Capitulo 4
Conejito Bunny Bunny
Harry en compañía de Neville recorrían presurosos los pasillos de Hogwarts, en busca del rubio príncipe de las Serpientes, cuando pararon en seco al ver salir del Gran Comedor un… ¿Conejo Blanco?
-Harry dime que no estoy loco y tú también estas viendo un conejo blanco en Hogwarts- murmuro Neville sorprendido.
-Neville, eres raro, torpe y por Merlín que las pociones jamás serán lo tuyo, pero no estás loco, yo también estoy viendo al conejo- contesto el azabache.
-Gracias por tu abundante información sobre mi persona Harry- dijo Neville ya mas recuperado- pero yo solo te pedí que me dijeras si estaba loco o no por ver al conejo- completo con el ceño fruncido, ¿Qué le pasaba a todo el mundo hoy, que se ponían a decir las verdades de otros?
Harry iba a contestar cuando vio salir a Draco corriendo con un conejito negro entre los brazos.
-Chicos secuestradores, no dejen que se vaya el conejito- les dijo apresuradamente ni bien llego hacia ellos- se perderá y no sabrá como volver- completo preocupado.
-Malfoy ¿Dónde estabas?- pregunto disgustado Harry, más que nada por tener que cuidar de un rubio tan escurridizo que se escapaba sin hacer ni tan siquiera un ruido (si sobretodo porque él nunca lo hizo, ¿Verdad? la capa de invisibilidad era solo un adorno sobre sus hombros)- te hemos estado buscando por todo el colegio y…
Se interrumpió al ver que el rubio corría tras el conejito blanco que había salido del comedor, aun sosteniendo entre sus brazos al conejito negro.
-¡Malfoy pon atención a lo que te digo!- exclamo enojado Harry, ya que el rubio se comportaba como si no le hablara a él, ignorando completamente sus palabras.
Draco paro de perseguir al conejito, cuando este entre tanta ida y vuelta regreso saltando hacia el gran comedor, ya más tranquilo volteo hacia sus amigos, encontrándose con un Harry enojado y un Neville…pues digamos estaba más ocupado tratando de mantener su pose de macho men, después de tantos gritos(eso el Neville tu puedes )
-Chico secuestrador de cabello negro ¿estás enojado?- pregunto inocente Draco.
-Ya te dijimos que no somos secuestradores, ¿Por qué sigues llamándonos así?- contesto irritado el azabache de ojos esmeralda.
-Pue-pue-pues yo no sé sus nombres- contesto bajito el rubio mientras abrazaba mas al conejito, se sentía mal por haber hecho enojar al chico de cabello negro, “Siempre molesto a todos” se dijo mentalmente.
-Yo…-Harry al percatarse de lo dicho por el rubio, se sintió mal por tratar tan bruscamente al Slytherin, más aun cuando vio lo indefenso y frágil que parecía el oji-plata abrazando con fuerza al conejito y bajando la mirada, con un aire triste y ausente- siento mucho haberte gritado Malfoy, mi nombre es Harry, Harry Potter- se presento con una voz más amable.
-Yo me llamo Neville, Neville Longbottom- se presento con una amable sonrisa Neville.
-Yo me llamo Draco, Draco Lucius Malfoy Black- les contesto sonriendo, recobrando esa alegría y felicidad que mostraba desde que había despertado en la enfermería.
-¿Por qué no atendías cuando te hable?- pregunto Harry con la voz controlada, no deseaba poner triste al rubio de nuevo.
-¿Me llamaste?- pregunto confuso Draco- pensé que llamabas a papá, como dijiste Malfoy, de hecho iba a buscarlo ahora pensé que ya había venido por mí.
-Siento la confusión- se disculpo Harry- pero entonces ¿Cómo debería llamarte?
-Pues Draco- contesto con simpleza el rubito- ese es mi nombre, aunque papá y Sevy abecés me dicen Dragón o Príncipe.
-Creo que te llamare Draco- dijo Harry, pues no se veía llamando Dragón o Príncipe a Malfoy.
-A mí me gusta Dragón- dijo Neville sonriente, pero al recibir una mirada extraña de Harry, agregó rápidamente- pero te diré Draco.
-Bueno- contesto Draco, ahora más distraído en acariciar a su conejito, que estaba un poco inquieto por la presencia de extraños.
-¿Y de donde salieron esos 2 conejitos Draco?- pregunto curioso Neville.
-Es que estaba aburrido de su discusión, así que salí a pasear, pero no había nadie, entonces mi pancita sonó y no sé porque pero camine y llegue aquí, había mucha comida pero cuando iba a entrar para comer algo, vi como unos chicos hacían volar un libro por los aires con una varita- contaba sonriente, recordando lo pasado- era muy bonito y yo quería hacerlo, pero no tenía varita- entonces hizo un pucherito.
