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A Kyungsoo le gusta. *Kaisoo* por Azul Olivia

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Notas del fanfic:

Contraparte, o el Pov Kyungsoo que me pidieron. me amanecí, pero lo hice, espero les guste, bebés!

Notas del capitulo:

Aquí conocerán un poquito más a Dodo.

Por quién tenía curiosidad de hacerlo~ 

Lo último que ve Kyungsoo es a Jongin despidiéndose de él, sonriéndole con esa fantástica sonrisa y agitando su mano de lado a lado. Y eso le gusta. Jongin le gusta.

Sabe que, en cuanto su bus parta, el otro será arrastrado de nuevo a casa, llevado por su hermano mayor, Taemin, sabe también, que quizás, solo quizás, lo golpeará un poco.

Y, por más retorcido que suene eso, le gusta.

Le gusta cuando Jongin le sonríe, arrugando las comisuras de sus ojos, achinándolos, de una manera extraña, pero perfecta. Como todo lo que hace el moreno.

También le gusta la manera en que lo mira, perdiéndose en él, y, ya varias veces lo ha encontrado ignorando al resto del mundo para solo mirarlo, y le llamaba la atención con un ligero, “Jongin, mira al profesor que estamos en clase.”

También le gusta lo puntual que puede ser, porque cada día, puntualmente, desde que son novios, llega a la escuela a las siete y media, bien vestido, bañado y desayunado. Perfecto.

Lo que no le gusta a Kyungsoo, es su irreal perfección. Es lo que odio desde el inicio. Aunque también, fue lo que le llamo la atención. Llevándolo hasta donde se encuentra ahora.

Kyungsoo lo vio por primera vez y, simplemente, se convirtió en odio a primera vista.

Cuando Kim Jongin entro a su salón, en donde solamente gobernaba él, (porque, los profesores, delegados, alumnos promedios, e incluso, el mismo director, eran solo una ilusión de poder, porque, Do Kyungsoo jamás se inclinó hacia una potestad. Ya deberían estar lo suficientemente honrados con que él estudie en un colegio como este, no tenía que obligarlo a ser un chico bueno y sumiso también.) Kyungsoo lo miro con asco. Porque, ¿Cómo es posible que un alumno venga a estudiar en esas fachas? ¿No se supone que este es un colegio privado? ¿Quién se creía ese chico para desafiar las órdenes de limpieza y pudor?

Kim Jongin vestía el uniforme horrendamente mal. Tenía la camisa media metida y media salida del pantalón, ni siquiera traía la corbata puesta, la mochila mal acomodaba sobre un hombro, el cabello (Asquerosamente rubio.) desarreglado, es decir, es como si se hubiese puesto la ropa ayer en la noche, y hoy, solo se hubiese levantado así y llegado al colegio.  Qué asco. Así que, cuando Kim Jongin lo miro y le sonrió de lado. El arrugo la nariz y volteo la cara.

Lo peor fue que, el desalineado y marginal de Kim Jongin, entro a estudiar con cuatro. CUATRO. Meses de retraso. Todo un tonto.

Y, lejos de alejarse de él, como tenía pensado, el estúpido y bastardo de Suho, lo había OBLIGADO a ser el tutor activo de Jongin. Ese idiota. (Era palpable el odio que se sentían mutuamente, aunque nadie sabía el porqué, ni tampoco nadie intentaba remediarlo.) Aún recuerda su cara de satisfacción al verlo sufrir, así que, sin más remedio, y solo por educación, aceptó. Antes de enterrar su cabeza entre sus libros y maldecir a Suho en voz baja.

Pero, mientras más rápido se empieza, más rápido se termina. Por eso decidió presentarse a Kim Jongin, al iniciar el receso.

—Me llamo Do Kyungsoo, tienes prohibido tocarme, o hablar, a menos que sea implícitamente necesario que lo hagas. Esta es mi dirección, iras de lunes a viernes, de cuatro a seis.— le había dicho el, despacio, siendo muy claro y preciso.

—No he aceptado. — le había contestado. Tuvo ganas de apuñalarlo con el lapicero más cercano.

