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Complejo de Minseok por EXOticWuFAN

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Notas del fanfic:

Hola -w-

No es muy común en mí hacer one-shots e.e pero este es doble, así que se sale de lo convencional, ¿no? jajaja.

Espero que les guste y no les moleste el tema del incesto -w-

 

Notas del capitulo:

Aquí vamos èwe

¡A leer!

Minseok, a tan sólo 5 años de edad, se sentía el niño más feliz del mundo. Ese día estaba celebrando su cumpleaños. Se encontraba muy animado desde la mañana que tuvo un lapso servicial y quiso ayudar en todo. Consideraba que su familia era la mejor. Su madre tenía una belleza excepcional, casi sacada de una revista; y su padre, oh su padre, era el hombre más guapo en la faz de la tierra. Sí, Minseok se sentía orgulloso.

La mañana pasó arreglando la mesa, poniendo globos, comprando botanas y refrescos, buscando distintos materiales para que los distintos amigos e invitados de Minseok pudieran pasársela de lo mejor. Por lo mientras el festejado buscaba entre sus pertenencias algunos juguetes y demás accesorios que él creyó necesitar para ese día.

Poco a poco empezaron a llegar los invitados. Minseok se la pasaba corriendo por todos lados y se le veía feliz. Mentiría si dijera que se la pasó de maravilla. Entre risas, juegos, pastel, aperitivos y juguetes que le regalaron, había algo de lo que se sentía más feliz: estar con su padre. Podría decirse que cada vez que Minseok pasaba al lado de él, sonreía, sonreía con tal felicidad que pocos podrían creerlo.

Sin embargo, toda esa felicidad se fue pronto.

Su madre, un día (cuando Minseok tenía 7 años para ser más específicos), los abandonó. Minseok no sabía muy bien la razón, pero, sorpresivamente, no se sintió dolido. Pese a no entender la situación, no se vio afectado para nada. No obstante, su padre sí. Cada día que llegaba de trabajar se sentaba a la orilla de su cama y ponía sus manos sobre su rostro. Eso, a Minseok, le preocupaba.

 

— Oh, hijo. ¿Qué pasa?

— Mamá… –Minseok dijo en un leve susurro.

— Min, ella… Tu mamá no va a venir…

— ¿Por qué?

— Porque…

 

Su padre no alcanzó a terminar la frase porque de inmediato comenzó a llorar y fue ahí cuando Minseok realmente entró en pánico. Jamás había visto a su padre así. Tan… tan destrozado… Después de abrazarlo y acariciar su espalda supo que quería proteger a su padre más que a nadie en el mundo. Minseok no quería que su padre sufriera, y si eso implicaba alejar a la gente “mala” de su padre, lo haría a toda costa.

El corazón de Minseok latía a prisa, pero no sabía exactamente por qué.

 

******

 

Pronto se mudaron de aquella casa y juntos, Minseok y su padre, comenzaron a vivir en un departamento no muy lejos del trabajo de su padre. No era tan grande ni tan pequeño, pero Minseok era feliz con tal de estar con su padre.

 

— ¿Te gusta, Min?

— Sí.

 

Minseok sonrió y corrió a abrazar a su padre.

 

******

 

Minseok comenzó a ir a la escuela primaria y era genial. Conoció a varios chicos que pronto se volvieron sus amigos, sin embargo, ellos de repente hablaban de sus madres; de cuán buenas eran con ellos o de cuántas cosas les compraban. Para Minseok, este tipo de pláticas le eran muy indiferentes, y no era que odiara a las madres de sus amigos, no, porque ellas eran muy buenas con él cuando iba de visita, pero Minseok sabía que su padre era mucho mejor. Minseok sólo lo necesitaba a él.

Además, le encantaba cuando, en la escuela, había junta de padres. Minseok se sentía absolutamente orgulloso cuando veía a su padre entrar por la puerta del salón y tomar asiento. Por supuesto que Minseok siempre hacía su mejor esfuerzo para que su padre se sintiera orgulloso de igual forma. Sin embargo, había un gran problema…

 

— Señor Wu, qué sorpresa.

 

Maestras.

Madres de sus compañeros.

Mujeres en general.

Todas aquellas que querían o pretendían acercarse a su padre eran como una luz roja para él. Cuando su padre les dirigía la mirada o les hablaba algo en Minseok encendía con demasiada fuerza. Era como una llama que lo quemaba e irritaba por dentro que tenía que ser apagada a como diera lugar. Para esto, Minseok utilizaba distintos métodos. Kris, su padre, siempre caía, y eso era un gran alivio para Minseok.