-Draco no debes preocuparte por eso, tú tienes una varita- le conto Neville.
-Lo sé- contestó sonriente de nuevo- estaba triste por no poder hacer volar nada, pero al meter mis manos en mi bolsillo encontré mi varita- sonrió alegre- no tenía que hacer volar, y eso me puso triste de nuevo, pero entonces recordé que Sevy un día hizo aparecer un conejito cuando estaba triste, y jugué mucho con él, esa vez fue muy divertido, aunque madre no dejo que lo conservara- termino triste.
-Entonces ¿qué paso?, ¿cómo terminaste con 2 conejos?- pregunto presuroso Harry, ya que era casi la hora de la comida y en cualquier momento llegarían sus amigos, deseaba desligarse ya del tema e ir a hablar con ellos, tal vez coquetear un poco con Ginny, en fin, algo que lo relajara.
-Bueno yo tenía mi varita y quería un conejito, así que hice lo que Sevy y apareció un conejito- conto feliz- pero después apareció otro, y otro y…
-Draco, ¿cuantos conejos hay?- pregunto Neville preocupado.
-Pues….- el rubio Slytherin se acerco a las puertas del gran comedor, que estaban cerradas casi por completo, y de un empujón, las abrió mostrando así a….un centenar de conejos que saltaban por todos lados.
-¿Co-co-como hiciste eso?- preguntó estupefacto Neville.
-Pues en realidad fue fácil- conto el rubio feliz- yo solo hice zip y zap y bom y pom- decía mientras hacia rápidos movimientos con la varita, sosteniendo aun al conejo.
-Draco deja la varita- hablo serio Harry.
-Si- contesto bajito.
-Debemos desaparecer todo esto antes que alguien lo descubra- dijo Harry serio.
-Pues los alumnos ya lo descubrieron- apunto Neville.
-Los que importan son los profesores- señalo Harry- debemos desaparecerlos ya.
-¡¡¡NOOOO!!!- grito Draco fuertemente llamando la atención de los Gryffindor y el gran comedor, que se percataron de la presencia de ellos en la puerta- no pueden desaparecer a los conejitos, ¿Dónde irán?, ¿Solo dejaran de existir?, ¡Los van a matar!- exclamo horrorizado Draco, que ya tenía los ojos inundados de lágrimas sin soltar y apenas veía algo.
-No Draco, nosotros…- trato de explicar Neville.
-¡Son malos!, ¡ustedes son malos!- acuso el rubio afligido- ¿porque quieren matarlos? son muy bonitos, no les hacen daño a nadie, Bunny Bunny es lindo- mostro a su conejito negro- no es blanco como todos, pero es lindo, es oscurito y nadie lo miro cuando apareció, todos lo miraron extraño, pero él es lindo, es diferente y yo lo quiero- decía un rubio ya soltando lágrimas.
-Draco…- pronuncio sorprendido Harry al ver llorar al rubio, por unos conejos.
-Bunny Bunny es lindo, y los demás también, no los maten- pedía entre llantos el rubito.
-Cálmate Draco, no los mataremos- dijo Neville acercándose y pasando uno de sus brazos por los hombros del rubio, tratando de tranquilizarlo- encontraremos una solución para sacarlos de aquí sin tener que desparecerlos, ¿Esta bien?- pregunto amable el castaño.
Draco solo asintió, mientras abrazaba con fuerza a su conejito, y calmaba su llanto.
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Un fuerte sonido lleno el comedor, cuando Severus Snape llego al gran comedor y abrió las puertas de par en par, con un aura negra se acerco hacia los dos Gryffindor mientras estos retrocedían, por precaución, no por miedo, que quede bien claro.
-Ustedes ¡Par de imbéciles!- grito furioso el oscuro pocionista dirigiéndose a los Gryffindor- les dije que debían cuidar de Draco mientras investigaba como revertir el efecto de ¡su! poción defectuosa- acuso enojado Severus- ¿pero que es lo primero que hacen?, ¡hacerlo llorar!.
-Pr-pr-pro-profesor Snape- susurro temeroso Neville.
-¿Cómo supo que estaba aquí y llorando?- pregunto Harry intrigado por la aparición del pocionista.
-Es mi ahijado, jamás lo dejaría solo y desprotegido con unos Gryffindor incompetentes e inútiles como ustedes- contesto aun con un tono furioso, pero más calmado, no estaba en el comportarse de manera tan…Gryffindor, pero es que cuando tocaban a su Dragón, simplemente no podía evitar dejar salir su instinto protector- tiene una cadenita con un hechizo que me permite saber en todo momento del estado de Draco- informo.