—No me importa. Escucha bien, Kim Jongin. En este mundo no existen las reglas y si llegaran a existir, es porque yo las crearía, ¿Me dejo entender?— esa mirada desafiante que siempre hacia, hizo intimidar al rubio, que solo asintió con la cabeza. —Perfecto. Nos vemos en la tarde. —

Kyungsoo podía sentir como la mirada de Jongin le taladraba la nuca, día con día, tanto así, que de pronto se acostumbró, y, solo por curiosidad, cada cuarenta y cinco minutos, volteaba a ver hacia atrás. Solo para saber cómo se desenvolvían el resto de los mortales.

Jongin se sentaba atrás siempre, era muy distinto a él en cualquier aspecto, desde físico, intelectual, o pudoroso. Todo. Exactamente lo contrario. Iniciando desde su altura. Jongin era increíblemente alto, según se había dado cuenta, (cada vez que lo recibía en su casa, o amablemente lo acompañaba a la salida cuando terminaban su sesión de estudio.) le lleva, aproximadamente una cabeza, o quizás solo un poco más. Su piel era más colorida que la suya, es como si toda la melanina que a él le faltaba, se la hubieran puesto a Kim Jongin. Como burla.

Su cabello rubio, desacomodado en la mayoría del tiempo, lo hacía ver juvenil, interesante, y, (en sus momentos de locura) podría llegar a pensar que era guapo. Solo de vez en cuando.

Kim Jongin le demostró, que no solamente era una cara bonita. (Mote que le colocó, cuando por primera vez, después de muchas semanas, le vio el bonito color chocolate de sus preciosos ojos.) Sino que también, podía ser increíblemente inteligente y habilidoso en el estudio. Kim Jongin aprendía con facilidad, era como una esponja, esperando tener la información a la vista para absorberla. (Y, aunque al inicio lo negó rotundamente, eso le gustaba.)

Semanas después, se encontró a si mismo tratando de alargar clases e inventando otras, solo para que Kim Jongin vuelva a su casa el día siguiente. (Con la excusa, en su mente, de que Kim Jongin era bueno con el estudio, además de que, ya se había convertido en parte de su rutina.)

Sim embargo, el tiempo paso bastante rápido, (y, para ese tiempo, Do Kyungsoo ya sabía que estaba sintiendo algunas cosas por el desalineado y marginal de Kim Jongin.) la antepenúltima clase, Kyungsoo le dijo que regrese el día siguiente, como todos los días.

—Nos vemos mañana. —

—Sí, hasta mañana Kyungsoo. —

La espalda de Jongin era ancha, más que la suya, y, (desde que lo vio un día de noche, en sus ensayos, solo porque, por casualidad cruzo todo el patio y, accidentalmente, se topó en la sala de baile) le gustaba. Quería tocar su espalda, o su torso, o su cara, simplemente quería tocarlo. (Y eso era totalmente nuevo en Do Kyungsoo, porque el, normalmente, siempre se aleja de la gente. Siempre.) Extraño. (Descubrió también, que Kim Jongin era una maquina bailando. En todo sentido y resplandor de la palabra. Tenía los pasos coordinados, movimientos sensuales, mirada fija y penetrante, aunque de por sí, sabía que nunca miraba a nadie, siempre parecía que te observaba fijamente. Y eso, también le gusto. Al principio notándolo como competencia, aunque él era el mejor cantante del colegio, país, mundo. Y Jongin, era el mejor en el baile. Se auto mintió, diciendo que, necesitaba estudiar bien a su competencia, y por eso, iba una hora después de su clase a observar a Kim Jongin bailar.)

Lo bobo fue. Que al día siguiente, Kim Jongin no apareció en su casa.

Y él se enfadó, porque, justo para ese día, había preparado un pastel especial, había puesto a calentar agua y si Jongin llegaba, le ofrecería a tener una amena conversación, fuera de los estudios y alguna otra cosa que no sea ellos dos. Incluso, Do Kyungsoo, había preparado un pequeño discurso en su mente, sobre todo lo que sentía por Kim Jongin, explicándole detalladamente, preparándose mentalmente para un rechazo o una aceptación.

