Un partido para Mamá
Suspiro por onceava vez lo que llevaba del día, mientras miraba como Ai y Yumeko se pasaban el balón.
-¿estás bien Rina?- le pregunto Asuka con esa voz suya tan suave y tranquilizadora. Era estúpido que preguntara, era obvio que la había estado observando todo el rato, pero obviamente, Asuka nunca lo admitiría; conociendo a Rina esto desencadenaría una serie de preguntas sin respuesta y quedarían igual.
-Estaba pensando-
-¿Rina pensando?- Sin darse cuenta, Ai se había terminado aproximando a ellas al tiempo que ajustaba bien sus lentes y se soltaba el negro cabello que, hasta hace un momento, llevaba atado en una coleta. – Eso si es un milagro-
-Cállate Ai- respondió Rina cortante al tiempo que le lanzaba, con bastante fuerza, el balón de básquet con que se había pasado la tarde jugando. La pelinegra la atrapo sin mucho problema, tan acostumbrada a los desplantes de la morena.
-¿En qué pensabas Rina?- pregunto la tímida Kyoko, que aunque ya podía hablar sin tartamudear en presencia de la mayor aun temblaba un poco, sobre todo cuando la nombrada la miraba con esos ojos dorados y el ceño fruncido.
Otro suspiro se escapó de entre sus labios, justo antes de responder: “El día de las Madres”
Todas la miraron sin comprender, como diciendo que “no vemos el problema con ese dia” y ella lo sabía, hasta ese momento no se había preocupado mucho por ello pero es que… llegados a estas épocas en su escuela, en su clase no se hablaba de otra cosa. “¿Qué le regalare a mamá?” “¿Qué le escribo a mamá?” esas y otras frases pululaban en el aire igual que cada año pero, ahora, que era más consciente de ello, le molestaba.
-¿Por qué te molesta ahora?- pregunto Asuka, Rina levanto la mirada que había mantenido clavada en sus zapatillas hacia los ojos rojos de su amiga. Muchos podían decir que su color de ojos y cabello era raro, pero de alguna manera su presencia, aunque leve, era sumamente tranquilizadora. –Nunca hemos prestado atención a esa celebración-
-De alguna manera- intervino Yumeko arrastrando las palabras con aburrimiento.- Todos han comenzado a hacer burla de nuestra situación, creo que eso es lo que molesta a Ri-chin-
-¿es eso?- pregunto Asuka, de nuevo con esa mirada comprensiva que le dedicaba siempre que se metía en problemas (Que no era seguido, ni por contado)
-Pero nosotras… no tenemos mamá a la que celebrar- eso era claro, todas lo sabían. Ninguna de ellas tenía una figura femenina en casa. Un suspiro unánime y unísono se escuchó en la cancha. Después de todo, por diferentes circunstancias de la vida, todas habían terminado en familias “peculiares”, por decirlo de alguna forma.
Midorima Ai, Aomine Rina, Murasakibara Yumeko, Akashi Kyoko y Kagami Asuka se sentaron en el pasto mientras veían como el sol comenzaba a ocultarse, turnándose de vez en cuando para mirar la entrada de la alambrada esperando a que llegaran por ellas.
-oigan!!- salto de pronto Ai, justo en el momento en que observo, muy a lo lejos, la cabellera colorida de su padre- ¿Por qué a fuerza tendríamos que festejar a una mujer?-
-¿de qué hablas?- pregunto kyoko.
-Si, este dia Kazu-chan y Shin-chan siempre me llevan a la tumba de mi mamá y de ahí a comer… y Shin-chan le compra algo a Kazu-chan… -
-lo que tratas de decir…- comenzó Rina, tratando de entender la idea de su acelerada amiga- ¿es que podemos celebrar a nuestros papás también?-
-Exacto… despues de todo Kazu-chan me cuida como una mamá…-
-Tetsu también-
-Igual que Kouki!-
-Entonces… está decidido!! Vamos a cambiar la celebración del “Dia de las Madres”-
xXx
-Ya llegue!!- Grito como siempre, arrojando su mochila a la silla más cercana, sin importarle mucho si caía en ella o no.
-Rina!- El grito de Aomine no se hizo esperar, siempre le tenía que decir lo mismo pero esa niña, que de por si le ponía tan poca atención, cuando Ryota estaba en casa lo ignoraba por completo.
