Capítulo 12
Primera Noche Juntos
Los gemelos Weasley luego de revisar a su pequeño Dragón y más específicamente Fred de completar en la medida de lo posible la limpieza del chocolate en el rostro de Draco, decidieron que ya era momento de aclarar la situación con un confundido azabache y un castaño tirado en el suelo, porque si, Neville al final decidió que sus piecitos agradecerían el descanso.
-Bueno, Draco ya está limpio- pronuncio Fred, para luego agregar- o bueno todo lo limpio que lo puedo dejar en estos momentos.
-Tendrá que bañarse, el chocolate esta incluso en su ropa- resolvió George, mientras guiaba a los demás al castillo, y si Neville se tuvo que levantar, pero ni modo, las ampollas de todos modos, iban a salir ¿No?
-Pero toy limpio- repuso Draco haciendo pucherito.
-No es verdad, estas lleno de chocolate- refuto George- y tu conejito también, podrían bañarse los dos, ¿Eso te gustaría Draco?- pregunto tratando de animar al menor.
-Mmmm nose- dijo pensativo, para luego mirar a Bunny Bunny y preguntar- ¿Te quieres bañar conmigo Bunny Bunny?
El conejito pareció pensárselo, es verdad que no era fanático de los baños, pero si estaba un poco pegajoso por haber estado todo el tiempo apegado al pecho lleno de chocolate de su rubio amito, definitivamente necesitaba un baño y su amito también.
-Está bien amito- dijo el conejito, pero solo Draco entendió.
-Bien, Bunny Bunny si quiere- señalo contento Draco, la verdad si quería bañarse, pero no solito y es que no le gustaba estar solito nunca, era…triste.
Siguieron caminado hasta encontrarse con Dumbledore y McGonagall, esta última miro extrañada la presencia de los gemelos Weasley en el colegio, y Dumbledore simplemente se perdió en sus pensamientos llenos de caramelos de limón que corrían hacia él para ser comidos, “Vengan con papi” pensó con una sonrisa en sus labios, que los demás miraron extrañados, pero luego dejaron de lado.
-Señores Weasley, puedo saber la razón por la que se encuentran aquí, y… ¿En compañía del joven Malfoy?
-Con todo respeto que se merece Profesora McGonagall, es una historia algo larga y no deseamos contarla un número indefinido de veces- comenzó Fred, con toda la diplomacia que no poseía, pero que obviamente sacaba de donde fuera, para ganarse a la Profesora, ya que esta ahora era la Subdirectora, además de Profesora de Transformaciones, y definitivamente no les convenía tenerla en su contra, si deseaban cuidar de su pequeño Dragón.
-Por lo que le pedimos con todo respeto, el reunir a todas las personas involucradas en este asunto, para poder contar los hechos y aclarar cualquier duda- termino George, que también sacaba su lado diplomático, estando de acuerdo con su gemelos, en que McGonagall debía ser una aliada, ya que si bien no era la Directora, definitivamente era la más cuerda en el poder, y además…a Dumbledore se lo ganaban con Caramelos de Limón.
La Subdirectora simplemente asintió al amable pedido, y los guio hacia la oficina del Director, mientras que al tiempo enviaba un patronus ha Severus informándole de la situación, y pidiéndole se reuniera con ellos en la oficina del Director, ya este se encargaría de informarle a Sirius, después de todo, ambos estaban buscando al joven Malfoy juntos, lo cual ahora ya más calmada con toda la situación, le resultaba extraño, ya que dos enemigos claramente conocidos por su rivalidad, no eran capaces de trabajar juntos de manera voluntaria, ¿Oh si?
-------En uno de los pasillos de Hogwatrs----------
Un maestro de pociones caminaba a paso rápido por los largos pasillos, mientras ignoraba las constantes llamadas que le hacia un divertido animago.
-Vamos Sev ¿Ahora no me hablaras?- le pregunto divertido Sirius -que infantil- intento molestarlo con esa frase, para que el pocionista finalmente respondiera.
