada de Saga.

 

-Me hicieron darme cuenta de la peor de las formas que soy el mayor imbécil de toda Grecia.

 

-Explícate.

 

 -Kannon… Shaka… Shaka se acercó a mí cuando estaba con Muu solo para castigarlo porque Muu no lo amaba como me amaba a mí.

 

El menor de los géminis se sorprendió por lo dicho por su hermano ¿Qué Shaka jugo con Saga? ¡JA! Aquello era para reírse hasta que la cara se acalambrara. Era ridículo y por demás inverosímil pues se suponía que el rubio le quito a Muu lo que amaba porque él mismo también quería a Saga. Pero ahora su gemelo le venía con aquello que sin duda no tenía lógica.  Al menos para Kannon no la había.

 

-¿Qué…? –fue lo único que atino a decir el ex marina con profunda confusión. -¿Y porque a Shaka habría de importarle lo que Muu sienta o no por él? Si se supone que los dos no se soportan y Shaka a Muu menos. –razono.

 

-¡Shaka está enamorado de Muu, Kannon! –alzo la voz impaciente. –Hoy mismo me lo confeso sin morderse la lengua… me dijo que solo fui un juego y que haría lo que fuera por tener al carnero solo para él.  

 

Kannon se quedó callado, petrificado. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo pudo un plan hecho por él, que era el rey de la manipulación, embaucador de dioses y experto en la mentira fallar de esa manera tan ridícula? No lo entendía y mucho menos el hecho de que quien le haya ganado en su propio juego hubiera sido el rubio iluminado quien a su parecer era inofensivo.  

 

-Y tu ¿Qué le dijiste? –se puso serio.

 

-Que iba a recuperar a Muu aunque tuviera que pasarle por encima a él.

 

Kannon resoplo y luego miro a Saga fijamente a los ojos.

 

-Tendrás mucho que hacer si quieres volver a tener otra oportunidad con la oveja y no solo lo digo por Shaka.

 

-¿A qué te refieres?

 

-Aioria también tiene sentimientos muy fuertes por Muu. –aclaro poniéndose de pie.

 

-¡¡¡Que!!! ¿Cómo lo sabes? –Saga se desesperó ante aquella nueva información.

 

-Lo note hoy en el Coliseo, cuando lo abrazaba y como lo miraba, tendrías que estar ciego para no darte cuenta. Además, su cosmos cambia de una manera muy particular cuando está a su lado. Sin duda el león está enamorado de la oveja y créeme que ese tipo te costara derrotarlo.

 

-¡Maldita sea! –grito parándose también del sofá y dándole una patada potente al mueble que salió volando hasta estrellarse en una pared cercana, rompiéndose en el acto.

 

El menor se acercó a Saga para colocar una mano en su espalda en forma de apoyo.

 

-Hermano no te desquites con las cosas, y deja de desperdiciar energía. Mejor piensa en una forma útil e inteligente de superar a tus nuevos rivales porque créeme que necesitaras de mucho si quieres lograrlo. –el consejo recibido lo hiso asentir sin decir más palabra a lo que Kannon agrego. –Bien, ahora ayúdame a tratar de dejar todo como estaba porque este desastre no te dejara concentrarte. –sugirió mientras le mostraba a Saga el fragmento de lo que alguna vez fuera un jarrón azul con decoraciones amarillas, a lo que el mayor resoplo fastidiado.

 

-Ahhggg, está bien…-empezó a recoger de mala gana trozos de sus “victimas”

 

 

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-Bueno Camus, ya todo quedo limpio como a ti te gusta. –Milo se encontraba acomodando el último cojín que quedaba, en el amplio sofá color negro.

 

-Te lo agradezco, me gustan las reuniones amistosas pero algunos de nuestros amigos no comparten el sentido del orden. –Camus se acercó a Milo quien se había sentado en el sofá.

 

-Ehhh… Camus, necesito hablar contigo sobre algo. –el griego poso su mirada  en la del otro que le miro extrañado.