 

*******

 

Los días eran rutinarios pero no irritantes. Minseok siempre se encontraba haciendo su tarea u otras actividades en la tarde. Le gustaba mantener su tarde ocupada para que pudiera disfrutar la noche con su padre. Él llegaba alrededor de las 8:00 de la noche al departamento. Una vez que Minseok escucha el sonido de la chapa moverse siempre se apresura a correr y darle la bienvenida a su padre con un abrazo. Las mismas palabras de su padre se repiten.

 

— Min, ¿cómo te fue en la escuela? –seguido de una caricia en la cabeza.

— Bien –y una sonrisa es devuelta.

 

Su padre tiene el hábito de dejar su saco sobre el sillón sobre el que Minseok se encontraba sentado y camina hasta la cocina aflojando su camisa. Por lo regular compra comida los fines de semana para llegar a calentarla y que ambos coman juntos. Minseok siempre lo espera. Pero más que esperar, siempre se detiene a ver a su padre frente a la estufa y la alacena, recargado en la pared del marco de la cocina. Es una gran vista.

Todas las noches comen juntos, y pese a que a Minseok pudiese desagradarle algo que compra y come su padre, lo come enérgicamente porque para él lo único importante es que su padre está ahí, frente a él y lo ve directamente a los ojos mientras le platica las ideas que tiene para pasar el fin de semana juntos. Minseok no está poniendo la atención suficiente porque se concentra en los ojos de su padre y cómo mueve su boca al hablar.

 

— Min, ¿tienes tarea?

— No.

— ¿Vemos una película?

— ¡Sí!

 

Ambos se sentaron en el sillón para ver una película. Podría decirse que Kris duró viéndola sólo ¾ partes de ella, pero después cayó rendido y durmió fácilmente. Minseok terminó de ver la película y se dedicó a admirar a su padre. Sus facciones bien podrían haber sido esculpidas por los mismísimos ángeles. La belleza de Kris, según Minseok, era inigualable. Nadie más podía poseerla y nadie más tenía permitido verla.

Minseok fue a su cuarto y regresó con una pequeña cobija para tapar a su padre. Se la puso encima y retiró el saco que se hallaba en el mismo sillón. Minseok se atrevió a olerlo y olía justo como a su padre, por lo que decidió llevarlo hasta su habitación y regresar para desearle las buenas noches a su padre. Le dio un beso en la comisura de los labios de Kris y fue a su cama a dormir, abrazando el saco.

 

********

 

El tiempo pasó bastante rápido y ahora Minseok tenía 12 años. Sin embargo, él no veía mucho cambio en él. Su padre se la pasaba diciendo cuánto había crecido, pero él no le prestaba mucha importancia. No es como si por dentro también haya habido un cambio.

No, sí que lo había.

Algunos meses antes de cumplir sus actuales 12 años Minseok comenzaba a sentirse extraño. Sus celos desmedidos por causa de su padre habían aumentado, pero lo cierto es que Minseok encontró una forma eficaz de controlarlos. No obstante, ese no era el único problema. En la escuela, los profesores comenzaron a tocar temas sobre vida sexual, un tema que nunca había hablado con su padre. Claro está que él tampoco había preguntado, pero al ver el tema despertó su curiosidad.

Minseok sabía muy bien que tenía una especie de rencor por las mujeres, así que no le puso mucha atención al tema de la menstruación, aparato reproductor femenino entre otros elementos y características que eran propios de ellas, sino a lo que incumbía a los hombres. Minseok era hombre, por lo tanto, saber qué tanto podía hacer un hombre lo llevaba al borde de la euforia por conocer.

Fue así que, tras varias investigaciones y clases en la escuela, se masturbó por primera vez.

Honestamente, Minseok se sentía muy avergonzado las primeras ocasiones, porque la sensación era extraña y él no estaba acostumbrado. Además, antes de esos días experimentó los llamados sueños húmedos, así que ya no sabía qué pensar. Aunque, de cierta forma, cuando su profesor decía: “la masturbación no es mala”, a Minseok se le quitaba un peso de encima. No tenía por qué sentirse… “enfermo” en una palabra.

Pero las ocasiones se repetían.

Y no sólo eso.

Minseok intentó masturbarse no sólo haciendo movimientos de vaivén sobre su pene, sino intentó agregarle algo más. Minseok intentó imaginarse así mismo en una situación. Una situación lo suficientemente desbordante para que Minseok sintiera un placer mucho más grande e intenso, ¿pero cuál?

