Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amante de eternidad. por cherrymusic14

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic se lo dedico a mi bruji Miri-chan que me ha apoyado demasiado en estos años y me ha dado una hedmosa amista llena de buenos y chistosos momentos XD

Quedida Midi -like Kenn-chan- muchas felicidades y espero que sea de tu agrado, ya que tu me pediste un fic de estos dos, aquí lo tienes uwu

Disfrutalo mucho -inserten kokoros- x3

Notas del capitulo:

Pos ya me ando mimiendo XDDDD

pero pos disfruten y de nuevo feliciades Miri x3333

Se dice que la eternidad puede volvernos locos, puesto que vemos cómo todo nuestro alrededor cambia, los seres vivos cumplen con en el famoso círculo de la vida, y de ver cómo son unas inocentes creaturas, pasan a ser los causantes de que el mundo que habitan se vaya deteriorando, todo se vaya consumiendo por guerras que ellos mismos provocan por su soberbia y por último se convierten en desperdicios y putrefacción en un ambiente húmedo debajo de la tierra; todo cambia menos nosotros, y eso muchas veces altera nuestra percepción de la realidad, qué es lo correcto y qué no lo es, y de la misma manera podemos llegar a perder la razón de qué somos. Muchos han recurrido al suicidio, pero otros, estamos errando por este planeta, tratando de encontrarle un nuevo significado a la “vida” que poseemos, que nos heredaron o que decidimos tener. Sea como sea, tratamos de permanecer en este mundo, sobreviviendo, solos. Aunque yo no entro en ese concepto, puesto que no estoy solo. Comparto mi locura con alguien más, y lo mejor, ese alguien sé que me acompañará para siempre.

Recuerdo cuando lo encontré por primera vez.

Estabas demasiado andrajoso, parecía que tenías como unos 50 años de haber sido “creado”, y al parecer, fue en pésimas condiciones, no como otros que nos crean y nos dejan fortuna ya que tenías una cara de pocos amigos y sobre todo, parecía un “salvaje” cualquiera, gruñendo y diciendo malas palabras a diestra y siniestra, tratando de agarrar con tus sucias manos un cadáver con algo de sangre ya casi por coagular saliendo de su yugular, estaba hambriento, y tu rostro lo demostraba. Te deje a la presa que encontré en un callejón, y vi como deseoso te alimentabas de ella. En tus marcados pómulos por tu extrema delgadez, se dibujaba un leve rubor por la poca cantidad de sangre que estaba circulando dentro de ti. Yo me quedé mirándote desde lejos, admirando tu largo cabello algo maltratado pero con un toque de brillo reluciendo bajo la luz de la luna. De repente te quedaste sentado en el suelo respirando agitadamente y pusiste tu mano diestra en tu cara. La sangre que bebiste fue demasiado poca y tú seguías con hambre. Estabas desesperado y parecía que querías llorar. Algo dentro de mi se revolvió y de la nada me levante y herí al primer cristiano que se me puso enfrente. De forma algo brusca lo aventé junto a ti y te quedaste mirándome con un toque de enojo. Yo sólo arqueé una ceja y suspire. Pasaron unos minutos, tu no dejabas de mirar el cuerpo que todavía se movía agonizando un poco, nunca supe si era porque te agradaba ver a tus víctimas morir lentamente y disfrutabas de su dolor, o era por que estabas demasiado pasmado por mi acción que no sabías cómo reaccionar. Al final, quizás te tragaste tu orgullo y empezaste a comer como desesperado. Succionaste hasta la última gota de sangre de aquel individuo. Ahora hasta tus manos estaban coloreadas de un tono rojizo; pero de nuevo te sentaste en el suelo y recargaste tu cabeza contra el muro más cercano. Estabas desconcertado. Viendo que seguías en pésimas condiciones, me levante del piso y te di la espalda. Iba a dar un paso cuando escuche tu voz grave y con un tono burlón me diste las gracias. Lentamente voltee a verte y estabas sonriendo de lado, esa sonrisa ha sido la que hasta ahora he disfrutado cada noche que despierto. Luego de haber platicado un poco, te di la mano y te dije que me acompañaras a que mínimo te cambiaras, sólo faltaba que arañas hicieran su nido en tus ropas. Socarronamente me dijiste algunas palabras altisonantes y me pegaste con el codo. De la nada ya entrabas en confianza conmigo y yo… bueno yo solo te escuchaba y miraba como esa media luna chueca se dibujaba en tu rostro. Después de esa noche, te quedaste a dormir en el sótano de mi casa, te acostumbraste a mis manías, a mis hábitos y a mi vida sin poner muchas objeciones, es más, sentí que hasta te divertías cada que te ponía algún alto ante tus acciones irreverentes, cómo cuando querías matar a un vampiro más antiguo que sólo porque te hizo burla por tu lunar tan peculiar que tienes, o con ese afán de estar caminando en el filo de las marquesinas de los edificios, somos inmortales, sí, pero mínimo tardarías una semana en recuperarte por completo y eso implicaría vario litros de líquido vital para poder establecer tu “salud”.