 

-¿Pasa algo? –el peli aqua tomo asiento junto a su amigo.

 

-Se puede decir que sí.

 

-Bueno, te escucho entonces.

 

-Camus, sabes que hemos sido muy buenos amigos desde que vinimos al Santuario cuando éramos niños pero quiero confesarte que…desde que volviste de Siberia mis sentimientos por ti cambiaron y crecieron de una forma que hace que cada vez que te vea o te tenga cerca, mi corazón se acelere al punto de casi dolerme.

 

Las mejillas de Camus en este punto de la conversación, habían adoptado un inocente tinte carmín y sus ojos estaban abiertos de pura sorpresa, brillantes y emotivos como de quien espera algo grande que pasara solo una vez en la vida.

Milo continúo.

 

-Cuando te convertiste en espectro de Hades y moriste ante mis ojos, sentí que moría contigo y me carcomía el pesar de no haberte confesado que yo… yo te amo Camus de Acuario. Te amo más que a mi vida y si no te lo había dicho era por miedo a que me rechazaras y me quitaras tu amistad que es lo que hasta este momento me mantiene con vida y la esperanza de una oportunidad a tu lado.

 

 

El bello rostro del acuariano era todo un poema, era digno de una fotografía ya que se encontraba completamente rojo, nervioso y con los ojos grandes de impresión y alegría. Esos orbes azul zafiro destellaban de emoción y en ese momento paso lo que muy pocos afortunados vieran: Los carnosos y rosados labios del aguador curvados en una sonrisa que le hubiera quitado el alma a cualquiera. Milo no era la excepción pues al ver la reacción del otro su corazón se paralizo y entonces la fina voz de Camus lo encamino al paraíso.

 

 

-Yo también te amo Milo de Escorpio. –Camus ensancho más su sonrisa hasta mostrar sus blancos y alineados dientes.

 

 

Milo estaba feliz con lo que le dijera el mago de los hielos. Su amor era completamente correspondido y el saberlo cortesía de Aioria claro, lo hizo armarse de valor para ir en busca de la felicidad que tanto anhelaba al lado de su hermoso copo.

 

 

-Camus… -ese nombre que susurraba entre sueños, ese hombre que tenía enfrente y que ahora estaba entre sus brazos. El amor de su vida.

 

 

El peli aqua busco el rostro del escorpión quien al verle tan cerca, se apodero de los labios suaves y tibios del onceavo guerrero probándose por vez primera y tatuándose el sabor del otro en lo más profundo de su mente y corazón.

 

-Camus, mi amado Camus, me arias completamente feliz si aceptas ser únicamente mío, que yo seré solo tuyo. –Milo le acaricio el suave rostro a Camus quien cerró los ojos ante la agradable caricia.

 

-Pensé que nunca me lo pedirías. –volvió a sonreír el francés mientras Milo lo volvía a besar de forma tierna y cariñosa, claro pues no quería que Camus se ofendiera, molestara o se incomodara.

 

Ambos se quedaron en el templo del francés, hablando de sus planes dentro de su relación, claro hay que empezar todo desde un principio.

 

 

 

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La noche había caído de nuevo sin ser notada, sobre Grecia. El silencio del momento solo era interrumpido por sus pasos firmes sobre aquellos peldaños de roca antigua.

Se dirigía sereno a un destino poco común para él ya que solo iba de paso cuando llegaba a ese sitio y de un tiempo a la fecha su relación con el habitante de aquel templo no había sido muy buena, iniciando en aquella noche en que molestaba al carnero cuando lo encontró en una de sus caminatas nocturnas.

 

 

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El joven de Leo se encontraba hundido en su pensamiento sentado en una silla en la mesa del comedor de la cocina, cuando sintió un conocido cosmos acercarse a su casa. Le extrañaba que él estuviera por ahí porque no era nada común y menos aun sabiendo que no se llevaban completamente bien. De igual manera, decidió ir a recibirle aunque tenía el leve presentimiento de que esa visita no le gustaría en lo absoluto.