Las primeras veces que lo intentó se imaginó a sí mismo con uno de sus compañeros, Jongdae, en el gimnasio. Ese chicho se le había declarado y, ¿para qué mentir? Minseok también se sentía un poco atraído por él, pero no era suficiente. Al final, Minseok sólo se masturbó con su mano logrando un vacío dentro de él.

A la siguiente intentó imaginarse con un anónimo. Para esto, ya había descubierto que su cuerpo era en sí sensible, incluso a sus propios toques, así que una mano se encargaba de su pene mientras que otra acariciaba su pecho o abdomen. Sin embargo, un “anónimo” no causaba nada en él. No lo conocía, entonces no había placer alguno.

Minseok intentaba diversas cosas que lo hicieran sentir mejor cada vez. Tampoco es como si lo hiciera diario, pero tampoco no había semana en que no lo hiciera.

 

*********

 

Pronto, la respuesta que estaba buscando por fin la encontró.

Un día, mientras echaba la ropa a la lavadora, se encontró con una de las camisas de su padre. Se detuvo un momento antes de decidir echarla junto al demás conjunto de ropa blanca, pero su ansiedad fue tal que alejó la camisa de la lavadora y la atrajo con sus dos manos hasta olerla. Inmediatamente algo despertó en él. Se vio a sí mismo jadeando y ya había un bulto en su short.

Rápidamente, se dirigió a su cuarto y bajó su short con todo y su ropa interior. Se dejó caer en el piso recargando su espalda en la puerta de su recámara y volvió a aspirar la camisa en sus manos. La erección en su pene incrementó y Minseok no podía hacer otra cosa más que jadear en silencio y sonrojarse. Se atrevió a tocarse mientras aspiraba una vez más la camisa y sin querer emitió:

 

— Papá…

Bingo.

 

********

 

Ya con 13 años de edad Minseok se dio cuenta que algo no estaba bien. Cada vez que regresaba de la escuela hacía su tarea lo más rápido posible para después hurgar entre la ropa y buscar algo que ya había usado su padre y llevarlo a su cuarto, aspirarlo y masturbarse de igual manera mientras su mente creaba un escenario distinto en cada ocasión. Muchas veces lo hacían en su cama, en el piso de su cuarto y otras veces en el baño. Minseok no pensaba en nada más en cómo se sentiría si su padre hiciera eso en la vida real.

Cuando pasaban el tiempo juntos, Minseok prestaba atención a los labios de su padre y se preguntaba si habría algún día en que él pudiera besarlos. Guardaba su primer beso sólo para su padre. Después, veía con precisión sus manos. Dios, las manos de su padre eran gigantes, perfectas para que pudiera acariciar cada centímetro de su cuerpo, pensaba Minseok.

Cada vez más se fue dando cuenta que sentía algo más por su padre. Algo que no podría considerarse un afecto “sano”.

Sin embargo, pese a que Minseok en muchas ocasiones pensó que lo que estaba haciendo estaba rotundamente mal, no podía parar. Nadie en lo absoluto podía decirle que no al placer, mucho menos si tenías en mente a alguien como Kris.

 

**********

 

Un día, uno de los amigos de Minseok le enseñó una revista porno, por la cual Minseok casi vomita y casi se delata a sí mismo de que no le gustaban las mujeres. Sí, Minseok ya lo aceptaba. Así como aceptaba que se masturbaba muchas veces a la semana. Pero claro que estos secretos no se los contaría a nadie.

En esa revista estaban mujeres completamente desnudas y enseñando sus atributos. Minseok no pudo ver más allá de la segunda página, así que decidió irse temprano a casa. Minseok ahora tenía 14 años, y aunque su edad era corta, se animó a buscar sitios web porno.

No obstante, no buscó sitios porno convencionales, sino que buscó sitios particularmente homosexuales. Al principio le costó acostumbrarse a ver algunos vídeos, pero pronto aprendió de ellos. Uno en particular mostraba una pareja, y el que llevaba el papel de “activo” mojó dos de sus dedos para así poder dilatar la entrada del otro. Minseok prestaba mucha atención a aquellos movimientos, por lo que decidió imitarlos.

Un día no tan transcurrido de la semana le pidió de favor al hermano de su amigo que le comprara un lubricante. El hermano de su amigo no era chismoso, así que no le preguntó más del asunto y fue a comprarlo. Minseok tuvo que actuar con sigilo al momento de recibirlo y le dijo al hermano de su amigo que le debía una.