Pero, Kim Jongin jamás apareció. Y todo lo que Kyungsoo tenía planeado hacer o decir, se fue a la mierda. Junto con su pastel, que, literalmente, se fue al tacho de basura.

Y no quedó ahí. No. Para nada.

El grandísimo estúpido de Kim Jongin se desprendió por completo de él. Era como si se estuviese alejando. Kyungsoo es un chico de rutina, por eso, ya se había acostumbrado a cruzarse con Kim Jongin cada vez que se ameritaba la situación, pero, desde que Kim Jongin falto a su casa ese día, dejo de encontrarlo en el baño. Por casualidad. ¡Incluso ya no lo miraba! ¡No sentía su mirada taladrante sobre su nuca! Y cada vez que volteaba, Jongin estaba, o durmiendo, o platicado de lo más feliz, con su nuevo amiguito, Oh Sehun.

Aunque, una vez, luego de varios días, de desaparición, de Jongin, lo encontró en la biblioteca, con un libro sobre la cara, durmiendo, recostado en la pared y suelo. Mentiría si dijera que no sintió nada. Pero, ¿Qué podía reclámenle? ¿Quién era el para decirle algo? Bueno. Él era el Gran do Kyungsoo, podía ocurrir terremotos si se lo proponía pero, delante de Jongin, se minimizaba, se hacía nada, ¿Qué pasa si Jongin le sonreía? ¿Cómo escondería el, su repentino acobardamiento? No. No podía. O al menos, no sabía cómo hacerlo.

Al día siguiente, lo fue a buscar a la biblioteca, (ya había ensayado en casa, todo lo que diría, o como se comportaría, solo le faltaba ejecutar la acción.)  Kyungsoo pasó delante de Jongin leyendo un libro, Jongin estaba en el suelo, dormido, con la espalda pegada a la fría pared, así que, Kyungsoo fingió tropezar con sus pies y accidentalmente despertarlo.

—Lo siento, no te vi. — le dijo ese día, Jongin despertó, parpadeo varias veces, lo vio y jadeo.

Jongin jadeo. Quejándose, como si Do Kyungsoo fuera una carga en su vida y el tuviera que cargarla todos los días. Kyungsoo se molestó, olvidando todo lo que tenía pensado decir, aunque no era mucho. (“Jongin, ¿Quieres ir a tomar unos refrescos?”)

—Lo siento Kyungsoo, no quería molestarte. — le había contestado. Antes de levantarse e irse, dejándolo solo. Y, para su mala suerte, el bastardo de Suho, había presenciado todo.

— ¿Problemas amorosos, Kyungsoo?— le había preguntado, y él lo había mirado con odio.

—No es asunto tuyo, Suho. — le había contestado, reteniendo sus inmensas ganas de lanzarle el libro en la cabeza.

—Oh, el lindo Kyungsoo se ha enamorado— le había canturreado. Y, solo por esa vez, se permitió perder la compostura. Acercándose peligrosamente a Suho, que era un poco más alto que el, y mirándolo desafiantemente a los ojos, pudo sentir su miedo, pudo ver su terror.

—No. Estoy. Enamorado. — le escupió en la cara. –Solamente me gusta, Kim Jongin. —le había dicho. Antes de alejarse e irse rápidamente, hacia su salón.

Lo peor vino después, cuando el desalineado y marginal de Kim Jongin falto a clases, toda una semana. TODA UNA SEMANA. Y también falto en la noche, a las clases de baile. Y no suficiente con eso. Se enteró de que estaba enfermo. Incluso le pregunto a su hermano, Taemin, y este le contesto, que no cocinaba tan bien, y que quizás, algo le había caído mal, aunque, el estómago de piedra de Jongin aguanta todo, y el más presentía que era un dolor emocional.

—Creo que es un amor no correspondido. Nunca antes lo he visto así. — le había confesado.

¿Jongin sufriendo por amor? ¿Kim Jongin estaba  enamorado? Carajo. ¿De quién?

Los compañeros de clase, tanto diurno como nocturno, se agruparon de cinco en cinco para ir a visitarlo a lo largo de la semana, y él tenía unas ganas infinitas de ir, pero a la vez, no quería molestarlo. Aun recordaba dolorosamente la última vez que hablaron.