Ante esto, Severus paro su caminar y dio la vuelta rápidamente, para enfrentarse al chucho, “¿Había dicho infantil?”, “el no era infantil, ohhh claro que no”, si había alguien infantil en ese pasillo, y en ese mismo instante era el Black, con rostro serio, y mirada fulminante se dispuso a poner en su sitio al perro sarnoso que tenía en frente.
-En primero lugar, yo no soy infantil- puntualizo el pocionista- en segundo lugar, te he informado que deseo continuar mi búsqueda solo, en tercer y último lugar, ¡¡¡¡No quiero tener a un chucho pervertido detrás mío!!!
-Ok, ok, ahora me toca hablar a mi- pronuncio Sirius con un tono divertido, pero decidido a la vez- en primero lugar, claro que eres infantil, te sonrojas y alteras por nimiedades que ni un chico de 17 años actuaria de la forma en la que lo haces.
Ante las palabras de Sirius, Severus tomo aire rápidamente con una expresión ofendida en su rostro.
-No me malinterpretes, me encanta eso de ti, no eres un regalado y mucho menos alguien fácil de conquistar o seducir, adoro tus sonrojos y el nerviosismo que te inunda ante cualquier cosa “pervertida” que te diga o haga, el temblor que recorre tu cuerpo es un acto tan inocente, que por momentos tengo incluso cargos de conciencia por comportarme de ese modo contigo, mi pequeño ángel, eres demasiado adorable e inocente, que hasta a un pervertido como yo, le causa remordimientos corromperte, pero Sev…eres tan hermoso.
-Y-yy-y-yo- Severus estaba completamente rojo, por las palabras del Black, “Genial, de nuevo sonrojado” pensó con fastidio Snape, para después intentar volver a hablar, solo esperaba esta vez no balbucear y tartamudear como estúpido- no soy infantil- ok, no era lo más brillante que había dicho en la vida, pero al menos no había tartamudeado o balbuceado, eso debía valer algo, ¿no?
Sirius simplemente sonrió ante lo dicho por el pocionista, que lo raparan y le pusieran el traje de un monje, si Severus Snape, no era el hombre más adorable del mundo, diciendo esas sencillas palabras, con ese sonrojo en el rostro, no podía dejar de pensar, que el pocionista era completamente adorable.
-De acuerdo- acepto el animago, le daría ese punto a Severus- continuemos con el segundo punto en la lista- convino on una sonrisa- me informaste de que deseabas seguir buscando a Draco solo, pero…yo no lo acepto, somos un equipo y continuaremos la búsqueda juntos- determino con una voz que no admitía replica, tan serio y severo como nunca lo había visto Severus, para luego agregar con una sonrisa coqueta -además no puedo alejarme de ti, podrían secuestrarte y hacerte cosas malas, y eso solo lo puedo hacer yo.
Severus solo bufo ante lo dicho por el animago, ya se le hacía raro que el Black dijera algo serio.
-Y como último punto, si no quieres tener a un chucho pervertido detrás de ti, pues no hay problema, yo puedo caminar adelante, siempre y cuando aceptes someterte a un hechizo de ataduras, para que no puedas alejarte de mí por más de 5 metros, ya sabes por si deseas escaparte cuando no te vea- termino su explicación el animago, para luego agregar con un tono triste y deprimido- aunque si lo haces no podre ver tu lindo trasero, ¡Qué triste!
-Tú, chucho pervertido, te voy a…
Pero las ansias asesinas de Severus se vieron interrumpidas por el patronus de McGonagall, que les informaba brevemente sobre lo ocurrido, y les pedía dirigirse hacia la oficina del Director.
-¿Vamos Sev?- pregunto caballerosamente Sirius a Severus, que solo ignoro sus palabras y comenzó a caminar rumbo a la oficina del Director- tomare eso como un sí- dijo divertido el animago, mientras seguía al pocionista.