 

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Conforme se acercaba al templo de Leo, sentía más de cerca la presencia de su guardián pero eso no lo hiso detenerse pues iba decidido a descubrir las intenciones de Aioria. Porque si iba a ir a la guerra, tenía que saber contra quien pelearía.

Cuando llego a la entrada de aquel lugar, vio venir al rubio cenizo con ropa de descanso, sin intimidarse se acercó hasta quedar frente a frente con el griego.

 

-Shaka. –pronuncio el león con algo de indiferencia.

 

-Aioria. –respondió de igual modo el hindú.

 

-Se a lo que vienes. –anuncio. –Entra. –invito dejando que Shaka pasara primero.

 

Cuando ambos estuvieron frente a frente en la cocina del griego, el rubio rompió el incómodo silencio que se había formado alrededor.

 

-Creo que sabes a lo que he venido Aioria. –Shaka hablaba con calma pero con seguridad.

 

-En realidad no Shaka, si serias tan amable de decirme… -decía el griego pero el hindú lo interrumpió con un abrupto alzo de su voz.

 

-¡He venido porque quiero que te alejes de Muu! –ordeno más que otra cosa abriendo sus hermosos ojos azul cielo dejando al felino perplejo.

 

-¿QUE? ¿De qué diablos estás hablando? ¡Quién te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer!  -grito seriamente molesto empujando a Shaka golpeando en su pecho con ambas manos.

 

-Soy el hombre que hará feliz a Muu y quiero que lo dejes en paz. Él es mío Aioria y ni tú ni Saga se interpondrán en mi camino para conquistarlo. –dijo el rubio golpeando el pecho del de Leo en respuesta a su anterior ataque.

 

-Saga es un miserable que ha hecho sufrir a Muu y tú eres un maldito oportunista que solo busca la manera de sacar provecho de su estado emocional pero ¿sabes qué? No te lo voy a permitir ¿me has entendido? No dejare que ni tu ni el loco desgraciado de Saga le hagan más daño al hombre que amo, aunque tenga que aniquilarlos a los dos para poder cumplirlo.

 

-Ni tu ni Saga son rivales para mí, Aioria. Pero si quieres morir, ¿Quién soy yo para quitarte el deseo? –siseo venenoso el más cercano a los dioses.

 

-Tú para mi menos Shaka. –lo mira con odio.

 

-Ni ustedes para mí. –interrumpió una nueva visita en el recinto del león, acercándose más a los otros dos. –Ustedes para mí no son más que un estorbo que tendré que sacar del camino. Yo seré el que tenga a Muu aunque sea a costa de la muerte de ustedes dos, par de inútiles. –sentencio mordaz mirándolos con rivalidad.

 

-Vaya tal parece que tengo que sentirme atemorizado, después de todo si fuiste capaz de matar al Patriarca y amenazar a Atena con asesinarla. No dudo que serias capaz de matarnos con tal de obtener lo que quieres ¿verdad? ¡Maldito egoísta! –le grito Shaka en la cara a Saga que apretó los puños lleno de furia.

 

-Tu cállate Shaka que si hablamos de egoísmo, créeme que no tienes a donde esconderte. –refuto el rubio cenizo de manera determinante. –Y más vale que entiendan par de cretinos. Que yo peleare con quien sea por el amor de mi vida, para evitar de que siga sufriendo y si para eso he de matarlo. Pues… que así sea.

 

Ante aquella declaración, Saga empezó a reír de forma malévola y burlona.

 

-No me hagas reír niño. Ni tu ni nadie puede vencerme, tu Shaka me pagaras esto que me has hecho y tu Aioria mejor prepárate porque no pienso dejar que ustedes se queden con lo que es únicamente mío.

 

-Sigue soñando traidor. Esta guerra apenas comienza y yo seré el vencedor que los mandara al averno. –respondió confiado el rubio al peli azul quien caminaba a la salida.