-Rinacchi. No tires la mochila en la silla, llévala a tu habitación por favor- en efecto, el rubio salió en esos momentos del cuarto, siendo recibido por un enorme abrazo de la pequeña.
-Ryotacchi!!-
-Ya se le pego tu manía de agregarle chií a todos los nombres, Kise-
-Que cruel eres Aominecchi!!- lo miro con reproche, sin embargo toda la “crueldad” del moreno se desvaneció cuando lo beso. Y no era un beso de esos de piquito y ya, o no, este venia con lengua incluida. Ignorando por completo a la pequeña de 5 años que aún estaba agarrada a los muslos de su “papi”
-Hey, sigo aquí!- reclamo, al tiempo que empujaba a Aomine con todas las fuerzas que sus pequeñas manos le permitían.
-Rinacchi, ve a darte un baño para que cenes algo.-
-Ok- no quiso protestar pero era obvio, por las miradas que ambos adultos se mandaban que, tendría que tardarse un poco más en el baño antes de poder cenar.
Sonrió internamente… Ai tenía razón, tenían que festejar de alguna forma.
xXx
Se sentía cansado, jodido cansado mental. Eran las 5 de la mañana según marcaba su celular, justo en el momento en que abrió la puerta de su hogar. El silencio era palpable en cada rincón, lo más seguro es que Kuroko siguiera durmiendo al menos por las próximas 3 horas… cerró la puerta, y se adentró en la oscuridad del apartamento. Dirigiéndose hacia su cuarto, agradecido porque nigou no hubiera salido corriendo y ladrando… esperen… ¿y nigou? Era sumamente raro, y agradable, que el molesto can no saliera y le brincara encima cada vez que llegaba, intrigado abrió la puerta de su cuarto pero sobre la cama solo el cuerpo de Kuroko sobresalía… ni rastro del can.
-Papi- una voz cantarina, pero suave llego hasta sus oídos. miro hacia abajo. En efecto, ahí a sus pies estaban nada más y nada menos que Nigou siendo sujetado fuertemente por las pequeñas manos de Asuka.
-¿Qué haces levantada Asuka?- pregunto en tono cansado. Al menos, Kagami debía agradecer una cosa, su hija ya no lo asustaba como al principio cuando aparecía de la nada.
-Tengo que hablar contigo papi- la miro sorprendido, la pequeña había hablado con tanta seriedad que resultaba extraño. Suspiro.
-¿Qué ocurre?- de verdad quería dormir, pero la mirada de su pequeña le recordó tanto a Tetsuya que no pudo negarle unos minutitos de su madrugada. Después de 5 minutos de escuchar el plan de la pequeña, Taiga sonreía. Valía la pena pasar un día en vela.
xXx
A pesar de que siempre estaba temblorosa, a pesar de que su padre le inspiraba un poco (solo un poquito) de miedo ahí estaba. Parada frente al oh Gran emperador contándole el plan que había empezado en la cabeza de Ai y, de alguna manera, había pasado por la mente de todas ellas hasta mutar en esto.
Kyoko sabía, era demasiado consciente, de lo ocupado que su papi estaba, sin embargo, era obvio que necesitaba su ayuda. Asi que, con la voz más controlada y serena de la que fue capaz explico con pelos y señales toda la logística planeada entre todas.
Akashi miraba a su hija, mientras era tremendamente consiente de los movimientos nerviosos que hacía con los dedos y los pies. Tan adorable… definitivamente, la pequeña había heredado costumbres muy tiernas de Kouki. Escucho atentamente cada una de las palabras que la pequeña dijo, al finalizar lo único que pudo hacer fue asentir, asombrándose por la enorme y bella sonrisa que Kyoko era capaz de conseguir.
xXx
El día por fin había llegado. Toda la escuela estaba rebosante de flores y millares de carteles, todo especialmente preparado para las personas más importantes de la familia: las madres. Y Rina volvía a suspirar. Recargando su espalda en uno de los enormes cerezos del patio, al que habían ido a refugiarse.
-Relájate Rina-chan- Ai trataba, a su manera, de calmarla pero no parecía estar dando resultado. Con un movimiento de cabeza Asuka les recomendó no decirle nada a la morena, o de lo contrario se las verían con su pésimo carácter. Ellas, como cada año, habían sido excluidas de toda actividad ya que, como todos decían: ¿Qué objeto tenía participar en un festival cuando no tenían Madre que fuera a verlas? Aunque claro, siempre podían traer a sus padres para que las apoyaran, las burlas del después resultaban demasiado desalentadoras.