Eres como un niño pequeño, curioso y burlón, pero al mismo tiempo, eres un adulto cariñoso y comprensivo. Después de unos buenos años conviviendo, me di cuenta de que no sólo eras mi amigo de caza y mi compañero anti-soledad después del siglo que llevaba con vida, te convertiste en una ligera necesidad. Al principio me negaba a creer que yo pudiese ser dependiente de alguien, pero tú me hacías necesitarte cada vez más, y sobre todo, tenerte cerca de mi. Algunos otros vampiros nos ven de forma muy extraña, muchos dicen que tarde o temprano nos vamos a hartar uno del otro y de nuevo el más viejo pasará a su depresión post siglo que tanto nos caracteriza, pero les hemos comprobado lo contrario.

Ya tenemos 50 años juntos, y en la época moderna llena de tecnología y avances científicos, tu sigues siendo curioso y yo sigo temiendo por tu maldita seguridad.

Te has hecho mi único compañero… eres en el único en el que confío, en el que pondría toda mi “fe” y eres algo más.

Estaba tan metido en mis recuerdos y pensamientos que sólo sentí tus largas manos rodeando mi espalda.

-Atsushi~, ya me dio flojera salir a cazar.-

-Si no quieres salir, no salgas, pero no creas que te estaré trayendo un entremés, debes de ejercitarte un poco.-

-Noo~ hoy no quiero salir.- recargabas tu frente en mi espalda y yo suspiraba un poco.

-Eres el no muerto más flojo que haya visto en este siglo y  medio que tengo con “vida”.-

-Pero soy único y no lo niegues.- te reías levemente y soltabas un suspiro más largo que el mío, en este, había cierto aire de preocupación.

-¿Qué te pasa, Tatsuro?- decía bastante preocupado, no era normal que suspiraras de esa forma.

-Nada, no pasa nada, pero de verdad, hoy no quiero salir.- sentí tu agarre más fuerte y eso me angustió un poco más.

-¿Quién te está molestando? ¿Cuál de todos los viejos o neófitos está metiéndose contigo? ¿Te encontró algún humano y te está amenazando?-

-Hahahaa, eres un paranoico, nada de eso me ocurre.-

De repente me acordé del maldito defecto que tenemos y el cual nos puede volver locos. Me separé de ti y te vi seriamente.

-¿Tienes miedo?-

-¿Qué?- decías algo extrañado bajando los brazos de mis hombros.