 

Aioria que hasta ese momento solo los miraba con molestia en su atractivo rostro. Decidió hablar para ordenar algo a sus compañeros.

 

-Ustedes dos ya cállense y lárguense de mi templo, no quiero verles la cara par de mal vivientes. Váyanse a retozar como lo han hecho desde un principio y dejen a Muu en paz al menos hasta que se recupere del mal que le han causado. Ustedes dicen amarlo pero en lugar de ayudarlo lo hunden más en la desesperación y en la soledad. –les decía con enojo. –No merecen ni siquiera mirarle a la cara, él es demasiado para ustedes, mejor deberían de quedarse juntos. Total, son de la misma calaña.

 

-Escúchame imbécil. –le recrimino Saga dando fuertes pasos hasta llegar al león. –Yo con este sujeto no voy ni a la esquina. –dijo mientras apuntaba a Shaka con un dedo acusador, acto que provoco que el hindú se enfadara más y se acercase a ambos.

 

-Ahora dices eso idiota, y dos noches atrás me querías tener en tu cama ¡cretino maldito!

 

-¡¡¡CALLENSE MALDITA SEA!!! –Aioria estaba en verdad molesto y cansado de ese enfrentamiento que los tres mantenían en su casa. Comenzaba a odiar con ganas a aquellos dos. -¡LARGUENSE! Y grávense que o dejare que ninguno me quite lo más preciado que tengo que es el amor por Muu, yo cuidare de él cómo tu Saga no pudiste y como tu Shaka jamás podrías.

 

-Me largo pero no creas que es por miedo a ti mocoso. Ya veras, lamentaras este día. –sin más, el peli azul salió del templo con determinación pintada en el rostro.

 

Pero Shaka aún tenía algo que decir.

 

-Escúchame Aioria y no olvides lo que te diré. –hablo mirando al griego a los ojos verdes, Aioria lo miro con el ceño fruncido.

 

-Deja de darle tantas vueltas al asunto y di lo que tengas que decir de una vez. –ordeno  con fastidio.

 

El rubio simplemente se limitó a reír de manera leve.

 

-Como quieras. –Shaka se puso serio de golpe y apuntando al de Leo le dijo. –Más vale que te prepares porque no pienso permitirte vencerme de ninguna manera. Tú no tendrás ninguna posibilidad en mi contra, pedirás que te perdone la vida cuando esto haya terminado y Muu sea completamente mío.

 

Aioria se molestó con lo dicho por el rubio a lo que de la manera más fría que pudo, contesto.

 

-No te confíes tanto Shaka, tal vez la vida te dé una sorpresa. Además, Muu es una persona no objeto al que puedas proclamar de tu propiedad. –Aioria camino hasta la entrada de su templo con la intención de que Shaka se fuera.

 

-Eso lo veremos aunque me divierte que creas que me derrotaras.

 

Justo en el momento en que Shaka hablaba, les llego a ambos caballeros un mensaje de Shion.

 

-<<Caballeros, requiero de la presencia de todos ustedes en mi templo ahora mismo. Tengo un importante comunicado que darles.>> -informo la voz del peli verde en la mente de todos los dorados.

 

-Bien parece que tendremos que vernos por un momento más. –volvió a retomar la palabra el peli largo.

 

-Tal parece que así será, pero que no se te olvide Shaka, luchare hasta donde la fuerza me alcance.

 

Eso provoco una pequeña sonrisa en el rostro del semidiós quien solo asintió y respondió tranquilo.  

 

-Lo mismo te digo yo.

 

Y sin decir más, Shaka salió del templo de Leo hacia su propio templo para vestir su armadura y presentarse ante el Patriarca. Aioria lo vio irse y se encamino a donde su propia armadura reposaba para poder utilizarla y comenzar a subir los peldaños hacia la sala patriarcal.

