Capítulo 10
Atrapemos al Dragón. Segunda Parte
Dumbledore y McGonagall recorrían juntos los pasillos del colegio en busca de cierto rubio escapista, o más bien sea dicho McGonagall era quien buscaba al rubio, ya que el anciano director estaba más concentrado en no tumbar sus 10 bolsas de caramelos de limón que llevaba en los brazos.
-¡Por Merlín Albus! aun no entiendo porque tenías que traer tantas bolsas de esos caramelos- lo regañaba la profesora, con notable fastidio por lo que hacía el director.
-Pero Minerva, ya te dije que no podía venir sin ellos- se quejó como un niño pequeño el director- ¿Qué pasa si esto dura demasiado?, no puedo quedarme sin provisiones de caramelos mientras buscamos- alego totalmente convencido de sus palabras, “¿Cómo podría sobrevivir sin comerse al menos un caramelo de limón cada minuto? hooooo eso sería una tortura” pensó con un estremecimiento el anciano director.
-Pero gracias a que cargas tantas bolsas de esos…caramelos- completo molesta, mientras veía al director comer otro dulce- no podemos avanzar en la búsqueda, se supone que deberías ayudarme a buscar al joven Malfoy, y en su lugar tengo que buscarlo sola y ver que no tropieces o te golpees con algo, por comer estos caramelos.
-Mmmmmm ricos caramelos- dijo feliz el director, mientras terminaba de meterse 3 caramelos a la boca- ¿he?, ¿dijiste algo Minerva?.
-Ahhhh no sé ni para que me molesto- término con un tono que denotaba enfado, ofuscación y resignación, ya que se temía tendría que hacer todo ella sola, “Como siempre” pensó malhumorada.
Siguieron en la búsqueda unos minutos más en completo silencio, oooh bueno, solo con el sonido que hacia el director al meterse caramelos en la boca, o maniobrar con las bolsas para que durante el proceso que comprendía comer los caramelos, estas no cayeran de sus brazos.
-¿Escuchaste eso?- pregunto de repente la profesora de transformaciones- parece un ruido que…
Pero no termino de decir lo que sea que diría, ya que de la nada apareció ante ellos un rubio con la cara, las manos y partes de la ropa llenas de chocolate, que corría como hipnotizado tras una lucecita que brillaba en lo alto del techo; pero la escena tan extraña que se formaba ante sus ojos no terminaba ahí, ya que dicho rubio además de estar prácticamente cubierto de chocolate, también llevaba en sus brazos abrazado contra su pecho a un lindo conejito negro.
-Joven Malfoy, lo hemos estado bus…
Pero lo que sea que iba a decir McGonagall volvió a morir en sus labios, pues dicho rubio paso por su lado corriendo, ya que en ningún momento había bajado su vista hacia los presentes y mantenía su atención en la extraña luz, que parecía guiar su recorrido. McGonagall talvez hubiera podido detenerlo más adelante, pero su camino e intención se vio bloqueado debido a que el rubio, en su carrera y ajeno a lo que pasaba a su alrededor, había pasado tan cerca del director, que sin querer había logrado hacer que este perdiera el equilibrio de sus cosas, provocando que las 8 bolsas de caramelos de limón cayeran al piso (si, ya se había terminado 2 XD)
-¡Mis caramelos!- chillo espantado Dumbledore mientras se tiraba al suelo, para recogerlos- hoo mis niños, que han hecho con ustedes- decía mientras lágrimas al estilo anime llenaban sus ojos- tranquilos bebes, papá está aquí, pronto los recogeré a todos, y me los comeré- sentencio más feliz, animado y motivado, por la idea de comerse todos los caramelos (ok, este es un padre, caníbal XD)
-Albus , déjame pasar, no podemos perder al joven Malfoy- pedía una profesora McGonagall que trababa de hacerse espacio en el pasillo donde el director, se encontraba prácticamente tirado sobre sus caramelos, para poder pasar y dar alcance al más joven de los Malfoy.
-Minerva, ayúdame, mis bebes estas tirados por todos lados- pedía lloroso Dumbledore, que veía con tristeza sus caramelos regados por el piso, ya que algunas bolsas por la caída se habían abierto y había esparcido su contenido a los largo del pasillo.