Una semana después, Do Kyungsoo se perfumo mucho, incluso se cambió el look, dejando caer un poco de su cabello sobre sus ojos, y no llevarlo hacia atrás, y, con todas las ganas y esperanzas de volverlo a ver, fue el lunes temprano al colegio. Y Kim Jongin, no llego.

—Kyungsoo. — Suho le hablo antes de que saliera del salón, a finales del día, se sentía lo suficientemente molesto como para partirle la cara a Suho si decía alguna estupidez. –Como tu delegado general, te imploro, que traigas mañana a Jongin. Como  tú habrás podido notar, el salón se siente distinto sin él. Y, en todo caso, Jongin no esté en condiciones de asistir, te devuelvo tu cargo de su tutor personal, para que lo guíes, ayudes y acompañes en su retorno.—

Sintió unas ganas titánicas de abrazarlo en ese momento, pero no lo hizo, El tenia las ganas de ir a verlo, pero necesitaba un empujoncito, esa patadita que lo ayude a llegar más rápido hacia adelante.

—Mañana estará aquí. — había dicho, con la barbilla levantada.

— ¿En serio? ¿Mañana traerás a Kai?— ¿Kai? ¿Con qué derecho esa estúpida chica se atrevía a llamarlo Kai? (Kai era su nombre artístico, el que usaba cuando bailaba, porque, parecía que se trasformaba, un deleite intenso para los ojos.) — ¿Crees ser capaz de eso Kyungsoo?—

—Estás hablando conmigo, yo puedo hacerlo. Por supuesto. Y, no te atrevas a llamar así a Jongin en el futuro. Suho, nos vemos luego. —

Celos, por primera vez en su vida sintió celos, de esas chicas bobas, del tonto de Sehun, incluso de su hermano Taemin, que podía estar cerca de Jongin y el no. Celos.

El martes llego, y él se alistó rápido para ir a la casa de Jongin, (que ya conocía por la dirección que le pidió a su hermano días anteriores)  dio un largo respiro antes de tocar el timbre. Tres minutos después, un Taemin con todo el cabello revuelto le saludo.

Lo demás es historia.

Jamás pensó que quitarle las sabanas de golpe a Jongin, representaría verlo desnudo en todo su esplendor, es decir, lo encontró con la cabeza cubierta, y la piernas casi cubiertas, él pensó que bueno, Jongin dormía en bivirí y bóxer. No desnudo.

Tampoco pensó que Jongin fuera tan desordenado, así que, cuando el moreno se fue, casi volando hacia el baño, el limpio el cuarto a la velocidad de la luz, busco su uniforme lo plancho y le alisto la mochila.

El calor que sentía en sus mejillas se incrementó cuando el cuerpo mojado y chorreante de Jongin lo embistió, al salir de la ducha.

— ¿Dónde estoy?— le había preguntado, sorprendiéndolo, por lo espectacular, perfecto y deseable que se veía.

—En tu cuarto. Eres un puerco. — le había contestado, y como no podía seguir mirándolo, opto por huir, como el cobarde en que se había convertido.  —Taemin me ha dicho que no ha preparado el desayuno aun, dice que como tú no desayunas, solo ha estado comiendo leche con cereal, así que, solo por hoy, prepararé el desayuno. Vístete rápido y baja, y llama a tu hermano. —

Incluso se sorprende, cuando menciono la frase, “Eso es algo que discutiremos luego” que había dicho, en el desayuno, cuando Taemin supuso que era novio de su hermano. A veces, ni él se entendía, ¿tenía miedo? O, ¿Era muy valiente?

Los tres fueron juntos a la escuela, aunque Taemin tenía que cruzar hasta el patio “T” donde empezaban las aulas universitarias, y ellos se quedarían en el patio “C”, como prodigios en sus respectivas decisiones (Canto por Kyungsoo, baile por Jongin.) Kyungsoo, caminaba como siempre, y como nunca, pudo observar a Jongin con el rostro agachado, la mirada perdida e incluso un poco triste. Si era correspondido, eso es algo que arreglaría hoy.