Por lo tanto ahí estaban, solas. Mientras sus compañeros corrían felizmente con sus madres del brazo. Y aunque a Rina no le solía importar, esta ocasión sentía una opresión en el pecho; y aunque no lo supiera, las demás compartían su sentir.
Las frases: “ustedes no tienen una familia normal” “¿Qué se siente no tener mamá?” etc, etc… se habían hecho cada vez más comunes a medida que avanzaban grados en la escuela, si eso se escuchaba en el kínder no podían ni imaginar cuanto aumentarían en primaria. Aunque las niñas no veían el problema, ellas eran muy felices. Algunas fueron felices desde el principio con la familia que les toco, otras tuvieron que pasar por unos años de dolor y muchos problemas para lograr la paz que ahora las rodeaba. ¿Qué más daba si eran 2 hombres los que las cuidaban? Seguro que no había nadie en este planeta que pudiera cuidar niños mejor que sus padres.
Si, sus padres eran los mejores del mundo. Sonrieron cómplices… esperando el momento de la salida y el comienzo de una nueva celebración.
xXx
Fue extraño el mensaje que recibió de Kagami-kun, para empezar rara vez lo mensajeaba a la hora del trabajo y menos le decía que pasaría a recoger a Asuka antes de la hora de la salida. Pero más raro aún era encontrarse a Takao-kun, Furihata-kun , Kise-kun y Himuro-san justo en el mismo punto donde lo cito el tigre. Esto le daba un mal presentimiento.
Pasaron aproximadamente 5 minutos con 34 segundos (y no es que los estuvieran contando) cuando todos sus celulares sonaron al unísono. Los cinco intercambiaron miradas interrogantes. Esto cada segundo olía más raro.
Siguiendo las indicaciones en el mensaje (que resulto ser el mismo en todos sus teléfonos) terminaron plantados enfrente de la cancha de básquet, pero no cualquier cancha, era esa cancha en la que después de la WC de su primer año de preparatoria habían terminado todos los equipos en una popular y algo extraña clase de básquet para niños.
-No puedo creer que nuestro grafitti siga aquí- rio Takao mirando la pared donde, efectivamente, continuaban los garabatos que realizaron entre todos.
-Pensé que ya los habrían borrado- comento Himuro, sin poder evitar ese aire de nostalgia rodeando sus palabras.
-No puedo creer que Aominecchi haya dibujado unos pecho ahí arriba!!-
-En que te fijas, Ki-chan-
-¿en serio fue lo primero que notaste?-
-No se burlen Himurochi, Takaocchi!!-
-Es grandioso ver esto pero…- comenzó Furihata, aun con su aire nervioso pero ya mucho mas seguro- ¿Dónde están los demás?- los otros cuatro comenzaron a voltear en todas direcciones, buscando. Y no era para menos, pues el mensaje recibido rezaba que sus respectivas parejas los esperaban en esa cancha.
-Sera que se les habrá hecho tarde- aventuro Kuroko, no muy seguro. Por las caras de todos se dio cuenta que no era el único. Por la forma del mensaje lo más normal de pensar era que ellos ya estuvieran ahí.
-Esto no me gusta… ¿y si les paso algo?- justo cuando todas sus imaginaciones, de alguna manera influenciadas por su lado materno, comenzaron a formar diferentes y terribles escenas escucharon y vieron un balón de básquet entrar sin problema alguno en el aro. Takao, que era el que estaba más cerca lo tomo, notando que tenía algo anotado con marcadores.
“Para las mejores Mamis Basquetbolistas”
Miradas extrañadas, hasta que de la nada escucharon pasos y risas. Y de entre la alambrada y los arbustos salieron, con esas lindas pero temibles sonrisas, sus pequeñas. Cargando una pancarta con una foto… más bien con un collage de muchas fotos. En ellas se podían ver a ellos mismos, junto a sus parejas, junto a sus senpais, juntos… con sus sonrisas, con sus uniformes. Esos que, hace años, dejaron de usar y que, sin embargo, todos guardaban celosamente en alguna parte del armario.