-Tienes ya un siglo de vida, un siglo viendo todos los cambios de la humanidad, y viendo que esos cambios no te afectan a ti, viendo que todo lo que viste nacer, lo has visto morir, has visto como pasan las estaciones y cómo nos vamos hundiendo más y más en puros rascacielos y el cielo azul que antes veías se ha convertido en un cielo gris por el smog de la cuidad. Todo esto te puede causar cierta confusión y depresión pero, es el castigo por haber pasado al mundo oscuro.-

-A decir verdad, eso me dio algo de miedo, y me aterró un poco hace unos años, pero no es por eso que estoy así.-

-¿Entonces?-

Levantaste tu cara y te quedaste mirando las pocas estrellas que se divisaban desde el balcón de mi recámara. De la nada sonreíste amenamente.

-Simplemente no quiero salir y estar contigo un poco, no quiero escuchar los gritos de agonía de nuestras presas, que aunque son como música para nuestros oídos, a veces retumban un poco en mi mente, sin embargo después de tantos años, es normal que quedemos tan locos como para decir que esos alaridos nos encantan. Hoy tampoco quiero ver tanta sangre derramada, no quiero enterrar mis dientes en la carne suave y tierna de los humanos, ni succionarles la vida para así yo poder “vivir”, hoy solo quiero ser “normal” y dormir aunque ya haya dormido por horas durante el día. Pero no quiero dormir solo.- cerrabas tus ojos y soltabas una leve exhalación.

-Tatsuro, ¿Tu miedo es estar solo?-

-Mi miedo es no tenerte a mi lado.- de tus labios se escapaban esas palabras como su fueran un susurro.

De inmediato mi cuerpo reacciono ante tu acción y se abalanzó contra ti, abrazándote suavemente.

-¿Atsushi?- tu rostro estaba algo sonrojado y a la vez, sorprendido.

-Uno de los miedos más grandes que tengo desde hace 50 años, es perderte. A veces me caías tan mal por retarme con tus ocurrencias y payasadas, pero al mismo tiempo me hiciste volver a sentir lo que era preocuparse por alguien más. Y también, me quitaste ese miedo a ver todo cambiar y yo quedarme estático, sin cambio alguno.-

-Te debo de agradecer tantas cosas que me quedaría corto para decírtelas en esta noche. Pero sobre todo, quiero decirte que te quie…- puse mi dedo índice en tus labios haciéndote callar.

-Yo también.- ya sabía lo que me ibas a decir, puesto que te conozco tan bien, que sé que no de balde estás conmigo y no es por conveniencia.

Al parecer, nos “enamoramos”.

Tú hiciste una leve rabieta ya que según tus planes, querías ser el primero en confesarte y en darme un beso, pero nada de eso te salió como esperabas.

Yo sólo me reí y te abrace por la espalda mordiendo levemente tu cuello.

-Pues si no quieres ir de caza…-

-¡O-oye!- más sonrojado no pudiste ponerte, pero eso te hacia ver más infantil.

-Gracias por permanecer todos estos años conmigo.- te susurraba al oído.

-Gra-gracias a ti por haberme “rescatado”, je, lo digo como si hubiera sido un perrito callejero.-

-Un bonito pug callejero.-

-¡DEJA DE BURLARTE DE MI CARA!-

-Ahhh, tontuelo…-

-Atsushi…- decías cerrando tus ojos.

-¿Mande?-

-¿Otros 50 años juntos?-

-Eso deseo, más años juntos.-

 

Así permanecimos unos minutos, abrazados y admirando las estrellas.

Te volviste una necesidad.

Te volviste en algo demasiado preciado para mi asquerosa y fea vida.

Te volviste mi única y mejor compañía,

para esta larga estancia donde no perder la cordura y llegar al suicidio.

Eres mi compañero, amigo y amante en esta eternidad.

Notas finales:

 


ashdasdh pinshi AY me borro la notita final e.e

 

Muchas gracias por todo Miri :'DD neta gracias por tus consejos y por hacerme reir cuando más lo necesitaba XDDDD y esto va por haberme echado a tu negro x'DD

TE QUERO HARTO MIRIII! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).