-Albus, déjame pa…
Pero nuevamente se vio interrumpida por un segundo ataque, ok no XD, lo que había pasado es que los gemelos, fieles perseguidores de rubios con ataques de chocolates y conejitos negros en brazos, habían llegado al pasillo y al ver que casi perdían de vista a Draco, les importo poco pasar por encima del Director, y por accidente, que quede claro, tirar a la profesora McGonagall sobre él, mientras seguían su camino, sin detenerse a pedir disculpas ni nada.
-Auchhhhh ese chico me piso la mano- se quejó Dumbledore, mientras aun con una expresión de dolor en el rostro, abría la mano para dejar ver un caramelo de limón- pero al menos no te piso bebe- dijo con una tonta sonrisa, que pronto se esfumo al sentir un nuevo dolor, más concretamente en la espalda, donde se encontraba tirada de manera muy digna la profesora McGonagall.
-Ahh que dolor, ese otro chico me tiro de un empujón- se quejaba la profesora, mientras apoyaba su peso en un codo, para descansar un poco antes de hacer el intento de levantarse, que lamentablemente para el director, estaba justo en la base de su columna vertebral.
-Ahh Minerva, no es que me queje o me moleste, pero por favor, podrías hacerme el favor de levantarte de encima mío, y quitarme ese codo torturador de mi pobre espaldita- pidió en un tono adolorido.
-Oh sí, lo lamento Albus- se disculpó rápidamente la profesora, Mientras se levantaba del magullado cuerpo del director.
-No te preocupes- la disculpo amablemente- pero ya que definitivamente no alcanzaremos al joven Malfoy, ni a los chicos que nos atacaron en su carrera, ¿Me ayudas a recoger mis caramelos?
-Ahhh de acuerdo, supongo que tienes razón y no los alcanzaremos a ninguno, sin embargo, me hubiera gustado poder siquiera ver a nuestros agresores- dijo pensativa McGonagall mientras se disponía a recoger junto al director, los dichosos caramelos- todo fue tan rápido que ni tiempo tuve de verlos.
-Lo mismo digo- dijo Dumbledore, mientras seguía recogiendo sus caramelos- pero bueno, ahora ayúdame con los caramelos.
-De acuerdo, de acuerdo- acepto, mientras recogía los caramelos con una mueca de dolor en su rostro, esa caída había sido dura, a pesar de haber caído sobre Dumbledore, si se había llevado un buen golpe, y es que ella ya no estaba para esos trotes, haaa cuán difícil era cuidar de los niños, y al parecer lo era aún más el cuidar de un Malfoy.
-----------Corriendo por los pasillos detrás de Draco---------------
-Heeee Fred- llamo a su gemelo, que mantenía su mirada fija en el rubio que iba delante de ellos.
-¿Si?- contesto apenas, toda su atención fija en su pequeño bebe.
-Creo que tiraste a McGonagall en el pasillo.
-Y tú pisaste la mano del Director.
Ambos se miraron por unos segundos, aun sin dejar de correr.
-De acuerdo, esto nunca paso- George hablo primero.
-¿A qué te refieres?- pregunto Fred con una sonrisa pícara.
Ambos intercambiaron una sonrisa y mirada cómplice, el incidente olvidado, nadie tenía porque saber, que habían pasado por encima de su profesora y director, solo sería una travesura más de las muchas que no se sabrían nunca, no era que ocultaran siempre sus bromas o incidentes, de hecho eran algo así como exhibicionistas de sus logros, como inventos, y demás, pero había algunos que era mejor dejarlos en el anonimato, esto no era tan grave como anteriores cosas que habían hecho, pero por ahora preferían no estar en problemas, después de todo debían tener tiempo para su bebe y castigados no lo tendrían.
-Ahhhh lo que uno hace por los hijos- dejo escapar Fred, volviéndose hacia su hermano con una sonrisa traviesa en el rostro- hubiera sido genial que lo supieran.
-Sí, pero por ahora no debemos meternos en problemas- contesto George, aunque contagiándose de la sonrisa de su hermano añadió- al menos hasta que conviértanos a Draco en un bromista de primer nivel como nosotros- termino sonriente.
Y así sin más, conscientes de que no habían sido reconocidos, siguieron su camino, en busca de atrapar a su travieso y lleno de chocolate Dragón, por ahora serian niños buenos, pero más adelante después de un entrenamiento adecuado, volverían sus días de gloria, junto a un nuevo integrante en el grupo, que los ayudaría a llevar las bromas de nuevo a Hogwarts.