De pronto una suave melodía comenzó a sonar, suave, dulce se elevó en el aire. Las niñas cantando, cada una a su ritmo, despacio, temblando, con ojos cerrados tratando de recordar las letras que, han escuchado tantas veces antes en labios ajenos y que nunca se preocuparon por memorizar hasta ese momento.
Perdóname por no ser honesta contigo
Si tan solo pudiera decirte cuanto te amo
Gracias te doy por amarme y cuidarme
Yo estoy feliz de haber nacido como tu querida hija
Mientras trabajabas hasta la noche , todos los días
Me educaste y me convertí en quien yo soy ahora
Sin quejarte del todo, aunque estuvieras cansada
Siempre me regalaste una tierna sonrisa
Cuando peleábamos por tonterías, inmediatamente huyo de ti
Tu rostro de tristeza es inolvidable para mi
Abro la puerta, y el aroma de mi comida favorita
Me envuelve gentilmente y yo corro hacia ti
Perdóname por no ser honesta contigo
Tu voz me ha salvado muchas veces
Con tus consejos y amor
Gracias te doy por amarme y cuidarme
Yo estoy feliz de haber nacido como tu querida hija
Cuando era una niña
Cuando caí al suelo y llore
Tu cálida mano acaricio mi pequeña cabeza
No me di cuenta ¿cuando te hiciste mas baja que yo?
¿Podre protegerte lo suficiente yo esta vez?
Siempre me apoyaste , animándome y haciéndome reír
Muchas veces lo has hecho y me haces sentir mucho mejor
La primera vez que te confesé mi sueño, tu sin decir ninguna palabra
Presionaste mi espalda con tu dulce mano
Perdóname por no hablar de mis sentimientos
Si tan solo pudiera decirte cuanto te amo
Gracias te doy por amarme y cuidarme
Yo estoy feliz de haber nacido como tu querida hija
Gracias por estar aquí, solo para mi
Por que puedo ser yo misma, por fin
Gracias te doy por amarme y cuidarme
Quiero decirte ahora mismo que estoy agradecida
Perdóname por no ser honesta contigo
Si tan solo pudiera decirte cuanto te amo
Gracias te doy por amarme y cuidarme
Yo estoy feliz de haber nacido como tu querida hija
Me encanta ser tu hija... muchas gracias
-Feliz Dia del mejor Papi/Mami!!- gritaron las pequeñas. Mientras los padres terminaban al lado de sus parejas viendo, con una sonrisa la sorpresa. Si que les había costado trabajo que algunas de ellas (entiéndase Ai y Yumeko) se aprendieran la canción, no porque no fueran listas, más bien porque cada una estaba metida en su propio mundo.
-¿vamos a jugar o qué?- dijo Aomine al tiempo que arrebataba el balón de las manos de Takao sin ninguna consideración, ya un poco cansado y con verdaderas ganas de liberar la tensión acumulada.
-Espero no te hayas oxidado, Ahomine-
-Ya quisieras Bakagami- empezando un duelo por tomar el balón del contrario entre el monstruo y el tigre.
-Dejen eso nanodayo-
-Ignoralos Shintarou-
-Aominecchi!! No acapares el balón- Kise decidio meterse robando, sin mucha dificultad, el balón de las manos del moreno, ganándose las miradas atónitas de los dos antiguos ases. ¿Cuándo se había vuelto tan rápido?
-¿Jugamos un 5 a 5? – sugirió Himuro como quien no quiere la cosa. Él también estaba animado.
-Mamis vs papis- sentencio Ai con esa típica mirada risueña, sacándole una carcajada a más de uno. Si, las “mamis” iban a patearle el trasero a los papis.
Quizás Rina no fuera una experta en básquet (aun), quizá ninguna de ellas lo fuera pero, ese partido donde vieron el potencial de sus padres despertó algo en ellas. El básquet seguiría formando parte de sus vidas. Apoyando a los papis una vez, lanzándoles porras a sus mamis más veces de las necesarias, incluso Yumeko y Ai, las más dispersas, se mantenían concentradas en el bote de la naranja esfera, en el sonido del caucho rosando la red, la tarde paso como hace años no lo hacía, entre risas y balones, entre canastas y sobrenombres, entre dulces y aplausos.
Porque ¿Quién dijo que los Papis no pueden ser buenas Mamis?