 

Alrededor de quince minutos pasaron cuando los guardianes zodiacales comenzaron a llegar, algunos en pareja y otros ellos solos.

 

Una vez estuvieron todos, Shion hablo con voz potente y autoritaria.

 

-Buenas noches caballeros. –comenzó. –verán, los he citado a estas horas de la noche debido a un mensaje que me hizo llegar nuestra diosa comunicándome que vendrá al Santuario en dos días. El motivo de que se los informe a ustedes es para que preparen todo para que Atena se sienta cómoda y segura estando aquí. –finalizo.

 

-Como usted ordene Patriarca. –respondió Shura.    

 

-Bien siendo eso todo, pueden retirarse a descansar.  –se despedía Shion aunque al ver a Muu que era el último en salir al ser el primero de la formación que se había formado dado el orden de los signos. Volvió a hablar.

 

-Muu, quédate un momento por favor. –pidió el mayor a lo que el peli lila obedeció.

 

-Dígame maestro. –se hinco de nuevo ante el oji rosa.

 

Shion se acercó al menor y acariciándole el cabello paternamente, le hablo.

 

-Levántate Muu, sabes que no necesitas ser tan formal conmigo. Eres como mi hijo.

 

El ariano se levantó y le sonrió a su mentor quien también le sonreía cariñoso. Shion miro detenidamente a Muu y pudo entender que a su “hijo” le faltaba algo.

 

-Muu… ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué tu corazón no late en tu pecho?

 

-…- el menor se quedó callado de la sorpresa de que su maestro pudiera haber notado eso. Él creía que nadie se daría cuenta de que ya no era el mismo de antes.

 

-¿De qué me está hablando maestro? –quiso disimular.

 

-No me creas tonto Muu. ¿Quién te lastimo? –quiso saber tomando al más joven de los hombros y mirándole a los ojos.

 

Muu agacho la mirada.

 

-Eso… ahora no tiene importancia maestro.

 

-Claro que la tiene mi pequeño. Yo te he cuidado desde niño, se cuándo algo esta mal. –lo suelta.

 

-Créame, estoy mejor ahora. Necesito descansar.

 

Shion soltó un suspiro pesado.

 

-Está bien. Vuelve a tu templo.

 

El oji verde se alejó del mayor hacia la salida de la sala con destino a su templo, en verdad se sentía cansado y quería reposar.

El Patriarca por otro lado quedo con muchas más dudas que respuestas al no poder obtener nada por parte de su pupilo. Podía indagar en su mente sin ningún problema pero no lo creía algo prudente. Algo importante había pasado con Muu y el no se había dado cuenta de nada, estaba preocupado pero no podía hacer nada lo único que le quedaba era que estar al pendiente de todo lo que pudiese ocurrir con el peli lila en el futuro.

 

 

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Darkness caminaba desesperadamente alrededor del salón donde se encontraba su trono. Estaba buscando una manera para engañar a Shi y que Muu saliera bien librado del maligno destino que la peli plata le estaba trazando.

 

-Tengo que evitar que Shi se acerque a Muu. –se dijo con la mano derecha sosteniendo su codo izquierdo mientras la mano del mismo lado reposaba en su barbilla de forma pensativa.

 

Estaba buscando una respuesta a sus problemas cuando una nueva figura cruzo la puerta interrumpiéndola.  

 

-Ama, ¿le ocurre algo? –indago la nueva figura que pertenecía a una joven de cabellos rojizos recogidos en un elegante moño de ojos del mismo color y piel con un tinte gris. Llevaba un vestido largo color rojo sangre con detalles en negro.

 

La chica se dirigió a Darkness de modo preocupado al verla en ese estado de angustia en la que la guardiana se encontraba.

 

-Mmhh? Oh Sakarya ¿Hace cuánto entraste? –la guardiana se dirigió a donde su sirvienta se encontraba de pie mirándola.

 

-Recientemente lo he hecho, ¿se encuentra bien? Le noto preocupada ama.