--------------En la oficina del Director---------------
Todos se encontraban reunidos en la oficina del Director, Sirius y Severus habían llego apenas hacia unos minutos, pero por alguna razón los gemelos aun no comenzaban con su explicación, y cuando Harry el más impaciente por comprender toda la extraña situación iba a hablar para pedir esta, un ruido que venía de las escaleras que conectaban a la oficina se escucho, parecían ser cuchicheos, hasta que se escucho un toque en esta.
-Pase- hablo Fred con voz seria.
Bill, Percy y Charlie ingresaron a la oficina del Director, sorprendiéndose al encontrar allí a sus hermanos, cuando justamente iban a la dirección para pedirle ayuda a Dumbledore para iniciar la búsqueda de sus prófugos hermanos.
-Antes que nada resumiremos todo, que ya es tarde y mi pequeño Dragón no debe estar despierto tan tarde- comenzó Fred, dejando a muchos sorprendidos con sus palabras- mamá deseaba que volviéramos al colegio para terminar nuestro último año.
-Nos negamos, mando a nuestros hermanos, que tuvieron la brillante idea de secuestrarnos y traernos al colegio- continuó George.
-Fin de esa parte de la historia- termino Fred.
-Vaya, lo resumimos rápido y bien, ¿Verdad?- comento George hacia su gemelo, que simplemente asintió.
-Bueno, el caso es que estando secuestrados en un aula abandonada del colegio, fue que Draco nos encontró- continuo rápidamente Fred, ya que veía bostezar ligeramente a su bebe Dragón, “Pobrecito seguro está cansado”, pensó Fred, mientras veía al rubito frotar sus ojitos cansados.
-El nos desato y después nos conto todo- prosiguió George, mientras también notaba el cansancio del rubio, seguramente todo el cansancio de la persecución ya le estaba pasando factura, o el efecto de su ataque de azúcar estaba terminando.
-Así que estamos enterados de todo- hablo seriamente Fred- y hemos decidido quedarnos en el colegio a cursar nuestro último año.
-Deseamos cuidar de nuestro pequeño Dragón- hablo esta vez George- es obvio que en este lugar nadie es lo suficientemente responsable, solo hay que ver la persecución que tuvimos todo el día.
En ese momento Harry reacciono ante lo dicho.
-Hey que ustedes también lo perdieron- acuso el azabache.
Ante lo dicho, los gemelos enrojecieron ligeramente, por la vergüenza, era verdad que habían perdido al rubio, ¡Pero no era su culpa! el chocolate le daba una velocidad impresionante a una persona, y claro el hecho de que el rubio consumiera tanto chocolate tampoco había sido su culpa, ya que el conejito con mirada asesina los había obligado a darle chocolate demás al rubio, si, definitivamente, ellos no tenían culpa de nada, ¡Eran inocentes!. (aja claaaaro :b)
-Ese no es el punto ahora- desestimo el asunto Fred, como si nada, era mejor ignorar que aceptar- el caso es que cuidaremos de Draco.
-¿Y porque desean hacerlo? es Malfoy- puntualizo Harry, que aun no comprendía del todo la situación, es decir, los gemelos parecían querer y tratar como a un hermanito menor al rubio, cuando se suponía eran enemigos naturales, ¡¿Es que el mundo se había vuelto loco?!
Los gemelos lo miraron con una mirada que claramente le decía “¿Enserio?”, soltaron un suspiro cansado, y respondieron al mismo tiempo.
-Porque es adorable.
-Mi lindo Dragón, es un amor, tan lindo e inocente- dijo feliz Fred mientras abrazaba a un somnoliento Draco, que aun no se había duchado.
George prefirió quedarse solo en la frase “Porque es adorable” pero al ver la mirada amenazadora de su gemelo, porque no decía más cosas lindas de su bebe, añadió rápidamente.
