Capitulo 6
Gemelos en Hogwarts y una mente peligrosa
-Bunny Bunny ¿Tú crees que hice bien al dejar a Sevy solo con ese tipo tan raro?- le pregunto Draco a su conejito que simplemente movió un poco sus orejas - aun pienso que ese tipo es raro, miraba a mi padrino de un modo, no sé…como que muy fuerte, ¿No lo crees?- volvió a preguntarle al conejito que simplemente se limito a repetir el anterior movimiento de orejas- bueno, de todos modos no creo que le haga nada a Sevy- murmuro quedamente Draco, mas para sí mismo que para el conejo.
Doblo una vez más por un pasillo, y continuo caminando, no sabía hacia donde iba, pero si tenía un objetivo y ese era llegar a un jardín, para que Bunny Bunny pudiera saltar un poco por allí y disfrutar un poco de la libertad, lamentablemente cuando salió de las habitaciones de Severus, no recordó que él no conocía los diferentes caminos del castillo, así que los diferentes pasillos, pasadizos y escaleras móviles lo habían llevado a casi recorrer el castillo entero.
Pero su mala suerte parecía ser única, ya que no lograba encontrar el camino hacia los jardines, se encontraba muy cansado y Bunny Bunny no era precisamente ligero, así que decidió entrar en la primera habitación que encontró a su izquierda, talves y encontrara una silla en la que descansar unos minutos hasta que lograra recuperarse.
Extrañamente ni un solo alumno se había cruzado en su camino por lo cual no había podido pedir ninguna indicación hacia dónde dirigirse. Al entrar en la habitación se sorprendió al encontrarse a dos chicos pelirrojos que parecían dos gotas de agua, atados de pies y manos y con mordazas en la boca que les impedía hablar.
-Bunny Bunny, tú también estás viendo a esos chicos todo atados y amordazados ¿verdad?- pregunto el rubito a su conejito, el cual extrañamente asintió con la cabecita, dando a entender su respuesta afirmativa- uff que bien, por un momento pensé que el cansancio me hacía ver cosas raras- expreso aliviado el Slytherin.
Los gemelos Weasley que permanecían atados en la habitación se quedaron estáticos al ver a Malfoy frente ellos, con un conejo negro en sus brazos y actuando de manera tan extraña, y hasta podría decirse que tierna e infantil.
-Bunny Bunny, ¿Tú crees que debería desatarlos?- pregunto el rubio nuevamente hacia su conejo- podrían ser chicos malos y por eso esta atados- susurro temeroso porque eso fuera verdad -pero también podrían ser chicos buenos secuestrados- volvió a hablar esta vez con un tono de duda hacia su conejo, que no movía ni un pelo- haayyy no sé qué hacer- expreso el Slytherin indeciso, por la decisión que debía tomar.
Los gemelos Weasley miraban atentamente al rubio, cada gesto y acción les decía que definitivamente algo extraño pasaba con el Slytherin, y si eso no los convencía sus palabras definitivamente si lo hacían.
-Bueno, creo que primero les quitare las amarras de la boca, y después ya vemos- se decidió el rubito, a lo que el conejito también asintió.
Rápidamente y sin soltar a su conejito, el rubio avanzo hasta los pelirrojos y les quito las amarras de la boca, para luego volver corriendo hacia la puerta, lejos del alcance de los gemelos, que vieron curiosos el actuar del rubio; no parecía tenerles miedo, pero definitivamente actuaba de un modo precavido ante ellos.
-Hola- saludo tímido el rubio, para luego mostrar a su conejito y decir- el es mi conejito Bunny Bunny y también dice hola.
Los gemelos no pudieron evitar sonreír ante la actitud del rubio, no sabían que pasaba con el Malfoy pero definitivamente ahora se veía y actuaba de una forma demasiado adorable.
-Hola, soy Fred- se presento amablemente el pelirrojo, para luego hacer un gesto de cabeza, indicando a su hermano- y el es George.
-Hola- saludo simplemente George.
-Hola, yo me llamo Draco Lucius Malfoy Black, pero me pueden decir Draco- sonrió el rubito- aunque mi papi y Sevy abecés me dicen Dragón o príncipe- comento pensativo.
-A mí me gusta Dragón pero…- comento Fred con una sonrisa.
-Deberíamos hacerlo algo más personal- completo George.
-Un apodo de nosotros…
-Que se especial para ti…
-Algo que vaya contigo…
-Pero que no sea algo común…
-¡¡¡¡Pequeño Dragón!!!!!- exclamaron a la vez, con una gran sonrisa.
-Pero a mí ya me dicen Dragón- comento confundido por el apodo, ya que no era la gran cosa.
-Pero lo de pequeño se nos ocurrió a nosotros- apunto orgulloso Fred de su gran apodo.