 

La azabache suspiro con pesar y miro con melancolía a la peli roja.

 

-Sakarya eres como mi mano derecha. Necesito que me ayudes a pensar en una manera de ayudar a un amigo. –pidió sentándose en los peldaños que llegaban al trono no importándole que su vestido se arrugara, acto que la oji rojo imito mirando con atención a su ama.

 

-¿Se trata del joven caballero de la diosa griega Atena que la señorita Shi le ha ordenado matar?

 

-Si… escucha, no puedo permitir que Shi lo convierta en un espectro de las sombras. Él no se merece esto. –soltó con desesperación en sus bellas facciones.

 

-¡Pero ama! –se sorprendió la menor. –Corre mucho peligro al querer engañar  a la señorita Shi de esa manera.

 

-Tengo que hacerlo Sakarya… necesito que me ayudes a encontrar una manera de ganarle a Shi en este juego del horror pero ella no debe enterarse.

 

-¿Eso es lo que tu quisieras verdad Darkness?

 

La nombrada palideció por completo más de lo que ya era. Esa voz solo podía pertenecer a una sola criatura en ese universo. Y esa era…

 

-¡¡¡SHI!!! –grito Darkness poniéndose de pie rápidamente para encarar a la peli plata que se había materializado de los rayos de luz que se infiltraban de las ventanas del castillo.

 

-Vaya, después d todo lo que he hecho por ti, así decides pagarme. –bufo molesta la mujer mirando con enojo a la peli negra.

 

-Créeme que yo no quería tener que llegar a esto pero tú me has obligado. –hablo con determinación recuperando su porte gélido y siniestro, escondió además a Sakarya detrás de sí para que Shi no le atacara.

 

-Eres tan patética Darkness, cuando te traje aquí, tenía grandes expectativas sobre lo poderosa que serias al pasar el tiempo pero el único defecto que posees es esa maldita cosa que tú llamas alma, eso que yo arrebato sin contemplaciones a mis víctimas y que a ti te permití seguir teniendo.  –acuso acercándose hasta quedar frente a la de negro.

 

-Aunque te hayas quedado con mi corazón, no te iba a ceder mi alma también. Tú no eres nadie para apoderarte de algo tan valioso como lo es el alma de un ser. Y no dudes Shi que luchare en tu contra para proteger a Muu de este maldito destino que le das a los que se te antoja torturar.

 

La voz de la guardiana era fría y sin un ápice de temor, estaba decidida a pelar en contra de su superiora para evitar que esta condenara al carnero al mismo modo de existir que ella llevaba.

Por aquella amenaza, Shi comenzó a reír malévolamente para luego encarar a la oji rojo ya totalmente seria y amenazante.

 

-Puedo dejarte reducida a cenizas si quisiera y tú lo sabes. Pero está bien, si no quieres hacer este trabajo, no lo hagas. Yo misma iré por ese joven y entonces ni tú podrás detenerme.  –alzo la voz ante las últimas palabras.

 

Darkness sintió que su ira iba en aumento al ver la terquedad de ese espíritu maligno que tenía enfrente y fue peor cuando se negó.

 

-¡No voy a permitírtelo maldito demonio! –le grito Darkness a Shi en la cara, pero un frio letal se dejó sentir en la piel de su garganta.

 

Shi había invocado su Oz y había posado la filosa cuchilla en la garganta de la de ropajes oscuros quien abrió los ojos grandemente ante la sorpresa. Shi tenía una mirada de profunda determinación y una sonrisa sádica en su armonioso rostro. Pero esa mueca cambio a una de admiración cuando sintió una punzante molestia que se clavaba en su estómago, justo en el centro, estaba un cetro con una cuchilla de gran tamaño que cubría desde la parte de arriba hasta la mitad del cuerpo de la vara color oscuro con incrustaciones de zafiros, en la parte de abajo comenzaba una nueva cuchilla pero en la dirección contraria de la de arriba y en el centro de ambas hojas filosas, un mango más grueso que permitía posar la mano para poder atacar. Darkness también había invocado su arma de combate para poder hacerle frente a la de blanco.