-Padrino- llamo el rubio, a lo que el pocionista volteo y cambio su mirada enfurecida a una más amable- quieren desaparecer a los conejitos, ¿puedes salvarlos?-pregunto esperanzado en que su padrino lo solucionaría todo, no quería que los conejitos desaparecieran como le paso a Bunny, el conejito que Sevy apareció para él hace años, y el cual su madre había desaparecido, sin importarle las lágrimas, ruegos y llanto desconsolado del pequeño niño rubio, que no podía dejar de culparse por no salvar a Bunny.
-Como han podido siquiera mencionar desaparecer a un animal frente a Draco- exclamo disgustado el pocionista, hacia los Gryffindor- son unos imbéciles idiotas.
-¿Qué tiene de malo? solo son unos conejos hechos de magia- contesto Harry a la defensiva, aunque debía admitir que él también se sentía mal, cuando desaparecían a un ser vivo, aun cuando estuvieran hechos de magia.
-No importa, no tienen derecho a saberlo- dijo Snape disgustado por esas palabras, pudiera ser que fueran seres hechos de magia, pero no compartía la creencia de desaparecer a seres con vida, pues al ser conjurados, estos adquirían vida- solo encárguense de llevar a los conejos con Hagrid, el los llevara a una granja en donde podrán cuidarlos- completo Snape.
-¿y nosotros porque?- pregunto irritado Harry, por tener que hacer todo el trabajo el (y Neville, oye que Neville también cuenta)- son demasiados nos tomara horas llevarlos a todos.
-Pues empiecen a llevarlos entonces-contesto con simpleza- recuerden que Draco es responsabilidad suya, y como tal, ustedes son los responsables de cada cosa que haga- les recordó, para luego llamar a Draco- ven conmigo Draco, un chocolate caliente y galletas de chocolate te calmaran y animaran- le dijo amable, a lo que el rubito asintió, aun cabizbajo, pues a pesar de todo, aun no podía dejar de llorar por completo, y sollozaba lo más bajito que podía.
-El tendrá todo eso ¿y nosotros el castigo?- pregunto enfadado Harry.
-Les dije que debían cuidarlo ahora serán más conscientes de su responsabilidad- dijo serio Severus- al terminar vayan por Draco, y no se les ocurra irse a pasear antes, porque lo sabré, y el castigo será peor- advirtió el pocionista con un toque de amenaza.
-Sevy, yo debería ayudar con los conejitos- dijo bajito el rubio- yo los convoque.
Severus agradeció que el gran comedor no estuviera lleno, y solo hubieran unas cuantas personas, porque enserio que habría sido aún más vergonzoso que su ahijado lo llamara así en frente de tanta gente.
-Ellos deben aprender a ser responsables Draco- le contesto calmadamente, ocultando maravillosamente su vergüenza por el anterior apodo que el rubio había dicho- si les ayudas con los conejos, ellos nunca aprenderá, y tú quieres que aprendan ¿Verdad?
Draco se lo pensó un momento y luego asintió despacio, su alegría parecía haberse ido, y Severus espero de corazón que ese chocolate caliente y galletas, animaran a su Dragón.
-Ustedes comiencen a trabajar ya, o les quitare 200 puntos a Gryffindor por desobedecer la orden directa de un profesor- dijo Severus hacia Harry y Neville, para luego darse vuelta y salir del gran comedor.
-Bien- contestaron los dos, para después empezar a correr tras los conejos.
Draco abrazo fuertemente a su conejo, miro a quienes él consideraba sus amigos anteriormente, pero ahora ya no estaba tan seguro, les dio una mirada triste que los otros a pesar de correr tras los conejos pudieron ver y se marchó tras su padrino.
Al parecer Draco Malfoy seria alguien difícil de cuidar, pero Harry al ver esa mirada triste en Draco y pensar en su reacción ante la desaparición de los conejos, se preguntó qué tan errada podría estar su opinión de él.
Las palabras de Snape vinieron a su mente “No merecen saberlo”, ¿que era aquello que no merecían saber?, ¿porque esa rubia serpiente se comportaba así?, Draco Malfoy era un misterio a sus 17 años, siempre frio y distante, con un aura de silencio y misterio a su alrededor, que siempre pensó encubrían algo, no sabía si era bueno o malo, pero sentía que el siempre ocultaba algo.
Harry soltó un suspiro mientras veía irse al rubio, con el conejo entre sus brazos, parecía que también a los 8 años tenía ese misterio a su alrededor, porque aun cuando era cálido y sonriente, el sentía lo mismo; Draco Malfoy ocultaba algo, y no importaba si era tras una máscara de indiferencia o tras una reluciente sonrisa, Harry podía percibirlo, y su curiosidad pedía a gritos descubrir que era.
Draco Malfoy era un misterio y Harry lo quisiera o no descubriría todo de él, después de todo, ¿Qué tan difícil podría ser cuidar de Draco Malfoy?
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