Kyungsoo espero pacientemente, que Jongin termine de ser tocado por el resto de las personas dentro del salón, con la mirada llena de odio, porque ellos ya lo podían tocar, abrazar, e incluso susurrarles cosas al oído y el no. Y, cuando fue su turno, lo arrastro hasta el fondo del salón, sentándolo cerca a la ventana, y sentándose junto a él. Lejos de su trono.

La mirada confundida de Jongin lo lleno de ternura. Quiso besarlo. Por primera vez en su vida quiso besar a alguien. Así que lo hizo luego de decirle que era su novio.

Ver el sonrojo de Jongin solo lo hizo derretir más, quería disfrutar el momento, quería besarlo, pero no sabía cómo, así que, mientras jugaba con su nariz, se preguntaba preguntas tan fuera de lugar, como, ¿Qué pasa si no le gusta? ¿Y si no lo puedo hacer bien? O ¿Y si me tiene asco? Preguntas que se fueron al tacho en cuanto Jongin hablo.

Lo tomo por la mejilla, por primera vez, y solo para recordar bien el monteo lo acaricio, el inicio el beso, pero Kim Jongin, lo siguió, ayudándolo, llevándolo, el salón exploto en distintos sonidos que poco o nada le importaron, a él solo le importo que Kim Jongin lo estaba tomando de las caderas y lo estaba besando, enseñándole sin saberlo, Kyungsoo descubrió que, el cuerpo, no era lo único que Kim Jongin podía mover muy bien.

Y eso le gustó.

Y si pensaba que no estaba enamorado, en ese momento se fue contra la pared, porque, sí, estaba enamorado. Ese día lo descubrió, y, aunque Jongin le dijo, luego de terminar el beso, que lo amaba, el no pudo devolverle la palabra, porque era muy fuerte, así que, solo se sonrojo y lo beso de nuevo.

Hace dos meses Kyungsoo es el novio de Jongin, pero, recién hoy, después de que Jongin lo bese en el salón, de nuevo, levantándolo como si no pesara más que dos kilos, demostrando su felicidad, luego de haber ganado el partido de básquet. Kyungsoo le dijo, esas palabras que Jongin hace mucho quería escuchar. “Te amo”, le dijo, y Jongin sonrió más, con esa hermosa sonrisa que tenía, con esa sonrisa que le gusta tanto y que quiere ver tatuada en su rostro el resto de su vida, porque, a Kyungsoo le gusta Jongin.

—Hoy te diré la canción que te voy a cantar, cuando llegues a casa. — le dijo el, cuando salieron del salón.

— ¿Por mensaje?— le pregunto el más alto, el asintió. — ¿Por qué?, dímelo ahora, y yo también te diré, que canción te voy a bailar. —

—No, me da vergüenza. — se había defendido.

  ¿A dónde se había ido ese Kyungsoo todo poderoso? Capaz de destruir a su adversario con solo una insignificante mirada, ¿A dónde? Definitivamente, el amor cambia a las personas.

 

Lo que nos lleva al presente de nuevo.

—What is love. — tecleó rápido, en su teléfono.

Espera pacientemente unos minutos, Jongin debe de estar tirado en su cama justo ahora, si no se equivoca. Su teléfono suena, es un mensaje de Jongin.

—What is love. — lee y ríe. Porque hasta en eso son sincronizados.

Es raro saber, que a pesar de que son muy distintos en muchas cosas, hay otras muchas cosas más, en lo que son iguales, y esto, es una prueba de eso.

Kyungsoo le va a cantar en la fiesta de fin de año, la canción What is love y Jongin, le va a bailar, esa misma canción, deberían unirse, piensa.

—Te amo. — teclea de nuevo.

Y es raro sentir todo eso dentro de su ser, ese revoloteo en su estómago, ese hormigueo en su sangre, lo ama, lo ama desde hace mucho, lo ama.

—Te amo. — lee en su celular, cuando Jongin le contesta.

Sentir, ver, tener a Jongin cerca…

Eso, le gusta. A Kyungsoo le gusta.

Pau—Pau.

 

Notas finales:

¡Nos leemos luego!


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