 

-Veo que contigo no será tan fácil ¿he? Darkness. –sonrió de medio lado retirando su arma de la garganta de la otra.

 

-Créeme que no Shi.  –le miraba seria y dispuesta a todo.

 

-Entonces… que la batalla comience. Aunque te advierto, que si pierdes que es lo más seguro. Me quedare con tu alma para que seas completamente lo que yo quiero. –golpeo con la base de su Oz el suelo haciendo que el sonido viaje por las paredes produciendo un eco hueco.

 

La azabache también hizo lo mismo con la cuchilla, pero esta se apoyó con el filo.

 

-Pero si yo gano, dejaras a Muu y nunca trataras de apoderarte de él ni de ninguno de los que le importan.

 

Rio con ironía. –Te lo aceptare solo porque sé que yo ganare.

 

-Soñar es lo ubico que no cuesta, Shi. Recuerda que yo soy la oscuridad de las almas en persona, el que tenga alma de humano no quiere decir que sienta lastima por ti a la hora de combatir, solo recuerda eso y tal vez y solo tal vez me apiade de tu pobre decadencia para no hacer tu destierro más doloroso al final de nuestro encuentro.

 

Shi luego de escuchar tales palabras, dedico a Darkness una mirada de profundo odio y solo entonces se desvaneció en un brillante relámpago de luz.

 

Al estar ya solas,  Sakarya se acercó a su protectora un poco temerosa.

 

-A-ama, ¿Qué pasara ahora? –la chica estrujaba sus ropajes con nervios por lo que pudiera ocurrirle a su ama de ahí en adelante.

 

-Solo puedo decirte Sakarya, que la batalla entre la luz y la oscuridad ha dado comienzo.

 

Todo había sido dicho entre la regente de las sombras y la muerte misma, ahora habría de ver la manera que utilizarían ambas partes para poder tener al caballero de Aries.

 

-Tengo que ver como esta Muu, no le he visto en unos días, desde que tome su corazón para ser precisos.

 

-¿Ira a verle entonces?

 

-Así es –le mira con seriedad. –No puedo arriesgarme a que Shi se e adelante, tengo que proteger a ese caballero a como dé lugar.

 

-Está bien ama, por favor tenga mucho cuidado. –la peli roja sin pensar, se acercó a la regente y le dio un abrazo, Darkness era mucho más alta que Sakarya así que algo sorprendida, simplemente respondió el abrazo con una leve sonrisa.

 

-No te preocupes, siendo quien soy, será difícil que algo pueda pasarme. –la mayor se alejó de la más baja rompiendo el contacto para luego desaparecer en una masa oscura que dentro de segundos se convertido en las sombras de los objetos que habían en el lugar.

 

-Espero que si mi ama. –susurro la chica oji rojo lanzando un suspiro de resignación al viento. Quería a la guardiana como una hermana y como toda hermana, lo que más deseaba era que todo aquello saliera bien y terminase pronto.

Notas finales:

Bien hasta aquí el cap, está más largo que el ultimo pero espero de corazón que les haya gustado y si quieren hacérmelo saber, ya saben cómo pueden yo leeré con gusto aunque sean maldiciones xD.

Por cierto tengo que informarles que ya tengo la pareja para mi buen Aldebarán en mi próximo fic dedicado a él. ¿Pero saben qué? No les diré jejejeje xD si lo sé, soy de lo peor, pero si quieren saber quién fue mi elegido, les invito a leer cuando comience a subirlo, lo único que les puedo decir es que será en universo alterno y está inspirado en una vivencia mía cada cierto tiempo y es algo que me saca de mis casillas pero espero sea de su agrado.

Bueno sin más que agregar, me despido, háganme saber sus opiniones y comentarios.

Hasta el siguiente capítulo, cuídense y gracias por leer x)


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