-Sí, también es muy tierno y…¿rubio?-dijo al final, sin saber que mas decir George, ante lo cual Fred solo rodo los ojos, y lo ignoro viendo, como su bebe ya estaba casi dormido.
-Draco está casi dormido y aun debe ducharse- hablo Fred.
Ante esto Severus se acerco al pelirrojo notando a Draco casi dormido.
-Señor Weasley entrégueme a Draco, hare que tome un baño, no debe dormir así- hablo calmadamente el pocionista.
-Está bien- acepto Fred, sabía que Severus era de fiar, después de todo siempre noto el favoritismo que el pocionista tenía por Draco, y ahora gracias a Draco, sabía que ese era su padrino.
Severus solo tomo en brazos al rubio y salió de la dirección, sabía que no podía llevar a Draco a Slytherin, mientras no se tomara una decisión sobre la situación de Draco, era mejor mantener el asunto alejado del dominio público, no era que desconfiara de sus alumnos de casa, de hecho el sabia cuanto apreciaban estos a Draco, simplemente era lo mejor en esta situación, así que con esos pensamientos se dirigió a la sala de menesteres, una vez allí pediría ropas para Draco.
Mientras Severus se ocupaba de Draco, los demás discutían sobre como deberían proceder con la situación actual.
-George y yo debemos volver hoy a nuestra casa, para revisar que todo quede en orden mientras asistimos al colegio- hablo Fred, ante lo cual sus hermanos iban a interrumpir, diciendo que ellos ya tenían todo arreglado.
-No nos malentiendan, sabemos que se encargaron de todo, es solo que hay cosas que debemos revisar personalmente, después de esto volveremos al colegio- se apresuro a explicar George- a mas tardar volveríamos mañana.
-No deben preocuparse por nada, no es nuestro deseo escapar- aclaro Fred, pues estaba seguro que el principal problema de todo, era que sus hermanos pensaban que ellos deseaban escapar.
Después de unos minutos, se les otorgo el permiso para salir del colegio a los gemelos, y volcaron su atención al asunto de Draco, no podían dejar que este durmiera en las habitaciones de Slytherin, y era definitivo que al rubio no le agradaría dormir en la enfermería.
-Podría utilizar la sala de menesteres- sugirió Sirius, que estaba consciente que ese lugar podría ser un buen lugar para el rubiecito.
-Pero ya vieron que no se puede quedar solo- intervino Neville.
-Es cierto, aun con nosotros cuidándolo, el logra escaparse- dijo Harry molesto, ese rubito era en verdad difícil de cuidar.
-Bueno, pues es su debe cuidar de el- se escucho la voz del pocionista, mientras entraba a la dirección.
Todos voltearon a ver a Severus, mientras este tomaba asiento en uno de los sillones del lugar.
-Draco está dormido en la sala de menesteres, como habrán notado Draco es un niño muy dulce e inocente, pero tiende a meterse en problemas, por lo cual no debemos dejarlo solo, así que he dispuesto la sala de menesteres de tal forma que los 3 puedan dormir allí sin ninguna dificultad o incomodidad, ahora vayan de una vez- ordeno Severus.
-¿Qué?, pero… ¿Se refiere a nosotros?- pregunto tímidamente Neville.
-Sí, ustedes fueron los designados para cuidar de Draco, por lo tanto ustedes dormirán hoy, junto a él, y más les vale que no le pase nada malo a Draco- contesto de forma amenazadora el pocionista.
-Pero…- intento replicar Harry, viéndose interrumpido por Sirius.
-Cachorro es mejor dejar esto así por hoy, todos estamos muy cansados y definitivamente no deberíamos dejar tanto tiempo solo a Draco, aun dormido puede causar problemas, si despierta y no ve a nadie a su alrededor podría salir de la habitación, y tendríamos que comenzar de nuevo a buscarlo.