-Es cierto, lo de pequeño lo dijimos nosotros- señalo también orgulloso George, por su increíble apodo.
Draco estuvo a punto de decirles que su padre antes también solía llamarlo así, pero al verlos tan sonrientes, decidió no hacerlo, no ganaba nada diciéndoles aquello, solo ponerlos tristes, y a él no le gustaba poner tristes a las personas, así que solo sonrió y asintió.
-Bien- dijo acepto el apodo el rubito, pero recordó algo- ¿porque están atados y amordazados en este cuarto?, ¿son chicos malos?
-Algo así, mamá les encargo a nuestros hermanos mayores: Bill, Percy y Charlie que buscaran la manera de traernos a Hogwarts para terminar nuestro último año- le conto Fred.
-Pero nuestros hermanos son unos tontos que no pudieron convencernos- continuo George, recordando cuanto habían intentado convencerlos de terminar los estudios.
-Así que al no lograrlo no secuestraron y trajeron al colegio- siguió Fred, que aun no se creía del todo que se hayan atrevido a hacerles eso, sobretodo el perfecto y siempre bien portado de Percy, definitivamente sus hermanos estaban mal influenciando a Percy.
-Ahora nos dejaron aquí y suponemos que fueron por Dumbledore para que registre nuestro ingreso- termino George, con la explicación del porque estaban allí, y en esas condiciones.
-ahhh- comento Draco, impresionado por lo que le contaban los pelirrojos- pero ¿porque no quieren venir al colegio?- pregunto curioso, a él le parecía un bonito lugar, a pesar de haberse perdido tanto.
-Es solo que tenemos una tienda que atender, nuestros hermanos prometieron hacerse cargo de ella mientras estudiamos, pero aun así, nos preocupa- le contesto Fred.
-Además no estamos para soportar, horas y horas de estudios- comento George, con aire cansado solo de imaginarse tener que estudiar y leer tanto- solo de pensarlo me canso- susurro para sí mismo, aunque todos pudieron escucharlo perfectamente.
-A mí me gusta aprender de magia- comento el rubio, aun algo tímido.
-A nosotros también, pero más nos gusta inventar nuevas bromas- dijo sonriéndole amable Fred, después de todo la actitud de Malfoy le provocaba ternura.
-Y somos muy buenos en ello- comento orgulloso George- de hecho nuestra tienda es de eso precisamente, una tienda de bromas.
-Las mejores bromas de todas, están en nuestra tienda- añadió Fred.
Draco no pudo evitar sonreír ante sus palabras, le agradaban las bromas, siempre y cuando estas no lastimaran a nadie.
-Que bueno- contesto sonriendo el rubio- heeee ¿Quieren ser mis amigos?- pregunto un tanto tímido y nerviosos, de que lo fueran a rechazar, el siempre trataba de hacer amigos, pero algunas veces parecía no caerle bien a la gente.
-Claro- contesto sonriente Fred- pero ¿podrías desatarnos?, es que enserio estas cuerda ya nos están lastimando- comentó con un tono adolorido.
El rubio asintió rápidamente y se acercó a desatarlos, pero con Bunny Bunny en sus brazos se le hacia difícil así que decidió dejarlo en el suelo, mientras el desataba a los gemelos.
-Quédate aquí y no te muevas- ordeno el tubito hacia el conejo, mientras se disponía a desatar a los gemelos.
-Ya esta- dijo feliz Draco, cuando vio terminado su trabajo, los nudos habían sido especialmente difíciles de desatar, ya que al parecer los hermanos de sus nuevos amigos, los habían atado con mucho detenimiento, temiendo que esos se pudieran desatar.
-Gracias Dragón, ya me dolían las muñecas- agradeció George, mientras se frotaba las muñecas, que en verdad estaban un poco rojas por la cuerda utilizada en ellas.
-No hay de que- contesto sonriente, para luego dirigirse hacia Bunny Bunny e ir luego hacia ellos- ¿y ahora que harán?-pregunto el Slytherin curioso por lo que harían sus amigos.
-Por lo pronto nos quedaremos en el colegio- contestó rápidamente Fred, ante los cual recibió una mirada interrogante de su gemelo- no podemos dejar solo a Draco- explico Fred a su gemelo.
-Pero estoy seguro que Draco estará bien- aseguro George, le agradaba esta versión de Malfoy, pero no tanto para quedarse en el colegio y tener que estudiar.
-Claro que no- rebatió Fred, para luego dirigirse a Draco- ¿Recuerdas algo de lo que te paso?
Draco lo miro confundido por su pregunta.
-Lo que Fred quiere decir es ¿Qué hiciste antes de encontrarnos?- pregunto George.
-Pues primero desperté en la enfermería, y me dolía mucho la cabeza- conto el rubio haciendo pucherito al recordar el fuerte dolor con el que había despertado- pero no sé por qué- añadió por ultimo pensativo, ya que no recordaba haberse caído, ni nada.