Al llegar a casa, omitió definitivamente el hacer su tarea y fue directamente a su habitación. Aseguró la puerta de su cuarto y comenzó. Bajó sus pantalones y su ropa interior para quedarse desnudo de la parte de abajo. Abrió el bote y chorreó el líquido un poco pegajoso en sus dedos y, con extrema calma, fue metiendo uno a uno en su culo.

Al principio el dolor era persistente, pero pronto fue disipándose dando pauta al placer que Minseok esperaba recibir. Esta ocasión no fue la excepción, y como si fuera una grabadora, empezó a decir los diálogos que había escuchado en aquél vídeo, obviamente cambiando unas que otras cosas.

 

— Papá… Ah… más… Papá… más…

 

Minseok aceleró su mano y pudo tocar un punto que lo llevó al cielo. Unas cuantas veces más tocando aquél lugar hicieron que Minseok se viniera sobre su cama. Sacó los dedos de su culo y dejó que el semen se escurriera de su pene.

 

— Papá… te amo…

 

*********

 

Minseok había acomodado sus almohadas de tal forma que soportaran su pecho para que su trasero se elevara y su pene tuviera suficiente libertad. Ahora Minseok estaba completamente desnudo y se atrevió a hacerlo en la noche, con su padre durmiendo en el cuarto de al lado y tal vez pudiendo escuchar todo, pero no le importó.

En las fantasías más grandes de Minseok se encontraba la de su padre cachándolo en el acto, molestándose con él por lo que estaba haciendo y castigándolo por lo que hacía. Por supuesto que el encuentro sexual tomaba un papel importante en el castigo, y tan sólo pensarlo excitó más a Minseok.

Volvió a tomar el lubricante del cajón de su buró y untó sus dedos con él. Los metió de una forma más rápida y precisa para hacer el contacto más profundo. Mientras hacía eso, su otra mano sostuvo su pene y comenzó a masturbarlo. Minseok volteó hacia la puerta de su cuarto, con su cara sonrojada y su boca abierta jadeando.

 

— Vamos, papi… Entra y ve lo que hace Min…

 

Al pronunciar esas palabras, aumentó la velocidad en su mano y se corrió sobre sus sábanas. Se dejó caer en su cama para recuperar su aliento y miró hacia la puerta una vez más.

 

— Gracias, papi… Minseok es feliz…

 

*********

 

15 años eran los que apenas había cumplido Minseok cuando decidió ser lo suficientemente temerario y masturbarse en el cuarto de su padre. ¿Por qué no lo había pensado antes? Prácticamente el aroma de su padre está más que impregnado en su cama, así que, ¿por qué no hacerlo ahí? Le permitiría a Minseok disfrutar mucho más aquella vivencia.

Así que no esperó mucho. Una vez que llegó a casa se fue a su cuarto, tomó el bote de lubricante (era el 5to que compraba en ese mes) y lo llevó hasta el cuarto de su padre. Lo dejó en la cama y se fue al baño. Ya ahí tomó una ducha caliente y salió sólo con una bata de baño. Con el cabello semi-mojado, se dirigió a la habitación de su padre y cerró la puerta tras de él. Con un leve sonrojo en sus mejillas, se quitó la bata de baño y la dejó caer al piso.

Sus pasos fueron pequeños y lentos, y una vez que llegó a la cama, se acostó en ella. Aspiró la colcha y las almohadas para dejar salir una mezcla de suspiro y jadeo.

Cuando Minseok se dio cuenta, su pene ya estaba erecto, así que procedió a hacer lo que se había prometido hacer.

Comenzó a tocarse el pene al mismo tiempo que masajeaba sus pezones. Minseok, en su más grande éxtasis, podía escuchar la voz de su padre susurrándole cosas al oído, que le provocaban un placer sin igual.

 

— Ah… papi… así… tócame más así…

 

Fue acostándose poco a poco hasta estar completamente sobre la cama. Minseok deseaba poder meter sus dedos en él, imaginándose que eran los dedos grandes y largos de su padre, pero la mano que estaba masajeando su pene lo estaba extasiando tanto que no escuchó la llave en la chapa, mucho menos escuchó la puerta abrirse y, cuando estaba a punto de obtener su orgasmo, vio a su padre en la puerta.

 

— Min…

 

Minseok se sintió tan avergonzado que inmediatamente se sentó sobre la cama intentando esconder su todavía erección. Kris rápidamente escaneó el lugar. La bata de baño estaba tirada en el piso y su hijo estaba sobre su cama, completamente desnudo. ¿Qué estaba pasando?