Ante lo dicho por el animago, todos asintieron en claro acuerdo con lo dicho, incluso Harry tuvo que aceptar el hecho de que por hoy, era mejor dejar las cosas como las había dispuesto Snape.
-No te preocupes Harry, mañana decidiremos bien como proceder ante la situación del Señor Malfoy, por hoy es mejor que tu y el Señor Longbottom vayan a la sala de menesteres, como Sirius dijo, no deseamos que este despierte y no encuentre a nadie- termino Dumbledore con una sonrisa bonachona de las que siempre mostraba ante todos, y ante cualquier situación.
Neville y Harry finalmente asintieron y salieron rumbo a la sal de menesteres, mientras los gemelos se retiraban del colegio junto a sus hermanos.
---------En la Sala de Menesteres-------------
Al llegar lo primero que vieron fue la disposición de la sala, parecía un dormitorio como el que ellos tenían en su torre, con la diferencia que esta habitación solo contaba con 3 camas en vez de las 5 camas que habían en la torre de Gryffindor, además de la clara diferencia de colores, ya que toda la habitación estaba decorada en diferentes tipos de verde y plata, Harry tubo el ligero presentimiento de que así deberían lucir los dormitorios de Slytherin, “Maldito Snape, tendré que dormir como una serpiente” pensó enojado.
Dejando los pensamientos sombríos, los dos Gryffindors, pasaron a la habitación, para descubrir en la cama del centro un bultito, que al acercarse más, pudieron notar se trataba de Draco, que dormía tranquilamente, con las manitos aferradas a las sabanas las cuales estaban a la altura de su rostro, el cabello desordenado y una expresión tranquila en su rostro.
-Que tierno- dijo Neville al verlo, a lo cual Harry volteo a verlo- ¿Qué? no puedes negar que se ve realmente tierno- se defendió el Gryffindor.
Harry volvió su vista hacia el rubio, que por alguna extraña razón, tal vez por el baño que recientemente había tomado, tenía un ligero tono rosa en sus mejillas, y no, no pudo negar que Draco Malfoy, en esos momentos realmente se veía adorable o tierno como había dicho Neville hace apenas unos segundos.
Neville vio como Harry luego de volver a mirar al rubio, simplemente se metió al baño para cambiarse de ropa, por lo cual el solo espero su turno para entrar, ya que el también había notado la ropa de dormir en la que suponía seria su cama, seguramente los elfos habían traído sus ropas.
-------------Sala de Menesteres 1 de la mañana--------------
Sentía que algo no estaba bien, podía escuchar el débil sonido de unos pasitos y el rose de las mantas al ser removidas, pero estaba tan cansado, su cuerpo en verdad estaba exhausto, tanto así que no deseaba abrir tan siquiera un ojo, para ver lo que ocurría a su alrededor, el día en realidad había sido muy pesado y agotador, sabía que debía revisar que era lo que ocurría, pero estaba tan cansado “Unos minutos más” se dijo mentalmente, solo unos minutos más y se levantaría a ver, que era lo que ocurría.
-¡¡¿¿Pero, qué??!!
Una cabecita rubia se izó presente, saliendo debajo de las mantas que cubrían el cuerpo del niño-que-vivió, Draco en un acto inocente por su parte, y sorpresivamente invasivo en la opinión de Harry, acomodo su cabecita en el pecho desnudo del oji-verde, para luego fijar su vista en el azabache, que solo pudo atinar a quedarse callado ante la vista de los ojos de Draco, los cuales con la luz de la luna parecían plata liquida.
-Harry…-pronuncio débilmente el rubito, mientras en su rostro se formaba un fuerte sonrojo, visible para Harry únicamente por la luz natural que proporcionaba la luna- ¿Puedo dormir contigo esta noche?- termino con un sonrojo más fuerte apenado por su palabras, mientras seguía viendo fijamente al azabache, que solo podía perderse en la mirada y expresión tan dulce, tierna e inocente de Draco, pero al mismo tiempo tan necesitada y temerosa de ser rechazada.