Y así Draco se dispuso a contarles todo lo que le había pasado en la enfermería con los chicos secuestradores que resultaron ser Harry y Neville, los conejos, las peleas, los gritos y la llegada de ese extraño señor que le decía Snitivulus a su padrino Sevy.
-Bueno, al parecer Hogwarts este año será interesante- comento Fred hacia su gemelo.
-Y que lo digas- siguió George- definitivamente este año amerita que nos quedemos.
-Además debemos cuidar de nuestro pequeño Dragón- dijo Fred sonriendo hacia Draco.
-Dime que no te salió tu instinto maternal Fred- dijo George burlonamente a su gemelo.
-Claro que no- contesto Fred - solo mi instinto de hermano mayor- su gemelo le envió una mirada incrédula- vamos, que Draco es muy dulce y tierno.
-ahhh debo reconocer que tienes razón- acepto con un suspiro resignado, la verdad es que Draco si era un niño muy tierno e inocente, tanto así que aunque mantenía su apariencia de un adolecente de 17 años, no podía verlo más que como un niño de 8 años y ¾ como tanto decía el rubio que tenia de edad.
-Entonces nos quedamos- sentencio feliz Fred.
Draco atendía la charla de los pelirrojos, pero había algo que le molestaba, ninguno había dicho nada sobre los conejitos.
-Ustedes no desaparecerían conejitos ¿verdad?- pregunto el rubito.
-Claro que no- contesto rápidamente Fred y le dio un codazo a George para que también contestara.
-Yo tampoco- agrego George, sobándose el lugar en donde le había llegado el golpe, ósea su pobre costado derecho.
-Qué bueno- expreso Draco aliviado- eso sería algo malo, miren a Bunny Bunny, es tan lindo y especial, ¿Cómo alguien puede querer desaparecerlo?
-Bueno, tampoco es la octava maravilla del mundo ósea…- decía George hasta que vio la fría, asesina y dura mirada que el conejito le estaba enviando.
George sintió que veía su muerte reflejada en aquellos antes inocentes ojos, ese conejo era el diablo.
-Era broma, si eres el ser más lindo, esplendido y bello de este jodido planeta y sus galaxias- se apresuró a decir rápidamente el pelirrojo, temblando de miedo, ese conejito, era muy terrorífico con esa mirada.
El conejo simplemente asintió y le hizo una señal con sus patitas, como diciéndole, “Te estaré vigilando pelirrojo”, para luego dirigir su mirada hacia Fred, que rápidamente se tiró al suelo y dijo.
-Eres el ser más hermoso y bello del mundo, me derrito con tu belleza, oh hermosa criatura de belleza infinita- decía Fred todo desesperado y haciendo gestos hacia el conejito, para después agregar asustado- No me mates.
-¿Heee?- decía Draco confundido- no entiendo su actitud, pero me alegra que reconozcan lo lindo que es Bunny Bunny- comento feliz para luego girar al conejito y mirar su carita, que ahora lucia toda inocente- que lindo bebe, ¿verdad que eres un ángel? -pregunto cariñoso.
-Un ángel negro- susurro Fred.
-Un demonio oculto- susurro George.
-Un lindo conejito- dijo Draco todo feliz, mientras abrazaba a su conejito de tal manera que la cabecita de este quedo apoyada en su hombro, con vista libre hacia los pelirrojos, que vieron nuevamente la mirada asesina.
George izo lo que todo hombre adulto, maduro y coherente haría en esa situación, se tiro junto a su hermano Fred al suelo, y juntos rogaron hacia el conejito, para que les perdonara la vida.
-No nos mates- decían con las manos juntas en un claro signo de súplica.
Draco solo giro y los vio así, para luego ver a su conejito que veía su patita, con una expresión de “¿Esto es mío? no lo sé” definitivamente Bunny Bunny era un lindo y tierno ángel.
Dos pelirrojos ya parados en una esquina de la habitación no pensaban eso precisamente del conejo.
-Fred, él tiene la mirada de mamá cuando nos quiere matar por haber hecho algo grave- le susurro George a su gemelo.
-Lo sé- susurro este también- y me da miedo- decía con lágrimas en los ojitos.
Definitivamente la llegada de los gemelos sería un gran cambio en Hogwarts, ya que parecía que estos habían adoptado a Draco en su grupo, y miles de bromas se veían en el futuro, pero Hogwarts también temblaría con la presencia de Bunny Bunny, quien parecía tener una mente peligrosa y una fuerte personalidad.
Al ver como se dejaba acariciar por el Slytherin y se comportaba como un tierno angelito, los gemelos estuvieron seguros, que solo ese rubio podría contener y controlar al demonio que habitaba en esa tierna y para nada amenazante figura de conejito, pobre de aquel que quisiera lastimar al rubio.