 

— Min…

— P-papá yo…

— E-explícame…

— Yo… pues… yo…

 

Entonces algo hizo clic en la cabeza de Minseok. ¿Acaso no era la oportunidad perfecta? Tenía a su padre frente a él y él estaba completamente desnudo y excitado, ¿no era acaso la oportunidad perfecta de experimentar lo que más había deseado en su vida? Era ahora o nunca.

 

— Papá…

— Dime.

— Yo… yo quiero que me enseñes a cómo… masturbarme.

 

Los ojos de Kris casi salían de sus cuencas. No podía creer lo que estaba diciendo su hijo. Sin embargo, vio tanta decisión en su mirada que no tuvo más remedio. Minseok tenía ese algo que le provocaba hacerle caso en todo lo que éste dijera, y esta no era la excepción.

 

— Está bien.

 

Minseok no podía creerlo. Detuvo todo movimiento cuando su padre se arrodilló en la cama y tomó sus rodillas, haciendo que sus piernas fueran abiertas y Kris pudiera ver la erección de su hijo. A Minseok le dio mucha vergüenza que su padre estuviera viendo su pene, pero lo que lo dejó sin aliento es que Kris comenzó a masturbarlo. Su mano viajaba de arriba abajo.

 

— ¡A-ah! P-papá…

 

La mano de Kris podía agarrar todo el pene de Minseok con suma facilidad, así que no pasó mucho tiempo cuando Minseok se corrió en la mano de su padre. Su respiración se volvió agitada pero se encontraba feliz.

 

— Basta con que hagas eso, hijo –Kris estaba a punto de irse.

— No… No basta con eso…

 

Minseok se levantó y dejó a Kris acostado. Kris se encontraba tan conmocionado que no pudo hacer nada y cuando menos se dio cuenta su hijo ya estaba bajando sus pantalones, dejando ver que él tenía una gran erección. Minseok casi se desmaya cuando vio el gran tamaño del pene de su padre, así que no dejó pasar la oportunidad y acercó su rostro a aquella erección para más tarde tenerla en su boca.

Kris contuvo sus gritos y las ganas de apartar a su hijo. Lo que estaba haciendo era sumamente incorrecto, pero también absolutamente placentero. Kris no recordaba la última vez que tuvo un encuentro sexual con alguien, así que todas las emociones y sentimientos regresaron a él de golpe. Su hijo, aunque era extraño admitirlo, estaba haciendo una extraordinaria felación.

 

— ¿Se siente bien, papi?

— S-sí… Ah… sigue…

— Sí, papi.

 

Era inexplicable la felicidad que sentía Minseok al ver a su padre retorcerse de placer por algo que él estaba haciendo. Además, el pene de su padre sabía a gloria. Sintió que se endurecía y calentaba en su boca, tanto que ya sabía que su padre estaba pronto a venirse, pero ese no era el plan que tenía Minseok en mente.

Con un movimiento rápido, se colocó sobre la erección de su padre y la dirigió a su entrada. Su padre estaba tan sorprendido como extasiado. Minseok no sabía si seguir o no, pero cuando su padre lo tomó por la cadera y lo acomodó de mejor manera no lo dudó dos veces y se dedicó a meter el pene de su padre en su culo.

 

— ¡Ahh, papá!

— M-Minseok…

— Ahí, papi. Más, justo ahí…

— Maldición…

 

Kris volteó a su hijo y lo colocó sobre la cama. El pecho de Minseok se encontraba contra la cama y Kris tomó su cadera para hacer sus movimientos más precisos y profundos. Estaba tan dopado por el placer que su pene recibía cada vez que la entrada de Minseok se contraía que por un ligero momento se olvidó de que era su hijo.

 

— Ahhh, así papi, así. Oh, dios, me encanta…

— ¿Te gusta, Minseok?

— Sí, me encanta. El pene de papi es tan grande…

 

Las palabras de Minseok eran lo suficientemente sexuales como excitantes para Kris que no dudó en salir de Minseok y voltearlo una vez más para verlo de frente y poder ver sus expresiones faciales. Volvió a entrar y Minseok no dejaba de gemir y jadear.

 

— Ahh, ahh, ahh, te amo… papi…

— Yo también, Minseok…

— P-papi… me corro…

— Yo también… ¡Ahh, Minseok!

— Córrete en mí. Córrete en mí, papi… ¡Ahhh…!

 

Unas estocadas más y Kris se vino en Minseok, a la vez que éste lo hizo en su vientre. Ambos perdieron la fuera y cayeron de lado en la cama, durmiendo al instante.

Notas finales:

¿Y? -w- jejejeje.

Hay más en la segunda parte ;)

¡XOXO! Espero sus reviews


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