Draco no pudo aguantar más la mirada del oji-verde y en un acto por demás infantil y adorable, subió más su cuerpo para llegar a la altura del rostro de Harry, y de un solo movimiento ocultar su sonrojado rostro en el cuello del azabache, que solo podía pensar en una cosa, ”Y ahora…¿Qué hago?”
Aun cuando Harry se encontraba en Shock, por las acciones del rubio, logro componerse lo mejor que pudo, y con voz queda pregunto.
-¿Qué es lo que ocurre?
La voz que Harry había empleado, no era agresiva o molesta, por lo cual Draco sintió la confianza suficiente para contarle el porqué se había metido a su cama, solo esperaba que el mayor no se burlara de sus miedos, después de todo muchos solían hacerlo.
-Yo…me desperté y estaba oscuro- susurro con un ligero temblor el rubito, haciendo que el cuerpo de Harry se estremeciera ligeramente porque, al estar el rubio aferrado a su cuello, inevitablemente los labios del rubio habían rosado la piel de su cuello.
-¿Le temes a la oscuridad?- pregunto Harry como pudo, tratando de alejar lentamente a Draco de su cuello, que solamente se dejo apartar del azabache, pero bajo la mirada, ocultándola del oji-verde.
-Sé que es tonto, pero me da miedo- dijo apenado el rubito- ¿Y si…me llevan los monstruos?- pregunto con un tono preocupado y lleno de miedo, mientras levantaba la mirada para ver a Harry, que pudo notar las lagrimas a punto de salir.
Harry suspiro ligeramente, debía recordar que Draco podía parecer mayor, pero aun tenía la mentalidad de un niño pequeño, que aparentemente le temía a la oscuridad y a los monstruos que en ella se ocultaban, lentamente saco al rubio de encima de él y lo acostó a su lado.
Entendía que Draco le pedía compañía en esos momentos de miedo, y se sintió extrañamente bien al comprender que el rubio había pensado en él como primera opción para ayudarlo con este tema, aun estando Neville en la misma habitación, debido a que en el día Neville había sabido tratar mejor al rubio, Harry pensó que Draco optaría por pedir la ayuda de Neville, pero ahí tenia al Slytherin, acostado en su cama, pidiendo que le dejara dormir a su lado, sintió una extraña calidez en el pecho, y le sonrió cálidamente al rubio que le devolvió la sonrisa.
-Por hoy puedes dormir conmigo- acepto Harry con voz tranquila.
-Gracias, prometo portarme bien, no me moveré y no te pateare por la noche- contesto feliz el rubiecito, mientras se tapaba con las mantas hasta el cuello y cerraba los ojos, Draco habría deseado que Harry lo abrazara, así podría sentir que no estaba solo, y los monstruos no se lo llevarían tan fácil, pero aun cuando el azabache solo permaneciera a su lado, por alguna razón Draco sabía que él no permitiría que se lo llevaran esos bichos raros y feos.
Harry sonrió al ver como el rubio ya caía en el sueño, libre de toda preocupación, se sintió bien al ver que Draco confiaba tanto así en el, que ahora solo dormía tranquilamente, sin importarle la oscuridad o los monstruos, seguro de que Harry lo protegería, poso su mano en el rubio cabellos y con l punta de los dedos, los acaricio en una ligera caricia, el cabello del Slytherin era tan suave y hermoso, “Tan hermoso como el dueño” pensó el Gryffindor mirando el rostro del rubio, pero ante ese pensamiento aparto rápidamente la mano y cerró los ojos, necesitaba dormir, definitivamente el cansancio estaba haciendo estragos en su mente.
Se acomodo mejor en la cama y se dispuso a dormir, definitivamente el cansancio era malo, el no pudo haber pensado eso de un chico, y aun menos de Draco Malfoy “Aunque… si es hermoso” fue el ultimo pensamiento de Harry antes de hacer dormido.